“Si las mujeres hubiesen escrito los libros, estoy segura de que lo habrían hecho de otra forma, porque ellas saben que se las acusa en falso” -escribe en 1399, años antes de publicar
El
primer capítulo cuenta cómo surgió el libro y con qué propósito. El
desencadenante es la lectura del Libro de
las Lamentaciones de Mateolo. Cristina se pregunta “cuáles podrían ser las
razones que llevan a tantos hombres (no es cosa de un hombre o dos), clérigos y
laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra, bien en
escritos y tratados”.
Entonces,
se pone a examinar su carácter y su conducta y “también la de otras muchas
mujeres que he tenido ocasión de frecuentar, tanto princesas y grandes damas
como mujeres de mediana y modesta condición”.
Tres
Damas aparecen ante ella (luego se identificarán como Razón, Derechura y
Justicia): “Venimos para anunciarte la construcción de una Ciudad…Sólo la
habitarán damas ilustres y mujeres
dignas”.
LAS PREGUNTAS DE
CRISTINA DE PIZÁN
Cristina
les hace y se hace preguntas:
- ¿Por
qué tantos autores censuran a las mujeres en sus obras? ¿Es Naturaleza la
que les empuja a ello, o lo hacen por odio?
- ¿Por
qué las mujeres no ejercen ante los tribunales, no instruyen juicios ni
dictan sentencias?
- ¿Dios
ha querido honrar al sexo femenino concediendo a ciertas mujeres el
privilegio de una elevada inteligencia y profundo saber para que su mente
acceda a las más altas ciencias?
- ¿La
mente femenina es capaz de buen juicio y discernimiento para decidir lo
que hay que hacer o dejar de hacer? ¿La mujer posee naturalmente capacidad
de juicio?
“Si
la costumbre fuera mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se
hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y sutilezas de
todas las artes y ciencias tan bien como ellos”- asegura Razón a Cristina.
SI
LA GENTE SE
MOLESTARA EN BUSCARLAS, ENCONTRARÍA MUCHAS MUJERES EXTRAORDINARIAS
Los
antiguos rendían homenaje a quienes
destacaban en algún campo colocando su estatua en lugares de honor. “No hay
hombre que pueda calcular en cifras la suma de servicios (y beneficios
materiales y espirituales) que han prestado y siguen prestando cada día las
mujeres…Recordar a todas sería interminable”.
En
el libro, se contestan con ejemplos generalizaciones y afirmaciones gratuitas
como: Las mujeres no pueden guardar
secretos, Las mujeres odian a sus maridos viejos, Las mujeres no quieren a los
hombres sabios, Las mujeres gustan de ser violadas, Las mujeres son
inconstantes, Las mujeres son infieles…
“Yo
les digo a los hombres que se miren a sí mismos…Cuando los hombres sean
perfectos, las mujeres también lo serán”.
UN
EJEMPLO: EL MALTRATO EN 1405…, Y DESPUÉS
¿Cuándo dirías que han sido
escritas estas palabras…? ¿Ahora? ¿Un 25 de noviembre cualquiera…?
“¡A cuántas mujeres podemos
ver…que por culpa de la crueldad de un marido desgastan sus vidas en la
desgracia, encadenadas a un matrimonio donde reciben peor tratamiento que las
esclavas…! ¡Dios mío, cómo les pegan, a todas horas y sin razón! ¡Cuántas
humillaciones, ataques, ofensas, injurias, tienen que aguantar unas mujeres
leales, sin gritar siquiera para pedir ayuda! Piensa en todas esas mujeres que
pasan hambre y se mueren de pena en unas casas llenas de hijos, mientras sus
maridos se enfrascan y andan vagando por todos los burdeles y tabernas de la
ciudad. Y todavía, cuando ellos vuelven,
ellas pueden recibir como cena unos buenos golpes…”.
… “Conozco a otras mujeres…que
tienen unos maridos tan perversos y de vida tan desordenada que sus suegros
preferirían verlos muertos, y lo intentan todo para que sus hijas los dejen y
vuelvan a casa. Ellas, sin embargo, prefieren los golpes, la mala comida, la
pobreza y la esclavitud antes que abandonarlos, y dicen a sus amigos:
-
Me lo han dado. Vivo con él y con él moriré.
Son
cosas que se ven todos los días, pero nadie les presta la debida atención...”.
Pues esto lo escribió Cristina de
Pizán en el siglo ¡XV! en su Ciudad de las Damas.
Goya también se hizo eco, en
sus pinturas, siglos después…
Ana María Matute, ya en el
siglo XX, lo dijo en una ocasión: “Podemos llegar a Marte..., pero seguimos llorando
como en el siglo X. Y, sobre todo, hacemos llorar...”. O "Siempre hay unos
que aporrean a los otros y no porque sean más fuertes, sino porque unos quieren
aporrear y otros no".
Mucha biotecnología, nanotecnología
y robótica, pero por dentro no hemos cambiado tanto: no hemos hecho autocrítica
ni nos autoanalizamos lo suficiente…
Parece que las múltiples campañas aún no han hecho mella...
Y un dato estremecedor: Desde 2003, fecha en que se comenzaron a registrar estadísticas, hasta hoy, 22 de noviembre de 2017, han sido asesinadas ¡916! mujeres por violencia de género. Más que los asesinatos de la banda terrorista ETA en ¡50 años! Y nadie hace nada. Parece que las mujeres, la mitad de la población, no somos los suficientemente importantes...Quizá por ello seguimos teniendo que reclamar que los derechos de las mujeres son, TAMBIÉN, derechos humanos.
Los hombres deben participar, apoyarnos y manifestarse: somos sus mujeres, sus hermanas, sus madres, sus amigas… Y nos matan.
SI QUIERES LEER, Y SABER MÁS...