(“Leer en profundidad Anna
Karénina y Guerra y paz te
convierten en un lector de verdad”). José Ramón Sánchez.
Desde la primera página, Anna Karénina me ha parecido una novela muy
moderna (fue publicada en forma de libro en 1877), tanto por su lenguaje (igual
me ocurre con Séneca, Sei Shonagon o Cristina de Pizán), como por el retrato
psicológico de sus personajes. Lo mismo me sucedió cuando leí El idiota, de Dostoievski. Y no me
ocurrió con Madame Bovary, por ejemplo…
La novela comienza con la
famosa frase, tantas veces citada: “Todas las familias felices se asemejan;
cada familia infeliz es infeliz a su modo”.
Según el diario de su
esposa, Sofia Behrs (de casada, Tolstói), con fecha 24 de febrero de 1870,
Tolstói le dice ““que ha ideado un tipo de mujer de la alta sociedad que
incurre en adulterio. Dice que la cuestión está en presentar a esa mujer, no
como culpable, sino como digna de compasión…”.
“Todo
es físico…”. Los Diarios de Sofia Tolstói
Sofia Tolstói conoce al
escritor en 1862, con 18 años. Él tenía 34,
llevaba publicando ya 10 años (Infancia,
en 1852; Adolescencia, en 1854, y Juventud, en 1856. Relatos de Sebastopol, Felicidad
conyugal y Los cosacos), y era
famoso. Sofia será su copista (“Yo le copio sus escritos” -escribe el 10 de
marzo de 1865), además de darle trece hijos (16 partos, de los que sobreviven
8). “Trece hijos vivos y otros tres malogrados”, escribe el 28 de agosto de
1910. “Por voluntad de mi marido, yo he dado a luz dieciséis veces”.
Sofia retoma su diario el 8
de octubre de 1862, solo dos semanas después de casarse con Tolstói (tras una
semana de noviazgo): “Otra vez el diario, qué triste tener que retomar los
viejos hábitos, abandonados cuando me casé. Solía escribir cuando me sentía
mal; supongo que ahora lo hago por idéntico motivo…”. La entrada termina: “En
cuanto empiezo a estar contenta, él me aplasta”.
El 13 de noviembre de 1862,
apenas mes y medio después de su boda, dice estar embarazada. Conocer el pasado
(“ese largo pasado tan horrible”) de su marido a través de sus diarios -que él
mismo le da a leer-, le parece horrendo.
“La vida, el amor, la juventud, él los había gastado ya con las cosacas y con
otras mujeres…”.
En 1891, mientras copia y
pasa a limpio los diarios de Tolstói, escribe: “No hay una sola mención del
amor en los diarios de Lióvochka, no al menos en el sentido que yo le doy; es
como si nunca lo hubiese experimentado”.
Más adelante, en una página
arrancada (de los diarios de Sebastopol y la guerra de Crimea), lee una
reflexión de su marido sobre que hombres y mujeres buscan cosas distintas en el
otro sexo: la mujer, matrimonio; el hombre, lujuria. Y que no hay
reconciliación posible.
Tolstói:
“Cuando estás de mal humor, ¡diario!”
Esto le dice su marido, en
una ocasión, irritándola. Lo cierto es que escribe su diario para
“concentrarse, desahogarse, confesarse”. "Escribo mi diario siempre que discutimos” -recoge el 31 de julio
de 1868. “Siempre que me encuentro en este estado de angustia mental [“ideas en
la cabeza que me turban, me atormentan o no me dejan en paz”], me pongo a
escribir mi diario. En él vacío mi estado de ánimo y recobro la sobriedad” -escribe el 13 de febrero de 1873.
La
maternidad
“Para una madre es muy duro
la primera separación completa de su bebé [al retirarle el pecho]”- escribe el
5 de junio de 1870 (ya tiene 4 hij@s). “Con cada niño una va renunciando cada
vez más a su propia vida y sometiéndose bajo el peso de las preocupaciones, las
angustias, las enfermedades y la edad (entonces solo tiene 26 años).
