viernes, 28 de julio de 2017

GLORIA FUERTES, POETA DE GUARDIA, NO ISLA IGNORADA

Pepe Hierro, el poeta, habla con ella frente al Washington Bridge. “Pasea con el luto de viuda de sí misma,/payasa, miliciana,/…”.

Gloria murió en noviembre de 1998, el año en que José Hierro publica Cuaderno de Nueva York.

Nació un 28 de julio de 1917, el mismo año en que nació José Luis Sampedro (un 1 de febrero). Por eso, este año, hubiera cumplido los 100.


Ha quedado como “la poeta de los niños”, pero fue mucho más que eso, y este es un buen momento para descubrirlo...


En 1942, La princesa que quería ser pobre, teatro; Canciones para niños, en 1949,  e Isla ignorada, en 1950, literatura para adultos, son sus primeras obras publicadas.

En 1961, con una beca Fulbright, va a la Universidad de Bucknell, en Pennsylvania, Estados Unidos, “para enseñar Poetas españoles”. A los estupefactos estudiantes, les dice el primer día: “Es la primera vez que piso una Universidad, no como estudiante, sino como profesora”. Acto seguido, empieza con Unamuno, “padre de la poesía del siglo XX”.

En la antología de la propia Gloria, Obras incompletas, hay dos poemas -al menos- situados en los USA: En los bosques de Penna [Pennsylvania] y A un raccoon [mapache] muerto sobre el cemento (entre Chicago y Madison).


De allí se trae una colección de chapas con lemas como: “Soy no violento”, “Barre la violencia”, “Apoya a tu poeta local” o “Soy esencial”.

AUTORRETRATO EN SUS VERSOS

Huye de la gente que sólo va a lo suyo y recomienda huir “de las manos del que reza y no ama”; le atrae  lo difícil; lo primero es hablar con los amigos; empezó a fumar en 1936 para quitarse el hambre; le gusta el vino “como a los albañiles”; leer sus poemas en voz alta es una de las cosas que más feliz le hacen. “Me gusta/ divertir a la gente haciéndola pensar”. “Escribo sobre mí, sobre la gente”. Escribe, pase lo que pase. Cree en el amor (el amor-amor), aunque no en la fidelidad.

DOLOR, AMOR E INJUSTICIAS

“En mi poesía el tema que más me interesa es el dolor…Después, el amor. En tercer lugar…: las injusticias, las guerras y los bichos”.

“…cuando “me hacían”/mis padres ya no se querían,/(a mí tampoco,…”.

“Qué tonterías dices y qué locuras haces” [le decía su madre].

“El año cuarenta/…Tenía un amor prohibido/ y era feliz…”.

“…el corcho no pesa casi, /como el amor verdadero…”.

“He tenido lo menos siete amores”.

“Asusta querer mucho y que te quieran…”.

“¿Y por qué si tenemos solamente una vida/no estamos con quien creemos que queremos?…” (De Poeta de guardia).

Soltera, ¡a mucha honra!

Jasmina Arsova, de la Universidad de California, explora en 2008 el “autorretrato en la poesía de Gloria Fuertes”. “Soltera por elección, transforma la imagen negativa de “la solterona” en libertad de pensamiento”-dice.

“Por eso soy pacifista/ y soltera”- termina Gloria el poema “Por qué no me he casado”. Y explica que a uno de sus novios se lo mataron en la guerra y otro eligió la política en vez de a ella…

No podía, además, casarse con una mujer: no existía, entonces, el matrimonio homosexual…

LA INJUSTICIA SOCIAL

En su obra hay denuncia: “Trabajo en un periódico/pude ser secretaria del jefe/ y soy solo mujer de la limpieza./Sé escribir, pero en mi pueblo/no dejan escribir a las mujeres…”. (poema No dejan escribir).

Es muy gráfico el poema Antiguo ejercicio de redacción de Glorita, sobre el hormiguero que se llama Tierra. “Muchos de estos seres/no son hormigas, - y lo que es peor-/ no son personas./ En el hormiguero,/la mitad de las hormigas trabajan/ y comen mal, /para que la otra mitad no trabaje/ y lo pase bien”.

