viernes, 19 de febrero de 2016

ANNA KARÉNINA Y LOS DIARIOS DE SOFIA TOLSTÓI

(“Leer en profundidad Anna Karénina y Guerra y paz te convierten en un lector de verdad”). José Ramón Sánchez.


Desde la primera página, Anna Karénina me ha parecido una novela muy moderna (fue publicada en forma de libro en 1877), tanto por su lenguaje (igual me ocurre con Séneca, Sei Shonagon o Cristina de Pizán), como por el retrato psicológico de sus personajes. Lo mismo me sucedió cuando leí El idiota, de Dostoievski. Y no me ocurrió con Madame Bovary, por ejemplo

La novela comienza con la famosa frase, tantas veces citada: “Todas las familias felices se asemejan; cada familia infeliz es infeliz a su modo”.

Según el diario de su esposa, Sofia Behrs (de casada, Tolstói), con fecha 24 de febrero de 1870, Tolstói le dice ““que ha ideado un tipo de mujer de la alta sociedad que incurre en adulterio. Dice que la cuestión está en presentar a esa mujer, no como culpable, sino como digna de compasión…”.


“Todo es físico…”. Los Diarios de Sofia Tolstói

Sofia Tolstói conoce al escritor en 1862, con 18 años. Él tenía 34,  llevaba publicando ya 10 años (Infancia, en 1852; Adolescencia, en 1854, y Juventud, en 1856. Relatos de Sebastopol, Felicidad conyugal y Los cosacos), y era famoso. Sofia será su copista (“Yo le copio sus escritos” -escribe el 10 de marzo de 1865), además de darle trece hijos (16 partos, de los que sobreviven 8). “Trece hijos vivos y otros tres malogrados”, escribe el 28 de agosto de 1910. “Por voluntad de mi marido, yo he dado a luz dieciséis veces”.

Sofia retoma su diario el 8 de octubre de 1862, solo dos semanas después de casarse con Tolstói (tras una semana de noviazgo): “Otra vez el diario, qué triste tener que retomar los viejos hábitos, abandonados cuando me casé. Solía escribir cuando me sentía mal; supongo que ahora lo hago por idéntico motivo…”. La entrada termina: “En cuanto empiezo a estar contenta, él me aplasta”.

El 13 de noviembre de 1862, apenas mes y medio después de su boda, dice estar embarazada. Conocer el pasado (“ese largo pasado tan horrible”) de su marido a través de sus diarios -que él mismo le da a leer-,  le parece horrendo. “La vida, el amor, la juventud, él los había gastado ya con las cosacas y con otras mujeres…”.

En 1891, mientras copia y pasa a limpio los diarios de Tolstói, escribe: “No hay una sola mención del amor en los diarios de Lióvochka, no al menos en el sentido que yo le doy; es como si nunca lo hubiese experimentado”.

Más adelante, en una página arrancada (de los diarios de Sebastopol y la guerra de Crimea), lee una reflexión de su marido sobre que hombres y mujeres buscan cosas distintas en el otro sexo: la mujer, matrimonio; el hombre, lujuria. Y que no hay reconciliación posible.

Tolstói: “Cuando estás de mal humor, ¡diario!”

Esto le dice su marido, en una ocasión, irritándola. Lo cierto es que escribe su diario para “concentrarse, desahogarse, confesarse”. "Escribo mi diario siempre que discutimos” -recoge el 31 de julio de 1868. “Siempre que me encuentro en este estado de angustia mental [“ideas en la cabeza que me turban, me atormentan o no me dejan en paz”], me pongo a escribir mi diario. En él vacío mi estado de ánimo y recobro la sobriedad” -escribe el 13 de febrero de 1873.

La maternidad

“Para una madre es muy duro la primera separación completa de su bebé [al retirarle el pecho]”- escribe el 5 de junio de 1870 (ya tiene 4 hij@s). “Con cada niño una va renunciando cada vez más a su propia vida y sometiéndose bajo el peso de las preocupaciones, las angustias, las enfermedades y la edad (entonces solo tiene 26 años).

