“Nacido en 1944 en (Wertach
im) Allgäu [Baviera, 18 de mayo]”-, comienza su Discurso de Ingreso ante el
Colegio de la Academia Alemana.
También habla de: “Mi
infancia en los Prealpes”… “La casa de mis abuelos en Plattling”… “Apenas tengo
recuerdos de mi época escolar”… “En la época de la posguerra me crié en
Allgäu”.
Un
grabado, base de sus escritos
“El pintor Jan Peter Tripp, con el que fui al
colegio en Oberstdorf… me regaló uno de sus grabados en el que puede verse al
presidente del Senado, Daniel Paul Schreber, enfermo mental [escribió Memorias de un enfermo de nervios en
1903], con una araña en el cráneo -¿qué
hay más horrible que las ideas que continuamente bullen en nosotros?-. En
ese grabado se basan muchas de las cosas que he escrito luego”.
La
restitución por la literatura
“Hay muchas formas de
escribir; pero solo en la literatura, por encima del registro de los hechos y
de la ciencia, puede intentarse la restitución”.
Explica
Javier Marías: “Los libros de Sebald son eclécticos. Son muy sui generis: una
mezcla de ficción, autobiografía, biografía y viajes entretejida con fotos,
siempre en blanco y negro y sin leyendas”.
1995. LOS ANILLOS DE SATURNO, UN CLÁSICO
En la traducción española,
al título le han añadido la leyenda: “Una peregrinación inglesa”. Quizá para
que no pensáramos que se trataba de ciencia ficción…
Tres citas anteceden al
texto: una de John Milton en Paraíso
perdido sobre que “el bien y el mal crecen juntos inseparablemente en el
mundo”. Otra de Joseph Conrad, en francés, a Marguerite Podarowska sobre el
“peregrinaje a pie” y, finalmente, la descripción de los anillos de Saturno en
una Enciclopedia.
“En agosto de 1992,… emprendí
un viaje a pie a través del condado de Suffolk,… con la esperanza de poder huir del vacío que se estaba propagando
en mí después de haber concluido un trabajo importante” -comienza el libro.
Caminar,
sana
“Raras veces me he sentido
tan independiente como entonces, caminando horas y días enteros por las comarcas,
escasamente pobladas, junto a la orilla del mar”.
“Justo en el mismo día, un
año después del comienzo de mi viaje, fui ingresado en un estado próximo a la
inmovilidad absoluta, en el hospital de Norwich”.
En el segundo capítulo,
retoma el relato del primero: “Era un día completamente cubierto de nubes
cuando, en agosto de 1992, bajé a la costa en el viejo tren diesel… que entonces
hacía el recorrido entre Norwich y Lowestoft”.
En un momento, se pregunta:
“Hölderlin… ¿Cuántos viajes a pie ha hecho ya en sus apenas treinta años de
vida…?”, o confiesa: “Mis largos vagabundeos por la ciudad de Manchester”…
Documentación
e investigación
Sebald narra sus andanzas,
pero no todo es observación sino que antes (¿), durante (¿) y después hay un
trabajo riguroso de investigación y documentación que, a veces, se explicita:
“el folleto explicativo de la película… que he conseguido encontrar hace poco”,
“célebres pintores de batallas navales… de los que con la mayor atención he
estudiado algunas de sus producciones… en el Museo de la Marina en Greenwich”.
“Pese a largas investigaciones…”- dice refiriéndose a unos vagones del
ferrocarril de vía estrecha entre Halesworth y Southwold.
Además, incluye las
conversaciones de las distintas personas con las que se va encontrando: el
jardinero de Somerleyton; el holandés Cornelis de Jong en el bar del Hotel
Crown, de Southwold…
Preferencias
y los fantasmas de la repetición
También nos enteramos de
cosas sobre el autor. “Cuando estoy en Southwold, la Sailor´s Reading Room [que abre a las 7 de la mañana todos los
días, hasta medianoche] es, con mucho, mi lugar preferido… Se puede leer,
escribir cartas, estar absorto en los propios pensamientos o, durante la larga
época invernal, mirar sencillamente afuera, al mar tempestuoso”.
“En otoño de 1966, cuando
llegué a Manchester procedente de Suiza… entre aquellas primeras amistades que
hice en Manchester estaba la de Stanley Kerry…”. Como Paul Auster, habla de
coincidencias: “Igual que Michael [Hamburger], estuve en Burnley en el año
cuarenta y cuatro…”.
