viernes, 13 de marzo de 2020

LA REVOLUCIÓN DE LAS FLÂNEUSES, mujeres solas que caminan, observan y escriben



La enciclopedia Larousse, ya en el siglo XIX, incluía la entrada Flâneur/Flâneuse como “persona que holgazanea en la ciudad, va de compras y observa la multitud”; pero mientras el flaneur masculino aparece siempre como sujeto activo, la flaneuse es objeto de observación, nunca sujeto que observa. Y eso cuando no es puta, o considerada como tal por “callejear”…

En el cuadro de Gustave Caillebotte, un hombre mira a la calle desde un balcón. Una mujer camina de espaldas a él por el centro de la calle, pero la crítica siempre se ha fijado en el hombre que mira, no en la mujer que camina.


Por el contrario, En el palco, de Mary Cassatt, es ella, la mujer, quien mira.


Las miradas se dirigen siempre hacia aquellas mujeres que transgreden. Que reclaman para sí mismas su papel como sujeto.

La prostituta, modelo único de la mujer urbana que recorre las calles

Toda mujer que caminara sola por la ciudad era sospechosa del delito de prostitución no hace mucho. En 1870, Caroline Wyburgh, una muchacha de 19 años, fue detenida por caminar sola por las calles de Chatham (Inglaterra, condado de Kent).

Disfrazarse con ropajes masculinos se convirtió para algunas escritoras en la única manera de poder adentrarse en espacios que les estaban vetados. Flora Tristán, escritora francesa de ascendencia peruana, recurrió al disfraz para pasear por Londres o George Sand (seudónimo de Aurore Dupin) para hacerlo por las calles de París. Delphine de Girardin elige un seudónimo masculino (Le Vicomte de Launay) para escribir sus Cartas parisinas o se esconde tras el personaje que protagoniza Le Lorgnon (El monóculo).

“La flâneuse [como mujer que, no solo transita la ciudad, sino que la ocupa] no ha sido narrada… Es el objeto narrado y observado… que necesita el flâneur… para escribir su gran libro”.

Las mujeres que caminan por las calles deben tener siempre una meta precisa: ir de compras [ir a la compra], por ejemplo.

Seguimos asociando al caminar la idea de libertad


La pintora y escritora Marie Bashkirtseff (1858-1884), que murió de tuberculosis con 25 años, escribió en uno de los 84 cuadernos que configuran su Diario: “Lo que anhelo es la libertad de ir por ahí sola, de entrar y salir…, caminar por las calles de noche”… Esto lo escribió en el siglo XIX, pero sigue siendo el mismo anhelo de las mujeres del siglo XXI: “De camino a casa, quiero ser libre, no valiente”…



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