jueves, 18 de agosto de 2016

CONCHA ESPINA Y SU VIAJE AMERICANO EN 1932


Reeditado con una portada muy moderna por Ediciones Evohé, en 2010, forma parte de su colección El periscopio, dedicado a los libros de viajes. “…Un viajero es un testigo del mundo que no pretende contar más que su propia vivencia, directa e individual, lo que ven sus ojos. Aunque en la trastienda de esos mismos ojos aún se agiten siempre los ideales, los prejuicios, las convicciones del viajero, su biografía, sus temores y esperanzas, sus sueños y anhelos…”.

Con prólogo de Cristina Narbona: “Aunque hoy…puedan aparecer a veces tibios los posicionamientos progresistas de Concha Espina, lo cierto es que algunas de sus actitudes personales y los pensamientos de sus obras resultaron en su momento, allá por los años 20 y 30, enormemente atrevidos…”.

“Voy a contar algunas impresiones de mi último viaje por América”- abre el libro. “Haré un relato personal y objetivo…”. Concha Espina tiene 63 años y viaja en compañía de su hija Josefina, de 29, que le hace de secretaria.

“El capitán Fano [Eduardo Fano Oyarbide]…es nuestro piloto…abundan los montañeses, desde el mismo capitán, el médico y la mayoría de los oficiales; mozos de Santander, de Comillas y Ruiloba, de Trasvía y Cabuérniga, de Solares y Maliaño…”. Van en el [trasatlántico] Cristóbal Colón.


Cuba

En Cuba, primera escala, ve “las sonrisas más luminosas del mundo”. “Pronto inicié buenas amistades con Juan de la Cruz, el director de la banda que ellos denominaban pomposamente “Septeto Nacional”…ellos me interesaron como ninguna otra de las novedades que me esperaban en las Antillas…”. Allí pasa once días antes de partir hacia Nueva York.


“Viaja con nosotros Juan de la Cruz al frente del famoso Septeto Nacional cubano, que viene a Nueva York con rumbo a España y desembarcará en Santander…Me hablaron de sus planes, de sus contratos en España, donde se querían dar a conocer, y les ofrecí una buena presentación  para ese gran poeta marinero que se llama José del Río…José del Río tuvo para mis enviados atenciones muy amables: página literaria…que les sirvió de estímulo para lucirse en una fiesta del Ateneo Montañés, y en seguida a triunfar a Madrid, donde debutaron en el teatro Avenida con mucho éxito”.


Allí visita el Lyceum Club Femenino, homónimo del que existe en España desde 1926.


Llegada a Nueva York

“¡Cuántas cosas nos preguntan a bordo antes de desembarcar, Dios mío!... Tiene usted que declarar si trae vacas – insiste el sobrecargo español…Y tiene usted que decir si trae intenciones de matar al presidente de la república norteamericana”…

Personajes y lugares de NY

Anna Hyatt


Escultora, autora de la estatua del Cid en Sevilla [1929], esposa de Archer M. Hungtinton, hispanista,  fundador de la Hispanic Society.


La Universidad de Columbia

“Broadway, entre las calles 116 y 120”. “Todos los españoles de algún prestigio literario, viajeros en Nueva York, somos recibidos con homenaje caluroso en la Universidad de Columbia…Federico de Onís…un salmantino ilustre…presidente del Instituto de las Españas en Nueva York…surte de catedráticos españoles a los colegios, altas escuelas y ciudades universitarias; y, desde el Centro de Estudios Históricos, de Madrid, van para todos los cursos de invierno y de verano, lo que allí se denomina Visiting Professor o Visiting Lecturer, con destino a unos y otros departamentos hispanos. Así han ido muchos de los numerosos ayudantes y discípulos de don Ramón Menéndez Pidal a Norteamérica; algunos para quedarse allí, como Solalinde, Salas Viu, Gili Gaya (1892-1976) [director de la Spanish School en Middlebury], Ángel del Río…”.

Por la noche, se reúnen a cenar en casa de Onís. “La cena fue alegre, dentro de la melancolía propia de los emigrantes…”. En la velada y la tertulia, Fernando de los Ríos y García Lorca, León Felipe, Elena de la Torre, Miguel de Zárraga… “Hablando de arte y poesía, escuchando las composiciones inéditas y admirables de Lorca y los versos nuevos y acendrados de León Felipe…”.

