viernes, 21 de septiembre de 2012

DE VIAJE, CON DICKENS

Este año se celebra el Año Dickens, al cumplirse el bicentenario de su nacimiento en 1812. Con este motivo, vuelven a resucitarse estudios sobre su obra, así como a editarse nuevos trabajos, traducciones y adaptaciones de sus obras más exitosas.
Quizá lo que menos se conozca sean sus trabajos nacidos de sus viajes y excursiones por aquí y allá.
Estampas de Italia, por ejemplo, se publica en mayo de 1846. Surge como resultado de los doce meses que reside en Génova. “Es una serie de vagos reflejos…mis primeras impresiones, descritas con sinceridad” -escribe en el prólogo. Antes, en 1843, habían aparecido sus Notas americanas sobre su primera visita a Estados Unidos. Los primeros artículos, reunidos en 1836 con el nombre Esbozos por Boz, continuaban con el título “ilustrativos de la vida y de la gente de todos los días”.
Otra imagen de Dickens

Siempre me he resistido a leer a Dickens, pese a todas las personas que hablan bondades sobre él. Me parecía sentimental, melodramático y no lograba conectar, a pesar de haber visto adaptadas al cine muchas de sus novelas.

Todavía al preparar este artículo pensaba en qué leer diferente, menos conocido, con otro lenguaje, menos literario. Y encontré las Estampas de Italia. Lo escribe a los 32 años, cuando ya ha publicado Oliver Twist o Nicholas Nickelby. Narra su partida de la plaza Belgrave de Londres y del hotel Meurice en la rue Rivoli de París. Va en un carruaje inglés “de considerable tamaño”, con cuatro caballos y un postillón. En Francia, atraviesa Marsella, Chalons y Lyon. Navega por el Ródano, duerme en Aix en Provence y, finalmente, llega a Génova en un vapor, el Marie Antoinette. Ha alquilado una casa en Albaro, un barrio a unas dos millas de la ciudad. “Un patio feo y lleno de hierbajos, anexo a una especie de cárcel rosada. Me dijeron que yo vivía allí”. [Años más tarde pondrán en las paredes rosas una placa a “Carlo Dickens, genial y profundo revelador del sentimiento moderno”]. Lo que destaca de la mansión es que está “en uno de los mejores emplazamientos imaginables”, frente al Mediterráneo. La vista es preciosa, pero hay muchas moscas y las pulgas “son legión”. A los tres meses, cuando vence el alquiler, se traslada al Palazzo Peschiere, “rodeado de hermosos jardines propios, adornado con estatuas, jarros, fuentes, pilones de mármol, terrazas, paseos de naranjos y limoneros, rosaledas y camelios”.

Pero no se queda quieto, sometido a la vida contemplativa, sino que desde ahí se desplaza a distintos lugares, de los que deja testimonio: Parma, Módena, Bolonia, Ferrara, Verona, Mantua, Milán…

En sus páginas aparecen las pastoras reales, mujeres trabajadoras y esqueléticas que nada tienen que ver con los poemas pastoriles; ancianas consumidas,  mendigos, manicomios, prisiones, los exvotos, el Bambino milagroso, una decapitación, el carro de los muertos, el juego nacional de la morra, las loterías…

Nombres y adjetivos hablan de: habitaciones lúgubres, suciedad, desolación y deterioro, olor a putrefacción…Dickens es un concienzudo observador y un agudo descriptor de ambientes y de personas, aunque es deudor del estilo folletinesco de las novelas por entregas de la época (se compromete a escribir doce mil palabras al mes y eso son muchas páginas que hay que llenar). El conductor de uno de los coches que lo traslada de Verona a Mantua lee Los misterios de París, publicada un año antes por Eugène Sue, modelo de ese tipo de literatura truculenta. Por otro lado, Dickens era un ávido lector del romance gótico y la novela picaresca del siglo XVIII inglés.

