lunes, 4 de julio de 2016

CARTAS A CELA. CORRESPONDENCIA CON EL EXILIO

En el día en que se inaugura en la Biblioteca Nacional de Madrid una exposición (“CJC 2016. El centenario de un Nobel. Un libro y toda la soledad”)  sobre el autor de La familia de Pascual Duarte -a través de más de 600 objetos- es un buen momento para añadir algunas notas -quizá menos conocidas…


La colección de cartas, publicadas en 2009, con prólogo de Eduardo Chamorro (389 seleccionadas de las más de 90.000 custodiadas en su Fundación), se inicia con una de María Zambrano, escrita desde Robledo de Chavela el 29 de agosto de 1935. Entonces, Cela (n. 1916) tenía 19 años. María (n. 1904), 31. “¿Qué ha sido de su vida? ¿Qué lee? ¿Qué escribe? ¿Qué piensa? Me imagino seguirá adentrándose por el camino de sus últimos poemas…”.  “Versos nerudianos”, como le comenta Cela en carta a Max Aub años después.


[Son los que luego agrupa bajo el título Pisando la dudosa luz del día (1945), dedicado “a los muchachos que escriben versos a los veinte años”, “mi único y último libro de versos…”. Un “puñado de versos anacrónicos, crueles, estremecidos y sombríos” –los describe en el prólogo Leopoldo Panero. En la dedicatoria de la edición de 1960, CJC, 44 años, se confiesa: “Al hombre…le prostituyen los años, la convivencia y la amarga lucha por la vida”].

La siguiente misiva, llega desde París -ya desde el exilio-, en octubre de 1946: “… ¡cuántos años! Y cuántas cosas! Entre otras, sus novelas, de las que solo he podido conocer una; la editada en Buenos Aires, magníficamente escrita…”.

Cela le recuerda en carta de 1960: “¿Se acuerda de cuando iba, adolescente y delgadito, a las dominicales reuniones en su casa de la plaza del conde de Barajas [cerca de la plaza Mayor]… Yo era cliente de Carlos Díez [médico, marido de Araceli Zambrano], que fue el que me llevó a su tertulia…?”. Luego, le pide su colaboración para la revista Papeles de Son Armadans, fundada y dirigida por él desde 1956. El nombre hace alusión al barrio de Mallorca en el que Cela pasa dos años. http://www.papelesdesonarmadans.com/. “…Falta su nombre; envíeme algo, lo que quiera. No pago las colaboraciones…pero regalo, a cambio, un juego de separatas encuadernadas y cuidadas”.

María, desde Roma, le contesta largamente: “No venía a mi casa solamente aquellos domingos; otras tardes venía usted solo, con sus cuadernos, con sus cuartillas de prosas líricas…era usted de pocas palabras…Me vino a ver la primera vez al Ministerio de Estado…Junta de Relaciones Culturales…”. Luego le habla de los libros suyos que ha leído, y de los que le quedan por leer: “Leí La familia de Pascual Duarte en La Habana, a poco de ser publicada [1942];…me sorprendió…ese descendimiento a los infiernos de la vida española” (En 1969, le comenta sobre dicho libro: “Rezuma, llanto y sangre”. Cela le explica que su propósito era “avergonzar a los españoles;…hacerles ver que cuando la historia se escribe en los prostíbulos y cazándose a tiros por las calles, sale con los renglones torcidos”). “Acabo de leer Judíos, moros y cristianos…He leído gran parte de La rosa…El libro de la Alcarria no lo conozco, ni Pabellón de reposo…”. En cuanto a la revista, le comenta que la conoce. “Desde luego que le enviaré a usted algo…”.


Cela le hará llegar Viaje a la Alcarria, Mrs. Caldwell, Historia de España, Primer viaje andaluz y Cuaderno del Guadarrama.

En cartas posteriores, la filósofa le dirá: “Me ha conmovido [el Viaje a la Alcarria]. También la habla de su ilusión por publicar en la revista, “por lo bella y bien cuidada, por lo desinteresada e interesante”. Solo le pide  que sean respetados los espacios dobles entre algunos párrafos “según va” en el texto enviado.

Cela fue “muchos celas”

“Aquel mozo flaquito de entonces, hoy académico [desde 1957] barrigón…”- se describe en carta de 4 de noviembre de 1961. “Ya no soy el adolescente pálido y delgadito que iba a la plaza del Conde de Barajas con sus tímidos poemas bajo el brazo…”- le reitera en 1962.