La escritura como instrumento de protesta

“…Cada día hay más coches y menos árboles, /más ruido y menos oxígeno,/ cada día hay más prisa y menos risa…”.

“…Cada casa tiene su marica,/su santo, su ramera o su ministro…”- escribe en el poema “No reíros de nadie”.

Poeta social

“Me di cuenta/ allá por los 40/ que el Dadá o Dada/ no era nada/. Fui surrealista por el placer/ de liberar mi imaginación de todo freno/ hasta que descubrí/ que podría escribir con total libertad/ sin ser surrealista ni postista,/ y de ahí nació mi estilo”.


“Desde siempre escribo donde vivo y lo que vivo”.

“Empecé a escribir como hablaba, así nació mi propio estilo”.

PACIFISTA DE VERDAD


“Yo les enseñaba poesía y pacifismo”- dice Gloria Fuertes de su estancia en Estados Unidos, donde da clases en la universidad de Bucknell, en los años 60.

“Los que crean las guerras irán al Reino de los Infiernos”.

LOS BICHOS

“Todos los elefantes del circo/padecemos del corazón/-debido al miedo al suplicio/de los entrenadores al duro trabajo…”.

ALGO DE BIOGRAFÍA

Gloria Fuertes García nace en la calle de la Espada, en el barrio de Lavapiés. Su madre, también Gloria, era costurera, y su padre, José, portero. A los 14 años (1931) su madre la matricula en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer, en la calle Pinar. Por esa época, escribe su primer poema: Niñez, Juventud, Vejez. Juega al hockey antes de la guerra, anda en bicicleta en 1937 y en moto en 1955.


POESÍA FEMENINA DE POSGUERRA. VERSOS CON FALDAS

Es curioso que Carmen Conde no la haya incluido en su Antología de Poesía Femenina Española 1950-1960, publicada en 1968,  donde sí aparecen Concha Méndez, Mª Victoria Atencia o Acacia Uceta y Adelaida Las Santas, con quienes Gloria Fuertes funda el grupo femenino Versos con faldas, en 1951, una tertulia de mujeres, un club poético. Recitales seguidos por debates que duraron tres años. “Un grupo cultural feminista”- dice Gloria Fuertes , cuando reflexiona años después sobre esa época.

PROMOTORA DE CULTURA. MISIONERA PEDAGÓGICA

“Voy por los pueblos, aldeas y provincias de España. A los que no compran libros (porque allí no llega el libro, el dinero o la alfabetización), yo, humilde, les llevo mi libro vivo, en mi voz”- dirá. “Maletilla de las letras/por los caminos de España…”. Como María Lejárraga.

En Chozas de la Sierra [hoy Soto del Real (desde 1960, en que tenía 421 habitantes), en la cara sur de la sierra de Guadarrama, a 43 kilómetros de Madrid capital], Gloria y su pareja, la hispanista Phyllis Turnbull, crean una Biblioteca Infantil Ambulante que se instala cada fin de semana en los bajos del Ayuntamiento para prestar libros a los más pequeños. Gloria, con su vespa, reparte los libros por los pueblos de la zona. Además, Phyllis financia un programa de becas.

Hoy la Escuela Infantil Municipal se llama Gloria Fuertes y Phyllis Turnbull tiene una calle en el pueblo (frente al parque de la Cruz Roja).

LA CENSURA

“A finales de los 60 estuve al borde de la cárcel por un poema. Lo leí en un recital de la librería Abril, por la calle Arenal, y un señor muy malo me denunció por pacifista. Me llevaron a los sótanos de la comisaría de la Puerta del Sol…por un poema”.

Pero ya en la Transición, en 1980, en un programa especial de Nochebuena, le recortan dos poemas: “Dios está en pelotas” y “Brindis cotidiano”.

