“Me encantan las casas,
todas las cosas que me cuentan, así que esa es una razón de que no me importe
trabajar como mujer de la limpieza. Se parece mucho a leer un libro…”- comienza
el relato titulado Luto. Y continúa:
… “incluso las casas vacías tienen historias, pistas…”.
Quien escribe esto es Lucia
Berlin que, entre muchas otras cosas y, además de escritora, fue, a ratos,
mujer de la limpieza (y profesora de escritura y administrativa y telefonista y auxiliar de
enfermería). Un ejemplo de determinación
y resiliencia, a pesar de todo y de todos. De su alcoholismo, de tener que
sacar adelante, sola, a sus 4 hijos…
Murió el día de su
cumpleaños, un 12 de noviembre de 2004, a los 68, y está enterrada en Green
Mountain Cemetery, en Boulder, Colorado, “…el pueblo más sano de todo el
país…donde no hay suciedad”.
Imparcialidad, compasión,
detalles específicos y economía eran sus recomendaciones a la hora de escribir.
Una
mujer que supo convertir su vida en literatura
“La mayoría de los
escritores utilizan accesorios y decorados de su propia vida…El doctor B. está
inspirado en el nefrólogo para el que trabajé durante un tiempo” – confiesa en Punto de vista.
“Tres divorcios, cuatro
hijos, tantos trabajos…”- escribe en Triste
idiota.
“Me gusta mi trabajo en
Urgencias” (Apuntes de la sala de
urgencias, 1977).
Ha habido quien la ha
llamado “la Raymond Carver femenina”. Ella dijo al respecto: Nuestros estilos
vienen de nuestros orígenes: No muestres tus sentimientos, no llores…”.
Libros
y autores en su estantería y en sus relatos
En Inmanejable, publicado en 1992, cita títulos de Edward Abbey, escritor y ambientalista
estadounidense, Chinua Achebe,
escritor nigeriano que escribe en 1958 Todo
se desmorona; Sherwood Anderson,
maestro de la técnica del relato corto; Jane
Austen, novelista británica, y Paul
Auster, escritor del azar y la contingencia.
En Querida Conchi, le explica a esta amiga “literaria”: “Estoy leyendo
a Jane Austen [mientras la narradora está matriculada en la Universidad de
Nuevo México, en Albuquerque]. Su prosa parece música de cámara, pero es
auténtica y divertida al mismo tiempo”.
En Y llegó el sábado, cita los libros que leen e intercambian en el
taller de escritura de la cárcel: El bote abierto, de Stephen Crane; Crimen
y castigo; El extranjero; Elmore Leonard [escritor primero de
novela del oeste, y luego, policiaca]; El blues de Sonny, de (James) Baldwin; El asesinato, de Chéjov.
Una
vida sin descanso, vagando
“Debo de llevar doscientas
mudanzas a cuestas”- escribe en Carpe
Diem. Quizá doscientas sean muchas, pero si hacemos caso a uno de sus hijos
que decía que no pasaban más de 9 meses en un destino, en sus 68 años de vida,
pudo mudarse más de 70. Seguro que más de 20.
Sabemos que estuvo en El
Paso, Albuquerque, Oakland, Berkeley, Nueva York, Idaho, Montana, Nuevo México,
Arizona, Alaska, México, Chile, Perú… Ciudades,
estados, países…
Escribir
solo sobre lo que siento. Ser auténtica y divertida
“No me importa contar cosas
terribles si consigo hacerlas divertidas”- escribe en el relato titulado Silencio. “Exagero mucho, y a menudo
mezclo la realidad con la ficción, pero de hecho nunca miento” - añade más
adelante.
“Podéis mentir y aun así
decir la verdad” -dice la profesora de un taller de escritura en una cárcel, en
Y llegó el sábado. “Esa historia es
buena, y suena verdadera, venga de donde venga” – anima a uno de los alumnos.
Otras peticiones que les
hace son: “…lo que quiero son dos o tres páginas que lleven hasta un cadáver. No mostréis el
cadáver. No nos contéis que habrá un cadáver. Acabad la historia de manera que sepamos que va a haber un cadáver…”. O “escribid sobre el dolor…”.
“Describe a tus personajes
tan horriblemente como quieras”- le dijo a Dave Cullen- “pero bájate de su
espalda”. “Chéjov era su héroe, por su férrea disciplina en pos de la
imparcialidad”- afirma su antiguo alumno. Otras de sus frases eran: “Mantén el
drama fuera de la escena, entre bastidores” y “Termina con una frase que sea
como un puñetazo en la tripa”.
