Creo que mi fascinación
comenzó con la película La última ola
(1977), de Peter Weir. Yo no quería ir a Sidney o Melbourne; quería ir a
Darwin, a la tierra de los aborígenes y al parque nacional de Kakadu.
Luego, llegó Bruce Chatwin
y Los
trazos de la canción, que ya me dejó obnubilada. Durante años, fue mi país
soñado, pero tras un viaje en avión a Buenos Aires, en 2010, el más lejano que
he hecho hasta ahora, me prometí no hacer otro hasta que “los aviones lleven
camas a precio módico”… ¡Demasiado para mí de inmovilidad, no dormir y dolores
…! Ahora, cercana a los 60, ya me parece imposible…
Pero viajar con otros, en la
imaginación, acompañándolos, no me está
vedado…Así, llega ahora La memoria de la
tierra. Kimberley o el Far West australiano (La línea del horizonte, 2018), del “viajero, psiquiatra de profesión”
Rafael Manrique, “construido a partir de las notas tomadas durante la travesía…Durante
el trayecto fui tomando apuntes rápidos de datos, referencias, detalles,
pensamientos, sentimientos…Con ellos he venido elaborando un relato del
trayecto entre Darwin y Broome, atravesando la región de Kimberley…se unen
observaciones, impresiones y narraciones tal como se van produciendo”. “Viajar
deshace límites, crea nuevos futuros, hace olvidar algunos pasados, aleja lo
cotidiano; aumenta la mirada, disminuye el egocentrismo, diluye el
nacionalismo, despierta el cuerpo y estimula la aparición de nuevas sensaciones…”-
escribe en el capítulo de Agradecimientos.
Kimberley,
el último Far West de la Tierra
Un día estando en la barra
de un bar en Manly, Sidney, el autor ve en una revista un reportaje “con unas
fotos impresionantes” sobre un lugar desconocido: Kimberley. Es un territorio
tan grande como casi dos veces España en el extremo noroccidental de Australia.
Y ¡allá que se va…!
“Este viaje a Kimberley…
resultó ser una experiencia completa de la Tierra…me lleva a la infancia del
planeta…Los nativos australianos, herederos directos de los primitivos
africanos…forman parte de las más antiguas poblaciones que, de forma
continuada, han vivido fuera de África desde la primera migración”.
“La
gran experiencia viajera es la del asombro”
El grupo viajero está
compuesto por 6 personas: PT, el guía (además de conductor y cocinero, casi 20
años de guía); To, una profesora (blanca con aspecto indígena) de varias escuelas
aborígenes del noreste; Ranu, una chica de las islas Fidji, con el aspecto de
las muchachas pintadas por Gauguin; Julia, una arquitecta europea que vive en
Sidney; David, un antiguo marine norteamericano de origen irlandés que trabaja
en la industria pesquera en Perth, y él mismo, Rafael. Juntos desde Darwin, en
los territorios del Norte, hasta Broome, en la llamada Australia Occidental.
“Es necesario llevar todoterrenos 4X4 con, como mínimo, dos neumáticos de
repuesto, gasoil, agua y alimentos”. E ir en la estación seca, claro.
Indígenas
Australianos: “una vida sencilla en lo material y compleja en lo espiritual”
Así pidieron ser llamados en
los años 80 del siglo XX (en vez de “aborígenes”). En la actualidad, son menos
del 2% de la población. Los grupos principales: Los Gurindji, Kokotha,
Manjiljarra, Pitjantajara, Yirrakala y Yungngora.
Una conversación con To: “P.
¿El mundo aborigen es de pocas
palabras? R: Es de pocos discursos. Está lleno de significados que se pueden
leer si se sabe hacerlo”…
Por ejemplo, la aparición de
las Pléyades, las “Siete Mujeres”, advierten de que llegan las noches más frías
del año, o las flores y frutos de algunas plantas, indican la época del año en
que estamos o la temperatura que se espera.
Las
Pisadas de los Antepasados o el Camino de la Ley
“Durante la creación de la
Tierra, en el tiempo del Ensueño, vivían seres míticos que…en su deambular,
dejaron huellas y marcas de su paso que los aborígenes pueden identificar con
nitidez. Esto convierte todo el territorio en especial, en divino…La tierra no
es de nadie. Es del grupo totémico, de los actuales miembros, de los
antepasados y de los seres primordiales que la fundaron…ni se compra ni se
vende…Todo está conectado, todo es sagrado”.
Song
Lines o Dream Lines, Huellas del Ensueño
o Trazos de la Canción
Son caminos que permiten la
transmisión de la memoria oral. “…las canciones codifican un laberinto de
senderos…Son estructuras narrativas y prácticas rituales muy complejas (no es
una música para tararear o ejecutar)”.
Por ejemplo, El Echidna Chasm [grieta, sima, cañón,
desfiladero] “fue hecho por las púas del
Echidna primordial en su Camino del Ensueño”.
“Para muchos aborígenes, los
valles estrechos y longitudinales que se forman en el terreno…son la huella del
recorrido que realizó, por ejemplo, la
Serpiente Arco Iris de su cosmogonía”.
“Muchas de sus pinturas son
información codificada para saber dónde y cómo localizar las fuentes de agua…pozos
y lagunas…”.
“Musts”
y lugares preferidos de Rafael Manrique
Su paisaje preferido dice
ser “alguna de las playas aisladas, solitarias y bellas que hay siguiendo…la
corriente del río Manning”.
CONOCER
MÁS
https://www.ellenbraestation.com.au/.
