lunes, 7 de septiembre de 2020

DIARIO DE WUHAN (El COVID en China). Las mismas emociones

Su autora es Fang Fang, seudónimo literario de la escritora  china Wang Fang, nacida en Nankín en 1955.

Estudió chino en la Universidad de Wuhan en 1978 (“Soy licenciada por el Departamento de Chino  de la Universidad de Wuhan”). En 1975, empieza a escribir poesía y, en 1982, lanza su primera novela Da Peng Che Shan. En 1987, publica la que dicen su obra maestra Feng Jing (The view?). La incluyen en la llamada literatura del nuevo realismo.

Antes de asistir a la universidad, pasó cuatro años trabajando como operaria de carga en el puerto de Wuhan, lo que le proporcionó material para sus primeras obras (Las villas de Lushan y Concesiones extranjeras de Hankou).

Tras jubilarse, fue contratada como profesora de la universidad de Wuhan y como directora del Centro de Investigación de Creación Literaria de la Universidad de Huazhong. Ha sido directora de la Asociación de Escritores de Hubei.

Diario de Wuhan. Notas desde una ciudad en cuarentena

“Me centraré en lo que ahora mismo  estoy viviendo emocionalmente…”. Las emociones van  desde la incertidumbre y la perplejidad a la ansiedad y el miedo. De la indignación a la tristeza y a la impotencia. “Te horrorizas, te entristeces, te enfadas, y al final terminas acostumbrándote a ello”… “Hoy estoy de un humor de perros…”, “No puedo recordar cuántos días han pasado desde que comenzó la cuarentena”- escribe el día 23. “Estos días me siento cansada y me duele la cabeza”,  “Me siento impotente para dar consuelo a los demás…”,

Mi crónica personal. Dejar constancia de lo que ocurre

“Una de las cosas que más preocupan a los ciudadanos ahora mismo es la escasez de mascarillas”.

“Es difícil encontrar aquí a alguien que no esté sufriendo algún tipo de trastorno psicológico…”.

“Uno de mis hermanos me ha dicho que acaban de llegar a Wuhan ciento ochenta mil mascarillas que ha donado la ciudad de Pittsburg…”.

“Con el confinamiento obligatorio, las redes sociales están impulsando con fuerza los grupos de compra en línea, y las empresas de comercio electrónico también están reajustando su modelo de venta”.

“Los gritos de socorro de gente desesperada por tener acceso a un tratamiento médico…han sido reemplazados por los mensajes que te informan de cómo conseguir las verduras y alimentos”.

“Hace treinta días que se impuso la cuarentena en Wuhan…Todo el mundo está al límite de su resistencia…, todos queremos salir…”.

“Ahora se está dedicando más tiempo a hablar de la recuperación económica que de la epidemia. Una  gran cantidad de empresas están al borde de la quiebra…”.

“La cárcel o las residencias de mayores… son lugares que en un principio no se habían tenido en cuenta, y en ellos trabaja mucha gente y unos y otros vuelven a casa todos los días”.

Cosas que echa de menos

“…aquellos tiempos en que salía a montar en bicicleta junto con mis colegas por el Paseo Verde del Lago del Este…Solíamos dar una vuelta por la parte tranquila de la isla Luoyan, subiendo rampas y cruzando puentes; en total, tres horas. En algún punto del recorrido, comprábamos algunas verduras frescas a los campesinos… o nos parábamos a charlar en algún lugar hermoso a la orilla del lago…”.

Una hija de Wuhan. Dejar un recuerdo de este proceso de supervivencia

En 2011, publica la novela Wuchang, una ciudad bajo sitio. En otra de sus novelas, Mil flechas perforan el corazón, la protagonista le recuerda, por su agudeza, a una de las habitantes de Wuhan.

“Llevo viviendo aquí más de sesenta años…He trabajado como porteadora, también como periodista (“Cuando era joven, trabajé en la televisión”, “Desde joven he escrito muchos artículos para el Diario del Yangtsé”), editora y escritora. He vivido en Hankou, al norte del río, durante más de treinta años, y al sur del río, en Wuchang, durante otros treinta…Todos mis recuerdos tienen su más firme arraigo en esta ciudad…”.

Escribió el guion para el documental de televisión Una persona, una ciudad  sobre la ciudad de Wuhan. “Escribí…: ¿por qué Wuhan es un lugar en el que resulta tan difícil vivir?...Entonces, ¿qué es lo que me gusta de esta ciudad?… La razón por la que me gusta Wuhan parte del hecho de que este es el lugar con el que más familiarizada estoy…, el único lugar del que realmente podría decir: lo conozco”.

Su día a día: observar, reflexionar, experimentar y escribir

Lo primero es mirar el teléfono antes de levantarse (“mirar el móvil ha pasado a ser  mi pan de cada día”); leer los mensajes por WeChat. También ve muchos vídeos en la red y reportajes, de todo tipo (videoselfis), para hacerse una idea de la situación. Estadísticas, entrevistas,  informes, debates, a veces textos alarmistas o bulos. “Entre historias deprimentes y artículos estimulantes”… En ocasiones, le llegan amenazas e insultos  y, frecuentemente, le suspenden (o censuran) su cuenta de Weibo por no ser “políticamente correcta” cuando escribe.  “…manteniéndome al tanto de lo que ocurre a través de internet. Y mediante conversaciones con mis amigos y colegas [médicos y universitarios], documentando lo que veo y escucho cada día…”.

“Si algo abunda son vídeos llenos de gente que grita pidiendo ayuda…, pero ya no puedo soportar verlos”…

Los 4 hermanos (entre los 60 y los 70 años) mantienen un chat familiar. Ella vive con un perro de dieciséis años. “Nunca he tenido buena mano para las plantas”.

“Para cenar he tomado un pequeño cuenco de arroz con gachas (cada día come solo un cuenco de arroz y un plato muy sencillo. “Preparo a menudo tallarines o tiras de tofu cocidas”). En un ratito me subiré a la cinta de correr para hacer algo de ejercicio…”. Es diabética, como dos de sus hermanos, y necesita dar largos paseos a diario (ahora, imposible). Camina a grandes zancadas.

“Por regla general, me acuesto tarde…”.

Cuidarse uno mismo

“Es una manera de contribuir a los esfuerzos”… Ella toma un suplemento matinal de vitamina C y pastillas de flor de loto contra la gripe.

“Desde hace ya más de veinte días recurro a los somníferos para poder dormir por las noches…”.  

“Cuando estoy enferma, por lo general busco ayuda en la medicina occidental; pero para el mantenimiento de la salud diaria, suelo apoyarme en la medicina china”.

Críticas. Es preciso reflexionar

“El error más grave fue nuestra confianza ciega en el Gobierno”…Quienes les dijeron, en un principio, “No Se Transmite Entre Personas, Se Puede Controlar y Prevenir”.

“Hasta ahora no he sabido de una sola persona que haya dado un paso al frente para aceptar la responsabilidad o disculparse”.

“Los funcionarios chinos siempre han dejado que las directivas escritas dirijan su trabajo: en cuanto los apartas del guion, no saben qué hacer”.

Hay para todos: “La dejadez de China en la fase inicial y la arrogancia de Occidente…”.

Las mismas preguntas

“¿Cuánta gente ha muerto realmente…?”, ¿Cuántos doctores han sacrificado su vida…?,

“No ofrezco respuestas. Me limito a recoger lo que veo”.

LEER MÁS

https://www.infolibre.es/noticias/cultura/2020/07/08/fang_fang_diario_wuhan_108598_1026.html. 'Diario de Wuhan', una luz en el apagón informativo del Gobierno chino.

https://www.lavanguardia.com/libros/20200712/482249132376/wuhan-fang-pandemia-libros-solano.html. Libros sobre la pandemia.

https://elpais.com/cultura/2020/03/23/babelia/1584986441_659231.html. Paolo Giordano, En tiempos de contagio (el primer ensayo sobre el coronavirus).


Otras escritoras testimoniales

Svetlana Alexievich. https://elpais.com/internacional/2020-08-24/svetlana-alexievich-sobre-las-protestas-en-bielorrusia-el-mundo-civilizado-no-puede-dejarnos-solos.html. SA: “En cualquier momento pueden tocar la puerta y venir a detenerme”.

https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2016/02/la-guerra-no-tiene-rostro-de-mujer-la.html. SVETLANA ALEXIÉVICH, La guerra no tiene rostro de mujer.

https://www.eldiariomontanes.es/internacional/nobel-literatura-alexievich-20200826163212-ntrc.html. La Nobel de Literatura Svetlana Alexiévich desafía a Lukashenko, presidente de Bielorrusia..


 

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