Aunar lo imaginado con las realidades de la vida

Dickens nació en Portsmouth, Inglaterra, en 1812; era el segundo de los ocho hijos de un funcionario de la Marina. De 1817 a 1821 reside en Chatham. “Todas mis lecturas y mis primeras imaginaciones proceden de este lugar y Rochester” -dirá. En David Copperfield -su “hijo predilecto” de entre todas sus obras -cita los personajes literarios que le hacen soñar de niño: “He sido Tom Jones durante toda una semana. Estuve convencido de ser Roderick Random durante por lo menos un mes…He visto a Tom Pipes escalar el campanario de la iglesia; he observado a Strap con la mochila a su espalda…”. A los 12 años, ya en Londres, tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica de betún, al encarcelar a su padre por deudas. Sus estudiosos explican que de ahí saldrá su visión del mundo, de la pobreza, de la infancia y de la ciudad. Londres y su propia vida serán dos de los fundamentos de sus obras. De sus callejeos por Londres procede el conocimiento de sus calles y gentes. “Conocía todo desde Bow hasta Brentford”-explica uno de sus allegados.

En Estampas de Italia, las comparaciones con Londres surgen de cuando en cuando: “Roma parecía ¡¡¡Londres!!! Se alzaba bajo una gruesa nube…”. “Los pasajes más sórdidos y más estrechos que ninguno del barrio londinense de Saint Giles” -escribe de las callejas de Génova. O de los palazzos, “cada milímetro del vestíbulo estaba elaboradamente pintado pero tan sucio como una comisaría londinense”.
Con el tiempo, Carl Marx dirá de él que “había proclamado más verdades de calado social y político que todos los discursos de profesionales de la política, agitadores y moralistas juntos”.

Lord Jeffrey le escribe en 1842, tras publicar Cuento de Navidad, una de sus obras más leídas por personas de todas las edades: “Con esta publicación habéis hecho nacer más actos positivos de caridad que los que pueden atribuirse a todos los púlpitos y confesionarios de la Cristiandad desde la Navidad de 1842”.
“La mayor parte de nosotros vemos verdaderas novelas en la vida real”- comienza la novela Cazado, de 1859, basada en un hecho real acaecido unos años antes. De hecho, podría haberse subtitulado “una novela de la vida real”.

“Lograr la fusión de los atractivos de lo imaginado con las realidades de la vida” es uno de sus objetivos a la hora de novelar.

Un andarín empedernido

Por temporadas insomne, Dickens dará maratonianos paseos nocturnos, a veces de hasta 30 kilómetros.

En La tienda de antigüedades (1840) hace decir a uno de sus personajes: “La noche suele ser mi hora de paseo…Me brinda mejor ocasión para reflexionar sobre el carácter y profesión de los que pueblan las calles”.

En Estampas de Italia narra la excursión al Vesubio, primero en caballo y luego a pie, hasta el cono del volcán. “Subimos laboriosamente durante mucho rato”. La bajada, a la luz de la luna, sobre una superficie helada, será peligrosa. “A veces caminando, a veces arrastrándonos sobre el hielo…preocupados continuamente por la posibilidad de que se caiga alguno de los de atrás, poniendo en peligro el descenso de todo el grupo”.

De Génova, comenta: “Es un lugar que vas haciendo tuyo cada día. Parece que siempre hay algo nuevo que descubrir en él. Tiene las callejas y caminos más extraordinarios para pasear”. “La carretera de la costa entre Génova y Spezia me parece lo más bello de Italia”.

En Roma, visita el Coliseo una y otra vez, “casi todos los días, -no podía pasar un día sin volver- en un momento u otro para salir a la campiña, pasada la tumba de Cecilia Metella”. “Las excursiones por los alrededores de Roma son preciosas”: Albano, Tívoli, la Villa d´Este, Frascati…”Un día fuimos caminando a Albano (a catorce millas de distancia) por la antigua vía Apia. Salimos a las siete y media de la mañana…”.

A finales de agosto de 1857 escribe a su amigo Forster (que será su  primer biógrafo): “He convenido con Collins [el escritor Wilkie Collins con quien colaborará en alguna obra escrita a dos manos] que el lunes que viene saldremos en una expedición que dure diez o doce días para hacer una gira por posadas y rincones de la costa en busca de un artículo y sin utilizar el ferrocarril”. A primeros de septiembre partieron en dirección a Carlisle, y este es el comienzo de su obra titulada La descansada jira de dos desocupados aprendices: “En el mes otoñal de septiembre del año mil ochocientos cincuenta y siete, fecha en que ocurren estos hechos, dos aprendices holgazanes, a los que el verano largo y caluroso, había dejado rendidos a fuerza de trabajo continuo y atosigador, se fugaron del patrono a quien servían [la Literatura]”. Su fin era “realizar una excursión en cualquier dirección, y sin ninguna finalidad”.

