lunes, 8 de julio de 2024

HUMILLADEROS, ASUBIADEROS Y SANTUCOS (DE ÁNIMAS) EN CANTABRIA

 

Según el (diccionario) Covarrubias, de 1611, humilladero es “cierta capillita sobre pilares y cubierta con techo, dentro de la cual está en medio, de ordinario, una cruz con la imagen de nuestro Redentor…, u otra insignia devota de nuestra Señora o de algún santo…”.  A continuación, nos enteramos de las distintas maneras de “humillarse” (que viene de humus= tierra): “hincando las rodillas en tierra, con genuflexión o inclinación de cabeza”.

“Comúnmente está en las entradas o salidas de los lugares al camino real o trillado”. Otras veces están descubiertos, con cruces de piedra sobre peanas de gradas. Y otras “son de palo” (de madera) y los caminantes les agregan  piedras.

“Sitio con una cruz que suele haber a la entrada de los pueblos -dice el María Moliner, más conciso y reductor.

El origen se sitúa en el Concilio de Trento cuando se promulga el concepto de Purgatorio como dogma de fe (frente a los protestantes, que no creían en él). La única forma de salir del Purgatorio es por misas, oraciones o limosnas, que han de realizar los vivos (es frecuente la inscripción: “Con limosnas y oraciones saldremos de estas prisiones”). Surgen entonces las llamadas cofradías de ánimas, que, en los siglos XVII y XVIII, llegan a convertirse en las hermandades con mayor capacidad económica en el mundo rural. Todo esto nos lo cuentan  Ana Rubio Celemín y Jesús Ruiz Cobo en su libro Humilladeros y santucos de Cantabria.

Los Santucos solo se encuentran en La Montaña (Cantabria), unos 200, en las merindades de Burgos y algún caso aislado en Asturias. Todos se construyeron en los siglos XVIII y XIX.

SABER MÁS

https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/santucos-patrimonio-exclusivo-cantabria-20231105071323-nt.html. Los santucos, patrimonio exclusivo de Cantabria. En la región se conservan 200 ejemplares dispersos entre varias comarcas.

https://desdelmiradordeyeyo.blogspot.com/2012/12/los-santucos-la-antigua-costumbre.html. Los santucos. “La antigua costumbre romana de colocar mojones en las calzadas o montones de piedras a las imágenes de sus dioses protectores de viajantes y comerciantes, fue heredada por el cristianismo. Por ello se levantaron cruces en los caminos, que a la vez de indicadores, cumplieron una finalidad religiosa al permitir al viajero solicitar la protección divina”. En Ruiloba, esta devoción debió ser fomentada por los franciscanos, ya que es la imagen de San Francisco una de las constantes en los mismos. Alguno desaparecido, como el que existía al final de la recta de Casasola, cerca de los Pozos Azules y, en el mejor de los casos, han sido trasladados de lugar como el de Casasola o el de la recta de Ruilobuca, permaneciendo aún en pie. 


https://elcorreodelasmatas.blogspot.com/2017/10/humilladeros-animas-santucus-o-cruceros.html. HUMILLADEROS, ÁNIMAS, SANTUCUS o CRUCEROS. Con el dinero de los limosneros (huchas) se pagaba su mantenimiento y se compraban cruces e imágenes de santos.

https://lacantabriaburgalesa.wordpress.com/2018/10/18/capillas-de-animas-santucos-y-asubiaderos/. Capillas de ánimas, santucos y asubiaderos. Asubiaderos para asubiarse o protegerse de la lluvia.

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-cofradia-de-animas-de-antiguedad-palencia-apuntes-para-su-historia/html/. La Cofradía de las Benditas Animas fue fundada en Antigüedad (Palencia) en 1701 por los franciscanos PP. Fray Manuel de San Antonio y Fray Francisco Ruiz, del convento de Sahagún, con ocasión de las misiones que predicaron ese año en el pueblo.

El capítulo 13 de su regla manda que todas las noches haya un hombre que "al tocar las aves marías" diga en las esquinas de las calles en voz alta e inteligible: "Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y María Santísima Nuestra Señora sin pecado original en el primer instante de su natural, amén. Hermanos, acordémonos de aquellas Benditas Ánimas del Purgatorio que están padeciendo grandísimas penas, socorrámoslos con un padre nuestro y un avemaría para que cuando nos hallemos haya quien por nosotros haga otro tanto".

En la literatura

El primer “recuerdo de antaño” de Domingo Cuevas (Comillas, 1830-1907) se titula precisamente “El santuco de la mies” (publicado en la recopilación de 1893). En ella narra el proceso hasta que se erige el santuco encargado por la tía Ortegona al morir “que sirviera de abrigo… a las gentes que estuvieran de laboreo en la mies, y también para el trashumante…”. 

Otras obras de los autores

Cantabria, mil y una ermitas (2021).

Catálogo de ermitas de Cantabria (2022).

Los antiguos hospitales de Cantabria.

Ventas y arrieros de los viejos caminos de Cantabria.

 

 

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