Ellenbrae Station.
http://www.arquitecturaenacero.org/proyectos/sustentable/dos-obras-de-glenn-murcutt. Casa Simpson-Lee de Glenn Murcutt.
Cine. La última ola (1977), de Peter Weir.
El resumen en Film Affinity:
“David Burton es un abogado australiano que vive tranquilamente con su hija y
su esposa hasta que unos sueños premonitorios le revelan parte del conocimiento
prohibido de los aborígenes. Un asesinato que debe investigar le pondrá en
contacto con Chris, integrante de una tribu y conocedor de sus rituales”.
https://www.youtube.com/watch?v=Tu-Hhl-WK-U. Tráiler de La última ola.
https://www.youtube.com/watch?v=7tUD2ALC3Mw. The last wave. “Dream is a hero of something real”.
https://www.youtube.com/watch?v=D_7BYTf95Vc. Entrevista con Peter Weir.
https://www.espinof.com/criticas/peter-weir-la-ultima-ola-premonitorios. “…la idea que después terminaría germinando en el guion de 'La última ola' ('The last wave', 1977) se le ocurrió a Peter Weir a partir de una insólita vivencia mientas viajaba por Túnez: estando en unas ruinas romanas le asaltó la impresión de que se iba a encontrar con algo inesperado, hallando al poco tiempo el cráneo de un niño.
Compartida a su regreso a Australia tan inusual premonición con el actor aborigen David Gulpilil, éste no dio ninguna importancia al suceso dada la gran relevancia que en la cultura tribal oriunda del continente los sueños y las premoniciones son una forma habitual de percibir el mundo que nos rodea. Intrigadísimo por lo que Gulpilil le había comentado acerca de los sueños, Weir hizo acopio de obras de diversos autores entre los que se contaban Jung o Heyerdahl y comenzó la escritura del que sería el libreto de su tercera producción.
…Con el firme deseo de que la cinta explorara el sistema de percepción a través de los sueños de los aborígenes australianos, Weir tuvo la ayuda, de una parte, del director de la Fundación Cultural Aborigen y, de otra, de Nandjiwarra Amagula, hombre santo de Groote —una isla del noroeste de Australia propiedad de una tribu aborigen— que terminaría encarnando en la cinta a Charlie, el intrigante chamán que aparece en la cinta.
En 'La última ola', Weir nos conduce por el intrincado mundo de los sueños y las premoniciones a través del personaje interpretado por Chamberlain, un abogado que se tendrá que encargar de la defensa de cinco aborígenes acusados de asesinato al tiempo que, gracias a dos de ellos, va entrando en contacto con una parte de él mismo que desconocía y que le abre a un terrible descubrimiento”.
Cine. Walkabout (1971), de Nicholas Roeg.
Argumento (según la Wikipedia): “Dos jóvenes hermanos se encuentran
abandonados después del suicidio de su padre. Intentando sobrevivir en el
desierto hostil, se encuentran con un joven aborigen en pleno “walkabout” (rito de iniciación de los aborígenes australianos al que se
someten en el periodo de la adolescencia durante el cual viven en el desierto
hasta 6 meses “buscándose la vida”). Basado en la novela de James Vance
Marshall, publicada en 1959.
https://www.theguardian.com/film/2016/aug/09/how-we-made-walkabout-jenny-agutter-nicolas-roeg-luc-roeg. Cómo hicimos Walkabout (en inglés).
Libro. Resumen de Los trazos de la canción en La Casa del
Libro:
“Una colosal aventura real a
través del paisaje australiano.
Para un aborigen australiano, su país es como una inmensa partitura musical:
allí donde pisa puede cantar canciones inmemoriales que hacen surgir el
paisaje, otorgan derechos territoriales, posibilitan el trueque simbólico y
permiten expresar el alma del cantante.
Fascinado por estas prácticas, antiguas y poéticas, Chatwin descubrió durante su experiencia en Australia no sólo la naturaleza de los aborígenes, sino la de los nómadas en general, y en este libro apunta conclusiones sobre la curiosidad que permanece insatisfecha en el hombre moderno.”
Fascinado por estas prácticas, antiguas y poéticas, Chatwin descubrió durante su experiencia en Australia no sólo la naturaleza de los aborígenes, sino la de los nómadas en general, y en este libro apunta conclusiones sobre la curiosidad que permanece insatisfecha en el hombre moderno.”
Autora. Patricia
Wrightson (LIJ)
Escritora
de literatura infantil y juvenil australiana (1921-2010), premio
Andersen 1986.
El Nargún y las estrellas.
Resumen en LibrosInfantiles.net: “El Nargun es
una criatura perteneciente a la mitología aborigen de Australia. Mitad hombre y
mitad piedra, el Nargun entabla un viaje a todos los puntos de Australia,
incluso donde no es bienvenido… Además del Nargun otros elementos
sobrenaturales aparecen en el relato, como Potkoorok, los Turong o los Nyol.”.
Otros
títulos: La invasión del hielo y El escalofrío.
En El
escalofrío, el protagonista es un Njimbin, un espíritu ancestral, “el
solitario escalofrío de un lugar que no la conocía ni la quería”. “Siempre
había sabido que aquella cosa antigua era parte de la propia tierra, y no podía
sostener una guerra contra la tierra”…
SABER MÁS
https://www.youtube.com/watch?v=mfI4hK9I2k0. Tráiler de Australia (2008).
https://elpais.com/diario/2002/02/01/cultura/1012518005_850215.html . 50 artistas aborígenes australianos exponen su
obra actual en el Retiro madrileño en 2002.