lunes, 17 de junio de 2019

ROSA CHACEL. UNA NIÑA DE VALLADOLID

Así se bautizó ella en una ocasión… y a esta ciudad donó su biblioteca y sus cartas, en 1994. (Está enterrada en el Panteón de Personas Ilustres del cementerio El Carmen de Valladolid).

Su fondo documental (16 cajas de documentos: conferencias, artículos, cuentos y poemas, de las cuales están ya digitalizadas sus cartas, que se pueden consultar on-line) y biblioteca (integrada por 1.373 volúmenes, que se pueden pedir en la Sala de Investigadores)  se hayan en la Fundación Jorge Guillén [RCH], en Valladolid.

De mayor, me recuerda a la “abuelita Paz”. De joven, se la ve preocupada por su aspecto. “De boca fina…ojos de diamante negro”- escribirá Juan Ramón Jiménez. “Morena e inteligente”- escribe María Teresa León en sus memorias. “Una maga de la mirada”- escribe en 2014 la periodista Florinda Salas.


Preocupada por usar la palabra justa (titula sus diarios “Alcancía”, cuyo origen kanz, significa “tesoro escondido”). “Manejo del idioma…”- dicen los críticos. “Le ha perjudicado cierta imagen de escritora intelectual”, cuenta su hijo, Carlos Pérez Chacel, en una entrevista en 2013. “Una escritora para minorías” ha sido otra de las calificaciones más extendida, o prolija. . “Tiene un estilo analítico y apasionado de filósofa y de poeta”- dice Pere Gimferrer.

Memorias de Leticia Valle


“Leticia [Valle]…, como es mi retrato, dejé en ella esa especia de frialdad antipática que me caracteriza…”- le escribe a Ana Mª Moix en 1965.

“El día 10 de marzo cumpliré doce años…”- comienza la novela. “No sé por qué, hace ya varios días que no puedo pensar en otra cosa? ¿Qué me importa cumplir doce años o cincuenta? Creo que pienso en ello porque, si no, ¿en qué voy a pensar?”. Fin del primer párrafo.


La protagonista dice cosas como: “…No iré por ese camino que me marcan…volveré hacia dentro todas mis fuerzas…no tomaré más que lo que verdaderamente quiera…lo que quiera con mi corazón…".

Empezar por lo más asequible. Para mí, los diarios y las cartas

Yo, como decía Delibes, cuando hay que empezar un nuevo autor/a, empiezo por lo más corto (o, en mi caso, por lo más asequible)…


"En este cuaderno estudiaré los progresos que hace en mí la idea del fracaso…En este diario no hay una sola falsedad, ni un solo adorno ni un solo artificio, pero hay muchas omisiones…”.


De mar a mar. Un epistolario entre una universitaria y una exiliada 



En el otoño de 1965, una joven Ana Mª Moix le escribe su primera carta después de leer Teresa. “No sé cómo presentarme a usted…Sin embargo, creo poseer lo que en verdad importa…un conocimiento…de su obra”…

La última carta del libro es de 1975, diez años después, y Ana le cuenta que llega a Madrid para una semana y que ya alguien le dará su teléfono. “Guárdame un rato muy largo (o dos)”…

No sé por qué un libro tan hermoso ha pasado desapercibido, casi de puntillas, y no se maneja en las escuelas. Dos generaciones  con curiosidad, que se preguntan y comparten conocimientos, inquietudes y sentimientos.

“Mi vida y mi obra son la misma cosa”

“Mi obra es mi verdadera vida”.

ALGUNOS DATOS

Rosa Chacel nace un 3 de junio de 1898 en Valladolid. “Aprendí a leer con la poesía de Zorrilla”.

En la primavera de 1908 se trasladan a vivir a la casa de la abuela materna en Madrid en el barrio de Maravillas (hoy, Malasaña), en la esquina entre San Vicente Ferrer y San Andrés.

A los 11 años acude a la Escuela de Artes y Oficios de la calle Palma. Con su profesora, se traslada luego a la Escuela del Hogar y Profesional de la Mujer.

