viernes, 11 de diciembre de 2015

EL CAMBIO CLIMÁTICO YA HA EMPEZADO: ES REAL

“¿Qué se necesita para derretir el hielo que envuelve al corazón humano?”. Estas fueron las palabras  de Angaangag Lybetta, líder de la nación inuit de Groenlandia en el año 2000 ante la sede de las Naciones Unidas. “En el norte cada día sentimos todo lo que hacéis allí abajo. En el norte el hielo se derrite. ¿Qué se necesita para derretir el hielo que envuelve el corazón humano…?”.

Los científicos predijeron hace ya tiempo que las repercusiones más visibles de un calentamiento global se percibirían primero en las latitudes altas.

ALGUNOS SIGNOS

Las famosas nieves del Kilimanjaro se han fundido en más de un 80% desde 1912. En todo el mundo desaparecen los glaciares.

En el Ártico, una cuarta parte del hielo ha desaparecido en los últimos 40 años y la temperatura media se ha incrementado en un grado. La banquisa es un vivero para el krill. Si desaparece, el krill y los que se alimentan de él pueden tener problemas.

El nivel del mar ha ascendido entre 10 y 20 cm en los últimos 100 años según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

Doscientos científicos de 50 países han determinado que el cambio climático es, junto a la escasez de agua, uno de los dos problemas más acuciantes del nuevo milenio.


LOS EFECTOS

Las enfermedades humanas son uno de los indicadores más sensibles y perturbadores del cambio climático.

Según el informe Acacia, encargado por la UE a un buen número de especialistas de toda Europa, la zona del Levante español será la más afectada por el cambio climático: malaria, brotes de cólera, más casos de asma, leishmaniasis o encefalitis contagiada por la garrapata…

El calentamiento de la tierra es una de las principales causas del deterioro de los arrecifes de coral. Aunque éstos comprenden menos del 0´5 % del fondo del mar, se calcula que el 90% de las especies marinas dependen directa o indirectamente de ellos. Cuatro mil especies de peces  (la cuarta parte de todas las especies de peces marinos) habitan en los arrecifes de coral de todo el mundo. Su decoloramiento constituye una amenaza grave para su salud.

Los cambios en la temperatura y la salinidad del agua pueden tener efectos considerables en la llamada cinta transportadora oceánica y en las corrientes oceánicas, vitales para la vida.

Las altas temperaturas en el segundo tercio del periodo de incubación producen mayor número de hembras y la descompensación entre los sexos.

Dificultades para el esquí: habrá que desplazar las estaciones a mayor altitud; las temporadas serán más breves y habrá que utilizar más nieve artificial. El calor en lugares como Alaska está fundiendo el permafrost que hay debajo de las carreteras, viviendas  e infraestructuras: los árboles se tuercen; aparecen baches y se erosionan las orillas.

En las playas, cada centímetro de ascenso del nivel del mar puede suponer un metro de retroceso de sus arenas. La intrusión de agua salda en los acuíferos pone en peligro la agricultura y el agua potable.

Habrá más muertes relacionadas con el calor.

Los árboles experimentan grados de estrés desconocidos en los últimos mil años.

Los ciclos de muchas especies interdependientes – especies de plantas y sus insectos polinizadores- están quedando peligrosamente desfasados. Por ejemplo, la mariposa de ondas rojas de Edith ha desaparecido del 80% del área de su distribución histórica: el aumento de las temperaturas hace que se sequen  antes de tiempo las plantas de boca de dragón que servían de alimento a las larvas. Pérdidas de especies y sustitución de unas por otras…

QUÉ SE ESTÁ HACIENDO: EL PROTOCOLO DE KIOTO (1997)

Esta ha sido hasta el momento (hasta la Cumbre de París de 2015) la última respuesta internacional para luchar contra el cambio climático.

En 1997 se dijo que el Protocolo entraría en vigor cuando lo hubieran ratificado al menos 55 países, que a su vez representaran  el 55% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del total de los países en 1990.

Hasta octubre de 2004, más de 100 países  lo habían ratificado (El 3 de febrero de 2002, España aprueba el Protocolo de Kioto), pero no llegaban al 42 % de la producción de CO2. (Estados Unidos, el mayor productor de CO2, 36%, no lo firmó), con lo cual no podía entrar en vigor. Pero con la ratificación de Rusia y su 17%, se consiguió superar el nivel exigido del 55%.

