jueves, 30 de septiembre de 2021

CARMEN LAFORET, VISTA POR SÍ MISMA. En sus palabras

 

Su hijo Agustín (Cerezales Laforet) es el encargado de seleccionar los textos. En Agradecimientos, cita a su hermano Manuel (que murió durante el transcurso de su trabajo de edición y “hasta el último aliento supo darme ánimos”) y a sus hermanas Marta, Cristina (“a la hora de reunir materiales y señalar el interés de algunos, que yo desconocía”) y Silvia, que confiaron en él y le ayudaron.

La recuperación de una maleta de su madre, que estaba en Roma, con viejos papeles y los álbumes de fotos, añaden inéditos y textos difíciles de encontrar hoy.

Agradece también a Mónica Fernández Vela, “una joven estudiante de Barcelona que fue la primera en interesarse e investigar la obra periodística de Carmen Laforet”,  y a Ana Cabello y  Blanca Ripoll, que “rescataron…los artículos que Carmen escribió para la revista Destino entre 1948 y 1953”, entre otras personas valiosas.

Hilos que recorren sus escritos: el mundo Laforet

Carmen hacía suyas las palabras de Virginia Woolf en Orlando: Todos los secretos de un escritor, todas las experiencias de su vida, todos los rasgos de su espíritu están patentes en su obra”…

En 1963, para un libro escolar, escribe un pequeño texto autobiográfico, dedicado a los niños: “Nací en Barcelona, un seis de septiembre a mediodía. Me bautizaron en la catedral. La casa donde nací era la de mis abuelos, los padres de mi padre. Mi padre era el hijo mayor de mis abuelos, y yo la primera nieta. Según creo me recibieron con gran alegría. Hasta los dos años de edad viví en Toledo y en Barcelona. Mi padre era arquitecto y también profesor de dibujo en la Escuela Industrial de Toledo. Cuando pidió el traslado a Las Palmas (en la isla de Gran Canaria), mi padre, mi madre y yo nos marchamos allí. Allí nacieron mis hermanos, Eduardo y Juan, y allí viví yo desde poco antes de cumplir los dos años, hasta poco antes de cumplir dieciocho”.

“A los cuatro años empecé a ir al colegio de unas monjas, las madres teresinas…El colegio me divertía…Mi carácter era alegre. Me gustaba jugar y leer cuentos. Me divertía la llegada del verano con las vacaciones y la libertad de la playa y me divertía la llegada del curso con el colegio, las compañeras y los libros nuevos”…

“De mi infancia recuerdo mucho el sol, el mar, los juegos con mis hermanos y mis amigos…yo me daba cuenta de que era feliz. Lo sentía. Y, sin embargo, deseaba crecer. No me daba ningún miedo enfrentarme con la vida…”.

“Mis largas, mis magníficas vacaciones salvajes…Yo tuve la suerte de poder inventar mis juegos…”.

“A los diez años hice el ingreso de bachillerato y empecé a estudiar en el Instituto de Las Palmas…El mundo de mis amigos se amplió y mis horas de libertad también”…

Fantasmas familiares (borradores). Recuerdos fantasmales. Hacia 1970

“Los cuentos de mi abuela [Carmen Altolaguirre]…eran recuerdos de la infancia de mi abuela en Sevilla…recuerdos familiares o personales…Nosotros, los Altolaguirre…”.

“No era mi padre -su hijo- quien me había transmitido el amor a mi abuela. Era mi madre, su nuera…, …Mis abuelos eran sevillanos…A mi abuelo viajar le horrorizaba…Mi abuela…había convertido su piso del ensanche barcelonés en una casa sevillana llena de flores…donde sus siete hijos podían recibir a sus amigos y donde ella se encontraba siempre siempre”…

Recuerdos menores (borradores). Años 70

“…El gallo… que vivía en algún lugar del inmenso patio de manzana adonde daba la galería de mi casa…la gata Martita, la preferida de mi abuela…Fotografía perdida porque una mujer que dedicó sus celos a la infancia de mis hermanos ya la mía, la rompió -junto a otros recuerdos- en pedazos…”

“Los primeros juguetes que recuerdo son el papel y el lápiz…”,…mi amistad con una cabra blanca del zoo…”.

LEER MÁS

https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2021/01/carmen-laforet-otra-chica-rara.html . CARMEN LAFORET: OTRA CHICA "RARA".

https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2021/04/puntos-de-vista-de-una-mujer-articulos.html . CARMEN LAFORET. Puntos de vista de una mujer.

SABER MÁS

Sus cuentos preferidos eran Rosamunda, Al colegio (CL lo consideraba más una "estampa") y La muerta.

Publicó más de 400 artículos, muchos de ellos todavía por rescatar.

Reportajes como el del viaje a Polonia, en 1968, está aún esperando a ser publicados.

Cantan. Cantan…Poema de JRJ

“Cantan. Cantan.

¿Dónde cantan los pájaros que cantan?

