“¿Qué se necesita para derretir el hielo que envuelve al
corazón humano?”. Estas fueron las palabras de Angaangag Lybetta, líder de la nación
inuit de Groenlandia en el año 2000 ante la sede de las Naciones Unidas. “En
el norte cada día sentimos todo lo que hacéis allí abajo. En el norte el hielo
se derrite. ¿Qué se necesita para derretir el hielo que envuelve el corazón
humano…?”.
Los científicos predijeron hace ya
tiempo que las repercusiones más visibles de un calentamiento global se
percibirían primero en las latitudes altas.
ALGUNOS SIGNOS
Las famosas nieves del Kilimanjaro se
han fundido en más de un 80% desde 1912. En todo el mundo desaparecen los
glaciares.
En el Ártico, una cuarta parte del
hielo ha desaparecido en los últimos 40 años y la temperatura media se ha
incrementado en un grado. La banquisa es un vivero para el krill. Si
desaparece, el krill y los que se alimentan de él pueden tener problemas.
El nivel del mar ha ascendido entre 10
y 20 cm
en los últimos 100 años según el Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático (IPCC).
Doscientos científicos de 50 países han
determinado que el cambio climático es, junto a la escasez de agua, uno de los
dos problemas más acuciantes del nuevo milenio.
LOS EFECTOS
Las enfermedades humanas son uno de los indicadores más sensibles y
perturbadores del cambio climático.
Según el informe Acacia, encargado por la UE a un buen número de
especialistas de toda Europa, la zona del Levante español será la más afectada
por el cambio climático: malaria, brotes de cólera, más casos de asma, leishmaniasis
o encefalitis contagiada por la garrapata…
El calentamiento de la tierra es una de
las principales causas del deterioro de los
arrecifes de coral. Aunque éstos comprenden menos del 0´5 % del fondo del
mar, se calcula que el 90% de las especies marinas dependen directa o
indirectamente de ellos. Cuatro mil especies de peces (la cuarta parte de todas las especies de
peces marinos) habitan en los arrecifes de coral de todo el mundo. Su
decoloramiento constituye una amenaza grave para su salud.
Los cambios en la temperatura y la
salinidad del agua pueden tener efectos considerables en la llamada cinta
transportadora oceánica y en las corrientes oceánicas, vitales para la vida.
Las altas temperaturas en el segundo
tercio del periodo de incubación producen mayor número de hembras y la
descompensación entre los sexos.
Dificultades para el esquí: habrá que
desplazar las estaciones a mayor altitud; las temporadas serán más breves y
habrá que utilizar más nieve artificial. El calor en lugares como Alaska está
fundiendo el permafrost que hay debajo de las carreteras, viviendas e infraestructuras: los árboles se tuercen;
aparecen baches y se erosionan las orillas.
En las playas, cada centímetro de
ascenso del nivel del mar puede suponer un metro de retroceso de sus arenas. La
intrusión de agua salda en los acuíferos pone en peligro la agricultura y el
agua potable.
Habrá más muertes relacionadas con el
calor.
Los árboles experimentan grados de
estrés desconocidos en los últimos mil años.
Los ciclos de muchas especies
interdependientes – especies de plantas y sus insectos polinizadores- están
quedando peligrosamente desfasados. Por ejemplo, la mariposa de ondas rojas de
Edith ha desaparecido del 80% del área de su distribución histórica: el aumento
de las temperaturas hace que se sequen
antes de tiempo las plantas de boca de dragón que servían de alimento a
las larvas. Pérdidas de especies y sustitución de unas por otras…
QUÉ SE ESTÁ HACIENDO: EL PROTOCOLO DE KIOTO (1997)
Esta ha sido hasta el momento (hasta la Cumbre de París de 2015) la última
respuesta internacional para luchar contra el cambio climático.
En 1997 se dijo que el Protocolo
entraría en vigor cuando lo hubieran ratificado al menos 55 países, que a su
vez representaran el 55% de las
emisiones de dióxido de carbono (CO2) del total de los países en 1990.
Hasta octubre de 2004, más de 100
países lo habían ratificado (El 3 de
febrero de 2002, España aprueba el Protocolo de Kioto), pero no llegaban al 42
% de la producción de CO2. (Estados Unidos, el mayor productor de CO2, 36%, no
lo firmó), con lo cual no podía entrar en vigor. Pero con la ratificación de
Rusia y su 17%, se consiguió superar el nivel exigido del 55%.
Los 6 principales gases de efecto
invernadero cubiertos por el protocolo de Kioto son: dióxido de carbono (CO2),
metano (CH4), óxido nitroso (N20), hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarburos
(PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).
