“Estamos cansadas de estar siempre comenzando. Y, sobre todo,
estamos cansadas de ser invisibles”… -dice en la introducción.
Nuria pasa repaso a algunos
hitos, acontecimientos y logros, que luego no han sido para tanto o han
mostrado ser una falacia:
“En octubre de 2016 se
cumplieron 33 años del nacimiento del Instituto de la Mujer… El mito de la
conciliación o, peor aún, de la corresponsabilidad… El trabajo, nunca tan bueno
como soñamos y jamás remunerado como merecíamos… El feminismo ha desaparecido a
favor del concepto “género”… La moda que declara como verdad incuestionable que
los varones están cambiando masivamente…”.
“¿Cómo no estar cansadas
viviendo a toda velocidad, embutidas en una talla 38 [en España, que la media
es una 44, la más vendida. Fátima
Mernissi dijo que el harén en Occidente era la talla 38…], sobre un tacón de 7
centímetros (y más), y peleando cada
mañana contra el paso del tiempo?”.
Aún
no están bien vistas las mujeres sabias
En la presentación de su
libro en Santander el pasado 23 de noviembre, Varela dijo que estamos en un
“momento de reacción patriarcal muy potente”: “Se está rompiendo el silencio,
el mandato patriarcal por excelencia”, y se refiere al caso Weinstein en
Hollywood, a Juana Rivas, que hace público su maltrato, y al juicio por
violación a “La manada”.
“El machismo no tiene
capacidad discursiva; por eso es tan violento. Por eso, utiliza el menosprecio,
el ridículo y el ninguneo”.
Y apunta que la nueva
misoginia es más sutil y difícil de ver. “El éxito del patriarcado hoy es que
se ha hecho invisible”.
Lo explica así: “Cuando se
habla, y se conceptualiza (conceptualizar es politizar), de un país como una
“democracia capitalista”, se le olvida añadir “patriarcal”, algo que marca las
relaciones políticas. La resistencia está en el propio sistema. Cuando hablamos
de feminismo, hablamos de poder (el feminismo cuestiona el poder establecido).
Queremos que el poder se comparta: el poder religioso, militar y económico,
está todo en manos de hombres… Las mujeres no somos las parientes pobres de la
democracia”.
La
realidad y los datos. El velo de la
igualdad
“En 2016, las mujeres
dedican en promedio 1 hora y 57 minutos diarios más al conjunto de actividades
de hogar y familia que los hombres… Entre la población más joven ha descendido
la proporción de muchachos que realizan alguna actividad doméstica mientras que
entre las chicas no ha variado… Las excedencias por cuidado de hijos e hijas o
cuidado de familiares son cosa de mujeres… Las reducciones de jornada, también”.
Pero “el velo de la
igualdad”, las palabras tan repetidas de que “la igualdad ya está conseguida”,
de que “ya vivimos en igualdad”, hacen que se relaje la atención o se deje de
luchar. No es lo mismo igualdad legal que igualdad real...
El
cansancio y el hartazgo de las mujeres
“De que se castigue
severamente la apología del terrorismo pero no haya ni una sola condena por
apología de la violencia contra las mujeres… Del mito del amor romántico, del
romanticismo patriarcal: “si solo hay una persona en la vida para ti, tu media
naranja, tu pareja ideal y única, es muy difícil que la dejes”…
El
discurso de las víctimas
En 2012 Nuria Varela escribe
La voz ignorada. Ana Orantes y el fin de
la impunidad. “Ana Orantes tuvo que morir (fue asesinada el 17 de diciembre
de 1997) para ser escuchada. Rompió el pacto de silencio patriarcal y habló en
televisión…”. De ahí saldrá la Ley de Protección Integral contra la Violencia
de Género. “Un estado no puede llamarse democrático si no puede proteger a sus
mujeres. Ningún otro fenómeno en el mundo asesina tanto. Ninguna guerra es peor
que la guerra contra las mujeres: es una guerra no declarada; no sabes dónde te
va a atacar el enemigo, dónde están las trincheras o quién te va a proteger”.
“Escuchar el relato de las víctimas es tan insoportable que escucharlas
provocaría una reacción del Estado”.
Según Varela, “no hay cambio
en los relatos en dos décadas”; no se hace prevención. Falta una recuperación
integral de las víctimas para que no vuelvan a caer en los mismos patrones y
elijan, de nuevo, parejas maltratadoras, y hay -de parte de las mujeres- una
desconfianza en la justicia a la hora de proteger sus vidas.
A
pesar de todo, una esperanza
Se logró acabar con la
esclavitud en el siglo XIX y se logró acabar con ETA en el siglo XX. Del mismo
modo, se puede erradicar la violencia de género, algo que afecta a la mitad del
mundo. Las mujeres no somos una minoría: somos la mitad de la población
mundial. E importamos.
Nuria lo cuenta “fácil” y se
entiende todo muy bien. Ahora falta que se impliquen, nos impliquemos, TODAS
las mujeres y TODOS los hombres...
SABER
MÁS
www.heroinas.net.
http://www.publico.es/sociedad/feminismo-diccionario-feminista-miembros-atonitos-patriarcado-hombres-mujeres.html.
Diccionario feminista.
PARA LEER
Libro
de Gioconda Belli, El país de las Mujeres,
con su manifiesto…
Para
jóvenes, El diario violeta de Carlota,
de Gemma Lienas.
Para
iniciarse… Feminismo para principiantes,
de Nuria Varela.
Examínate
de feminismo…
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