“Elena Fortún escribió, con Celia en la revolución, una de las
grandes novelas de la guerra civil”-
escribe Andrés Trapiello en el prólogo. “Es la novela que hubiera querido
escribir Baroja, y no pudo: le faltó conocimiento de primera mano para hacerlo,
y la que habría querido escribir Max Aub, y no supo…formaba parte de una de las
dos Españas”.
“En nombre de los que no
fueron ni de los unos ni de los otros…escribió Celia…esta extraordinaria
crónica novelesca que deberían leer con atención los nietos de unos y otros”-
concluye Trapiello.
En la última cuartilla del
manuscrito (que le llega a Marisol Dorao –profesora y doctora en Filología por
la Universidad de Cádiz- de parte de la nuera de Elena Fortún), la autora
recoge: “Hoy, 13 de julio de 1943, terminó de poner en borrador Celia en la revolución”.
“En ningún otro libro están
mejor contadas las sacas, checas y paseos en el Madrid revolucionario…la
evacuación de Argüelles y San Antonio de la Florida, con los consiguientes
saqueos; los refugiados que vienen de los pueblos, realojados por todo Madrid,
las cárceles y checas improvisadas…Celia en la revolución es la novela de la
lucha por la vida en la retaguardia”- explica Trapiello.
En el libro, “Celia, que
está en Segovia con su abuelo, cuidando de sus hermanas, se tiene que ir a
Madrid con Valeriana. Y después a Valencia, y luego a Albacete, y más tarde a
Barcelona. Y de vuelta a Madrid, y a Valencia otra vez. Y de allí al exilio.
Igual que Elena Fortún”- cuenta Dorao. “El libro es una crónica de aquellos
días, con fechas, con sitios y con nombres: el Hospital de Carabanchel, la
evacuación de Ferraz, la casa de Chamartín, el general López Ochoa, Laurita de
los Ríos, Isabel García Lorca, la señora Aguilar…”.
Los títulos de los capítulos
son significativos y dejan constancia del paso del tiempo: “Segovia, 1936;
Madrid, 25 de julio; El hospital militar de Carabanchel; Los paseos en Madrid;
Chamartín de la Rosa; ¡Evacuación!; Noviembre 1936; Febrero 1937: Hambre y
bombas; La evacuación de Madrid; Valencia, septiembre 1937; Albacete; Noviembre
1937; Barcelona, Navidad; Enero 1938; Marzo 1938; Primavera en Madrid;
¡Hambre!; Se ha perdido la guerra; Valencia; Adiós”.
El último capítulo, fechado
un 18 de marzo, es la despedida y la huida: “Sale barco hoy a las cuatro…”. En
Celia -ahora con 17 años, al final de la contienda-la pena se junta con la
amargura: “Todos dicen que me quieren, pero aseguran que soy su enemiga, y
ellos lo son de mi padre…La clase media es toda de derechas…y ahora los pocos
que no lo fueron, se hacen…”.
Ella parte – como la propia
Elena Fortún- para el Nuevo Mundo, a
empezar una nueva vida, como exiliada. Allí escribe Celia institutriz en América, en 1944.
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