lunes, 29 de julio de 2024

VIAJES A TIERRAS INIMAGINABLES. Historias sobre demencia, cuidadores y el funcionamiento de la mente

 

“Cuando tenía 25 años me fui a vivir con un hombre de 98…” -así comienza el prefacio de Dasha Kiper,  directora, en la actualidad,  de una asesoría clínica de grupos de apoyo en una organización neoyorquina especializada en el cuidado de personas con alzhéimer. Ese fue su primer trabajo como cuidadora mientras era estudiante de posgrado en la universidad de Columbia, donde obtuvo un máster en Psicología Clínica. Este es su primer libro.

“Antes de estudiar Psicología Clínica había estado estudiando al doctor Oliver Sacks [neurólogo británico, 1933-2015]. Nunca llegué a conocerlo en persona… Lo que me enamoró del doctor Sacks fue lo mucho que él se enamoraba de sus pacientes…”.

“Cuando me pidieron que cuidara del señor Kessler, lo vi como una oportunidad para observar cómo una persona luchaba por preservar su propia identidad incluso cuando una enfermedad neurológica  la erosionaba… A diferencia del cáncer o la insuficiencia cardiaca, las enfermedades cerebrales no conllevan una delimitación clara entre la patología y el paciente…, entre patología y resiliencia”.

Ella, en los estudios de casos, no habla solo del paciente sino también del cuidador (“No olvidemos a los cuidadores”). Su conclusión es que el cerebro sano no ha evolucionado para adaptarse a la demencia… “Paciente y cuidador siguen interactuando como siempre… Dado que los pacientes tratan de compensar su pérdida todo el tiempo que pueden, los cuidadores no solo son testigos de la enfermedad, sino también de cómo esa persona se defiende de ella”.

Ella misma se pone de ejemplo

“Hice algo que los cuidadores no deberían hacer nunca: me puse a discutir con él… ¿Dónde estaba el desapego compasivo que el doctor Sacks juzgaba indispensable para cuidar de las personas con discapacidades neurológicas…?”.

“La mayoría de los cuidadores no pueden evitar preguntar a voz en grito: Pero, ¡¿es que ya no te acuerdas?!...”.

“A lo largo de los años he encontrado mucha ira en los cuidadores… Algo que con el tiempo acabaría oyendo de labios de muchos cuidadores: Solo recuerda lo que quiere recordar… ¿No deberíamos aceptar, de una vez por todas, el hecho de que los pacientes recuerden algunas cosas pero no otras?... Puede que los pacientes con demencia no recuerden el nombre de una persona o su relación con ella, pero las emociones asociadas a esa persona, a menudo permanecen”.

Lo que ha aprendido

“Hace unos años yo hacía todo lo posible por cambiar el comportamiento autodestructivo de los cuidadores y mitigar el consiguiente sentimiento de culpa. Ahora, en cambio, creo que nuestros esfuerzos deberían ir en otra dirección… esforzarse en comprender una mente”.

“Cuando empecé a escribir este libro quería entender mejor las dificultades que afrontan los cuidadores…”.

“Lo que necesitan no son mis palabras de consuelo, sino poder expresar sus pesares”.

“A veces, lo más difícil de escuchar a los cuidadores es saber que no puedo aliviar su sentimiento de culpa”…

Sus palabras

https://www.vogue.es/articulos/dasha-kiper-demencia-libro-cuidados-viajes-a-tierras-inimaginables-entrevista. Entrevista en la revista Vogue.

“Nuestra mente tiene una tendencia a ver las cosas como eran, no como son. Ante los signos degenerativos, muchos pacientes con demencia se aferran al pasado, al igual que lo hacen los cuidadores”.

“La misión de nuestro cerebro no es ser preciso, sino crear significado y narrativas que nos ayuden a sobrevivir, lo que es algo tan maravilloso como exasperante, porque nadie va a recordar las cosas exactamente como nosotros lo hacemos”.

Notas interesantes

El yo no es un “observador neutral del mundo”, puesto que recuerda los acontecimientos pasados bajo “una luz que le favorece” (Daniel L. Schacter).

SABER MÁS

https://www.youtube.com/watch?v=QiZGhGXgKW4. Mientras seas tú. El aquí y ahora de Carme Elías: “La pared se va estrechando, estrechando…”.

 

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