 

Ha llovido. Aún las ramas

están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan

los pájaros. ¿En dónde cantan

los pájaros que cantan?

 

No tengo pájaros en jaulas.

No hay niños que los vendan. Cantan.

El valle está muy lejos. Nada…

 

Yo no sé dónde cantan

los pájaros –cantan, cantan–

los pájaros que cantan.

 

 

 

 

domingo, 19 de septiembre de 2021

VOLVER A DÓNDE. No salimos mejores…

 

Parece una continuación, de alguna forma, de  Un andar solitario entre la gente: textos cortos (288; alguno continúa del anterior), la observación como punto de partida, la misma manera de escribir -mezclando textos de un posible diario – con días concretos, “26 de febrero…”-, con reflexiones… También podía ser la segunda parte de Todo lo que era sólido…”Paso las páginas de los cuadernos en los que apuntaba a diario todo lo que veía y en los que pegaba fotos, titulares, artículos…Mi único deseo, mi inclinación exclusiva, era observar en silencio, tomar nota…Quería fijarme en lo específico de este tiempo nuevo, lo concreto, lo que se olvida porque nadie le da importancia, lo que no aparece en los libros de historia, lo que no puede recordar más que quien lo ha vivido…Mis herramientas eran el cuaderno, la pluma, el tintero, los lápices, las tijeras, la barra de pegamento…”.

Antonio Muñoz Molina vuelve a mostrar su maestría como “gran contador de historias”, que yo escribí junto a su nombre, allá por los años 80,  cuando entonces era un  “joven narrador”, junto a Soledad Puértolas, Paloma Díaz-Mas, el grupo leonés y otros…

Hoy, 8 de septiembre, el día que sale a la venta su libro, iniciaba yo un texto titulado: La pandemia y la violencia: “¿Nos hemos vuelto más excitables, más intolerantes, más airados…? ¿Pensamos que estamos en el Lejano Oeste, donde uno se tomaba la justicia por su mano…? Patadas, puñetazos, insultos…Parece que la respuesta al más mínimo roce – físico o virtual- fuera la ira desmedida e incontrolada…. Impacientes, agresivos, irascibles…”.

Este diario-crónica-ensayo-memoria comienza en junio de 2020: “Ahora es cuando no tengo ganas de salir a la calle. El estado de alarma que acaba de ser abolido continúa vigente en mi espíritu. El mundo de después, sobre el que tanto se especulaba, ha resultado ser muy parecido al de antes”… Bastante desesperanzado, y desesperanzador…”Nadie previó lo que se avecinaba, A los pocos que sí lo hicieron nadie les prestó atención…El mundo de después es una mala copia del mundo de antes…No sé si se va a aprender alguna lección política de este tiempo…”.

Se lo dedica a su mujer Elvira (Lindo): “30 años, toda la vida”. “Elvira cocina igual que escribe, o que se peina o se maquilla, o elige una blusa antes de salir: rápida, resuelta, inventiva, infalible”.

Me siento reconocida en mucho de lo que cuenta…“Ahora he adquirido la costumbre de sentarme a la caída de la noche en el balcón…”, “En los días de máximo rigor del encierro, salir a la calle era una liberación…Miraba de soslayo temiendo que apareciera un coche de la policía…necesitaba esa caminata diaria…”; en el silencio, “solo sirenas de ambulancias”…Para mí, el “ninó-ninó” de mi sobrino cuando era pequeño, se ha transformado en el sonido: “co-vid, co-vid”…“Algo que hemos vislumbrado en los meses de encierro es la feracidad asombrosa que recobra la vida natural… Todo está más verde que nunca”. Los alcorques se convierten en pequeños jardines silvestres. “Los gorriones se posaban sin apuro en el asfalto de la calzada, por la que no venía ningún coche”.  “Cada noche, a las ocho en punto, los aplausos estallaban en la calle…”. Las pesadillas… “Mis paseos por el interior de la casa…dando pasos largos y veloces, girando en ángulo recto al llegar a la esquina…”.

Va y viene del pasado al presente…, y al futuro. Una de las cosas que hacen Elvira y él, con el final del confinamiento,  es ir al notario “a firmar nuestros testamentos…Uno de los dos sobrevirá al otro…”.

Habla de las costumbres y ritos de su infancia en Úbeda: “El verano empezaba con San Antonio y San Juan, y terminaba con San Miguel y San Francisco de Asís y la vendimia”. “Las primeras brevas maduraban en las higueras con los calores de San Juan. Las uvas apuntaban entre Santiago y Santa Ana y se vendimiaban para San Miguel”.  “Era el día del santo cuando se daban regalos, no en el cumpleaños…”. “Yo tenía que llamarme Antonio porque al primer hijo varón le correspondía heredar el nombre del abuelo paterno…MI familia materna era una multitud de manueles y leonores; la paterna, una de juanas, juanes, antonios”.