Deseos

“Deseo alegría, cháchara, vestidos elegantes; quiero gustar y oír que soy  hermosa… quiero que Lióvochka salga de vez en cuando de su vida de recogimiento… y juntos los dos vivamos la vida que vive tanta gente corriente” -escribe el 13 de febrero de 1873.Tiene 29 años y 6 hij@s.

En 1887: “Me gustaría estar a solas con mi familia, llevar una vida más ordenada y disfrutar más del ocio. Los invitados me han robado y me siguen robando todo mi tiempo…”.

“Todas las madres desean lo mismo: que sus hijos sean felices” -escribe el 6 de diciembre de 1890.

“¡Qué feliz sería si supiera escribir relatos o estampas!” -manifiesta el 19 de enero de 1891.
Ella no es mansa ni sumisa; es poco paciente enseñando a sus hijos, tiene estallidos de mal genio, es severa… Pero también es defensora de la familia, aficionada a la lectura de poemas, una trabajadora incansable…

Lecturas en voz alta…

Ella: “Otra vez estamos leyendo a Dumas; a los niños les cautiva cada vez con más fuerza…” -escribe el 16 de octubre de 1878. “A los pequeños les he leído El Manantial [revista mensual infantil] y Ecos entrañables [Antología de poetas rusos]. “Masha está enferma. Le he leído El rey Lear en voz alta”.

Él: “Por las noches [agosto 1887] nos lee a todos en voz alta Almas muertas, de Gógol”.

“Liovóchka nos ha leído el Don Carlos, de Schiller, mientras yo hacía punto” (6 febrero 1891).


…y en voz baja

Ella: “Yo leía Le Journal d´une femme, de Octave Feuillet…”. “Estoy leyendo L´idée de Jean Têterol, de Cherbuliez”. “Me encanta Shakespeare…”. “Estoy leyendo Physiologie  de l´amour moderne [de Paul Bourget]” (6 de febrero de 1891). Generalmente, cosas recién publicadas, de actualidad.

Él: “Lióvochka dice que se va a tomar un descanso leyendo el Martin Chuzzlewit, de Dickens. Y yo ya sé que cuando a L. le da por leer novelas inglesas es que está a punto de ponerse a escribir”… "Por la tarde, estaba leyendo Dombey e hijo, de Dickens, cuando de pronto ha dicho: ¡Caramba, he tenido una idea!”. Tolstoi opta por los clásicos.


Las actividades propias de cada sexo

Él: “Lióvochka ha salido de caza…Ha cazado dos becadas…”. A menudo tiene accidentes: esquiando, cazando, trabajando en el campo…

Ella: “…Me tocará ponerme a zurcir en silencio; luego vendrán las clases de gramática (“He estado enseñándoles alemán a los niños”… "Clase de ruso a Masha, después a Liza de francés, más tarde a Liolia de alemán…”) y las escalas… Después, por la tarde, vuelta a los zurcidos…”. “¡Qué monotonía infernal!”- escribe el 7 de enero de 1891.

“Ayer me ocupé de la venta de leña, de las negociaciones por el reparto de las tierras…, ingresé dinero en el banco, hice compras…”-escribe el 5 de diciembre de 1890.

El nido vacío

En 1882, Serguei (Seriozha), el hijo mayor, empieza la universidad en Moscú y toda la familia se traslada a la ciudad. Allí pasarán los inviernos hasta 1901.

“Iliá [su segundo hijo varón] me apena profundamente con su vida misteriosa y disoluta. Ociosidad, vodka, mentiras frecuentes, malas compañías y, lo que es más importante, ausencia de toda vida espiritual” -escribe el 6 de marzo de 1887. “Iliá vive en una isba [cabaña de troncos, típica vivienda campesina rusa]… Me da mucha lástima, pero tengo que hacerme a la idea de que los polluelos han abandonado el nido”.

“Todos mis hijos se han independizado” -escribe el 20 de noviembre de 1890. “Vivo con los pequeños y los educo…”.

