martes, 9 de julio de 2013

VOLUNTARIADO AMBIENTAL, RELATO DE UNA EXPERIENCIA

TCV son las siglas de The Conservation Volunteers, Voluntarios por/para la Conservación (www.tcv.org.uk). La asociación nació en el Reino Unido,  en 1959, como BTCV (British Trust for Conservation Volunteers) cuando un grupo de voluntarios, entre los que se encontraba el naturalista David Bellamy, se puso a trabajar para eliminar el cornejo de una zona yesera en el sur de Inglaterra.

En la actualidad, TCV -líder de la conservación práctica en Gran Bretaña- integrada por más de 130.000 miembros, lleva a cabo más de 450 proyectos tanto en el Reino Unido como en otros países a través de su sección internacional.

Los proyectos abarcan desde la mejora de accesos a la gestión de bosques, la construcción de vallas de piedra, el mantenimiento de los paisajes costeros o la restauración y plantación de setos vivos.

No se necesita experiencia o conocimientos previos ya que los monitores dan todas las explicaciones y hacen todas las demostraciones necesarias para comprender el tipo de trabajo.

Un día típico

Un día típico empieza hacia las 9 de la mañana tras un buen desayuno. Una vez trasladados al lugar y antes de comenzar, una breve charla sobre el manejo de las herramientas y el trabajo que se va a realizar ese día.
El almuerzo suele ser un picnic a base de sandwiches y se hacen un montón de paradas entre medias para tomar  té y descansar física y mentalmente.
El día termina hacia las 5 de la tarde. Luego, la ducha, la preparación de una cena pantagruélica, el pub local o un rato de juegos de mesa y risas antes de acostarse.
En cada Natural Break o "vacaciones de trabajo para la conservación" hay un día libre para explorar los alrededores y proponer alguna excursión. El grupo, de lo más heterogéneo, no suele ser de más de 12 personas con edades comprendidas entre los 16 y los "taitantos" años. Totalmente intergeneracionales.

Un campo de trabajo cualquiera: restaurar setos

TCV ha constatado que cada año se pierden más de seis mil kilómetros de setos vivos, un rasgo cultural del paisaje con importantes funciones ecológicas (pantalla contra el viento, refugio y alimento para la fauna, alimento...). Entre 1984 y 1990 los setos abandonados en el Reino Unido pasaron de treinta y tres mil a setenta y cuatro mil kilómetros, casi el doble en seis años. Hoy en día se plantan pocos setos: un seto bien tupido puede llevar más de 25 años de trabajos ininterrumpidos y la poda a mano ha de realizarse en los meses más fríos del invierno.
Sin embargo, muchos necesitan de mantenimiento y gestión.
Este es el sentido de la existencia de muchos grupos locales de conservación.

Del diario de viaje

Domingo, 17 de noviembre, primer día

Salimos con un día penoso, el English weather, lluvia y humedad.
Primero nos enseñaron las herramientas, cómo utilizarlas y llevarlas. Por ejemplo, no se deben usar los guantes con las herramientas que "suingan" (con vaivén) como "billhooks"(“podaderas”) o "axes (“hachas)" (para que no se te resbalen de las manos). Luego, a trabajar. Yo formé pareja con Ken, un Clint Eastwood de pelo blanco: la fuerza y el arte. Yo, el arte, claro.
Lo primero que hicimos fue serrar los saúcos, árboles de madera muy blanda que asfixian a los otros. Luego, cortamos las ramas que interferían en la valla metálica para quitarla y tumbarla en el suelo. A continuación, en nuestro trozo de seto, elegimos dos árboles y separamos bien sus ramas superiores para que en la caída no se arrastraran el uno al otro. Después, con la sierra o la podadera - a gusto- empezamos a cortar los troncos en diagonal sin aserrarlos del todo, solo hasta la corteza y... a hacerlos caer con suavidad, sin que se partieran, en un ángulo de 30 º, en dirección a la colina. De esta forma, la savia sigue fluyendo y el árbol, en vez de pudrirse, se mantiene verde por algún tiempo. Es cierto que es "destruir para construir", como dice Paul, nuestro monitor.