DIOS ESTÁ EN PELOTAS

¡Ya está bien,
que se va a helar!
¡Tanto adorar al chaval
y nadie tiene cojones
de darle sus pantalones,
su mochila o su morral!
Tanta mirra y tanto incienso
y Él desnudito en el pienso...
pienso que nadie le quiere.
Su tiritera me hiere
en esta noche tan puta.
¡Muchachos, traed viruta,
vamos a hacer una hoguera,
antes de que se nos muera
de frío la Salvación!
Dejaros ya de misa y de litúrgica idiota
que Dios está en pelotas
desde que vino al portal.
Callaros si le queréis, que le da frío la guerra.
Juntad todas las banderas,
y haced una colcha loca,
porque Dios
está en pelotas.

BRINDIS COTIDIANO
¡Brindo,
por una paz perenne (no sólo duradera),
que dure,
lo que dure el hombre en esta tierra!
 ¡Brindo,
por la alegría del planeta!
¡Brindo por el arroz y la lenteja!
¡Y porque todos tengamos un poeta!
 ¡Brindo,
por la felicidad pequeña,
por el amor grande,
por la sonrisa tierna!
 ¡Brindo con las copas de todos los árboles
de la tierra!
… Y brindo de verdad,
(-¡aunque no salga de esta borrachera!-).
DE ISLA IGNORADA…

Su primer poema autobiográfico es Isla ignorada, en 1934. Tenía 17 años. “Soy como esa isla que ignorada,/late acunada por árboles jugosos,/en el centro de un mar/que no me entiende,/rodeada de nada,/ -sola sólo-…”. Así se titula también su primer libro de poesía para adultos, que sale en 1950, Isla ignorada.



…A POETA DE GUARDIA

En su lápida, así consta: “Gloria Fuertes, Poeta de guardia. 1917-1998. “Ya creo que lo he dicho todo. Y que ya todo lo amé”. GF”.

Así se llamó, además, un consultorio “consultivo” en la revista Discóbolo en los años 70, donde daba consejos “a su estilo”…: “Si a tu novio no le son gratas tus “aspiraciones comerciales”, dile que se vaya a la verbena y que ya no se lleva lo “medieval”… “Te invito a escalar el Urbión y verás cómo ese aire puro te quita el “simplejo” de ser impuro…”. “Si te pone nerviosísimo esa chica, no salgas con ella y vete a nadar”…

SUS MEJORES AMIGOS

“Mi mejor amiga se murió hace unos años, y ahora de mejores amigos ya solo me quedan Unamuno, Santa Teresa, Quevedo y Mari Trini”. Esta última le dedica la canción “Una casa en el aire” y va a cantarle a su habitación del hospital de La Princesa, en noviembre de 1998. Ambas fallecen de cáncer de pulmón.

Carta de Ramón Gómez de la Serna desde Buenos Aires en 1954

“He leído repetidamente sus poesías porque hay en ellas una manera especial de parar ¿ la vida, de descubrir el misterio de los pasillos, de revelar todas las bocacalles de la calle de Toledo. Su poesía es juradora y madrileña, señalando muy bien los lunares secretos. Busque más los misterios del estilo – lea hasta la locura a Santa Teresa y Quevedo- y haga radiografía tras radiografía de nuestro Madrid”…

Carta de Gloria a Phyllis desde Madrid en 1967. El día a día

“Me levanto todos los días a las siete a dar el callo…, no paro de escribir. He leído un libro de un poeta de ahora muy bueno que se llama Lawrence Ferlinghetti [n. Nueva York, 1919, autor de Un Coney Island de la mente, en 1958, y A partir de San Francisco, en 1961], me ha conmocionado, tienes que leerlo, se parece a mí”…

SU JUICIO: “POESÍA SENCILLA, FRANCISCANA, CLARA Y DIRECTA”

Así calificaba en 1992 a la poeta Belén Reyes al prologarle su primera obra, Desnatada. “Su poesía no es nada artificial, oscura, cerebral, superculta, difícil…”. Podría ser la definición de la suya propia desde Niñez, juventud, vejez, su primer poema publicado.

