lunes, 12 de agosto de 2019

MADRES ARREPENTIDAS. Una mirada radical a la maternidad y sus falacias sociales



El estudio de la socióloga israelí Orna Donath (1976) abarca cinco años, de 2008 a 2013, y 23 participantes, todas ellas madres, con edades entre los 26 y los 73 años. No aspira a ser concluyente ni cerrado, pero sí a poner sobre la mesa cuestiones de las que no se habla en la sociedad/en nuestras sociedades.

“Es importante que las mujeres puedan expresar sus pensamientos y emociones negativos sin que se vean deslegitimizadas y demonizadas”- le expresa una de las entrevistadas”.

“Se identifica a las mujeres con la naturaleza dado su cuerpo fértil (“Eres una mujer. ¡Tienes que tener hijos!”)…el potencial reproductor de la anatomía femenina las obliga a ser madres…”-como cualquier otro animal. Y, a veces, se llega al extremo de…

Tener hijos, un deber patriótico

Así lo explicitaba, en 2004, el ministro de Economía australiano: “Uno para la madre, uno para el padre y uno para el país”…Con el Estado como sujeto y actor.

“La maternidad dista mucho de ser valorada como una situación o acontecimiento que pueda tener efectos traumáticos perdurables”- dice la autora.

Algunas opiniones de madres:

“Existe esa verdad común, esa creencia de que todos queremos tener hijos y de que no seremos felices si no los tenemos. Yo me crié con dichas ideas. Y no es sencillo. Nada sencillo. Y tengo tres hijos. No es sencillo. Existe una dicotomía muy fuerte entre los mensajes que recibes de la sociedad y lo que sientes” (Doreen, madre de 3 hijos entre 5 y 10 años).

“…La felicidad, satisfacción y renacimiento de la que todo el mundo hablaba y que no era capaz de hallar ni rastro de esos sentimientos”  (Brenda, 3 hijos).

“Es temporal…Dentro de unos meses todo cambiará… [Hasta que] hablé con una amiga y me dijo: “Mira, a los tres meses son los gases; al año, los dientes. Luego es la adolescencia y, después, la mili…” (Jasmine, 1  hijo).

“Es como decir que “todo vale la pena por la sonrisa de un hijo”. Menuda estupidez…Cualquier niño que va por la calle puede regalarte una sonrisa, no hace falta pasar por el embarazo, el parto, las pesadillas y todo lo demás” (Sunny, 4 hijos).

“Decir que no quieres tener hijos es un tabú”.

Los motivos (para tener hijos): amplios y variados

Las expectativas sociales se unen, en ocasiones, a los propios deseos:

“Había llegado la hora de pasar a la siguiente etapa…Quería ser como todos los demás…Creía que era lo que había que hacer…” (Sunny, madre de 4 hijos).

“Las cosas pasaban. Sucedían sin más…”. (Nina, madre de dos hijos).

“Era lo que tenía a mi alrededor…Era la norma”… (Tirtza, madre de dos hijos).

“Porque todo el mundo lo hace”. (Charlotte, madre de 2 hijos).

“[Sería] Algo que me daría sentido, algo que me serviría de terapia…, que me permitiría darles todo lo que yo no había tenido, que me permitiría vivir la infancia que nunca había vivido…”. (Sophia, 2 hijos).

“Me haría perfecta, me calmaría, me completaría… (Jasmine, madre de 1 hijo).

“Mi marido no paraba… “Si no vamos a intentar quedarnos embarazados, nos divorciamos…”. (Doreen, tres hijos).

La escritora francesa Corinne Maier (No Kid. 40 buenas razones para no tener hijos, 2008) lo explicita así: “Tuve a mis hijos por un único y triste motivo: tenía miedo de estar sola”.

La ambivalencia maternal

La socióloga estadounidense Barbara Katz-Rothman, escribió en Recrear la maternidad: …” me encanta la maternidad. Escribo para hacer una apasionada defensa de la maternidad. He gritado a mis hijos, he deseado verme lejos, muy lejos de ellos; he sentido ira, frustración, momentos de puro odio; todo lo que cualquier persona que sea honesta tendrá que reconocer que desempeña un papel importante en la maternidad. Pero me encanta…”.

“Me arrepiento de ser madre, pero no me arrepiento de mis hijos” (Charlotte, 2 hijos).

 “Ser madre no forma parte de mi identidad. Si me pregunta, ¿quién es Debra?, no digo: Una madre…No me define como persona…Debra es una ejecutiva, Debra es culta, Debra es estadounidense israelí, Debra es una esposa, Debra es una pensadora, Debra es laica…y, después de todas esas cosas, viene que Debra también es madre…” (Debra, 2 hijos).

“El tiempo que estuve en casa de baja por maternidad disfruté de él muchísimo…fue como tener un semestre de vacaciones…Luego empezaron los problemas. Cuando me puse a trabajar y sentí que necesitaba mi tiempo, el mío” (Jasmine, 1 hijo).

Hay madres arrepentidas…pero no se puede decir

“Me resultaba duro decir que tener hijos había sido un error…, que la conclusión es que supone una gran carga para mí. Tardé mucho tiempo en poder decir esas palabras. Pensaba, uy, si digo algo así, la gente pensará que estoy loca. Aun hoy…”. (Sky, 3 hijos).

“Podría haber hecho otras cosas que son valiosas para mí” (Odelya, 1 hijo).

“Todo el día: Mami mami mami mami” (Liz, 1 hijo).

“¿Cuántos momentos agradables hay…en comparación con lo que exige…?” (Edith, 4 hijos).

“Es una cuestión de tener que renunciar a mi vida…es una renuncia demasiado grande” (Odelya, 1 hijo).

“Es una esclavización y una pesadez” (Carmel, 1 hijo).

“Llego a casa de trabajar a las 5 de la tarde y no tengo energías. Me apetece…, no sé, sentarme a leer un libro. Me apetece quedarme pensando mientras miro al techo, y no puedo. Eso es lo que me frustra”. (Jasmine, 1 hijo).

“Antes escribía, esculpía, dibujaba. Me encantaba crear. Ahora no queda nada de eso; no tengo nada porque me falta inspiración o energía” (Maya, 2 hijos).

Ventajas y desventajas de ser madre

“A mí me dio la capacidad de ver las cosas de una manera más profunda” (Doreen, 3 hijos).

“Me hace mejor persona” (Maya, 2 hijos).

“Te lo quitan todo. Todo”. (Edith, 4 hijos).

“Para mí no es más que una carga insoportable. No puedo relajarme” (Sky, 3 hijos).

“Por un día de felicidad, por un instante de placer, ¿tienes que sufrir tantos años?” (Erika, 4 hijos).

“Una mujer, una vez que tiene un hijo, renuncia a muchas cosas a las que no renuncia un hombre…Cuando pasas a ser madre…, no puedes hacer todo lo que quieras”. (Rotem, 2 hijos).

“Yo he perdido años…, años de mi vida, años de martirio” (Sunny, 4 hijos).

“Tener tiempo para una misma…ponerme al día” (Brenda, 3 hijos).

Cuando una es madre lo es para siempre: la maternidad como historia interminable

“Con un hijo, siempre lo tienes en mente…”. (Jasmine).

“La responsabilidad y el sufrimiento recaen sobre ti” (Sophia, 2 hijos). Da igual tener un millón de dólares y una au-pair. Da igual que sean ya mayores.

¿Dónde están los padres? Tener la logística de la casa en la cabeza

"…Les pregunto [a padres orgullosos de ser una pareja en el hogar] cuándo fue la última vez que miraron si faltaba papel higiénico o si la pasta de dientes estaba a punto de terminarse…" (Susie, 2 hijas).

“Él creía que su trabajo era traer dinero a casa” (Erika, 4 hijos).

“Los padres nunca pueden ser malos padres…nunca son padres negligentes…Hay estudios que demuestran que tras el nacimiento de un hijo los padres hacen más horas extras de forma explícita y buscan nuevas aficiones para estar disponibles lo menos posible por la noche y durante el fin de semana…Es algo socialmente aceptado…Una madre que a las siete de la tarde aún no ha acostado a sus hijos es una madre negligente…”.

Al final, la conclusión que sacamos es que hay tantas maternidades como madres.

SABER MÁS

https://elpais.com/sociedad/2019/08/01/actualidad/1564641935_507656.html. Las españolas son las europeas que más retrasan el nacimiento de su primer hijo.




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