lunes, 11 de junio de 2018

LA MUJER SINGULAR (VIVIAN GORNICK) Y LA CIUDAD



Es el segundo ”capítulo” de  sus memorias (De hecho, en inglés, al título, como coletilla, se añade: “A Memoir”). El primero fue Apegos feroces (publicado en inglés en 1987, pero traducido al español el año pasado), premiado en 2017 como Mejor Libro del Año por el Gremio de Libreros de Madrid. El apellido/adjetivo “singular” (odd, en inglés), también se traduce como “rara” o incluso “sin pareja”. Cuando publica este segundo libro de memorias, en 2015, ya tiene 80 años.

Son unas memorias especiales, lúcidas, en las que se mezclan paseos y conversaciones por su ciudad, Nueva York, junto a retazos de vida y opiniones varias.

Nacida en 1935, Vivian crece en el Bronx y empieza a escribir en 1969 en el The Village Voice (La voz del Village, una zona de Manhattan).  “Yo era la gran feminista del diario. Fue una especie de aprendizaje para luego convertirme en la escritora que he sido. El diario me permitió pensar en voz alta; lo único que me pedían mis jefes es que 'pensara bien', que argumentara bien mis posiciones” (Entrevista en El Mundo, 25.5.2018). Ese año, 1969, apoya la creación del grupo feminista radical New York Radical Feminists.

La idea de intercalar pasado y presente


Ya estaba en Apegos feroces. “Mi madre y yo hemos salido a dar un paseo. Le pregunto si recuerda a las mujeres de aquel edifico del Bronx…Nuestros mejores momentos juntas son cuando hablamos del pasado…El Bronx era un mosaico de territorios étnicos invadidos: cuatro o cinco manzanas dominadas por irlandeses, italianos o judíos, pero cada área con su correspondiente cuota de irlandeses en cada manzana de judíos y de judíos en cada manzana de italianos…Nuestro edificio era todo de judíos a excepción de una familia irlandesa en el primero, una de rusos en el tercero y un portero polaco…”. Ellos son inmigrantes judíos de ascendencia ucraniana.

Narrativa personal

Es el término que Gornick usa para calificar lo que escribe. “Significa que estoy contando una historia basada en mi vida… Un día fui consciente de que mi imaginación sólo trabajaría cuando me usase a mí directamente…”.

De hecho escribió en 2001 un ensayo titulado precisamente así, Escribir narrativa personal. “Soy incapaz de inventar exitosamente, así que me conformo con narrar exitosamente"…Y así da forma literaria a los retazos de experiencia.
Escritura compacta
En alguna ocasión ha comentado que la escritora de la que más ha aprendido es de Natalia Ginzburg. “Ella me enseñó a respetar la idea de la escritura compacta…Hay que contar la historia de la forma más destilada posible, porque ahí reside su fuerza”.
Rhoda Nunn, la mujer singular de George Gissing


“A finales del siglo XIX, hombres de genio literario escribieron libros fantásticos sobre mujeres en la época moderna…Mujeres sin pareja [The Odd Women, 1893, de George Gissing, fue la que me interpeló de forma más directa…Me reconocía como una de las “mujeres singulares [odd women]…Es Rhoda [la mujer protagonista] con quien me siento identificada e identifico a otras mujeres de mi generación”.
Su relación con Nueva York en sus palabras
“Siempre he vivido en Nueva York…Crecer en el Bronx [de los 6 a los 21 años] fue como crecer en el pueblo…A los catorce años, empecé a hacer ese viaje en metro y a recorrer la isla de arriba abajo a finales del invierno y en pleno verano…Bajaba por Broadway, subía por Lexington, cruzaba la Cincuenta y Siete, iba de un río al otro [del Hudson al East River] atravesando el Greenwich Village, Chelsea, el Lower East Side, me adentraba en Wall Street, llegaba hasta Columbia…”.
Ahora vive en un piso 16 a pocos pasos de una boca de metro en el Lower Manhattan. Frente a su escritorio, una foto de Robert Capa colgada en el corcho.

Tras separarse de su primer marido, en 1964,  se instala en un pequeño apartamento de alquiler en la Primera Avenida esquina con la calle 20.
Una flaneur
"Durante muchos años caminé más de 9 kilómetros al día"...En ambos libros aparecen sus paseos de norte a sur y de este a oeste.


El termino flâneur, normalmente se ha aplicado a hombres ociosos. "Ahora soy yo, una mujer singular, solitaria, quien pasea tratando de dotar de sentido a su vida mediante lo que le pasa en la calle".
El West Side
“Tal como yo lo veía, el West Side era un largo rectángulo de bloques de apartamentos llenos de artistas e intelectuales…La avenida West End, desde la calle Ciento siete hasta la Setenta y dos…en aquellos enormes edificios de piedra vivían músicos y escritores, científicos y exiliados, bailarines y filósofos…”.
Pero nada sale como espera… “Crecí y me mudé al centro…Fui a la universidad [tiene una licenciatura en Artes], pero la licenciatura no me consiguió un trabajo en el Midtown. Me casé con un artista, pero vivíamos en el Lower East Side. Empecé a escribir, pero nadie que viviera más arriba de la calle Catorce me leía. No se me abrieron las puertas de la industria soñada…”.

Conversaciones en la ciudad. Un ejemplo
A las diez de la mañana, dos viejecitas caminan delante de mí por la Veintitrés Oeste; una lleva un jersey de nailon rosa; la otra, uno de nailon azul.
-       ¿Has oído lo que han dicho? – dice la de rosa-.El papa ha hecho un llamamiento al capitalismo para que sea amable con los pobres del mundo.
-       La de azul responde:
-       ¿Y qué ha contestado el capitalismo? (…).
-       Por ahora, nada.
Parece una viñeta de Mafalda…


Autores citados
Charles Reznikoff, poeta neoyorquino (1894-1976). Sus temas: judíos, americanos y urbanos. Las palabras: sencillas y llenas de significado. El estilo: objetivo.
Sus apegos feroces
Su madre. En Apegos feroces (Fierce Attachments) aparece un retrato completo: una mujer pequeña de estatura (metro cincuenta y cinco, 1. 55 m), “judía y socialista”, a quien entusiasma la conversación (“disfruta pensando, aunque no lo sabe”). Una madre feroz (fierce), que llama a su hija “sabelotodo”, experta paseante urbana, y sufridora.
Nettie Levine, su vecina “una pelirroja Ukrainishe, una gentil, casada con un judío”- al decir de su madre. Sin dotes de madre, fantasea sobre historias de dinero o de amor mientras hace encajes en casa. Le enseña a ser una seductora de hombres.
Sus matrimonios y su vida con los hombres
“Me casé en el salón [de mi casa] a los 24 años [1959]. Mi marido [Stefan] era bajo, rubio y extranjero. Nos unió una mutua pasión por las artes, pero él era un pintor visionario y en mí la literatura había despertado la capacidad crítica. Él era callado y yo era todo palabras…Era un matrimonio nacido del fantaseo espiritual. No nos deseábamos el uno al otro, ni química ni románticamente…En principio estábamos de acuerdo en todo, pero en el día a día parecía que nunca queríamos lo mismo a la vez…Convivimos durante cinco años [hasta 1964]. Un día, Stefan se fue de casa para no volver…”.
“El día antes de cumplir 30 años [1965], me casé con un científico, un hombre de naturaleza taciturna que había tardado 18 años en terminar su tesis… Un año después, nos divorciamos…Hasta muchos años después de dejar a Gerald, no comprendí que yo había nacido para encontrar el hombre equivocado…Fue entonces cuando comprendí el cuento de hadas de la princesa y el guisante. Ella no buscaba al príncipe; buscaba el guisante…Así le ocurrió a mi madre…Y así me ocurría a mí. Todas éramos esclavas del anhelo neurótico…”.
“Siento debilidad por los hombres con los que he crecido…”. Uno será Manny Reader. Otro, Davey Levinson. “Cuando me lo encontré en la calle Catorce era trabajador social, residía en las viviendas de Grand Streer y estaba empleado en la oficina de prestación social de Chinatown. No hacía otra cosa que ir al trabajo y leer…Hacíamos el amor a todas horas, comíamos comida china a las tres de la mañana y jugábamos al neoyorquino juego del análisis mutuo…Cuando llevábamos juntos seis meses, Davey desapareció…”. Se convertirá en un judío ortodoxo…
Dos años después le hace una entrevista a Joe Durbin…, un sindicalista de izquierdas…”Me sacaba veinte años y estaba casado…Estuvimos juntos seis años”…
“…Stefan, Davey, Joe. Me habían parecido tan distintos los unos de los otros, pero no había aprendido nada de aquellas relaciones…”. Habla del “fracaso del amor”. “Si el amor es solo un vínculo romántico, que le den…pasaré sin él. Así no puedo vivir”- concluye tras los seis años con Joe.
Resumen de vida
“He vivido mis conflictos, no mis fantasías, hasta el final”…


SUS FRASES EN ENTREVISTAS

SOBRE LA ESCRITURA

"Toda obra literaria contiene tanto una situación como una historia". Lo más importante para encontrar esa voz es saber quién está hablando y por qué lo hace. La situación, explica, es el contexto o circunstancia, a veces incluso la trama; mientras que la historia es la experiencia emocional que preocupa al autor, es decir, “lo que uno ha venido a contar”.

EL AMOR NO LO ES TODO


“El amor es necesario pero insuficiente para tener una vida, para entender quién eres…El trabajo es más importante que el amorYo no escogí vivir sola, pero escogí no casarme, no tener una familia”.

SU RELACIÓN CON LA SOLEDAD

“[Es] complicada... ha habido muchas veces en las que la soledad era buena, nutritiva. Otras veces es como una cárcel.
Cuando vives solo, aprendes a sobrellevarla, a no ahogarte en ella y a aprovecharla. Aprendes cosas que de otro modo no conocerías...
No hay que asustarse o hacer como que el vértigo a la soledad no existe. Hay que afrontarlo y aprender de él. Lo que he aprendido está en La mujer singular y la ciudad.

Para nosotros [los que vivimos solos], las calles son compañía, familiaridad, amistad... nos dan todo aquello que nos falta. Caminar por la ciudad siempre te recuerda lo que significa ser humano, algo fácil de olvidar si vives solo".
SABER MÁS


OTROS LIBROS SOBRE NUEVA YORK Y/O MUJERES SOLAS

Maeve Brennan. Crónicas de Nueva York.

Vivian Maier




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