Chertkov, tolstoianos y los “oscuros”

“Ha llegado carta de Chertkov [1854-1936]. No me cae bien: es obtuso, taimado, intolerante y mala persona” -escribe el 6 de marzo de 1887. Con él y con Biriukov, Tolstoi ha creado la editorial El Intermediario  en 1884 para publicar obras literarias y de divulgación científica a precios económicos, para difundir la lectura entre el pueblo.

Imbuido del espíritu cristiano desde 1882, se vuelve vegetariano por temporadas. Tiene discípulos y seguidores que se acercan a verle con asiduidad. “Es el precio que debemos pagar por la fama y la novedad de sus ideas” -escribe su mujer.

Dependencia emocional

“Estoy tan acostumbrada a vivir, en vez de mi propia vida, la de Lióvochka y los niños que el día en que no hago nada para ellos o relacionado con ellos me siento vacía e incómoda. Es una lástima que con esta eterna dependencia sentimental de la persona amada haya malogrado mis distintas capacidades y mi energía”- escribe el 31 de diciembre de 1890.

Fotógrafa

“Ayer [2 de julio de 1887] Seriozha y yo estuvimos haciendo pruebas con la cámara que he comprado”. Uno de sus autorretratos está fechado el 10 de julio de 1900.


Yasnáia Poliana

Es una finca rural a 12 kilómetros de Tula, en Rusia, donde viven habitualmente. Significa en ruso “Claro del Bosque”.

Anna Karénina


En 1875, cuando Anna Karénina aparece en forma de folletín en una revista, Sofia tiene 31 años y Tolstói 47.

“Todo iba manga por hombro en casa de los Oblonski. La esposa, enterada de que el marido andaba en relaciones íntimas con una muchacha francesa que había sido institutriz en la casa, había anunciado que no podía seguir viviendo con él bajo el mismo techo…”.

El príncipe Stepan Arkadich Oblonski, Stiva, es descrito como un hombre de 34 años, “bien plantado y enamoradizo”. En cambio, su esposa, “madre de cinco hijos vivos y dos muertos”, solo un año menor que él, a sus 33 años, aparece como “una mujer extenuada, envejecida, sin atractivos y por ningún concepto notable”,  excepto por ser una buena madre (“tan contenta y tan feliz con los niños…”).

En el orden intelectual, a Stepan no le interesan “ni la ciencia, ni el arte ni la política”, pero apoya “con firmeza las opiniones que tanto la mayoría como su periódico profesaban sobre estos temas y solo las cambiaba cuando la mayoría lo hacía… El liberalismo… estaba más conforme con su estilo de vida”.

Sobre su relación de pareja (9 años), “reparar y rectificar las relaciones con su esposa era imposible, porque era imposible devolverle sus atractivos y hacerla digna de ser amada, o hacer de él un viejo incapaz de amar”.

La tónica general en la pareja son reproches y contradicciones: “Tú te acuerdas de los niños para jugar con ellos [“…pero jamás te ocupas de ellos”- como recoge en su Diario Sofia Tolstói, hablando de su marido”]… Lo que ella veía en él era compasión, pero no cariño… ¡Y cuánto le quería…! ¿Pero es que ahora no le quiero…?”.

En ocasiones, frases y personajes de sus novelas, parecen deudores de su vida y discusiones conyugales.

Imágenes

En las fotos, el escritor tiene, a menudo, una expresión tormentosa (me recuerda al actor Fernando Fernán Gómez en algunos momentos memorables). Como de tener un geniooo…

El fin

A los 81 años, en 1910, Tolstoi deja a su mujer y muere diez días después, de neumonía, en la estación de tren de Astápovo. Es un 20 de noviembre.

SABER MÁS


https://www.youtube.com/watch?v=7AWYJJtAas4. La última estación, película, 2009.


https://www.youtube.com/watch?v=HaLEfHIRn18. Anna Karénina, película, 2012. Última versión. Hay adaptaciones desde la época del cine mudo, con Greta Garbo y Vivian Leigh como protagonistas en dos de ellas.






No hay comentarios:

Publicar un comentario