Último día

Somos unos maestros. Hemos construido metros y metros de seto. La verdad es que el trabajo cunde. Y no es tan cansado, incluso mentalmente, como construir vallas de piedra.
Nichola y yo hemos formado equipo ante un grupo de avellanos y lo hemos hecho bastante bien. A pesar de los guantes, todos hemos cosechado unos cuantos golpes y algunas espinas de los majuelos y endrinos. Para dejarlo atado y bien atado, clavamos cada 50 centímetros, más o menos, una estaca en vertical entre las ramas tumbadas, no vaya a ser que un golpe de viento se lleve nuestro bonito trabajo por los aires. Luego, del lado de fuera de la cerca podamos las ramas. Del lado de dentro se dejan tal cual porque se supone que es para impedir que el ganado, fundamentalmente ovejas, se acerque y lo salte.
Tras seis días, ya me he enterado de todo: los mejores árboles para setos vivos son majuelos y endrinos (porque pinchan). La mejor edad, cuando tienen entre 5 y 6 centímetros de diámetro- ni demasiado tiernos ni demasiado duros para ser cortados. La inclinación al suelo, de unos 30 grados.
Creo que me compraré una podadera cuando llegue a casa...


Otra actividad: La construcción de tapias de piedra seca

El arte de esta construcción se dice que se remonta a la Edad de Hierro. Entonces, se levantaron las primeras vallas con los cantos rodados que se sacaban de los campos de cultivo. Por eso, muchas de estas paredes son límites antiguos con gran valor arqueológico. Hoy, más que construir nuevas vallas, se trata de reconstruir las ya existentes o de reparar huecos allí donde las piedras se han desmoronado.

En España, que les conste a la Asociación de Constructores de Vallas de Piedra del Reino Unido, no existe ninguna organización similar. Como mucho, algunos canteros o particulares por propia iniciativa levantan alguna de estas paredes sin mortero ni cemento. Tampoco existe constancia de cuántos kilómetros de vallas se han perdido o están en estado lamentable, aunque es fácil de comprobar dándose un paseo por el campo.

Una Asociación y algunos consejos

En Inglaterra, conscientes de la pérdida de tapias y de la desaparición de maestros canteros, se constituyó una Asociación a finales de los años 60 para conservar, mejorar y difundir la educación en el arte de construir vallas de piedra sin cemento ni argamasa. Hoy, TCV ha recogido el testigo y cientos de voluntarios cada año colaboran en la restauración de estas lindes, algunas de ellas centenarias.

Es un trabajo duro en el que no es infrecuente pillarse los dedos. Hay que tener cuidado igualmente con la espalda al mover piedras pesadas y flexionar las rodillas en todo momento. Es importante también, de cuando en cuando, apartarse de la valla para ver cómo va y relajarse mentalmente. (Cansa mucho el pensar qué piedra le va bien a este o aquel intersticio). Pero es uno de los trabajos donde es más fácil constatar las cosas tan extraordinarias que pueden hacerse con el esfuerzo del grupo. Cuando ves la tapia acabada, parece increíble que eso haya salido de tus manos. Vamos, que si te lo dijeran antes de empezar, no te lo creerías.


The Dry Stone Walling Association. Muros de Piedra Seca

La Asociación se fundó en 1968 con el objetivo de conservar, mejorar y transmitir al público conocimientos sobre el arte de construir vallas de piedra sin cemento. Para ello, lleva un registro tanto de constructores profesionales como de canteras, y organiza cursos para toda persona, profesional o aficionada, que quiera aprender más sobre esta disciplina. Además, cada cuatro meses edita para sus asociados una revista, "Waller and Dyker", con artículos de información general, cursos, encuentros prácticos y actividades de los grupos locales. También promueve un circuito de competiciones entre las diferentes ramas regionales, demostraciones y exhibiciones. Edita igualmente diversos folletos, libros y vídeos sobre la materia.

