viernes, 7 de junio de 2019

MÁS CARMEN DE BURGOS (sus novelas) 86 AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE (EN 1932)




En 1931 publicó la novela Quiero vivir mi vida, con prólogo-ensayo de Gregorio Marañón, médico y amigo, y una biografía en sus propias palabras (de 1909).

“Si yo fuera rica, no tendría casa. Una maleta grade y viajar siempre…”- escribe en la primera página.

Sobre su vida, cuenta: “Me crié en un lindo valle andaluz…a la orilla del mar, frente a la costa africana…mi inolvidable Rodalquilar”. Del pueblo (la inocencia) pasó a la ciudad (donde se topa con la realidad). “Lloré con los oprimidos y envidié los mundos donde no habitan los hombres…”. Y finaliza el periplo: “ Hoy solo creo en el arte y acepto el amor como bella mentira, una forma más perfecta de la amistad”.

Habla de su vida como profesora  y de su vida de periodista: “He escrito miles de artículos en toda la prensa del mundo…”. No es vanidad ni exageración: a lo largo de su vida escribió diez mil, publicados en 140 periódicos de todo el mundo.


“¿Libros? Muchas traducciones, muchos prólogos…mucho trabajo de hojarasca para ganar el sustento”. De todo lo que ha producido, destaca dos, “los dos únicos libros que amoPor Europa, descripción de un viaje a Francia e Italia, escrito con toda sinceridad…y Cuentos de Colombine [en realidad, novelas cortas, una selección realizada por ella misma], en los que puse mucho de mi alma”. “En mis cuentos era yo, era mi pensamiento el que se mostraba” –dirá más tarde. [Publicados en 1925, incluyen: El artículo 438 (1921), El abogado, El novenario, Los huesos del abuelo (1922) y La mujer fría (1922). En el prólogo autógrafo, confiesa: “Nunca pensé que me sería tan difícil elegir entre mis novelas…son las que he sentido más íntimamente, ya porque marcaran un momento en mi vida y perpetuaran el recuerdo de un hecho o un paisaje, o ya porque aspiraron a realizar una obra de justicia”.] En su escritura se describe como “naturalista romántica”.


Sobre ella, deja caer aquí y allá algunas características: “No soy ambiciosa ni me importa el juicio ajeno…Detesto la hipocresía…Me gusta rodearme de la gente joven…Sé amar a mi hija…, atender a las labores propias de mi sexo…me gustan los cintajos y los trapos…”.

Y finaliza con lo que ella llama sus “caprichos”: “Un día me pongo el mantón…para ir a enterarme de cómo son las casas donde duermen los golfos o cómo viven los gitanos del barrio de las Cambroneras. Otro día tomo un palco en el Real…Ya tomo el tren para ver la miseria de una ciudad minera, para curar heridos en Melilla o para aceptar una paella en la Albufera valenciana…, o escapar a París a comprarme un abrigo…”.

Gregorio Marañón termina su prólogo, diciendo: “Lo que quería, sobre todo, era rendir un homenaje de admiración a la vida de esta noble luchadora, que no ha conocido un día sin una batalla; y en todas se ha puesto invariablemente del lado de la dignidad de la mujer y de la justicia y la libertad de las mujeres y de los hombres”.

En esta novela, una de las últimas que escribió, la pone de ejemplo de la llamada literatura psicológica. “Carmen de Burgos conoce…al por menor todas estas orientaciones de la psicología de ahora. En su vasta cultura ocupan un sitio fundamental las contribuciones de los psiquiatras, de los naturalistas y de los literatos que han aportado tantos materiales a la ciencia…ha escrito una novela en la que desarrolla un conflicto de la psicología y del instinto, de la mayor modernidad, de un interés actual apasionante”.

SABER MÁS











https://elpais.com/cultura/2019/03/29/actualidad/1553878881_243283.html. Las 10.000 crónicas de Colombine, la primera corresponsal de guerra. Una antología reúne 350 artículos de Carmen de Burgos, borrada de la historia de la literatura y el periodismo españoles durante la dictadura por su compromiso social. Es una selección de 350 artículos de los casi 10.000 que escribió en unos 140 periódicos de todo el mundo.





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