Como,
tras la concesión del Premio Princesa de Asturias a Siri Hustvedt, no había
conseguido localizar un libro suyo ni en la biblioteca pública ni en una
librería cerca de casa, me dije: Pues voy a echar un ojo a la obra de su
marido, Paul Auster…
Me llamó la atención un
libro que no era de su editorial habitual. Cuando lo extraje de la balda, vi
que era realmente una “edición” de Paul Auster, pero no un libro escrito por
él. El postítulo, decía: “Relatos verídicos de la vida americana”.
En el prólogo, explica:
“Esto es algo que no entraba en mis planes. El Proyecto Nacional de Relatos…”.
Cuenta que reconvirtió una petición de colaboración de una radio en una lectura
de las mejores historias enviadas por la gente. La idea fue de su esposa,
Siri. “Yo lo único que hice fue asumirla
y echar a correr…”- dice el escritor.
Historias
reales que bien pudieran ser una ficción
Los relatos tenían que ser verídicos y breves (para ser leídos -5
o 6 cada semana- en un espacio de 20 minutos del programa de radio), pero no
había restricciones en cuanto a tema o estilo. En un año (1999-2000) recibió
más de cuatro mil relatos. “Ha sido un trabajo especialmente gratificante, una
de las tareas que más me han inspirado a lo largo de mi vida”- dijo.
Un
museo de la realidad estadounidense
“Este libro ha sido escrito
por personas de todas las edades y de todas las clases sociales…El colaborador
más joven tiene apenas 20 años; el mayor ronda los 90. La mitad de los
escritores son mujeres, y la otra mitad, hombres…Pertenecen a 42 estados
diferentes…”.
El escritor recalca que los
que están lo deben solo a sus méritos (“humanidad, autenticidad, atractivo”).
Los relatos los ha agrupado
en 10 categorías: Animales, Objetos,
Familias (un tercio de los reatos hablan de la familia), Disparates (“historias
cómicas”), Extraños, Guerra, Amor, Muerte, Sueños y Meditaciones.
“Todos nosotros sentimos que
tenemos una vida interior”, que queremos, que necesitamos comunicar.
La
Antología. Crónicas desde el frente de la experiencia personal
Contiene 179 relatos
seleccionados, “los que considero que son los mejores entre las cuatro mil
historias”. La gama de contenidos va “desde la farsa a la tragedia”.
Si bien solo una pequeña
parte puede considerarse en sentido estricto literatura, “aunque sus autores
carezcan de técnica, la mayoría de sus relatos son inolvidables… han sido lo
suficientemente atractivos como para atraparme de principio a fin”.
En muchos, la casualidad o
el azar, conceptos muy queridos por Auster,
son los protagonistas. Es un placer leer tantos relatos diferentes
escritos por la gente común.
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