viernes, 22 de septiembre de 2017

2017: 110 AÑOS DE LA LLEGADA A SORIA DE ANTONIO MACHADO

En 2007 se conmemoró el centenario de la llegada a Soria de Antonio Machado en tren. En septiembre tenía lugar un homenaje a Leonor -la esposa niña- en el cual Ouka Leele participó con una performance titulada El hada más hermosa.

“El buen machadiaño tiene que ir a Soria y subir a la cumbre de la montaña de Santa Ana que inspiró el gran poema de Machado A orillas del Duero;  desde ella se ve toda la llanura de Numancia y las ruinas…”- dijo Ian Gibson, que acababa de publicar no hacía mucho la biografía titulada “Ligero de equipaje”.

“…Allí me casé, allí murió mi esposa [el 1 de agosto de 1912], cuyo recuerdo me acompaña siempre…”- escribía Antonio en 1917.

“En 1907 obtuve cátedra de Lengua francesa, que profesé durante cinco años en Soria…”

En mayo de 1907, Antonio  toma posesión en el Instituto de Soria. Y escribe “ A orillas del Duero”. El 21 de septiembre de ese año conoce a Leonor Izquierdo Cuevas, que entonces tenía 13 años; se casan dos años después, el 30 de julio de 1909. La Junta de Ampliación de Estudios lo envía a París a asistir a un curso de filología con Bédier, pero prefiere acudir a las clases de filosofía de Bergson. “Si algo estudié con ahínco fue más de filosofía que de amena literatura”- escribirá más tarde.

“Durante el curso de 1910 a 1911 asistí a las lecciones de Henri Bergson”.

“El aula…estaba siempre rebosante de oyentes. Bergson es un hombre frío,  de ojos muy vivos. Su cráneo es muy bello. Su palabra es perfecta, pero no añade nada a su obra escrita. Entre los oyentes hay mujeres”.

Pero Leonor sufre una hemoptisis y Rubén Darío le presta dinero para volver a España.

El 1 de noviembre de 1912, tres meses después de la muerte de su esposa, toma posesión de su cátedra en Baeza.

1939. Collioure, “un sencillo pueblecito de pescadores”, el exilio

“En este sencillo pueblecito de pescadores, en un sencillo cementerio cerca del mar, lo hemos enterrado -escribe su hermano José al hispanista John Brande Trend, quien le había ofrecido por carta  a Antonio  el puesto de lector en su Departamento de Español en Cambridge. En la placa del nicho, unas sencillas palabras: “ICI REPOSE ANTONIO MACHADO MORT EN EXIL LE 22 FÉVRIER 1939” (“Aquí reposa Antonio Machado muerto en el exilio el 22 de febrero de1939”).

En la estación de Cerbère, un panel en francés, castellano y catalán, recuerda: “Del 28 de enero al 10 de febrero de 1939, más de 100.000 españoles, hombres, mujeres y niños, pasaron por este túnel y esta estación de Cerbère forzados al exilio después de 3 años de lucha contra el franquismo. Fueron las primeras víctimas de la Segunda Guerra Mundial”.

Eulalio Ferrer, empresario de la comunicación y publicista en México, a donde llegó exiliado, relata en Mi Santander, el inicio de un nuevo diario (el anterior fue quemado en su huida de Santander un 24 de agosto de 1937) un 14 de abril de 1939, ya en el campo de Argelès. En él se refiere a Machado: “Pasamos Cerbère y acampamos en Banyuls. En la placita del pueblo, sentados en un banco, Luis [Cillán] descubre a Antonio Machado y a su madre. Nos miran con gratitud cuando les hablamos. “Nos han prometido que vendrán a recogernos”, dice don Antonio. Pero nadie sabe nada de nada. Observa mi capote militar y se lo entrego impulsivamente, como si así quisiera rendir homenaje a este gran poeta que tanto admiro. Lo junta a la manta que cubre los dos cuerpos, necesitados de más abrigo. Alguna palabra musitan, pero solo percibimos la luz que pasa de unos ojos a otros, patéticamente tristes, buscando la tranquilidad de la despedida”.