Los 6 principales gases de efecto invernadero cubiertos por el protocolo de Kioto son: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N20), hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarburos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

Hasta ese momento, a título particular, los países de la UE (24% de las emisiones) y otros (Japón, 8´5 %) habían decidido seguir unilateralmente las indicaciones que se pedían en el Protocolo para lograr que entre 2008 y 2012 las emisiones se redujeran en un 5%, teniendo en cuenta los niveles de 1990.

En 2004, España, debía trasponer al ordenamiento jurídico la Directiva sobre el comercio de derechos de emisión, que tendría que entrar en vigor en enero de 2005. Y  también debía constituirse el Mercado Ibérico de Electricidad.

QUÉ PODEMOS HACER INDIVIDUALMENTE

El cambio climático se encuentra entre los tres temas de mayor preocupación para los europeos.

El transporte es el responsable del 24 % de todas las emisiones de CO2 en la UE. En España, es del 31%, y, en medio urbano, llega al 40%.  Compartir el coche, coger el transporte público, ir en bici o andar los trayectos inferiores a 2 km (media hora a pie) son algunas opciones que podemos adoptar individualmente.

Energía. Adoptar medidas de eficiencia energética y de ahorro de energía.

Cómo producir menos CO2 (www.ceroco2.org)

En esta página web puedes conocer las emisiones de CO2 derivadas del consumo de electricidad y calefacción, tanto en la oficina como en el hogar; calcular las emisiones de CO2 producidas por el uso del automóvil o por los desplazamientos en avión. Y aprender a reducir emisiones.

Cambiar nuestros modos de producir y de consumir

El 70 % de la tierra cultivable se destina a producir piensos y a alimentar el ganado, con lo que conlleva de consumo de agua (por ejemplo, producir un tomate cuesta 13 litros de agua; producir una hamburguesa precisa de ¡2.500! litros de agua...).

Si el desperdicio alimentario fuera un país, sería el tercero del mundo (tras China y Estados Unidos) en producción de emisiones contaminantes. No tirar alimentos es fundamental.

LA RED APHEIS: SALUD Y MEDIO AMBIENTE

Es un sistema de información europeo de profesionales sanitarios y expertos en calidad del aire que estudia la relación entre la contaminación del aire y la salud. La red comparte datos sanitarios y de contaminación para elaborar estudios epidemiológicos.

En su último informe, realizado en 26 ciudades europeas, 5 de ellas españolas (Madrid, Bilbao, Barcelona, Valencia y Sevilla), aporta datos como estos:

En Madrid, la reducción del nivel de las partículas gruesas en suspensión (llamadas PM10)  a 20 microgramos por metro cúbico (la media ahora son 37, casi el doble) evitaría 260 muertes al año y más de 500 hospitalizaciones.

CONCLUSIONES DE LA EVALUACIÓN PRELIMINAR DE LOS IMPACTOS EN ESPAÑA DEL CAMBIO CLIMÁTICO

El estudio, realizado por 50 autores y elaborado por la Oficina España de Cambio Climático con la colaboración de 400 científicos, ha sido dirigido por el profesor José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Estas son algunas de sus conclusiones (www.mma.es/oecc/pdf/conclusiones_impactos.pdf):

España será uno de los países más vulnerables al cambio climático (en los últimos cien años, mientras el incremento de temperatura global ha sido de 0´6 º C y en Europa de 0´95 º C, en España la temperatura ha subido 1´5 º C).

En el último tercio del siglo XXI la temperatura media podría subir hasta siete grados en verano y el nivel del mar un metro, según los cálculos más pesimistas.

A finales de siglo, la reducción global media de los recursos hídricos podría superar el 22 %, y las precipitaciones reducirse en un 8 %.

Los efectos sobre la salud humana incluyen un aumento de la mortalidad a causa del calor; un aumento de enfermedades transmitidas por parásitos (malaria) o por garrapatas (encefalitis).

En cuanto a los riesgos naturales, se prevé un aumento de los incendios forestales, el riesgo de aludes y corrimientos de tierras como consecuencia de la mayor inestabilidad de las laderas.