En 1915 (es en 1917, según Victorina Durán),  con 17 años,  ingresa en la escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (hasta 1918). Según Victorina Durán, estuvo un curso.

Desde 1919 acude a leer a la biblioteca del Ateneo y a las tertulias que admiten mujeres: el café de la Granja El Henar (Alcalá 40), la Botillería de Pombo (Carretas, 4) y la “Cacharrería” del Ateneo (Calle del Prado, 21), a la que acude con Concha Albornoz. En el Ateneo pronuncia su primera conferencia, La mujer y sus posibilidades, en 1921.

Se casa con el pintor Timoteo Pérez Rubio (“Timo”) en 1922. “Nos unió la lectura”- dirá. Y se van juntos a Roma, donde él tiene una beca. Ella se lleva el Retrato del artista adolescente, de Joyce, y el primer tomo de las Obras Completas de Freud.


Al volver de Roma, en 1930, trae consigo su primera novela, Estación. Ida y vuelta (“Una novela muy pequeña…, pero respecto al camino, fundamental”- le escribirá a Ana Mª Moix). Dirá que, después de La sinrazón, es una de sus novelas más autobiográficas. Viven en el número 5 de la hoy plaza de Tirso de Molina y allí nace su único hijo, Carlos.


Inicia una amistad con María Zambrano y Maruja Mallo. También se relaciona con Alberti y María Teresa León. Con el matrimonio formado por Concha Albornoz y Ángel Segovia va a veranear a Asturias. En esta casa, Rosa escribe el primer capítulo de Teresa con la pluma …,  regalo de Concha.

En 1936, antes de la Guerra Civil, publica los sonetos A la orilla del pozo.

“La oleada más vital que haya agitado a España desde sus raíces”

Así denomina a “Lo que hubo en los años previos a la República”. Sobre la Guerra Civil, dijo en una entrevista, en 1980: “Todo lo que era nuestro renacimiento intelectual se hizo cisco”…

Los recuerdos de Victorina Durán. Una anécdota

“Era invierno, ¡diluviaba! Salimos [Rosa Chacel y yo] del museo [de Arte Decorativo en c/ Sacramento, 5] cuando ya era de noche. Como yo era la más alta, abrí mi paraguas y Rosa se cogió de mi brazo y en la otra mano llevaba su paraguas cerrado. Atravesamos la calle del Sacramento y tomamos el callejón de enfrente del portal para salir a la calle Mayor. El callejón, oscuro, solo con la débil luz de un farol en la esquina. Se dibujó la silueta de un hombre que venía por la estrecha acera frente a nosotras. Se iba acercando y Rosa empuña su paraguas y le da un paraguazo brutal. El hombre se queda de una pieza:
-       Señorita, ¿por qué me ataca? Yo no hice nada.
Rosa contesta:
-       Creí que iba a hacerlo. Disculpe.
Rosa siempre fue impulsiva”.

“Las novelas no tratan de nada”

Lo cuenta Andrés Trapiello, que se lo oyó contar  a su vez a Luis Antonio de Villena. Un periodista le preguntó a Rosa qué estaba escribiendo… “Una novela que se titula El pozo artesiano”. “¿Y de qué trata?”. “¿De qué va a tratar?”-le contestó. “Pues de un hombre que va por el campo y se encuentra con un pozo artesiano…Hijo. Las novelas no tratan de nada…”.

A Ana María Moix, a una pregunta suya, le responde que una novela es “mejor construirla sobre un problema”.

SABER MÁS

https://elpais.com/diario/1984/11/27/cultura/470358006_850215.html. En 1984 piensa en volverse a Brasil con su hijo Carlos, porque la pensión en España no le da para vivir.



https://www.youtube.com/watch?v=zt1KRpsot1s. A Fondo. Rosa Chacel.1976.

FUNDACIÓN JORGE GUILLÉN

Parque Norias de Santa Victoria, 1. 47007 VALLADOLID. Teléfono: 983 342 489
Web: www.fundacionjorgeguillen.com 
Horario: De lunes a viernes, de 8 h a 15:30 h.



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