Hasta ese momento, a título particular,
los países de la UE
(24% de las emisiones) y otros (Japón, 8´5 %) habían decidido seguir unilateralmente
las indicaciones que se pedían en el Protocolo para lograr que entre 2008 y
2012 las emisiones se redujeran en un 5%, teniendo en cuenta los niveles de
1990.
En 2004, España, debía trasponer al ordenamiento jurídico la
Directiva sobre el comercio de derechos de emisión, que
tendría que entrar en vigor en enero de 2005. Y
también debía constituirse el Mercado Ibérico de Electricidad.
QUÉ PODEMOS HACER INDIVIDUALMENTE
El cambio climático se encuentra entre los tres temas de mayor
preocupación para los europeos.
El transporte
es el responsable del 24 % de todas las emisiones de CO2 en la
UE. En España, es del 31%, y, en medio
urbano, llega al 40%. Compartir el coche, coger el transporte
público, ir en bici o andar los trayectos inferiores a 2 km (media hora a pie) son
algunas opciones que podemos adoptar individualmente.
Energía.
Adoptar medidas de eficiencia energética y de ahorro de energía.
Cómo producir menos CO2 (www.ceroco2.org)
En esta página web puedes conocer las
emisiones de CO2 derivadas del consumo de electricidad y calefacción, tanto en
la oficina como en el hogar; calcular las emisiones de CO2 producidas por el
uso del automóvil o por los desplazamientos en avión. Y aprender a reducir
emisiones.
Cambiar nuestros modos de producir y de consumir
Cambiar nuestros modos de producir y de consumir
El 70 % de la tierra
cultivable se destina a producir piensos y a alimentar el ganado, con lo que
conlleva de consumo de agua (por ejemplo, producir un tomate cuesta 13 litros de agua;
producir una hamburguesa precisa de ¡2.500! litros de agua...).
Si el desperdicio
alimentario fuera un país, sería el tercero del mundo (tras China y Estados
Unidos) en producción de emisiones contaminantes. No tirar alimentos es fundamental.
LA RED APHEIS: SALUD Y MEDIO AMBIENTE
Es un sistema de información europeo de
profesionales sanitarios y expertos en calidad del aire que estudia la relación
entre la contaminación del aire y la salud. La red comparte datos sanitarios y
de contaminación para elaborar estudios epidemiológicos.
En su último informe, realizado en 26
ciudades europeas, 5 de ellas españolas (Madrid, Bilbao, Barcelona, Valencia y
Sevilla), aporta datos como estos:
En Madrid, la reducción del nivel de las partículas gruesas en suspensión
(llamadas PM10) a 20 microgramos por
metro cúbico (la media ahora son 37, casi el doble) evitaría 260 muertes al año
y más de 500 hospitalizaciones.
CONCLUSIONES
DE LA EVALUACIÓN
PRELIMINAR DE LOS IMPACTOS EN ESPAÑA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
El estudio, realizado por 50 autores y
elaborado por la Oficina España
de Cambio Climático con la colaboración de 400 científicos, ha sido dirigido
por el profesor José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de
Castilla-La Mancha.
Estas son algunas de sus conclusiones (www.mma.es/oecc/pdf/conclusiones_impactos.pdf):
España será uno de los países más
vulnerables al cambio climático (en los últimos cien años, mientras el
incremento de temperatura global ha sido de 0´6 º C y en Europa de 0´95 º C, en
España la temperatura ha subido 1´5 º C).
En el último tercio del siglo XXI la
temperatura media podría subir hasta siete grados en verano y el nivel del mar
un metro, según los cálculos más pesimistas.
A finales de siglo, la reducción global
media de los recursos hídricos podría superar el 22 %, y las precipitaciones
reducirse en un 8 %.
Los efectos sobre la salud humana
incluyen un aumento de la mortalidad a causa del calor; un aumento de
enfermedades transmitidas por parásitos (malaria) o por garrapatas
(encefalitis).
En cuanto a los riesgos naturales, se
prevé un aumento de los incendios forestales, el riesgo de aludes y
corrimientos de tierras como consecuencia de la mayor inestabilidad de las
laderas.
En el estudio se proponen algunas medidas de mitigación del impacto como:
La reconversión de determinados
destinos y productos turísticos.
Ayudas públicas de tipo financiero o
fiscal en inversiones en infraestructuras.