DATOS
PROBABLES (sacados de sus relatos)
Nací en Alaska (Nació en
Alaska en 1936 como Lucia Brown).
Mi padre era ingeniero de
minas. Lo llamaban Brown el Clausurador.
Vilas, la primera escuela a
la que fui en El Paso [Texas].
El primer libro del que me
enamoré (una novela de Dorothy Canfield sobre una niña huérfana, [Understood Betsy].
Mi película favorita, La canción de Bernadette.
Antes de la guerra [IIGM]
solo había vivido en pueblos mineros remotos.
Tenía cinco años en la mina
de Deuces Wild, Montana.
Mullan, Idaho, en la sierra
de Coeur d´Alene…Una escuela de una sola aula, una cantina con un surtidor de
gaseosa, una estafeta de correos, una cárcel. Un burdel, una iglesia. Una
pequeña biblioteca…
De niña salí callada, al
vivir en pueblos mineros de montaña y mudarme demasiado a menudo para hacer
amigos.
Llevaba un corsé ortopédico
para la curvatura de mi columna.
Llevaba un corsé aparatoso
para corregirme la columna.
Con mi tanque de oxigeno
portátil.
LITERATURA
Y VIDA. Detalles específicos
La forma de mirar,
observadora, detallista, se atribuye a la madre, en los relatos: “Eso nos diste. La mirada…tu
forma de mirar, sin que nunca se te escapara nada” (Panteón de Dolores).
“El olor de México. Humo,
guindilla, cerveza. Claveles, velas, queroseno. Naranjas y orines”. (Dentelladas de tigre).
“Los olores de
México…Cebollas y claveles. Cilantro, pis, canela, goma quemada, ron y nardos.
Los hombres huelen en México. El país entero huele a sexo y jabón”. (Panteón de Dolores).
“En México todo tenía sabor.
Ajo, cilantro, lima. Los olores eran intensos”. (Toda luna, todo año).
“No hay luna como la de una
noche clara de Nuevo México” (Perdidos).
“El olor a polvo y salvia
que recordaba de la infancia [en El Paso]” (Carmen).
“Ciudad de México es una
metrópoli inmensa pero la gente tiene títulos, como “el herrero de un pueblo”;
el estudiante de medicina; el juez; Victoria, la bailarina…”. (Triste idiota).
[Boulder, en Colorado]. "Este debe de ser el pueblo más sano de todo el país. En las fiestas universitarias o en los partidos de fútbol no se bebe. Nadie fuma, no come carne roja o dónuts bañados de azúcar. Puedes ir solo por la calle de noche, salir de casa sin cerrar las puertas con llave. Aquí no hay bandas y no hay racismo. Tampoco hay muchas razas, de hecho" (502).
LO
QUE DICEN DE ELLA LOS DEMÁS
Sus
alumnos
Un alumno suyo de Boulder,
en Colorado, entre 1994 y 2000, David
Mulholland, explica: “Fue una inspiración que creyó en mi escritura cuando
nadie más lo hacía. Por ella, estoy ahora en el lío en que me hallo. Tengo 30 años, no puedo pagar las cuentas, he
desempeñado trabajos sin futuro, pero he estado escribiendo cada minuto que
tenía libre. No tengo remordimientos salvo por no haber estado más en contacto
[con ella]…”.
http://tomraworth.com/luciaberlin.html. (En
inglés).
Los
dos somos buscadores, vagabundos…
Otro de sus primeros
alumnos, Dave Cullen, lo cuenta así
en la revista Vanity Fair, en 2015:
“Boulder, 1994. Hermosa,
satinada, muy blanca. Ella tenía 58 años; yo, 33…Ella había vivido varias
vidas…Yo había vivido en 10 ciudades de tres continentes desde que abandoné el
colegio para ingresar en la infantería…Aún no había aceptado del todo que era
homosexual…”.
Nada más entrar por la
puerta, Lucia le dice: “Vas a darme problemas…”.
Ese primer semestre Lucia ha
de ingresar en el hospital. La doble escoliosis le había atravesado un pulmón
hacía años, y ahora, el “bueno”, también estaba afectado.
“Cuando recuerdo a Lucia,
los primeros sentimientos que me vienen a la mente son: segura, respetada,
amada”.
“Brutalmente
honesta y, sin embargo, compasiva”
“Escribe lo que ves, no lo
que quieres ver”- le dice. “Mira, mira realmente… Siéntelo, como si te
estuviera pasando a ti…”- le recomienda.
