Es la primera novela de
María Barbal (Pedra de tartera, 1985,
traducida como Canto rodado, en 1994,
por Ana Mª Moix). Abre el denominado “Ciclo de Pallars”, novelas situadas en el
Pirineo catalán. Premio Joaquim Ruyra de literatura juvenil en 1984, Premio
Joan Crexelles de Narrativa en 1985, y Premio de Literatura Catalana de la
Generalitat, en 1986. Una novela corta de apenas 120 páginas, poética y triste,
que tiene mucho de la manera de contar de Colometa (ese fluir de conciencia).
¿Y cómo nunca había oído
hablar de la autora y de esta excelente primera novela…?
Canto rodado es otra cosa
En el prólogo, Pere
Gimferrer señala como precedentes a Víctor Català, y a Mercè Rodoreda, y la
conecta con Gemma Ruiz en la actualidad
(con Argelagues (Aliagas?, Tojos, Escajos),
aún no traducida al castellano). Pero deja claro que “no es ni una novela sobre el agro, rural
o ruralizante…, ni una novela sobre la condición de mujeres (y hombres)…, ni
una novela sobre el tránsito de una vida rural…a una vida urbana…, ni siquiera
una novela sobre los actos del habla”. “Todo eso está ahí, pero Canto rodado es otra cosa”- concluye.
Comentarios
de lectores en Lecturalia
“No se puede escribir mejor;
este es un libro corto, pero intenso en emociones. De manera sencilla nos
cuenta una historia dolorosa pero bonita”.
“Un gran libro sobre la
condición de la mujer en los pueblos de montaña, una figura que va
evolucionando desde la casi transparencia que nada opina y nada decide, hasta
esa mujer fuerte que es el bastión del hogar. Todo ello partiendo de los
primeros años del siglo XX y recorriendo la guerra, la dictadura y los ya
tardíos cambios de la Transición para la protagonista”.
El
inicio de la novela
“Estaba claro que en casa
éramos muchos. Y me digo que alguien sobraba. Yo era la quinta de seis hermanos
y, según decía nuestra madre, llegué al mundo porque Dios lo quiso y hay que
aceptar lo que Él nos manda.
María, que era la mayor,
hacía más de ama de casa que nuestra propia madre; Josep era el primogénito y
Joan estaba en el seminario. Los tres menores, había oído decir un montón de veces, dábamos más
trabajo que beneficio. No eran tiempos de abundancia, y tantas bocas y poca
hacienda seguro que se comían lo poco que había. Por eso decidieron que yo, de
carácter suave y muy juiciosa, fuera a ayudar a tía, la hermana de mi madre,
que ya había perdido la esperanza de tener hijos y a quien no le faltaba
trabajo…Así pues, a los trece años, con el hatillo al brazo, mi padre a un lado
y María al otro, dejé familia, casa, pueblo y montaña…”. Ahí empieza el rodar…como
los guijarros por las corrientes de agua.
El último capítulo, muy breve,
está dedicado a su punto final: la ciudad de Barcelona, adonde la lleva a vivir
su hijo, en una portería. “Barcelona es una casa cuyas ventanas no dan a la calle…Barcelona
es no conocer a nadie…Barcelona es aprender a callar, a callar y a callar. Hasta
que me preguntan algo…Barcelona, para mí, es también algo agradable. Es el último
peldaño antes del cementerio”.
Entre medias, toda una vida,
que hay que leer. Una joya de la literatura. Un imprescindible.
Sobre
la autora, María Barbal
Nacida en Tremp, Lleida
(capital de la comarca de Pallars), el 17 de septiembre
de 1949, se trasladó a Barcelona en 1964, para hacer el bachillerato. Allí estudió
Filología Hispánica en la Universidad Central para ejercer posteriormente la docencia en la enseñanza
secundaria, compaginándolo con la escritura de libros a partir de 1985.
Traducidos al castellano (aunque algunos agotados o descatalogados): Alcanfor, La bella edad, Calle Bolivia, País íntimo, Emma,
y En la piel del otro.
SABER
MÁS
http://www.visat.cat/traduccions-literatura-catalana/esp/autor/116/maria-barbal.html. Sobre
María Barbal.
https://elpais.com/ccaa/2019/04/03/catalunya/1554308052_949397.html. El Ayuntamiento de Barcelona pone en el mapa
300 puntos de interés literario.
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