jueves, 24 de enero de 2013

SALUD PÚBLICA Y CONTAMINACIÓN QUÍMICA: "EL TEMERARIO E IRRESPONSABLE ENVENENAMIENTO DEL MUNDO"




En 1962, Rachel Carson con su libro Primavera silenciosa ya alertaba sobre el peligro de la proliferación de productos químicos sin control. Llamaba al DDT el “elixir de la muerte” y a los insecticidas, biocidas. “Por primera vez en la historia del mundo, todo ser humano está ahora sujeto al contacto con peligrosos productos químicos, desde su nacimiento hasta su muerte…Un insecticida corriente para uso doméstico está compuesto de perclóricos…Otros preparados, asimismo con destino al hogar, contienen dieldrín, aún más tóxico…El alcance de la peligrosa interacción de los productos químicos es poco conocida aún”.

En 2002, cuarenta años después de su advertencia, se firma un Convenio para la erradicación de los 12 productos químicos más peligrosos, los llamados contaminantes orgánicos persistentes (COPs). Lo firman 120 países, entre ellos España. Los COPs son: dioxinas, furanos, DDT, PCBs, clordano, heptacloro, aldrín, dieldrín, endrín, mirex, toxafeno y hexaclorobenceno. Hidrocarburos clorados y pesticidas muchos de ellos. Algunos de sus efectos: daños en el hígado, esterilidad, tumores o afectación del sistema nervioso.

En Europa hoy existen más de cien mil sustancias cuya inocuidad en el organismo no ha sido testada antes de lanzarse al mercado. En diciembre de 2006 se aprobó la normativa europea REACH (registro, evaluación y autorización de sustancias químicas), -mucho más descafeinada de lo previsto en un primer momento por las presiones de la industria química-, que obliga a las industrias químicas a demostrar que las sustancias que están comercializando son seguras para la salud pública.

El 1 de junio de 2008 la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA, en inglés, (http://echa.europa.eu) comienza a funcionar para el prerregistro de sustancias ya existentes y registro de las nuevas. Su cometido principal consiste en evaluar y controlar los riesgos de los productos químicos, proporcionando apoyo científico y técnico para la aplicación del reglamento REACH. A partir de esa fecha, cualquier empresa europea que fabrique o importe una tonelada o más de cualquier sustancia química ha de registrarla en la ECHA.

En 2009, se añaden otras 9 sustancias a la primitiva lista de 12 COPs. Son los polibromodifeniléteres (PBDE), el hexabromobifenilo, la clordecona, el alfa-hexaclorociclohexano, el beta-hexaclorociclohexano, el lindano, el pentaclorobenceno y el ácido sulfónico de perfluorooctano, sus sales y el fluoruro sulfonil de perfluorooctano (PFOS). Los PBDEs son un grupo de pirorretardantes utilizados en asientos y reposacabezas de automóviles, en sofás y colchones. Los PFOS, repelentes de agua tierra y suciedad, se encuentran -entre otros- en materias textiles, alfombras, tapicería y espumas de extinción de incendios.


 Cada vez son más frecuentes en los medios las noticias que tienen como protagonistas diversos productos químicos: titulares sobre el síndrome de sensibilidad química múltiple (SSQM); pinturas tóxicas en juguetes, leche adulterada con resinas en China, agricultores que trabajan con pesticidas en sillas de ruedas en Reino Unido…Conocer las interacciones y aplicar siempre -en cualquier caso- el principio de precaución debieran ser premisas irrenunciables. La salud del mundo está en juego.

[Comunicación para el VIII Congreso de APIA, en 2008]

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