UNA AUTOBIOGRAFÍA NO ESCRITA
Miguel
Delibes no relató nunca su autobiografía. Como mucho, escribió en los años 70
“Un año de mi vida” y, en 1989, publica “Mi vida al aire libre”, unas memorias deportivas,
según sus propias palabras.
Nace el 17
de octubre de 1920 en Valladolid, “frente al Campo Grande [en el nº 12 de la Acera de Recoletos, esquina
con la calle Colmenares], el parque de mi ciudad, seguramente porque, desde que
abrí los ojos, necesité de amplios espacios para respirar”.
SU PRIMER RECUERDO
“El día que me arranqué a andar”…: “veo el rincón de la casa donde fui
depositado aquel día, siento la inseguridad propia del niño que hasta ese
momento únicamente se ha movido a gatas y, por último, experimento el tirón que
ejerció sobre mí el hecho de ver mi juguete preferido – un muñeco de peluche-
en manos ajenas…”.
Pero sus
primeras vivencias, todas tienen que ver con el Campo Grande: “esas castañas
locas [las castañas pilongas] del
Paseo de Coches, que nos disuadían los mayores de comerlas, asustándonos con
que nos volveríamos locos. Aquellos juegos por los caminillos que dejaban
marcados los coches de los niños…el olor del Campo Grande cuando regaban, los
conciertos de la banda del Regimiento de San Quintín…
El primer recuerdo escolar es el
colegio de las monjas Carmelitas, de la hermana Remedios, “que nos daba un confite
cada vez que nos comportábamos bien” y de la hermana Luciana, “la monja guapa”.
“Hasta los ocho años, más o menos,
veraneé en Molledo”.
SUS LECTURAS INFANTILES Y JUVENILES
“Nunca leí
mucho, pero recuerdo aquella colección Molino y también Araluce…A mis doce años
empiezo a descubrir mis propios libros, novelas de aventuras como Rebelión a bordo, Tres lanceros bengalíes,
todas las de Zane Grey, Oliver Curwood…Verne me fatigaba… Autores como Salgari
me sirvieron de puente para acceder a la novela noble: Robinson Crusoe, Mobby Dick o La isla del tesoro”.
EL FÚTBOL
El fútbol
será lo que al adolescente retraído que es
Delibes, Michi, lo relacione con
el mundo, con el resto de sus compañeros. “Disponía de un fútbol con botones para jugar a escondidas en el pupitre de clase;
otro a base de canicas para el patio; otro con pelotas de trapo o de papel para
practicarlo con sus hermanos en la galería de casa; otro, con pelota de goma,
para jugarlo en los andenes del Campo Grande, y un balón ensebado y camisetas
para jugar en los campos del colegio o en los de sus adversarios, que, en el
caso de los Huérfanos de Caballería, eran imbatibles”- cuenta Ramón García
Domínguez en “El quiosco de los helados.
Miguel Delibes de cerca”.
UN DIBUJANTE FRUSTRADO
“Mi
verdadera ilusión era el dibujo…Empecé haciendo caricaturas de mis profesores
(los frailes de las Escuelas Cristianas)…con el consiguiente regocijo de mis
compañeros (Los días de escuela resultaban endiabladamente monótonos)…Luego (a partir de 1941), comencé a hacer
caricaturas para El Norte de Castilla…
(sus dos primeros dibujos son dos
“monos” de fútbol ilustrando la información del partido Delicias-Ciudad Real en
el estadio municipal de Valladolid. En 1943, como comentarista cinematográfico
publica una crítica sobre Deliciosamente
tontos, de Juan de Orduña, con la caricatura de la actriz Amparo Rivelles”.
Incluso se
atreverá a ilustrar una edición americana de El camino en 1960 con 15 viñetas.
DELIBES, PERIODISTA
Haciendo
periodismo, “aprendí tres cosas fundamentales: a redactar, a valorar
humanamente la noticia y a facilitar al lector el mayor caudal de información
con el menor número de palabras”. Pero el uso de la palabra exacta lo aprende
antes, con el manual de don Joaquín Garrigues.
A los muchachos
que requieren su consejo, años más tarde, les recomienda el Curso de Derecho
Mercantil de Garrigues. “Leyendo a Garrigues aprenderán a valorar los adjetivos y a escribir con las frases
justas, claramente y con sencillez”.