SUS FOTOS

Hay muchas fotos de Gloria: posando o tomadas al vuelo; de adolescente, joven o ya muy vieja. Sola o en compañía. En Ribadesella, junto al mar; en una playa de Pontevedra…

SUS CASAS

Nace en la calle de la Espada número 3. Vive también en la calle Dos Hermanas y un tiempo junto al matadero en la zona de Legazpi. Y en un piso de Alberto Alcocer, 42 (de 1963 a 1998, año de su muerte). Y temporadas en una casa en Chozas de la Sierra (ahora, Soto del Real). Pasa varios de sus últimos veranos en La Chacona, la casa de su amigo el cantante Ismael Peña, en Sevilla la Nueva, a las afueras de Madrid. 



BARES, CAFÉS Y OTROS LUGARES FRECUENTADOS POR GLORIA

Taberna de Antonio Sánchez (en la calle Mesón de Paredes, 13. Allí, desde 1940, Gloria tiene su asiento). http://www.restaurantescentenarios.es/establecimientos/taberna-de-antonio-sanchez.

El café Varela (en la calle Preciados de Madrid). Cada semana hay recitales de poesía (Versos a Media Noche). http://www.cafevarela.com/.

El Pimpi, bodega, en Málaga, donde Gloria solía recitar los viernes (Los Viernes de Gloria) en la sala llamada “El Palomar”.

Librería Abril, en la calle Mayor, cuya tertulia dirigía José Hierro.


EN CORTO

Su cuento preferido: Pinocho.

SABER MÁS

http://www.gloriafuertes.org/. Página de la Fundación Gloria Fuertes.


















[Gracias a Jorge de Cascante por su estupendo y documentado libro recopilatorio “El libro de Gloria Fuertes. Antología de poemas y vida”. De él he sacado muchas notas y algún material gráfico].


miércoles, 19 de julio de 2017

LUISA CARNÉS, OTRA MUJER OLVIDADA

Nacida en Madrid en 1905 en el barrio de las Letras, a los 11 años entró a trabajar en un taller de sombrerería. Con 23, publica su primera obra, varias novelas cortas. Y, en 1934, su obra más conocida Tea Rooms. Mujeres obreras, producto de su experiencia como camarera en un salón de té.


Tras la guerra civil, se exilia a México, donde sigue escribiendo hasta su temprana muerte, a los 59 años.

En la antología de relatos Trece cuentos, se agrupan varios ejemplos a lo largo de más de treinta años de escritura.


El relato titulado “Olivos”, escrito hacia 1933, me recuerda escenas de Las uvas de la ira (que Steinbeck publica en 1939 en Estados Unidos). Los contratos, que comprenden a toda la familia, incluso a las mujeres y los niños; los amos, los cortijos, sus intermediarios (el manijero, el aperador); la lucha por subir el salario o plegarse, el duro trabajo… “[El abuelo] comía lentamente el pan y el queso, cortándolo a pedacitos con la navaja y, al hacerlo, mostraba su manquedad de dos dedos en la mano derecha, huella de un año de heladas. Porque la helada era criminal, y paralizaba la sangre en los dedos de los aceituneros, al rascar la tierra. Y a veces había que cortar los dedos para evitar la gangrena”…
El final parece sin cerrar.

El titulado En casa, me traslada a un relato de Arturo Barea. “Me encontré en la calle después de nueve años de cárcel”- comienza. La protagonista es una mujer. “Mi expediente de enfermera y de donadora de sangre me valió nueve años de cárcel, que pasé entre la isla de Mallorca y Madrid”. Sale a los 33 años, con el certificado de penales, “que condenaba a los hombres al hambre o al delito común, y a las mujeres a la prostitución y a la muerte”. Sin casa, sin familia, sin amigos, sin trabajo. Envejecida y desesperanzada. Pero en la calle encontrará una mano solidaria…

Los mismos escenarios (iglesia de las Trinitarias, calle de Moratín, calle del León, calle Lope de Vega), la clase trabajadora, una madre “viuda, con tres hijos, lavando siempre y planchando para casa ajena”…

La chivata, escrito en 1955, también se sitúa en la época de la posguerra española, en una cárcel de presas políticas. Narra cómo, a pesar de todo, las presas consiguen el 14 de abril ondear sus banderas republicanas.