¿Por qué las vallas de piedra?

Estas son algunas de las razones para promover su construcción:
- Mejoran el paisaje y son parte de nuestra herencia.
- Al estar construidas sin mortero ni cemento, son más resistentes a las heladas.
- Proporcionan un hábitat muy valioso para plantas, animales e insectos.
- Una tapia está más acorde con el entorno que cualquier cerca metálica.
- Duran más que las metálicas, y la piedra puede utilizarse de nuevo en una reconstrucción sin dejar restos de alambre oxidado.
- Ofrecen sombra y cobijo, son resistentes al fuego y a la podredumbre, pueden levantarse en terrenos pedregosos donde es difícil clavar un poste y, con frecuencia, mejoran el terreno al utilizar las piedras superficiales.

Un trabajo duro

Para iniciarse y ver si a uno le gusta o no, la Asociación recomienda hacer un curso de fin de semana. Luego, puede contactar con alguno de los maestros artesanos del registro de la Asociación para pulirse antes de empezar el trabajo por su cuenta.

SETOS Y VALLAS DE PIEDRA, RASGOS PRIMITIVOS DEL PAISAJE

La tradición de vallar huertos con setos vivos (fundamentalmente zarza, majuelo y rosal silvestre) se remonta a muy antiguo. Estos vallados son ecosistemas en miniatura que albergan y sustentan a un buen número de especies animales, desde insectos a pequeños roedores y, sobre todo, pájaros como el carbonero, el herrerillo, el jilguero, el pinzón, el ruiseñor y varias currucas. Los setos son, por esta razón, un lugar ideal para la iniciación a la ornitología.

UN TRABAJO COLECTIVO: MEJORAR LOS ACCESOS Y RESTAURAR CAMINOS

En 1996 la demanda más popular fue la mejora de accesos y la reparación y creación de senderos seguida por la restauración de setos y la plantación de árboles. Mejorar los accesos supuso más de la cuarta parte del trabajo del TCV de acuerdo con su filosofía de que la existencia de caminos es la única manera de que estos no se abran por todas partes.

Otra campaña importante ha sido la de protección y creación de estanques, el hogar de una tercera parte de las plantas nativas del Reino Unido. Según David Bellamy, en cien años han desaparecido más del 75%. Peter Harper, del Centro de Tecnologías Alternativas de Gales, anima a construir estanques aunque sean tan pequeños como un fregadero. Es una forma de observar la vida en directo y de proteger especies como efímeras, botones de oro, ranas...

EL VOLUNTARIADO TIENE UN PRECIO

En 1997, el Gobierno británico reconoció  el valor de "un día de voluntariado" asignándole un "precio" de 46 libras (unos 60 euros actuales entonces) persona/día. Si se multiplican esos 60 euros por el número de días trabajados y el número de voluntarios, éstos estaban haciendo una contribución de 18'5 millones de libras ( 222 millones de euros) cada año al medio ambiente.

DIRECCIONES ÚTILES

*The Conservation Volunteers (TCV). Sedum House. Mallard Way. Doncaster DN4 8DB. UK. http://www.tcv.org.uk/. Correo-e: information@tcv.org.uk. Tel: 0132 388 883

*Dry Stone Walling Association (DSWA). Lane Farm, Crooklands. Milnthorpe, Cumbria. LA7 7NH. UK. www.dswa.org.uk. Correo-e: information@dswa.org.uk. Tel: 015395  679533.

*Paisajes de la piedra seca en España (recopilación de webs) http://www.catpaisatge.net/dossiers/pedra_seca/esp/directori.php#ESPAÑA



Bibliografía

* Los cudoneros del valle de Toranzo, por Ángel San José Mediavilla. IV Premio Cabuérniga de Culturas Rurales. 1999.



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