“Estos días azules y este sol de la infancia”

Este fue el último verso, que se le encontró en el bolsillo de la chaqueta cuando murió en Colliure (Francia) un 22 de febrero de 1939.

SABER MÁS

lhttp://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/02/03/madrid/1391435228_984282.htm. Machado y Madrid. 75 años  de su muerte en 2014



Recuerdos de infancia

“Nací en Sevilla una noche de julio de 1875, en el célebre palacio de las Dueñas…”.

“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,/ y un huerto claro donde madura el limonero…”.

“El buen perfume de la hierbabuena, / y de la buena albahaca,/ que tenía mi madre en sus macetas…”.

JUAN DE MAIRENA, ENTRE LA LITERATURA Y LA FILOSOFÍA


Subtitulado “Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo”, contiene notas, “impresiones sobre temas”, consejos, sentencias, “diálogos de clase”, “fragmentos de lecciones”…

“Hace mucho tiempo yo escribí unas notas…cuando me acumularon la cátedra de literatura del Instituto de Segovia…”. Eso era en 1919.

En 1938, desvela en una entrevista: “Juan de Mairena es mi “yo” filosófico, que nació en épocas de mi juventud…Es un filósofo amable, un poco poeta y un poco escéptico…”. Con la palabra “escéptico” quiere decir “en actitud de búsqueda” permanente. De hecho, el apócrifo Juan de Mairena recomienda a sus alumnos: “No me toméis demasiado en serio. Pensad que no siempre estoy yo seguro de lo que os digo…”. Aunque se “moja”: “Debéis hacer política…a cara descubierta; en el peor caso con máscara política, sin disfraz de otra cosa; por ejemplo, de literatura, de filosofía, de religión”.

Sobre “la política y la juventud” diserta en ocasiones Mairena: “La política, señores, es una actividad importantísima…Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala, que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes”.

Fidelidad a la propia máscara

Las virtudes públicas de un político pueden resumirse en una: ser fiel a la propia máscara -habla Mairena. “No hay lío político que no sea…una confusión de máscaras…Procurad, sin embargo, los que vais para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra; hacéosla vosotros mismos, para evitar que os la pongan – que os la impongan vuestros enemigos o vuestros correligionarios; y no la hagáis tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque, más tarde o más temprano, hay que dar la cara”.
Se puede decir más alto pero no más claro.

La poesía y el ir de lo uno a lo otro

“La poesía es el diálogo de un hombre con su tiempo”.
“La poesía es el reverso de la filosofía”.
“Los grandes poetas son metafísicos fracasados”.
“Hay hombres que van de la poética a la filosofía; otros que van de la filosofía a la poética. Lo inevitable es ir de lo uno a lo otro, en esto, como en todo”.
“Si vais para poetas, cuidad vuestro folklore. Porque la verdadera poesía la hace el pueblo”.

Un paseante peripatético

Que piensa mientras camina. “Converso con el hombre que siempre va conmigo…”- escribe en 1908. “Mis aficiones son pasear y leer”: “Yo iba haciendo mi camino,/ absorto en el solitario crepúsculo campesino”.

A mí, a ratos, se me hace demasiado enjundioso. Y me salto párrafos hasta que detecto algunas palabras que me llegan...

SABER MÁS

http://www.abelmartin.com/. Revista de estudios sobre Antonio Machado. Editor: Jordi Doménech.




viernes, 8 de septiembre de 2017

GEORGE W. SEBALD: “MI MEDIO ES LA PROSA”


“Nacido en 1944 en (Wertach im) Allgäu [Baviera, 18 de mayo]”-, comienza su Discurso de Ingreso ante el Colegio de la Academia Alemana.

También habla de: “Mi infancia en los Prealpes”… “La casa de mis abuelos en Plattling”… “Apenas tengo recuerdos de mi época escolar”… “En la época de la posguerra me crié en Allgäu”.