“En marzo me voy a Norteamérica, donde permaneceré alrededor de tres meses. En la Universidad de Syracuse, Nueva York, me han conferido un doctorado honoris causa…”- le comunica Cela en 1964.

“¿Qué te sucede?...No me cabe en la cabeza que no me contestes…”- le escribe María desde Francia el 28 de abril de 1965. Un año después, responde Cela: “Nada me sucede…como no sea que tengo mucho más trabajo – y muchas más molestias- de lo necesario”.

En 1966, Cela le pide para Alfaguara [fundada en 1964], “la editorial de mis hermanos”, la novela suya de la que le ha hablado, “si está inédita”. También los libros que Pablo Neruda le había dedicado y que quedaron en su casa de Conde de Barajas cuando marchó al exilio (Cela era un coleccionista de “autógrafos” desde los tiempos más tempranos).

En 1973, María le felicita por haber rehusado [en protesta por el golpe de Estado del general Pinochet] “el honor”, el doctorado honoris causa, que le traen de Chile “en el momento ese en que te lo trajeron”.

En Cela, mi padre (1989), su hijo termina el epílogo, diciendo: …“Camilo José Cela, mi padre, es, sin lugar a dudas, uno de los personajes mejor logrados de toda su larga y fecunda carrera literaria”. “Los escritores hacen literatura incluso cuando están escribiendo una autobiografía”- dice en otra ocasión Cela Conde.

En Cela, piel adentro (Destino, 2016), escrito diecisiete años después, aparecen porciones – filtradas por su hijo- de las casi mil cartas que Camilo escribiera a Charo, su mujer, a lo largo de su vida – mostrando al escritor y a la persona (y no tanto al personaje).

“A veces soy un sentimental bastante ridículo” -le escribe a su mujer en febrero de 1947 a propósito de su visita a la casa de su infancia en Iria Flavia y al cementerio de Adina (que rodea la iglesia), donde estaba enterrada su hermana Teresa.


“Cada día estoy más triste de ser pobre”- le comunica el 28 de septiembre de 1949 desde el rodaje de la película Facultad de Letras, mientras le gira 200 pesetas a Cebreros (pueblo de Ávila), donde ella está de veraneo [equivalen hoy a un euro con veinte céntimos; por una colaboración en prensa le pagaban entonces 125 pesetas].

(En Cebreros, famosa por sus “fiestas de toros”, pasa los veranos de 1947 a 1950 (en dos ocasiones, 1948 y 1950, escribe el pregón de fiestas, y uno de los médicos, don Mariano, le cose el cuello “cuando el toro de la función me derribó”. Allí nacen “los apuntes carpetovetónicos, la croniquilla atónita de los minúsculos acaeceres de la España árida”. Veintiuno, en su primera edición de 1949, titulada El gallego y su cuadrilla y otros apuntes carpetovetónicos. En uno de ellos, Autobús a la estación, narra cómo eran entonces – a finales de los años 40- los viajes en autobús).

En 1953, desde Caracas, le hace llegar una carta donde le dice cómo debe ser educado el hijo de ambos (Camilo José Cela Conde, entonces de 7 años): “Debes tener en cuenta, en su educación, estas dos directrices: 1. Crearle necesidades. 2. Fomentarle su complejo de superioridad…confianza en sí mismo”. De hecho, el lema que CJC hará grabar en su escudo de armas, en 1996, al ser nombrado marqués de Iria Flavia, será: “El que resiste, gana”…

Un hombre ordenado hasta la obsesión enfermiza…, amor por la erudición (“erudipausia”- lo llamaba su mujer, Charo)… [Para escribir] necesitaba quietud y silencio -escribe su hijo. Quien pretenda conocerle de verdad tendrá que leer sus libros…”.

Costumbres

“Casi todos los días, mañana y tarde, mi padre se llegaba dando un paseo hasta el café Gijón. En el Gijón se reunían los amigos…”.

“En aquellos años [1948] CJC escribía siempre a mano, mojando la pluma estilográfica en el tintero para no tener que cargarla y pringándose, de paso, los dedos…corrige muchísimo…tacha…emborronándolo a conciencia para que no pueda leerse nunca más…la página…acaba convertida en una tela de araña casi imposible de descifrar. Tan solo Charo, con una paciencia infinita…era capaz de traducir el manuscrito…; muchas veces tuvo que ayudarse de una lupa”.

El Cela de Pabellón de reposo


Apareció por entregas en el semanario El español entre el 13 de marzo y el 21 de agosto de 1943.Terminado en Las Navas del Marqués (Ávila), en julio de 1943. El escritor tenía 27 años. “En Las Navas vivía en la fonda La Florida…”.