Recuerdos de infancia. La importancia de una buena educación

En el prólogo a la edición económica de Vida y aventuras de Nicholas Nickleby cuenta sobre las escuelas de Yorkshire, -que serán protagonistas de la historia: “No puedo recordar en este momento cómo llegué a oír hablar de los colegios de Yorkshire cuando aún era un chiquillo, no muy robusto, y me sentaba en los apartados lugares de las cercanías del castillo de Rochester, con la cabeza llena de Partridge, Strap, Tom Pipes y Sancho Panza; pero sí sé que fue entonces cuando recogí mis primeras impresiones sobre ellos, y que estaban en cierto modo relacionadas con un niño que había regresado a su casa con un absceso supurado a consecuencia de que su mentor en Yorkshire, filósofo y amigo, se lo había abierto con un cortaplumas manchado de tinta”. Dickens se tiene a sí mismo por “un niño de aguda observación” que conserva un vivo recuerdo de su infancia.

En 1846 publica en el Daily News -fundado por él- una carta a los lectores titulada “El delito y la educación” en la que habla de la prevención del delito mediante la educación: “Llamo la atención a los lectores del Daily News hacia el esfuerzo que desde hace tres años y medio se viene realizando para llevar a los parias más miserables y abandonados de Londres los principios más elementales de religión y de moral; para que empiecen a saber que son seres humanos inmortales, sin esperar a que tengan por único maestro al capellán de prisiones; para dar a entender a la sociedad que sus obligaciones para con esta hueste desdichada, predestinada al delito y a su castigo, empiezan antes de llegar a la Comisaría de Policía , y que el consentir despreocupadamente, año tras año, la existencia en esta ciudad, la más importante del mundo, de un inmenso y fatal vivero de ignorancia, vicio y miseria, de un criadero de habitantes para los pontones y las cárceles, es un espectáculo que produce horror…Con la esperanza de que algunos de los que se interesan por mí como novelista fijen su atención en este asunto”.

PARA SABER MÁS

Algunas curiosidades

- Su primer artículo, Una cena en Poplar Walk, se publica en 1833  en  Monthly Magazine.

- La familia veranea en Bleak House, -título de una de sus obras -en Broadstairs, Kent, entre 1837 y 1851.

- Entre 1858 y 1870 hace lecturas públicas, más de 400, de fragmentos de sus novelas, con asistencia de hasta 2.000 ó 3.000 personas. Las primeras lecturas incluyen Cuento de Navidad, la escena del juicio de Los papeles de Pickwick, así como la muerte de Paul Dombey, de Dombey e hijo, y de la señora Gamp (de Martin Chuzzlewit). Luego se añadieron episodios de David Copperfield (los de James Steerforth y Emily) y de Nicholas Nickleby (el de la escuela Dotheboys Hall). Gran aficionado al teatro, cada lectura era una puesta en escena que le dejaba agotado y exhausto.

- Su tataranieta, Monica Dickens (1915-1992), también escribe. En 1970, publica en inglés La casa del Fin del Mundo (The House at World´s End), traducida por SM El barco de vapor en 1987.
Una página web (en inglés)

http://www.dickens2012.org/dickens-teesdale-celebrations-barnard-castle-teesdale-uk. En ella aparecen varios acontecimientos que tendrán lugar en 2012, no sólo en el Reino Unido. Por ejemplo, en Australia y Nueva Zelanda, la actriz nominada a los premios BAFTA Miriam Margolyes pondrá voz a varios de los personajes femeninos de las novelas de Dickens, como la señora Micawber, de David Copperfiel; la señora Gamp, de Martin Chuzzlewit, o la señorita Havisham, de Grandes Esperanzas.

En Inglaterra, en el hotel Lion de Shrewsbury, donde Dickens hizo al menos dos lecturas públicas, los salones volverán a acoger algunos de los fragmentos más recordados.

En castellano, especial en el diario El Mundo. http://www.elmundo.es/especiales/2012/cultura/dickens/londres.html.

Algunos otros libros

-       David Copperfield. Alba Editorial, 2011.
-       Canción de Navidad. Castalia, 2011.
-       Oliver Twist. Anaya, 2011.

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