Un grabado, base de sus escritos

“El pintor Jan Peter Tripp, con el que fui al colegio en Oberstdorf…me regaló uno de sus grabados en el que puede verse al presidente del Senado, Daniel Paul Schreber, enfermo mental [escribió Memorias de un enfermo de nervios en 1903], con una araña en el cráneo -¿qué hay más horrible que las ideas que continuamente bullen en nosotros?-. En ese grabado se basan muchas de las cosas que he escrito luego”.

La restitución por la literatura

“Hay muchas formas de escribir; pero solo en la literatura, por encima del registro de los hechos y de la ciencia, puede intentarse la restitución”.

Explica Javier Marías: “Los libros de Sebald son eclécticos. Son muy sui generis: una mezcla de ficción, autobiografía, biografía y viajes entretejida con fotos, siempre en blanco y negro y sin leyendas”.

1995. LOS ANILLOS DE SATURNO, UN CLÁSICO


En la traducción española, al título le han añadido la leyenda: “Una peregrinación inglesa”. Quizá para que no pensáramos que se trataba de ciencia ficción…

Tres citas anteceden al texto: una de John Milton en Paraíso perdido sobre que “el bien y el mal crecen juntos inseparablemente en el mundo”. Otra de Joseph Conrad, en francés, a Marguerite Podarowska sobre el “peregrinaje a pie” y, finalmente, la descripción de los anillos de Saturno en una Enciclopedia.

“En agosto de 1992,…emprendí un viaje a pie a través del condado de Suffolk,…con la esperanza de poder huir del vacío que se estaba propagando en mí después de haber concluido un trabajo importante”- comienza el libro.

Caminar, sana

“Raras veces me he sentido tan independiente como entonces, caminando horas y días enteros por las comarcas, escasamente pobladas, junto a la orilla del mar”.

“Justo en el mismo día, un año después del comienzo de mi viaje, fui ingresado en un estado próximo a la inmovilidad absoluta, en el hospital de Norwich”.

En el segundo capítulo, retoma el relato del primero: “Era un día completamente cubierto de nubes cuando, en agosto de 1992, bajé a la costa en el viejo tren diesel…que entonces hacía el recorrido entre Norwich y Lowestoft”.

En un momento, se pregunta: “Hölderlin… ¿Cuántos viajes a pie ha hecho ya en sus apenas treinta años de vida…?”, o confiesa: “Mis largos vagabundeos por la ciudad de Manchester”…

Documentación e investigación

Sebald narra sus andanzas, pero no todo es observación sino que antes (¿), durante (¿) y después hay un trabajo riguroso de investigación y documentación que, a veces, se explicita: “el folleto explicativo de la película…que he conseguido encontrar hace poco”, “célebres pintores de batallas navales… de los que con la mayor atención he estudiado algunas de sus producciones… en el Museo de la Marina en Greenwich”. “Pese a largas investigaciones…”- dice refiriéndose a unos vagones del ferrocarril de vía estrecha entre Halesworth y Southwold.

Además, incluye las conversaciones de las distintas personas con las que se va encontrando: el jardinero de Somerleyton; el holandés Cornelis de Jong en el bar del Hotel Crown, de Southwold…

Preferencias y los fantasmas de la repetición

También nos enteramos de cosas sobre el autor. “Cuando estoy en Southwold, la Sailor´s Reading Room [que abre a las 7 de la mañana todos los días, hasta medianoche] es, con mucho, mi lugar preferido…Se puede leer, escribir cartas, estar absorto en los propios pensamientos o, durante la larga época invernal, mirar sencillamente afuera, al mar tempestuoso”.

“En otoño de 1966, cuando llegué a Manchester procedente de Suiza…entre aquellas primeras amistades que hice en Manchester estaba la de Stanley Kerry…”. Como Paul Auster, habla de coincidencias: “Igual que Michael [Hamburger], estuve en Burnley en el año cuarenta y cuatro…”.

Expresa opiniones muy particulares, como que “en Bélgica, aún a día de hoy, hay una fealdad particular, impresa en la época de la explotación desinhibida de la colonia del Congo, manifiesta en la atmósfera macabra  de ciertos salones y en una deformidad llamativa de la población…”.