“Siempre he escrito de oído”- dirá.
http://www.catedramdelibes.com/t.php. Para buscar el significado de sus
palabras.
EL CAMINO: ESCRIBIR
COMO SE ES
Delibes
encuentra su "camino" a los treinta años.
“Escribí
este librito en tres semanas; veintiún días, veintiún capítulos”.
“Molledo
Portolín, [fue el] pueblo donde nació [mi padre] y donde yo ambienté El camino”. (Carta a Josep Vergés.
6.8.1955).
“He pretendido
hacer una cosa suave, intrascendente, buscando siempre un punto de equilibrio
entre la amenidad y la ternura…; es una pequeña historia de una pequeña
aldea…”. (Carta a J. Vergés. 5.9.1950).
“Los tipos de El
camino eran reales, muchos de ellos incluso físicamente, gente que yo
conocía…”.
“Los pequeños héroes de El camino y sus aventuras significan un intento de recuperación de
mi infancia”.
“Estos niños que corretean y hacen travesuras a lo
largo de las páginas de mis libros pueden ser niños burgueses o de gente bien,
o niños olvidados, pobres y desatendidos, pero hay uno, el Mochuelo, en la novela El
camino, que no es ni lo uno ni lo otro, que viene a resumir el sentido de
mi obra ante el progreso y, en consecuencia, uno de los pilares en que aquella
se asienta: la defensa de la naturaleza”.
En 1963, la directora Ana Mariscal estrena El
camino, basada en la obra de Delibes. “Mi primera vivencia cinematográfica
(como asesor o revisando el guión) fue El
camino, película rodada por Ana Mariscal en el pueblecito abulense de
Candeleda. Recuerdo que ya entonces me sorprendió tanto la lentitud del proceso
creador como que el argumento no se rodase linealmente…Recuerdo también que los
pequeños protagonistas se cansaban de la morosidad del rodaje, de forma que
cuando Ana Mariscal inició la toma de la escena en que Daniel, el
Mochuelo, deposita un tordo entre las
manos muertas de su amigo Germán, el Tiñoso, este se había dormido
profundamente en el ataúd, hecho que impresionó mucho a su madre, allí
presente, pero que en punto a naturalidad facilitó extraordinariamente las
cosas”.
En 2002, la
novela alcanza la cifra de 65 ediciones en español y 1.850.000 ejemplares. Será su primera
novela trasladada al cine, en 1962, por Ana Mariscal.
Para
Delibes, la novela contemporánea debe ser breve, abarcable, no más de 250
páginas.
MIGUEL DELIBES, EL HOMBRE
Se ha
descrito como “neurótico”; obsesionado por la muerte desde la infancia, con
temor al ridículo, pesimista…
En la
memoria que se edita al final del bachillerato en el Colegio de Lourdes, el
profesor de Psicología describe así a Delibes: “Tiene la mirada lánguida y un
poco tristona…”.
“Yo creo que
hay que ser de una pasta especial para aguantar a un escritor”- le confesará a
Javier Goñi. Su mujer, Ángeles, “su equilibrio”, que fue quien le enseñó “a
leer bien y lo debido”, le permitirá aislarse “encargándose de la economía, el
papeleo, el correo o los colegios”.
Cuando
estalla, le faltan tres meses para cumplir los 16 años. “Fue un amargo
despertar a la adolescencia”. En su relato “El refugio” refleja el ambiente y
la zozobra de aquellos días. Como la movilización era obligatoria con 18 años,
a los 17 se alista en la Marina ,
como voluntario. Lo destinan al buque Canarias,
donde está hasta el final de la guerra. “Yo creo que si fuera posible hacer un
estudio médico de las personas que participamos en aquella terrible
conflagración, resultaría que los mutilados
psíquicos somos bastantes más que los mutilados físicos”.
SU MUJER, ÁNGELES
“Yo escribía
para ella. Y cuando faltó su juicio (murió en 1974), me faltó la referencia.
Dejé de hacerlo, dejé de escribir, y esta situación duró años”.
Su novela Señora de rojo sobre fondo gris es su
particular homenaje.
Quizá el
rasgo más veces repetido en esta historia de admiración y adoración es “su
frágil cuello”…
TRES FECHAS CLAVES EN SU VIDA
1947: Año en que gana el premio Nadal,
lo que le decide a seguir con la literatura.