“Transformó mi trabajo
-explica Dave Cullen. “Tuvo un gran impacto en mi libro Columbine [publicado en 2009]. Sentía a Lucia sobre mi hombro
mientras escribía, los último cinco años después de su muerte…Cuánto duele el
método de escribir así…”.
http://www.vanityfair.com/culture/2015/09/lucia-berlin-is-finally-a-bestselling-author. Un
alumno, Dave Cullen, cuenta su experiencia (En inglés).
https://www.theguardian.com/world/2009/apr/25/dave-cullen-columbine.
Columbine, por Dave Cullen (En inglés).
Sus
hijos
El
hogar era ella, el sonido de su voz y su amor
Su hijo Mark, que se define como “el mayor y más problemático”, hace su
semblanza: “Mi primer recuerdo es la voz de Lucia leyéndonos a mi hermano Jeff
y a mí. No importaba de qué iba la historia porque cada noche nos leía un
cuento con su acento suave y cantarín
mezcla de Texas y Santiago de Chile…
Junto a su humor y su
escritura, heredé de ella una mala espalda…Nos reíamos sobre el primer precepto
del Budismo: La vida es sufrimiento…
Como madre joven nos llevó a
recorrer las calles de Nueva York: a museos, a reunirnos con otros escritores,
a ver una imprenta en acción o a pintores en su estudio, a oír jazz.
Y luego, de repente,
estábamos en Acapulco o en Albuquerque, no más de 9 meses en cada destino -como
promedio. Pero el hogar era ella, el sonido de su voz, y su amor…
Mi recuerdo favorito es un
atardecer en Yelapa [Puerto Vallarta, México] con el sol destellando en el
saxofón de Buddy Berlin, remolinos de bebop y el olor de la madera, pues Má
cocinaba en un comal, su cara radiante a la luz coralina, los flamencos
pescando en la laguna, el croar de las ranas, nuestros pies crujiendo sobre el
basto suelo de arena. Haciendo la tarea
a la luz de la lámpara y la chirriante Billie Holliday.
Má escribió historias
verdaderas, no necesariamente autobiográficas, pero bastante cercanas. Nuestras
historias y recuerdos familiares han sido rehechos, embellecidos y editados
hasta un punto en que ya no estoy seguro de lo que sucedió en aquel tiempo”.
De hecho, muchos de los
personajes y caracteres aparecen y se repiten en muchos relatos: un abuelo
lascivo, una madre alcohólica, una hermana moribunda… El colegio St. Joseph,
tío John, César el buzo, Mamie la abuela tejana, una madre cruel, un hijo que
siempre se llama Ben…
Una
vida extraordinaria vivida intensamente
Otro hijo, David, dice de ella: “Era la mujer más
lista y divertida que jamás haya conocido ni conoceré…Algunos relatos los
escribía en horas y otros le llevaban décadas…Su estilo se parece tanto a cómo
hablaba…Su empatía, su dolor, su humor…”.
Ella dijo en uno de sus
últimos relatos: “La única razón por la que he vivido tanto tiempo es porque
fui soltando lastre del pasado. Cierro la puerta a la pena, al pesar, al
remordimiento…”.
SABER
MÁS. Canciones, relatos...
http://luciaberlin.com/. Su página web.
http://www.newyorker.com/books/page-turner/the-story-is-the-thing-on-lucia-berlin. (En
inglés).
https://elpais.com/cultura/2017/12/21/actualidad/1513880918_898233.html. Lucia Berlin, Lo que viene en 2018.
http://narrativabreve.com/2015/01/cuento-anton-chejov-tristeza.html.
Relato Tristeza, de Chéjov.
http://www.cuentosycuentos.com/los-blues-de-sonny-james-baldwin.html. El blues de Sonny, relato de James
Baldwin.
http://lylemei.blogspot.com.es/p/un-poema.html.
Poema Los hombres huecos, de T.S.
Eliot.
https://www.youtube.com/watch?v=gooN9iu4EbM.
Canción Red River Valley que cantaba
a sus hijos Lucia Berlin.
https://www.youtube.com/watch?v=6qtymMIAUKQ. Canción Way Down
in Missouri.
https://www.youtube.com/watch?v=qkxzbzl2zKs. I´m fool to
want you, canción por Billie Holiday.
https://www.youtube.com/watch?v=emiBwT-_USs. La canción de
Bernadette, film.
https://www.youtube.com/watch?v=vyvXS2KU9gI. Canción Siboney.
https://www.youtube.com/watch?v=TK5mv02cxQw. Canción Long Ago
and Far Away.
https://www.youtube.com/watch?v=GqMOE5AIzGg. Ay
Jalisco no te rajes, canción.
https://www.youtube.com/watch?v=5X9lOWg7fNM. Do the Hucklebuck,
canción.
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