Sin brújula, cuenta el intento de salida en barco de los muelles de Santander, de un grupo de mujeres y niños con destino a un puerto francés, en víspera de la entrada de las tropas franquistas. Es también la historia de Benitín, un niño de ocho años, “solo entre tantas madres”…

Momento de la madre sembradora, que en el borrador se titulaba Sonatina…se sitúa también hacia los años 50. Une el pasado y el presente. “Así fue entonces, hace veinte años. Y así ha sido durante estas dos últimas décadas…El hombre sigue sin poder abrir su ventana a la paz del camino…”.

Habla de Nagasaki, de Corea, de Argelia… "En algunos lugares los hombres hacen la guerra, y en otros ponen cautivos a quienes quieren impedirla…Mucho ha avanzado la ciencia de vivir, pero más ha avanzado la ciencia de matar…”. Y hace un vaticinio, ella, que murió en 1964, en el exilio de México: “Y así será mientras los pueblos sigan siendo conducidos por fabricantes de cañones y de pólvora”…

Sin embargo, frente a tanta insensatez y barbarie, siempre habrá una madre que se tienda sobre los rieles por los que ha de pasar un tren de soldados. “No olvidemos que las madres también hacen la historia…”. Las madres sembradoras de la vida.

El señor y la señora Smith, de 1963, que cierra el libro, es una historia interracial, que termina mal, entre dos perdedores. Parece que el mundo de prejuicios no ha cambiado nada desde el primer relato del volumen, En el tranvía, situado en 1931, hasta este, escrito 30 años más tarde, tras una guerra civil, otra mundial y varias locales…No es muy esperanzador, que digamos…

DE BARCELONA A LA BRETAÑA FRANCESA. Sus Memorias del exilio


Redactadas entre abril y septiembre de 1939, en París y México, en ellas cuenta sus "experiencias de evacuada".

Hacia el final de la obra, ya en Nantes (Francia), hay una "elegía" del Madrid recordado desde la distancia: "¡Las calles de Madrid!...La calle de Carretas, con sus ruidos, sus vendedores de cordones "pa´ las botas" y de gomas para los paraguas; el tiovivo de luces de  la Puerta del Sol, la plaza del Progreso [hoy plaza de Tirso de Molina], Chamberí, calle de Fuencarral, con tus puestos de pescado frito, tus baratijas, tus puestecillos de juguetes modestos, Ventas del Espíritu Santo, con sus puestos de gallinejas y sus tascas...; Avapiés, Argumosa y calle del Amparo, con sus patios de corredor, tus "echadoras de cartas", tu calor asfixiante de agosto, tu botijo panzudo y tus sillas y colchones en mitad de las angostas aceras; Embajadores pinturero y Cuatro Caminos garboso...Y la señá Antonia, mi portera, que tenía un hijo cerrajero que cantaba flamenco y bailaba el chotis "sin salir del ladrillo"; y la churrera de la esquina de mi calle; y la viejecita verdulera, que abría cada mañana un paisaje verde-dorado de frutas y hortalizas ante mi balcón...". 

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miércoles, 5 de julio de 2017

JAVIER REVERTE. LA AVENTURA DE VIAJAR


“Siempre tuve el propósito…de ser escritor. Pero nunca, hasta hace muy pocos años, se me ocurrió ser un narrador de viajes…”. Así comienza el prólogo del libro subtitulado Historias de viajes extraordinarios“Mi primer libro viajero surgió de manera espontánea y por casualidad”- continúa.