Deseos
“Deseo alegría, cháchara,
vestidos elegantes; quiero gustar y oír que soy
hermosa… quiero que Lióvochka salga de vez en cuando de su vida de
recogimiento… y juntos los dos vivamos la vida que vive tanta gente corriente” -escribe el 13 de febrero de 1873.Tiene 29 años y 6 hij@s.
En 1887: “Me gustaría estar
a solas con mi familia, llevar una vida más ordenada y disfrutar más del ocio.
Los invitados me han robado y me siguen robando todo mi tiempo…”.
“Todas las madres desean lo
mismo: que sus hijos sean felices” -escribe el 6 de diciembre de 1890.
“¡Qué feliz sería si supiera
escribir relatos o estampas!” -manifiesta el 19 de enero de 1891.
Ella no es mansa ni sumisa;
es poco paciente enseñando a sus hijos, tiene estallidos de mal genio, es
severa… Pero también es defensora de la familia, aficionada a la
lectura de poemas, una trabajadora incansable…
Lecturas
en voz alta…
Ella: “Otra vez estamos
leyendo a Dumas; a los niños les
cautiva cada vez con más fuerza…” -escribe el 16 de octubre de 1878. “A los
pequeños les he leído El Manantial
[revista mensual infantil] y Ecos
entrañables [Antología de poetas rusos]. “Masha está enferma. Le he leído El
rey Lear en voz alta”.
Él: “Por las noches [agosto
1887] nos lee a todos en voz alta Almas muertas, de Gógol”.
“Liovóchka
nos ha leído el Don Carlos, de Schiller, mientras yo hacía punto” (6 febrero
1891).
…y
en voz baja
Ella: “Yo leía Le Journal d´une femme, de Octave
Feuillet…”. “Estoy leyendo L´idée de Jean
Têterol, de Cherbuliez”. “Me encanta Shakespeare…”. “Estoy leyendo Physiologie
de l´amour moderne [de Paul Bourget]” (6 de febrero de 1891).
Generalmente, cosas recién publicadas, de actualidad.
Él: “Lióvochka dice que se
va a tomar un descanso leyendo el Martin
Chuzzlewit, de Dickens. Y yo ya
sé que cuando a L. le da por leer novelas inglesas es que está a punto de
ponerse a escribir”… "Por la tarde, estaba leyendo Dombey e hijo, de Dickens, cuando de pronto ha dicho: ¡Caramba, he
tenido una idea!”. Tolstoi opta por los clásicos.
Las
actividades propias de cada sexo
Él: “Lióvochka ha salido de
caza…Ha cazado dos becadas…”. A menudo tiene accidentes: esquiando, cazando,
trabajando en el campo…
Ella: “…Me tocará ponerme a
zurcir en silencio; luego vendrán las clases de gramática (“He estado
enseñándoles alemán a los niños”… "Clase de ruso a Masha, después a Liza de
francés, más tarde a Liolia de alemán…”) y las escalas… Después, por la tarde,
vuelta a los zurcidos…”. “¡Qué monotonía infernal!”- escribe el 7 de enero de
1891.
“Ayer me ocupé de la venta
de leña, de las negociaciones por el reparto de las tierras…, ingresé dinero en
el banco, hice compras…”-escribe el 5 de diciembre de 1890.
El
nido vacío
En 1882, Serguei (Seriozha),
el hijo mayor, empieza la universidad en Moscú y toda la familia se traslada a
la ciudad. Allí pasarán los inviernos hasta 1901.
“Iliá [su segundo hijo
varón] me apena profundamente con su vida misteriosa y disoluta. Ociosidad, vodka,
mentiras frecuentes, malas compañías y, lo que es más importante, ausencia de
toda vida espiritual” -escribe el 6 de marzo de 1887. “Iliá vive en una isba
[cabaña de troncos, típica vivienda campesina rusa]… Me da mucha lástima, pero
tengo que hacerme a la idea de que los polluelos han abandonado el nido”.
“Todos mis hijos se han
independizado” -escribe el 20 de noviembre de 1890. “Vivo con los pequeños y
los educo…”.