En la edición de 1952, dice: “En él [libro] he pretendido recoger una experiencia casi personal que marcó en mis días una señal indeleble y venenosa”…Novela escrita con una preocupación “estética, más que estilística”- subraya.

En la edición de 1960, amplía este hecho: “Yo estuve dos veces en un sanatorio antituberculoso: la primera en el Real Sanatorio del Guadarrama, que dirigía el Dr. Partearroyo, en el 1931, teniendo quince años, y la segunda en el Nuevo Sanatorio de Hoyo de Manzanares, que dirigía el Dr. Valdés Lambea, el 1942, teniendo veintiséis años…El pabellón de reposo donde centro la acción de mi novela no es ninguno de los dos sanatorios en los que estuve, y también, en cierto sentido, tiene no poco de ambos. Los tipos están literaturizados – esto es: aguados…Esta novela mía tiene mucho…de experiencia propia y no poco de anécdota…imaginada”. En 1960, califica la experiencia personal  como “amarga y aleccionadora”.

El Cela de Cebreros

“El verano de 1947 lo pasé en Cebreros, provincia de Ávila, en una casa de la calle de los Mesones, la principal del pueblo; la casa no tenía retrete…pero sí, en cambio, cerca de trescientos metros cuadrados de espacioso y casi olímpico desván…Volví los veranos de 1948, 1949 y 1950. El primero a una casa del Azoguejo, un barrio extremo y popular…, y los dos últimos a casa de la Teodorita, más amplia y céntrica.

La casa del Azoguejo era minúscula, estrecha y de dos plantas, cada una con su correspondiente cocina; en la cocina del piso de arriba, de dos metros de lado y tan baja de techo que en ella no cabía de pie, escribí una de las últimas versiones de La colmena (tuvo cinco), pasándome las noches acodado a la hendida mesa de mármol que me prestó Eugenio Cartujo, el del café Madrid, y extendiendo las cuartillas sobre el inutilizado fogón; a veces, la luz eléctrica era tan ruin que tenía que ayudarme con un par de velas-
La casa de Teodorita, en cambio, era mejor; estaba en la calle Luenga…frente a la iglesia y al lado del bar La Hiedra o taberna de las Ratonas, establecimiento famoso por sus peces en escabeche y sus pajaritos fritos. Esta casa era algo más espaciosa y sí tenía retrete…; de ella hablo en mis apuntes Los dos árboles y Grabados, amorosos grabados…”.

SABER MÁS

Curiosidades

El primer título de La colmena fue “Café Europeo” (que no es el café Gijón, sino uno que estaba en la Glorieta de Bilbao).

Sus primeros cuentos salen agrupados en Esas nubes que pasan (1945).

Hizo sus amagos toreros en tres plazas de pueblo (“de carro y talanquera”): Hoyo de Pinares, Las Navas del Marqués y Cebreros, en los años 40. La aventura no prosperó…


En el número 6 de la revista Clavileño, correspondiente a los meses de noviembre y diciembre de 1950, publica la rareza Sesenta y siete seudogentilicios santanderinos (una continuación de El coleccionista de apodos). “Producto de nuestra directa investigación y del amable concurso que hemos encontrado en los alcaldes y maestros a quienes nos hemos dirigido en pos de la contestación de un dato, de la confirmación de una copla o de la rectificación o aclaración de un apodo”. Es una tabla en la que aparecen: la población, el Ayuntamiento a que pertenece y el “seudogentilicio”. Un producto directo de la “erudipausia” de Cela…

Cela, actor esporádico en 5 películas

http://www.filmaffinity.com/es/film297548.html. El sótano, 1949. “Hacía de físico escéptico aficionado al ajedrez”- cuenta su hijo.


http://www.filmaffinity.com/es/film488417.html. Facultad de Letras, 1950/1952. “[Hacía] de joven profesor universitario”.

http://www.filmaffinity.com/es/film701012.html. Manicomio, 1954. “[Hacía] de loco peligroso en una sola escena”. “Necesitábamos un actor que comiera yerba y diera coces…”.


http://www.filmaffinity.com/es/film271576.html. La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona, 1979. “[Hacía] de sí mismo”.


http://www.filmaffinity.com/es/film812038.html. La colmena, 1982. “[Hacía] de inventor de palabras”.

Otros enlaces

http://www.dailymotion.com/video/x2zz3wl. Cebreros, lugar de veraneo, en el NODO.









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