VIAJES EN LA INFANCIA

Desde muy pequeño, viajar le pareció la mejor de las aventuras. “El sabor caldorro del agua de una cantimplora y la frescura del agua en las fuentes serranas, el olor a pinos en verano, el gusto de un bocadillo frío de tortilla de patatas, mi visión del mar un día de la infancia y el sonido del cencerro de los bueyes de una yunta constituyen las primeras sensaciones que identifico con el viaje”.

De los primeros años, recuerda las excursiones colegiales a la sierra madrileña. “Desde aquellos días, amo el macizo del Guadarrama”. La Fuente de los Geólogos, antes del alcanzar el puerto de Navacerrada, será para él siempre “mi fuente Castalia, mi fuente de la eterna juventud”.

También los veranos eran “tiempo de viaje”. Él solía ir con su familia los tres meses del verano a un pueblo de la sierra del Guadarrama, bien fuera Cercedilla o Valsaín. Eran “tres meses sin horarios, horizontes libres, las frescas pozas de los ríos serranos, los bosques y los cerros sin caminos, semanas para jugar sin tregua”.

Pero el viaje más importante de su niñez fue la primera vez que vio el mar, en Galicia, en Vigo. “Me crea una sensación de eternidad…y, paradójicamente, también de cobijo”.

Asociados a la niñez están olores “a hierba recién cortada y a estiércol” en Galicia; o el olor a mar, “a bajamar y a broza [restos de plantas o desperdicios]”.

VIAJAR  POR EL PERIODISMO
                           
“Apenas había viajado hasta que comencé a ejercer el oficio de periodista…A los veinticuatro años (en 1968), no había pisado un país extranjero, ni siquiera las vecinas Francia y Portugal…”. Fue tras casarse cuando pisó por primera vez Inglaterra, Italia o Francia. Y ya no paró…

“La primera vez que me subí a un avión quizás tenía veintiuno o veintidós años”. Fue a Barcelona, a cubrir una feria de muestras de maquinaria agrícola. A pesar de ser un avión de hélice destartalado, la experiencia le encantó. “¡Era maravilloso volar!”.

Su primer viaje importante en calidad de reportero es a Belfast mientras estaba de corresponsal en Londres. Es su primer contacto con la violencia. “Yo aprendí como periodista a ver el mundo, a gozarlo, a sufrirlo, a reflexionar sobre la existencia humana, sobre la violencia, el dolor y la alegría, sobre la risa, la perplejidad  y la lágrima”.

En 1984, tras cerrar el diario Pueblo, del cual él era subdirector, “me convertí en free lance, al tiempo que intentaba hacerme un hueco como escritor en el universo literario español, asunto que me costó años de esfuerzo, de sangre, de sudor y alguna que otra lágrima…”.

“No existe el gran viaje si cuanto sucede en el camino no te transforma en alguna medida”.


El viaje a Centroamérica, que realiza poco antes, “me ayudó a cambiar mi concepto de la escritura y tal vez mi visión de la vida”. Viaja a Guatemala, El Salvador y Nicaragua, entonces inmersos en guerras civiles. “En Nicaragua comencé a ver el mundo con otra mirada…Aquel viaje a Nicaragua me empujó a abandonar la dedicación plena al periodismo. Decidí emplear la mayor parte de mi esfuerzo en la literatura y ganarme la vida ejerciendo ocasionalmente como free lance de prensa”. De este viaje nacerá su primera novela de la Trilogía de Centroamérica, Los dioses debajo de la lluvia, publicada en 1986, que fue Premio Ateneo de Santander. “Lo que escribía en mis crónicas no era suficiente…supe que necesitaba de la ficción para contarlo”.

“Yo intentaba conseguir encargos bien pagados para quitarme luego de en medio unas cuantas semanas… y viajar y escribir libros. Hice guiones de documentales de televisión, fui reportero también para televisión, guionicé una novela para la radio, viajé y escribí por encargo de revistas turísticas, colaboré como enviado especial en algunos semanarios y periódicos, elaboré artículos para agencias de prensa e, incluso…, participé en dos encuentros de escritores…, uno a los campamentos de refugiados saharauis [en 1981] y otro a Verines, en Asturias [en 1985]”.