1974: Año en que muere su esposa Ángeles,
su “equilibrio”.
1990: Año en que cumple los 70 que, de
siempre, se puso como límite para ir clausurando sus actividades deportivas y
literarias.
LA VEJEZ
“Siempre
imaginé la vejez sosegada, desapasionada, sin dolores ni molestias. Eso sí, con
la cabeza confusa y las ideas más turbias. No es así. Veo claro y pienso claro.
No quiero decir que acertadamente, sino simplemente que pienso con claridad. La
post-operación de un cáncer [en 1998] me dejó muy disminuido, muy deteriorado,
con muchos agujeros y, después de nueve años, ninguno ha desaparecido dijo en
una entrevista a la Revista Mercurio,
en octubre de 2007.
“El balance
de la intervención quirúrgica fue desfavorable. Perdí todo: perdí hematíes,
memoria, dioptrías, capacidad de concentración… En el quirófano entró un hombre
inteligente y salió un lerdo. Imposible volver a escribir…Estaba
acabado…Terminé como siempre había imaginado: incapaz de abatir una perdiz roja
ni de escribir una cuartilla con profesionalidad” – escribe en el Preámbulo al
primer tomo de sus Obras Completas.
SU LIBRO FAVORITO, VIEJAS HISTORIAS DE CASTILLA LA VIEJA.
Si tuviera
que elegir, como lector y no como
Miguel Delibes, un libro para iniciarse, sería éste. “Como lector, suelo
iniciarme con un autor por lo más corto que encuentre. Si me gustase, iría
aumentando el volumen de mis lecturas respetando la cronología, aunque sin
ningún rigor”.
Su libro más
optimista (según él): Diario de un
cazador.
DEL 2000 AL 2010
El 17 de octubre de 2000, cuando cumple 80 años, se
inaugura en Valladolid “La ruta de El hereje”.
En 2002 se publica la correspondencia entre MD y su
editor, Josep Vergés, en Destino. Casi 40 años de cartas (1948-1986).
En 2003, se celebra en Nueva York (USA) un Congreso
Internacional sobre su obra. Se clausura con la creación de la cátedra Miguel
Delibes, con sedes en las universidades neoyorkina y vallisoletana. http://www.catedramdelibes.com/t.php.
En 2005, Ramón García Domínguez publica “El quiosco de
los helados. Miguel Delibes de cerca”, una biografía delibeana a partir de
vivencias, opiniones y anécdotas desperdigadas por toda su obra.
En 2005 publica junto con su hijo Miguel “La Tierra herida” una conversación entre un
científico y un profano sobre los problemas ambientales que acechan a la Humanidad.
En 2007, coincidiendo con su 87 cumpleaños, se
organiza en Valladolid un Congreso Internacional con el título “Cruzando
fronteras: Miguel Delibes entre lo local y lo universal”.
En 2009, recibe la Medalla de Oro de Castilla y León y la Medalla de Oro al Mérito
Turístico de Cantabria. Y la localidad de Molledo le concede el título de Hijo
Adoptivo, un homenaje de los habitantes del Valle de Iguña, protagonista de El Camino, con su paisaje y sus gentes.
Muere el 12 de marzo de 2010 a los 89 años.
MD Y CANTABRIA: SUANCES Y MOLLEDO-PORTOLÍN
El 7 de agosto de 1948 Delibes escribe a su editor Josep Vergés desde Molledo, lugar
de nacimiento de su padre y donde la familia solía pasar las vacaciones de
verano.
Carta del 29 de
junio de 1957 a Josep Vergés, editor de su obra: “Mañana salgo con
los chicos a pasar el verano en Suances, Santander, [hoy,
Cantabria]. Si algo hubiera, dirígeme la carta a Veramar, nombre del chalet”.
El 30 de julio se disculpa por la letra: “ … te escribo apoyado en las
rodillas, cosa explicable, pues me he propuesto no perder un minuto de brisa
marina”.
Sobre las posibilidades de la bicicleta para una
pareja de enamorados “separados y sin dinero”, relata: “En 1941 yo veraneaba en
Molledo-Portolín (Santander) y Ángeles, mi novia, en Sedano (Burgos), a cien
kilómetros de distancia”. A continuación, narra las vicisitudes del recorrido
de ida y vuelta.