Chertkov,
tolstoianos y los “oscuros”
“Ha llegado carta de
Chertkov [1854-1936]. No me cae bien: es obtuso, taimado, intolerante y mala
persona” -escribe el 6 de marzo de 1887. Con él y con Biriukov, Tolstoi ha
creado la editorial El Intermediario en 1884 para publicar obras literarias y de
divulgación científica a precios económicos, para difundir la lectura entre el
pueblo.
Imbuido del espíritu
cristiano desde 1882, se vuelve vegetariano por temporadas. Tiene discípulos y
seguidores que se acercan a verle con asiduidad. “Es el precio que debemos
pagar por la fama y la novedad de sus ideas” -escribe su mujer.
Dependencia
emocional
“Estoy tan acostumbrada a
vivir, en vez de mi propia vida, la de Lióvochka y los niños que el día en que
no hago nada para ellos o relacionado con ellos me siento vacía e incómoda. Es
una lástima que con esta eterna dependencia sentimental de la persona amada
haya malogrado mis distintas capacidades y mi energía”- escribe el 31 de
diciembre de 1890.
Fotógrafa
“Ayer [2 de julio de 1887]
Seriozha y yo estuvimos haciendo pruebas con la cámara que he comprado”. Uno de
sus autorretratos está fechado el 10 de julio de 1900.
Yasnáia Poliana
Es una
finca rural a 12 kilómetros de Tula, en Rusia, donde viven habitualmente. Significa en ruso
“Claro del Bosque”.
Anna
Karénina
En 1875, cuando Anna Karénina aparece en forma de
folletín en una revista, Sofia tiene 31 años y Tolstói 47.
“Todo iba manga por hombro
en casa de los Oblonski. La esposa, enterada de que el marido andaba en
relaciones íntimas con una muchacha francesa que había sido institutriz en la
casa, había anunciado que no podía seguir viviendo con él bajo el mismo
techo…”.
El príncipe Stepan Arkadich
Oblonski, Stiva, es descrito como un hombre de 34 años, “bien plantado y
enamoradizo”. En cambio, su esposa, “madre de cinco hijos vivos y dos muertos”,
solo un año menor que él, a sus 33 años, aparece como “una mujer extenuada,
envejecida, sin atractivos y por ningún concepto notable”, excepto por ser una buena madre (“tan
contenta y tan feliz con los niños…”).
En el orden intelectual, a
Stepan no le interesan “ni la ciencia, ni el arte ni la política”, pero apoya
“con firmeza las opiniones que tanto la mayoría como su periódico profesaban
sobre estos temas y solo las cambiaba cuando la mayoría lo hacía… El
liberalismo… estaba más conforme con su estilo de vida”.
Sobre su relación de pareja
(9 años), “reparar y rectificar las relaciones con su esposa era imposible,
porque era imposible devolverle sus atractivos y hacerla digna de ser amada, o
hacer de él un viejo incapaz de amar”.
La tónica general en la pareja son reproches
y contradicciones: “Tú te acuerdas de los niños para jugar con ellos [“…pero
jamás te ocupas de ellos”- como recoge en su Diario Sofia Tolstói, hablando de
su marido”]… Lo que ella veía en él era compasión, pero no cariño… ¡Y cuánto le
quería…! ¿Pero es que ahora no le quiero…?”.
En ocasiones, frases y personajes
de sus novelas, parecen deudores de su vida y discusiones conyugales.
Imágenes
En las fotos, el escritor
tiene, a menudo, una expresión tormentosa (me recuerda al actor Fernando Fernán Gómez en algunos
momentos memorables). Como de tener un geniooo…
El
fin
A los 81 años, en 1910,
Tolstoi deja a su mujer y muere diez días después, de neumonía, en la estación
de tren de Astápovo. Es un 20 de noviembre.
SABER
MÁS
http://www.abc.es/20101118/cultura/sofiacultural-201011181524.html.
Sofia Tolstói, la otra mitad.
https://www.youtube.com/watch?v=7AWYJJtAas4. La última estación, película, 2009.
https://www.youtube.com/watch?v=HaLEfHIRn18. Anna Karénina, película, 2012. Última versión. Hay adaptaciones desde la época del cine mudo, con Greta Garbo y Vivian Leigh como protagonistas en dos de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario