En los diez años que llevo
haciendo talleres de escritura, hay 10 puntos en los que incido siempre,
adornándolos con nuevas citas que refuerzan la misma idea. Son estos:
1 LLEVAR UN CUADERNO
Lo
que José Luis Sampedro llamaba un “P.D.A.”, papel de apuntar, un “ordenador de bolsillo”. O
el móvil…
Como
dice Antonio Muñoz Molina: “Hay que tener un cuaderno, hay que llevarlo siempre
a mano…No se busca un cuaderno porque se sienta la necesidad o el deseo de
escribir algo. Se escribe algo porque se tiene un cuaderno…”.
“Las
ideas se cogen o se pierden”. J.L. Sampedro.
“Todos
debiéramos apuntar nuestras reflexiones. No por lo que valgan, sino porque dan
lugar a otras”. Carmen Martín Gaite.
2. APRENDER A MIRAR
La
mirada ha de ser una mirada
consciente, activa, atenta a los detalles, inquisidora, que se haga preguntas.
Curiosa.
“El más largo aprendizaje de todas las artes
es aprender a ver”. J. de Goncourt.
“La escritura primero es mirar”. Mercedes
Cebrián.
“El arte está en la mirada. No es la cosa, es
la mirada”. Miquel Barceló.
“La mirada no es solo visual: intervienen los
oídos, el olfato, el gusto, el tacto”. Marcos Díez.
Un
ejercicio interesante es recorrer un camino que hagamos habitualmente pero
prestando toda nuestra atención, viéndolo con ojos nuevos. Nos sorprenderá.
“Si observamos la calle, sin prisa, sin
encontrar nada que nos impacte, significa que no sabemos mirar”. Georges Perec.
“Observa larga y minuciosamente…Cada día ves más”. David
Hockney.
“Hay que saber mirar con intensidad”. Luis
Landero.
“Afortunados quienes ven cosas hermosas en
lugares modestos donde otros no ven nada”. Camille Pisarro.
3 UTILIZAR
LA PALABRA JUSTA (Y DESTERRAR LAS PALABRAS BAÚL)
Miguel
Delibes cuenta que él aprendió el uso de la palabra justa en un curso de
Derecho Mercantil impartido por “don Joaquín Garrigues”.
“Leyendo
a Garrigues –recomendaba a quienes requerían su consejo- aprenderán a
valorar los adjetivos y a escribir con
las frases justas, claramente y con sencillez”.
“La palabra exacta…Ser
preciso”. J. Renard.
“…la palabra justa que diga, exprese y
sugiera”. José Hierro.
“Siempre sobran
palabras. Siempre menos es más”. Ana Mª Matute.
“Decir demasiado es el peor defecto de un
escritor”. Kirmen Uribe.
Enlazando con ello, No utilizar palabras comodín
o palabras baúl, que –creemos- sirven
para todo o contienen todo, como “tiene, hay, era, tema, cosa, etc”, y que empobrecen
el discurso o el mensaje. Buscar sinónimos en un diccionario.
4 RELEER EL TEXTO EN
VOZ ALTA
Parece
una tontería, pero al leer nuestro texto ya terminado en voz alta, nos damos
cuenta de dónde necesitamos coger aire (y poner pausas); nos apercibimos de las
frases demasiado largas, de la pérdida de ritmo, de cadencia, de fluidez…
“Leo en voz alta cada frase que escribo para
asegurarme de la musicalidad”. Michel Rostain.
“Si un cuento funciona en la prueba de la
oralidad, puede que no sea un mal cuento”. Antonio Pereira.
5 AUTOCORREGIRSE
Es la única manera de aprender: Poner
atención en nuestros errores y enmendarlos.
Una ver terminado, es necesario revisar
el texto con esmero. Es importante memorizar los errores gramaticales y
ortográficos para no volverlos a cometer.
Es imprescindible utilizar bien los
signos de puntuación. Estos son como los intermitentes del coche: con ellos
decimos cómo queremos ser interpretados.
No es un desdoro consultar un
diccionario o la web de la RAE, www.rae.es,
para cualquier duda.
“Yo
creo que el estilo se hace con la expresión, hablando; escribiendo, con los
puntos y las comas”. Juan Ramón Jiménez.
“Corregir, corregir,
corregir. Yo no soy escritor, soy corregidor”. J. Marsé.
“Lo más importante es
borrar, tirar y tachar; corregir”. Ignacio Martínez de Pisón.
6 LLEVAR UN DIARIO
No
hace falta contar todo lo que te ocurre. Puede ser un Diario “de escritor”,
como decía Donoso Cortés. Una especie de Cuaderno(s)
de todo, que escribió Carmen Martín Gaite, con frases, reflexiones, ideas
que te vienen a la mente…de donde echar mano.
7 ESCRIBIR TODOS LOS DÍAS
Aunque
no tengas ganas, aunque no se te ocurra de qué… Es un ejercicio de disciplina.
Invéntate una pasión, una obsesión, un reto que te anime a ello. Cualquier
excusa es buena. Lo que más te preste.
“Aunque
no tenga nada que escribir, siempre me siento unas cuantas horas al día ante mi
mesa, a solas, para concentrarme”. Raymond Chandler.
8 PRACTICAR LA AUTOFICCIÓN
Antonio
Muñoz Molina le dijo a un aprendiz de escritor, preocupado porque la
imaginación no era lo suyo: “Si no puedes inventar, cuenta lo que te pasa”.
En
nuestra vida, en la de nuestra familia, en la de las personas que nos rodean, hay cientos de hechos interesantes de los que somos testigos, susceptibles
de ser narrados. Ellos pueden ser el
principio de un relato o de una novela.
“La vida no es la que uno vivió, sino la
que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. García Márquez.
"Recordar es siempre desfigurar e
imaginar”. Manuel Vicent.
9 ENGANCHAR DESDE LA PRIMERA FRASE
Hay
que conquistar al lector desde la primera frase. Esta no necesita ser muy
barroca ni rebuscada, pero sí crear expectativas para enganchar al lector. Lo
último es resultar aburrido.
“Los
peces y los árboles se parecen”- así inicia Kirmen Uribe su novela Bilbao-New York-Bilbao. Dos nombres y un
verbo, todos sencillos: pez, árbol, parecerse…Pero crean intriga y ganas de
seguir leyendo para enterarse de cuál pueda ser esa paradójica relación.
INVESTIGAR, REFLEXIONAR, AUTOANALIZARSE
Todas
ellas son tareas imprescindibles en cualquier trabajo de escritura.
Documentarse,
conocerse a un@ mism@ y pensar.
ALGUNOS LIBROS
El Robinson urbano.
Antonio Muñoz Molina.
Cuaderno de todo. Carmen Martín Gaite.
Bilbao-New
York-Bilbao. Kirmen Uribe.
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