“Es un homenaje literario a mi mujer, Angeles… Ella aparece en el libro tal y como era,
y tiene el mismo trágico y prematuro final (un tumor cerebral). Todo lo demás,
los hechos, la cronología, están alterados y sometidos a la estructura
narrativa y novelesca”.
“El título
hace referencia al de un cuadro que sale en la novela y que no es otro que el
retrato de Ángeles que pintó Eduardo García Benito y que tengo en mi despacho”.
El primer
libro que Miguel Delibes dedica a su mujer
es “Diario de un emigrante”, en 1958. La dedicatoria dice así: “A
Ángeles de Castro de Delibes, mi
equilibrio”. A su muerte, en 1974, dirá: “Ha muerto la mejor mitad de mí mismo…Fue el eje de mi vida y el estímulo de mi
obra, pero, sobre todo, el punto de referencia de todos mis pensamientos y
actividades.”
Como novia,
Miguel Delibes la recuerda “bella, grácil y alegre…No era coqueta, era
atrayente…envolvía con su forma de ser”.
Como
compañera, “me ayudó extraordinariamente. Me permitió que me pudiera aislar,
encargándose ella de la economía, del papeleo, del correo, de los colegios:
todo pasaba por sus manos…Además tenía un agudo sentido crítico, y como era una
mujer muy inteligente y con muchas lecturas tras ella, yo le dejaba los
manuscritos recién acabados para que me diera su opinión y ella me hacía
ciertas observaciones, ciertos reparos que, en un primer momento me irritaban,
pero terminaba haciéndole caso…Otra virtud era su sentido de la belleza; tenía,
además, un gran oído y una gran facilidad para los idiomas…”
Su hijo
Germán la recuerda de la siguiente manera: “Optimista, imaginativa y cariñosa.
No sabía lo que era el rencor o simplemente no lo cultivaba por estéril. Una
mujer muy positiva y nada extremosa. Además, era espontánea y directa, a la vez
que respetuosa, lo que hacía muy fácil entenderse con ella. Era muy dulce pero
no le faltaba carácter y le teníamos todo el respeto que ella juzgaba
necesario: para nada excesivo, ya que la confianza con ella era enorme, mayor
sin duda que la que mantuvimos con nuestro padre, siempre más distante. No
tenía buenas relaciones con los animales, ni siquiera con los de compañía, pero
con unos hijos tan aficionados a la fauna, consintió en vivir en una casa llena
de garduños, zorros, conejos, ginetas, tritones, tortugas, culebras, grajillas
y arrendajos… En fin, se nos murió muy pronto, antes de poder mimarla tanto
como había merecido”.
Julián
Marías la describe como “esa mujer que con su mera presencia aligeraba la
pesadumbre de la vida”.
Opiniones sobre la novela
Jordi Solé
Tura, ministro de Cultura, en 1992: “Debería ser de obligada lectura en esta
sociedad de hoy tan disipada y ajena a los sentimientos más auténticos”.
Al cine
“Pilar Miró
(+ 1997) me pidió llevar al cine “Señora de rojo sobre fondo gris”, a las pocas
semanas de salir el libro, en 1991. El relato era tan íntimo que entonces no
consideré oportuno acceder”.
EN BREVE
Le fastidia el protocolo y el protagonismo.
ENLACES.
Más sobre Delibes
https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2014/06/miguel-delibes-su-vida-y-su-obra-con.html. Miguel Delibes, su vida con sus palabras.
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2014/12/diario-de-una-viajera-en-tren-de.html. Diario de una viajera en tren. A Molledo, en busca de las localizaciones de El Camino.
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2020/02/a-molledo-en-el-ano-del-centenario-de.html. A Molledo en el centenario de Delibes (1920-2020).
SABER MÁS
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2020/02/a-molledo-en-el-ano-del-centenario-de.html. A Molledo en el centenario de Delibes (1920-2020).
SABER MÁS
Bibliografía: R. García Domínguez. Miguel Delibes: un hombre, un paisaje, una
pasión. Destinolibro.
Agenda del Centenario Miguel Delibes
Del 20 de marzo al 21 de junio de 2020,
exposición “Delibes 1920-2010” en la Sala Recoletos de Madrid (Paseo de
Recoletos, 20-22).
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