En el estudio se proponen algunas medidas de mitigación del impacto como:

La reconversión de determinados destinos y productos turísticos.

Ayudas públicas de tipo financiero o fiscal en inversiones en infraestructuras.

LA CUMBRE DEL CLIMA DE PARÍS, EL RELEVO DE KIOTO, EN  ALGUNOS ENLACES


http://www.eldiario.es/sociedad/Teresa-Ribera_0_463004337.html. El Acuerdo, comentado por Teresa Ribera, ex secretaria de Estado de Cambio Climático.




SABER MÁS: ALGUNAS PELÍCULAS SOBRE DESASTRES ECOLÓGICOS

La más impactante (por ser la más vista), es El día de mañana, de Roland Emmerich. Antes, en 1993, Tom McLoughling  dirigió The fire next time sobre los efectos del agujero de la capa de ozono. En 1987, Godfrey Reggio, puso en pie Powaqqatsi (Vida en transformación, en la lengua de los indios hopi), parte de una trilogía sobre el futuro del planeta Tierra.


MIS CONCLUSIONES DEL XII CONGRESO DE PERIODISMO AMBIENTAL. VALENCIA, noviembre 2017



El cambio climático es un feroz enemigo de la sostenibilidad.

El cambio climático no se refleja ni en la agenda política ni en la mediática. Hay falta de liderazgo.

Hay que movilizar a la sociedad y a la clase política. Comunicar para movilizar y dar esperanza. Nada moviliza más que las buenas noticias.

Hay que hablar de soluciones y de quiénes son los responsables. Identificar, señalar, combatir y desmontar los “micronegacionismos”.

Los periodistas quizá podamos, y debamos, por una vez, ser más activistas en este tema, y tomar partido.

El periodista debe educar (la información sola no es suficiente) al público sobre el cambio climático: con una perspectiva grande; evaluando tendencias de una manera crítica y dando contexto, contextualizando. Hay que vincularlo con la vida cotidiana: “A la gente no le importa el clima: le importan las cosas”, y buscar referentes cercanos.

Las redes sociales hoy son fundamentales.

La información ambiental cada vez está más esponsorizada. Los suplementos ambientales no salen si no hay publicidad.

El cambio climático no es SOLO energía y transporte.

El cambio climático interactúa con otros factores como el de los usos del territorio, el cambio de usos del territorio.

Hay que hablar de cambio GLOBAL y no tanto de cambio climático. El cambio global incluye más cosas que el cambio climático: por ejemplo, la pérdida de biodiversidad. Necesitamos muchas especies y muchas interacciones para mantener la funcionalidad y los servicios ecosistémicos. La naturaleza  funciona por “equipos”. Habrá nuevas relaciones e interacciones entre las especies.

En las migraciones hay multicausalidad. El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) reconoce la naturaleza multicausal de las migraciones inducidas por el clima y la influencia específica de los factores socioeconómicos (incremento de la vulnerabilidad y la desigualdad social).

El cambio climático es un problema social, no ambiental. Solo con personas protegidas podremos proteger el medio ambiente. Justicia social como respuesta.

La agricultura puede resolver muchos de los problemas. Solo un pequeño porcentaje de la tierra es cultivable y, de ella, el 70 % se emplea para producir piensos y alimentar el ganado (producir un tomate cuesta 17 litros de agua. Conseguir una hamburguesa necesita ¡2.500! litros de agua). Hay que producir y consumir de una manera diferente. Si el desperdicio alimentario fuera un país, sería el tercero del mundo, tras China y Estados Unidos, en producción de emisiones.

Tenemos el conocimiento y la tecnología. Sin periodistas, sin científicos, sin expertos, no se puede divulgar nada. Hay que trabajar con amor y con autenticidad; transmitir verdad y mostrar la belleza en vez de la catástrofe.

El cambio climático es la noticia más importante: una cuestión de Estado, de agenda. Y sin embargo,  en una posible reforma de la Constitución no se habla del derecho al medio ambiente, a un patrimonio natural a salvo…

[Inédito, escrito en 2004 y revisado a la luz de la Cumbre del Clima en 2015, y en 2017, tras el XII Congreso Nacional de Periodismo Ambiental]






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