LA CUMBRE DEL CLIMA DE PARÍS, EL RELEVO DE KIOTO, EN ALGUNOS ENLACES
http://politica.elpais.com/politica/2015/11/19/actualidad/1447950741_542665.html. El cambio climático ya está aquí.
http://www.eldiario.es/sociedad/Teresa-Ribera_0_463004337.html. El Acuerdo, comentado por Teresa Ribera, ex secretaria de Estado de Cambio Climático.
http://www.eldiariomontanes.es/sociedad/201512/12/claves-proyecto-acuerdo-sobre-20151212172048-rc.html. Las claves del proyecto del acuerdo sobre el clima.
http://www.eldiario.es/tribunaabierta/Claroscuros-Cumbre-clima_6_462713741.html. Claroscuros de la Cumbre.
http://www.eldiariomontanes.es/sociedad/201512/12/hora-verdad-cumbre-clima-20151212084643-rc.html. El acuerdo de París será vinculante.
SABER MÁS: ALGUNAS PELÍCULAS SOBRE DESASTRES ECOLÓGICOS
La más impactante (por ser la más
vista), es El día de mañana, de
Roland Emmerich. Antes, en 1993, Tom McLoughling dirigió The
fire next time sobre los efectos del agujero de la capa de ozono. En 1987,
Godfrey Reggio, puso en pie Powaqqatsi
(Vida en transformación, en la lengua
de los indios hopi), parte de una trilogía sobre el futuro del planeta Tierra.
MIS CONCLUSIONES DEL XII CONGRESO DE PERIODISMO AMBIENTAL. VALENCIA, noviembre 2017
El
cambio climático es un feroz enemigo de la sostenibilidad.
El
cambio climático no se refleja ni en la agenda política ni en la mediática. Hay
falta de liderazgo.
Hay
que movilizar a la sociedad y a la clase política. Comunicar para movilizar y
dar esperanza. Nada moviliza más que las buenas noticias.
Hay
que hablar de soluciones y de quiénes son los responsables. Identificar,
señalar, combatir y desmontar los “micronegacionismos”.
Los
periodistas quizá podamos, y debamos, por una vez, ser más activistas en este
tema, y tomar partido.
El
periodista debe educar (la información sola no es suficiente) al público sobre
el cambio climático: con una perspectiva grande; evaluando tendencias de una
manera crítica y dando contexto, contextualizando. Hay que vincularlo con la
vida cotidiana: “A la gente no le importa el clima: le importan las cosas”, y
buscar referentes cercanos.
Las
redes sociales hoy son fundamentales.
La
información ambiental cada vez está más esponsorizada. Los suplementos
ambientales no salen si no hay publicidad.
El
cambio climático no es SOLO energía y transporte.
El
cambio climático interactúa con otros factores como el de los usos del
territorio, el cambio de usos del territorio.
Hay
que hablar de cambio GLOBAL y no tanto de cambio climático. El cambio global
incluye más cosas que el cambio climático: por ejemplo, la pérdida de
biodiversidad. Necesitamos muchas especies y muchas interacciones para mantener
la funcionalidad y los servicios ecosistémicos. La naturaleza funciona por “equipos”. Habrá nuevas
relaciones e interacciones entre las especies.
En
las migraciones hay multicausalidad. El IPCC (Panel Intergubernamental sobre
Cambio Climático) reconoce la naturaleza multicausal de las migraciones
inducidas por el clima y la influencia específica de los factores
socioeconómicos (incremento de la vulnerabilidad y la desigualdad social).
El
cambio climático es un problema social, no ambiental. Solo con personas
protegidas podremos proteger el medio ambiente. Justicia social como respuesta.
La
agricultura puede resolver muchos de los problemas. Solo un pequeño porcentaje de
la tierra es cultivable y, de ella, el 70 % se emplea para producir piensos y
alimentar el ganado (producir un tomate cuesta 17 litros de agua. Conseguir una
hamburguesa necesita ¡2.500! litros de agua). Hay que producir y consumir de
una manera diferente. Si el desperdicio alimentario fuera un país, sería el
tercero del mundo, tras China y Estados Unidos, en producción de emisiones.
Tenemos
el conocimiento y la tecnología. Sin periodistas, sin científicos, sin expertos,
no se puede divulgar nada. Hay que trabajar con amor y con autenticidad;
transmitir verdad y mostrar la belleza en vez de la catástrofe.
El
cambio climático es la noticia más importante: una cuestión de Estado, de
agenda. Y sin embargo, en una posible
reforma de la Constitución no se habla del derecho al medio ambiente, a un
patrimonio natural a salvo…
[Inédito, escrito en 2004 y revisado a la luz de la Cumbre del Clima en 2015, y en 2017, tras el XII Congreso Nacional de Periodismo Ambiental]