Paloma Díaz-Mas reflexiona sobre lo cotidiano, todo lo
que rodea al alimento y a la comida.
El título me ha traído a la
mente diversos dichos y refranes (Al pan, pan y al vino, vino; A buena hambre,
no hay pan duro; Con pan y vino se anda el camino;…) con el pan como
protagonista, y una frase que nos decían de pequeños: “No tires el pan, que es
de Dios…”.
Me encanta que comience
con un “Agradecimiento” en japonés
(Itadakimasu, que no significa “Que aproveche”…). Agradecimiento a las personas
que han hecho posible ese alimento elaborado que nos comemos, y a los propios
ingredientes.
En los distintos capítulos hay
crítica social: Ganarse el pan (sobre
las tiendas de barrio, que intentan sobrevivir, tan de actualidad ahora, con la
pandemia), o Agua (“En los países
pobres [siempre] son las mujeres las que van por agua…”), o Fuego (“Nunca pensábamos en la historia
de trabajo y sufrimiento que precedía a aquellos serones de esparto llenos de
carbón para la lumbre…”).
Hay hipótesis interesantes,
como que los diversos “cocidos” que existen en el mundo surgieron como “platos
que, en el medio rural, permitían a las mujeres hacer las tareas de la casa,
cuidar a los niños o atender a los animales mientras la comida iba haciéndose
sola al calor del rescoldo”…
O la idea de las cocinas
como “el último reducto” de la mayoría de las lenguas extintas o en vías de extinción.
Al hilo, nos comparte
experiencias biográficas sobre momentos y circunstancias:
“El primer fuego doméstico
que recuerdo es el del fogón de la cocina de casa de mis padres”.
“Tendría yo doce o trece
años y me mandaban mis padres a comprar vino a la taberna que había al lado de
casa”.
“En casa de mis padres había
una fresquera”.
“Para preparar la comida,
escojo procedimientos sencillos, que no requieran largo tiempo de elaboración …entre
media hora y una hora…platos no muy complicados, pero que preparo con mimo…una
comida simple y cotidiana para compartir entre dos…”.
Aliñado con extractos
literarios… “En caso de necesidad, puede utilizarse como vaso casi cualquier
cosa. Por ejemplo, un sombrero. Así lo cuenta el Cantar de mio Cid”... “Uno de los poemas más conmovedores de Juan
Ramón Jiménez, “La carbonerilla quemada”… Un cuento popular sobre el olor del
pan…Un milagro de Berceo en el que se llama a la Virgen “Madre del pan de
trigo”…Y canciones populares: “Apañando aceitunas/se hacen las bodas/y el que
no va a aceitunas/ no se enamora”…
Un libro ameno en el que aprendes
a la vez que recuerdas.
Sobre
Paloma Díaz-Mas, contado por ella misma
“Siendo yo muy pequeña,
estuve a punto de morir abrasada…”.
“Mis padres me repitieron muchas
veces que el pan que yo traje debajo del brazo fue la supresión definitiva de
la cartilla de racionamiento [en 1952]”.
“MI madre fue siempre una
buena cocinera…, que preparaba platos sencillos pero sabrosos”.
Yo era una niña de ciudad
[nacida en Madrid en 1954] y no había visto demasiados árboles en mi vida: solo
los de alguna plazuela de mi barrio, los de los jardines del Retiro y de alguna
excursión a los pinares de la Casa de Campo o a los bosques de encinas de la
sierra de Guadarrama”…
… “era una niña nerviosa…,
mala en todos los juegos que requerían control y habilidad en la coordinación
de movimientos; nunca he aprendido a montar en bicicleta y siempre fui torpe en
los juegos de pelota…”.
“La primera vez que vi unas salinas
[Torrevieja] fue en mi adolescencia, durante unas vacaciones con mi familia”.
“A principios de los 80 llegué a Vitoria a
trabajar como profesora”.
“Durante la segunda mitad de
los años ochenta del siglo XX… estuve
algún tiempo viviendo en el estado de Oregón para dar clase en la universidad”…
Sobre su cocina actual (“Me
gusta estar aquí”): … “en las paredes, azulejos de un blanco mate, y sobre
ellos muebles blancos lacados, y una encimera de piedra artificial también
blanca; la mesa es de cristal lechoso, de un color ligeramente azulado o
verdoso…Las sillas, con patas de acero, están tapizadas de un verde lima. El
suelo, de un marrón muy oscuro da un toque de calidez que evoca a la madera.
Por la puerta de cristales que da al tendedero, entra en los días claros el sol
a raudales, haciendo brillar toda la estancia…”.
“Así hago yo el cocido en olla
a presión, en dos fases…”.
Le gusta acompañar el café o
el té de después de comer con una onza de chocolate…Procura no tirar nunca
comida. “En casa no se tiraba nada. Si sobraba algo de comida se aprovechaba
para preparar otra comida: el pan se rallaba…; con la carne sobrante del cocido…se
preparaba un guiso de carne con tomate para la comida del día siguiente…”. Con
las patatas y verduras, una tortilla paisana. “Me gusta guisar sola…”.
LEER
MÁS
https://elpais.com/cultura/2020/07/28/babelia/1595946999_117392.html. Paloma Díaz-Mas: “Cocinamos para compartir”. Entrevista:
“Una reflexión tomando como hilo conductor la comida… y reflexionar
también sobre el proceso que logra que la comida llegue hasta nuestra mesa”…
“La cocina son una serie de saberes acumulados, de cosas
que se van incorporando. Cómo comemos es la consecuencia de procesos e
influencias”…
“Guisar como una forma de comunicarse, de demostrar amor…Dar
comida como forma de comunicar amor”.
https://www.anagrama-ed.es/noticias/empieza-a-leer/empieza-a-leer-el-pan-que-como-de-paloma-diaz-mas-439. Primer capítulo.
Dichos
con pan
- Contigo, pan y cebolla. Con otro, ni
olla (la segunda parte no la había oído nunca).
- Dios le da pan al que no tiene dientes.
- Pan con pan, comida de tontos.
- Pan para hoy y hambre para mañana.
- A falta de pan, buenas son tortas.
- Pan con queso, sabe a beso.
- Toma pan y moja, que las tajás son p´a
padre (esta segunda parte tampoco nunca la oí).
- No solo de pan vive el hombre.
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