“Me gusta ir al cine especialmente en ciudades extranjeras”…

La actualidad

Noticias del momento también pasan a formar parte del discurso y del libro. “En la noche del segundo día después de mi llegada a Soutwold, la BBC… emitió un documental sobre Roger Casement, a quien yo desconocía hasta ese momento, ejecutado en 1916 en una cárcel inglesa por alta traición”. Se queda dormido en el sillón y solo recuerda que el escritor Joseph Conrad le conoce en el Congo y le tiene por la única persona franca entre todos los europeos corruptos que pululan por allí. Sebald decide reconstruir la historia, que se ha perdido durmiendo, “partiendo de sus fuentes”.

Círculos concéntricos y coincidencias

Por momentos, el libro me recuerda a la estructura con que los estudiosos de Proust denominaban a su manera de componer: “en rosetón”.

Lugares como Lowestoft se convierten en cantera donde convergen sus gentes y se interrelacionan a lo largo de siglos. Las primeras lecturas inglesas de Konrad Korzeniowski, luego Joseph Conrad, fueron el Lowestoft Standard y el Lowestoft Journal...

OTRAS OBRAS

1990. VÉRTIGO

Beyle o el extraño hecho del amor

Se refiere a Henri Beyle (Grenoble, 1783- Paris, 1842), “uno de los pocos participantes de esta travesía legendaria de los Alpes [con Napoleón, en 1800] que no acabaron en el anonimato”.

No lo dice en el relato, pero se trata de Stendhal, el escritor. Este era uno de sus seudónimos. En 1822,  Stendhal escribe Sobre el amor. Al parecer, tuvo una decena de amantes de las que se conocen nombre y apellidos.  El epitafio que hizo escribir en su lápida: «Henri Beyle, milanés. Escribió, amó, vivió 59 años, 2 meses. Murió el 23 de marzo de 1842».

1993. LOS EMIGRADOS

A partir de personas con las que tiene contacto (circunstancial, por historia personal o familiar), narra la historia de ese personaje en relación también con él. El recuerdo y la indagación, la reflexión, la investigación y la documentación, forman parte de sus escritos. En ellos, aparecen, a menudo, en la lengua original de su informante, pensamientos u opiniones.

“A finales de septiembre de 1970, poco antes de tomar posesión de mi cargo en la ciudad de Norwich, en el este de Inglaterra, partí con Clara en dirección a Hingham en busca de casa…”.

Así comienza el relato Doctor Henry Selwyn, [en realidad, Hersch Seweryn] al que acompaña la leyenda: “Queda el recuerdo; no lo destruyáis”.

“En enero de 1984 me llegó de S. la noticia de que Paul Bereyter, que fuera mi maestro en la escuela primaria, había puesto fin a su vida…”. Este es el inicio del relato titulado Paul Bereyter.

Para él, visto desde el momento actual, personificaba [en los días en que le dio clase, en primaria] el movimiento alemán de los Wandervögel (“Aves de paso”), un movimiento juvenil fundado en Alemania en 1901 bajo el ideal de la autoeducación, libre de la influencia de los adultos.

“Aquel Paul casi carcomido del todo por su soledad interior…Leía y leía…sobre todo a escritores que se habían quitado la vida o estaban en trance de hacerlo…Altenberg, Trakl, Wittgenstein, Friedell, Hasenclever, Toller, Tucholsky, Klaus Mann, Ossietzky, Benjamin, Koestler y Zweig”.

“Apenas si guardo algún recuerdo personal de mi tío abuelo [Ambros] Adelwarth”- comienza el relato Ambros Adelwarth. La leyenda en este caso es en inglés: “My field of corn is but a crop of tears”,  “Mi maizal no es más que una cosecha de lágrimas”.

Sus estudiosos dicen: “El tema central de la obra de Sebald es la memoria, y en su caso muy relacionada con el exilio y la persecución política, y lo doloroso de vivir con ella y lo peligroso de vivir sin ella para naciones e individuos”.

Sebald falleció en 2001. Enterrado en Framingham Earl, en la parroquia de St. Andrews, cerca de donde vivió. Murió en un accidente de coche, resultado de un aneurisma. Vivía en una vieja rectoría en las afueras de Norwich, en Inglaterra.