Expresa opiniones muy particulares,
como que “en Bélgica, aún a día de hoy, hay una fealdad particular, impresa en
la época de la explotación desinhibida de la colonia del Congo, manifiesta en
la atmósfera macabra de ciertos salones
y en una deformidad llamativa de la población…”.
“Me gusta ir al cine
especialmente en ciudades extranjeras”…
La
actualidad
Noticias del momento también
pasan a formar parte del discurso y del libro. “En la noche del segundo día
después de mi llegada a Soutwold, la BBC… emitió un documental sobre Roger
Casement, a quien yo desconocía hasta ese momento, ejecutado en 1916 en una
cárcel inglesa por alta traición”. Se queda dormido en el sillón y solo
recuerda que el escritor Joseph Conrad le conoce en el Congo y le tiene por la
única persona franca entre todos los europeos corruptos que pululan por allí.
Sebald decide reconstruir la historia, que se ha perdido durmiendo, “partiendo
de sus fuentes”.
Círculos
concéntricos y coincidencias
Por momentos, el libro me
recuerda a la estructura con que los estudiosos de Proust denominaban a su
manera de componer: “en rosetón”.
Lugares como Lowestoft se convierten en cantera
donde convergen sus gentes y se interrelacionan a lo largo de siglos. Las primeras lecturas
inglesas de Konrad Korzeniowski, luego Joseph Conrad, fueron el Lowestoft Standard y el Lowestoft Journal...
OTRAS
OBRAS
1990.
VÉRTIGO
Beyle
o el extraño hecho del amor
Se refiere a Henri Beyle
(Grenoble, 1783- Paris, 1842), “uno de los pocos participantes de esta travesía
legendaria de los Alpes [con Napoleón, en 1800] que no acabaron en el
anonimato”.
No lo dice en el relato,
pero se trata de Stendhal, el escritor. Este era uno de sus seudónimos. En 1822,
Stendhal escribe Sobre el amor. Al parecer, tuvo una decena de amantes de las que se
conocen nombre y apellidos. El epitafio
que hizo escribir en su lápida: «Henri
Beyle, milanés. Escribió, amó, vivió 59 años, 2 meses. Murió el 23 de marzo de
1842».
1993. LOS EMIGRADOS
A partir de personas con las
que tiene contacto (circunstancial, por historia personal o familiar), narra la
historia de ese personaje en relación también con él. El recuerdo y la
indagación, la reflexión, la investigación y la documentación, forman parte de
sus escritos. En ellos, aparecen, a menudo, en la lengua original de su
informante, pensamientos u opiniones.
“A finales de septiembre de
1970, poco antes de tomar posesión de mi cargo en la ciudad de Norwich, en el
este de Inglaterra, partí con Clara en dirección a Hingham en busca de casa…”.
Así comienza el relato Doctor Henry Selwyn, [en realidad,
Hersch Seweryn] al que acompaña la leyenda: “Queda el recuerdo; no lo
destruyáis”.
“En enero de 1984 me llegó
de S. la noticia de que Paul Bereyter, que fuera mi maestro en la escuela
primaria, había puesto fin a su vida…”. Este es el inicio del relato titulado Paul Bereyter.
Para él, visto desde el
momento actual, personificaba [en los días en que le dio clase, en primaria] el
movimiento alemán de los Wandervögel (“Aves de paso”), un movimiento juvenil
fundado en Alemania en 1901 bajo el ideal de la autoeducación, libre de la
influencia de los adultos.
“Aquel Paul casi carcomido
del todo por su soledad interior… Leía y leía… sobre todo a escritores que se
habían quitado la vida o estaban en trance de hacerlo… Altenberg, Trakl,
Wittgenstein, Friedell, Hasenclever, Toller, Tucholsky, Klaus Mann, Ossietzky,
Benjamin, Koestler y Zweig”.
“Apenas si guardo algún
recuerdo personal de mi tío abuelo [Ambros] Adelwarth”- comienza el relato Ambros Adelwarth. La leyenda en este
caso es en inglés: “My field of corn is but a crop of tears”, “Mi maizal no es más que una cosecha de
lágrimas”.
Sus estudiosos dicen: “El tema central de la obra de Sebald es la memoria, y
en su caso muy relacionada con el exilio y la persecución política, y lo
doloroso de vivir con ella y lo peligroso de vivir sin ella para naciones e
individuos”.
Sebald
falleció en 2001. Enterrado en Framingham Earl, en la parroquia de St. Andrews,
cerca de donde vivió. Murió en un accidente de coche, resultado de un
aneurisma. Vivía en una vieja rectoría en las afueras de Norwich, en Inglaterra.
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