Y los “hábitos” en el Madrid del confinamiento: “Cada tarde tengo que sentarme aquí [en el balcón] aproximadamente a la misma hora…con mi copa mediada de vino…Riego las plantas, reviso el crecimiento de los tomates”…

Los libros y la música de su confinamiento..., y después

“Leer es ahora [31 de marzo] mi dedicación más asidua, lo que más me apetece, más que escuchar música…”.

“…yo vivía confinado también en la lectura del primer tomo de una biografía inmensa de Hitler, escrita por Volker Ullrich…”.

“…estoy entregado sin reserva a El doctor Centeno [de Galdós], y pienso seguir con las otras dos novelas de la trilogía, Tormento y La de Bringas”.

También lee el diario de Thomas Merton (dos veces) y  la cuarta serie de los Episodios de Galdós.

“…llevo meses escuchando las sonatas para piano de Beethoven…en la grabación completa de Daniel Barenboim…”.

Para los viajes en metro (cuando ya se puede salir), “uno de esos libros fragmentarios que van muy bien…Slight Exaggeration”...


Paseos

… “aunque está prohibido alejarse del domicilio en los paseos con los perros, voy caminando muy rápido por las calles laterales hasta las verjas del Retiro”.

“He bajado por Alcalá…He llegado a Menéndez Pelayo y he seguido la verja del Retiro…”. “[En bicicleta] llegué a nuestro antiguo barrio de Alfonso XIII, y fui a saludar a nuestros amigos de la frutería [Neno y Laura] donde comprábamos siempre”.

Maestros consumados de la observación

Primo Levi, Naipaul…

LEER MÁS

https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2020/09/diario-de-wuhan-las-mismas-emociones.html . Diario de Wuhan. Notas desde una ciudad en cuarentena. Las mismas emociones…

https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2020/03/diario-un-ano-mirando-desde-el-balcon-5.html. Diario “Un año mirando desde el balcón”. Marzo 2020: Estado de alarma: ¡quédate en casa!


https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2013/06/mi-antonio-munoz-molina-un-escritor-que.html. Mi Antonio Muñoz Molina: un escritor que sigue creciendo.

https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2014/12/amm-como-la-sombra-que-se-va-de-nuevo.html. Antonio Muñoz Molina, Como la sombra que se va.

https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2018/02/un-andar-solitario-entre-la-gente.html . Antonio Muñoz Molina, Un andar solitario entre la gente.

 

https://unate.es/mi-ventana-aida-herreros-cosas-que-puedo-hacer-en-casa-leer/. Mis aportaciones a esos días de confinamiento (1).

https://unate.es/miventana-de-aida-herreros-cosas-que-puedo-hacer-en-casa-observar/. Mis aportaciones (2).

 

 

 

viernes, 10 de septiembre de 2021

MI HERMANO (bartleby), de Daniel Pennac

 

“La idea de montar en el teatro el Bartleby de Melville se me ocurrió un día pensando en mi hermano  Bernard…”- comienza el relato.

“Llevaba muerto 16 meses…Vivíamos a 700 kilómetros el uno del otro; no nos veíamos demasiado, pero nos telefoneábamos a menudo…”.

El desencadenante es un bólido que le adelanta en la autopista entre Niza y Aviñón, a él que no se ha comprado un coche nuevo en su vida, aplicando la regla de su hermano, partidario ya de “las 3 r” (reducir, reutilizar, reciclar), de “no incrementar la entropía”…

Lo monta en forma de monólogo, una “lectura-espectáculo”, una lectura en voz alta. Y en el libro se van entrelazando pasajes de Bartleby (en cursiva) y de su propia historia en relación con su hermano y, por ende, de la familia.

No me gustan las interrupciones; así que -como en El abuelo que saltó por la ventana y se largó-, me he leído primero la historia familiar linealmente y luego con los pasajes de la obra de Melville…

“A mi hermano lo mató una clínica privada…”- nos revela Daniel. Bernard muere de septicemia tras una operación sencilla..., que va mal.

“Me pasé toda nuestra vida alimentándome de su humor…”. Un humor bartlebiano, “su dulce ironía”…

Los textos que nos habitan

“Ya no recuerdo cuándo me habló Bernard por primera vez de Bartleby”... Su hermano fue quien le enseñó a leer (“Y, por tanto, a escribir”). Compartieron habitación durante sus primeros once años (hasta los 16 de Bernard) de vida. A menudo comentaban los libros que leían.

Sus frases (de Bernard)

“No querrás incrementar la entropía…No hay que abusar: usemos lo usado…”.

“[Gano] Demasiado por lo que hago, pero no lo suficiente por todo lo que me aburro”.

Otros libros de Daniel Pennac

Como una novela. Una joya, que debería ser “fondo de armario” en todas las bibliotecas. Con los “derechos imprescriptibles del lector” (incluidos el derecho a NO leer, a NO terminar un libro o a saltarnos páginas…).

Mal de escuela. Contado por un profesor, antes “representante” del fracaso escolar