“Solo conservo recuerdos vivos de aquellos lugares que han tocado de alguna manera mi corazón”.

En 1992 viaja al Sahara, a Timimoun. “Venía observando que escribir y viajar de la forma en que lo hacía no daba satisfacción a un extraño anhelo que iba creciendo dentro de mí…un modo de mirar y de expresarme que…acabó por florecer un par de años después en mi libro El sueño de África”.


 HACIENDO FICCIÓN DE LA REALIDAD

Muchas de las personas que se ha ido encontrando en sus viajes han pasado a formar parte de su universo literario; por ejemplo, el taxista Luis García, de Nicaragua. “No utilicé a Luis como uno de los personajes de la novela [El aroma del copal]. Sin embargo, sus rasgos y muchas de sus historias aparecen en…El aroma del copal, que transcurre en Guatemala. Luis está en el alma de un personaje al que llamé Efrén”.

También los paisajes y los escenarios. “…Lo que he intentado hacer con la literatura: transmitir a quien me lee los desasosiegos, exaltaciones, agitaciones, euforias, tristezas o alegrías que nutren la existencia humana, tanto en mi propio ánimo como, sobre todo, en el de mis semejantes”.

VIAJERO LITERARIO

“Nada hay que me provoque tanto el deseo de viajar a un sitio como un libro…Lo que busco es contrastar con mis sentidos la realidad de lugares sobre los que he leído mucho y que han despertado mis emociones”.

En Chipre, visita Bellapais, “donde Lawrence Durrell vivió durante unos años y escribió Limones amargos”. Allí toma el té en una terraza al pie del árbol del que se habla en el libro.

También visita la casa donde nació Elías Canetti, en Ruse, Bulgaria. Recorre en Praga las calles donde vivió Kafka y toma vino en el café donde solía sentarse Rilke.

“He visitado la Cuernavaca de Lowry, paseado por los campos manchegos de don Quijote y Sancho, recitado una oración fúnebre ante el túmulo de los griegos muertos en Maratón…, pateado los campos cretenses de Kazantzakis, bebido en el habanero Floridita un daiquiri en honor de Hemingway, surcado las aguas del Yukon de Jack London y recitado el comienzo del Ulises de Joyce  en la torre de Sandycove el Bloomsday”.

UN VIAJE EXTRA-ORDINARIO

Fue en un crucero (un “megacrucero” en el mayor barco de pasajeros del mundo en ese momento) entre Río de Janeiro y Miami con escalas en algunas islas de las Antillas (Barbados, Martinica y Sint Marteen), en 2004.

Su conversación con Margot, una catalana “ágil y jovial” cercana a los setenta años, toda una fuente de información, le proporcionó una experiencia de primera mano: “En estos viajes se compra muchísimo, es a lo que venimos… Aprovecha: aquí en Barbados están muy baratas las esmeraldas…En los cruceros de lujo, la media de edad está entre los setenta y cinco años y la muerte…”. 

FRASES Y REFLEXIONES

“El corresponsal diplomático era una especie de cronista de sociedad”.

En los periódicos de hoy, no encontramos historias…no nos relatan nada esencial sobre nosotros mismos salvo en muy raras ocasiones…”.

“A menudo la literatura debe cumplir la función de hacer verosímil la vida”.

“Hoy en día, son nuestros sentidos quienes nos hacen viajeros, no nuestra mente”.

“El viaje es, sobre todo, una aventura sensual y sentimental”.

ALGUNOS TRABAJOS

-       Guiones para documentales de televisión, como las series Ciudades para vivir y Las aguas del recuerdo.

-       Reportero para En portada sobre el mundo de las geishas en Kioto,  Japón.

-     Para Documentos TV, Argentina en el diván, “el mejor reportaje que he hecho en mi vida para televisión, porque reunía actualidad, historia, crítica social, vida y humor”.

DE RABIOSA ACTUALIDAD