El Chrysler Building, “esta orgullosa torre de plata…”


“El más alto del orbe”, en la calle 42 con Lexington Avenue. “Dieciocho meses se ha tardado en construir este gigante…Sesenta y dos pies más que la torre Eiffel…; tres mil ochocientas sesenta y dos ventanas; treinta y dos mil setecientas ochenta y ocho puertas; diez mil lámparas…El paramento exterior es de ladrillo blanco y negro, combinados el mármol blanco de Georgia  y planchas de granito negro de Suecia…Y para decorar la fachada se han labrado en aluminio y bronce atrevidas figuras aguileñas, cornucopias y gárgolas de vastas proporciones…”. En el piso 69 está el Club de las Nubes, “la última palabra en lo estrambótico y selecto de Nueva York”.

…y la casa de Egdar A. Poe


“… en Fordham, al nivel de la calle 192, barrio de Bronx, todavía remanso de la estruendosa urbe…La casita es un elemental edificio de tablas y cinc; tan ligera que en 1913 fue corrida cuatrocientos cincuenta metros al norte para levantar un rascacielos que hoy le da sombra”.

Les acompaña el periodista español José Manuel Bada, con veinte años de experiencia neoyorquina a sus espaldas.

La catedral de Amsterdam Avenue, “¿comunismo religioso…?”


“Dedicada a San Juan Evangelista, el Divino [Saint John the Divine, en Manhattan], como le llaman aquí sus devotos”…se está acabando de construir. “Dicen que es la tercera del mundo en grandiosidad…”. Dentro, coexisten capillas y altares a santos e imágenes santificadas de Washington o Lincoln; están la efigie de Bossuet, y Dante, “con aureola beatífica”; la escultura de Cristóbal Colón junto a otra de Santa Teresa…

La librería de Brentano´s

“…la más famosa de la ciudad”, en la calle 47, tenía allí el compromiso de hacer la “semana del autor”. Emilia Aragón, emigrante, natural de Granada, casada con un ruso, es la encargada del local. Concha le pregunta por los autores españoles más vendidos. “De los más solicitados es Unamuno…Se piden también bastantes obras de Valle Inclán, Ricardo León, Pereda, Miró, Baroja, Palacio Valdés, Galdós, Pardo Bazán, Blasco Ibáñez…”. En cuanto a  los “poetas jóvenes”, hay mucha curiosidad por los libros de “Gerardo Diego, Lorca, Salinas, [Dámaso] Alonso, Guillén…”.

Observaciones, costumbres, modos de vida

Acomodo, self-service y maquinismo

“Estábamos en un club de señoras, equivalente a una modesta casa de pensionistas, y la llave de un gabinete numerado era el único testigo hogareño de nuestra instalación; unos libros en desorden, una maleta, una máquina de escribir, y yo indecisa ante la precisión de salir en busca de un restaurante…o hacer un almuerzo en la cocina próxima y común, donde una señora lava su ropa y otra plancha la suya, tarareando a media voz cierta musiquilla de jazz…Letreros con autoritarias indicaciones: “No se permiten visitas más que hasta las diez”. “Se muda la cama -era un sofá- cada quince días”. “Tiene usted que lavar sus toallas”, etc. Y en la cocina general un plumero y una escoba para que hiciésemos, por turno, la limpieza de nuestro cuarto”.

 Israel en Nueva York


“Tres millones cien mil israelitas viven en los estados Unidos…tuvieron su primera sinagoga en Mill Street [1730, Lower Manhattan], hoy William [South William St., en la calle 70]…Tienen su más espléndida sinagoga en el Central Park West y Calle 70, con el título de Shearith Israel…”.

Los negros

“No es el caso del judío el del negro, subciudadano en la metrópoli neoyorquina lo mismo que en toda la Unión…Más de doscientos mil negros asisten a la población clara neoyorkina en calidad de los cargadores de los muelles, mozos de equipajes, camareros, pinches, lacayos y guardianes de niños…Sí, sí; lo que más me interesa en la América sajona es el negro…mi semejante espiritual…”. “Ciudad de ébano”- llamará a Harlem.

Nueva Inglaterra, Vermont, Middlebury College


“nos aguarda el cumplimiento del deber. Hemos prometido acudir en fecha puntual a un gran college…El convite…me imponía la única obligación de explicar mis propios libros; sus génesis y características, sus fundamentos reales, su tradición literaria, sus anhelos y propósitos artísticos”.

Narra su viaje: “Línea del ferrocarril Boston and Maine; vagón Pullman de incómoda vecindad, con doble fila de literas…Habíamos tomado por la noche el tren…y a las siete de la mañana descendíamos en la estación de Middlebury, pueblo crecido en torno al college…”.

Y describe el lugar en que se aloja: “Nuestra espléndida Casa Española consiste en un gran edificio de piedra con anchos corredores y departamentos independientes, lindos y cómodos, para dos personas; estudiantes o profesores, sin distinción de categoría, en una democracia intelectual seductora. Alegre saloncito para recibir y trabajar, y los respectivos dormitorios: siempre ventanales a jardines y arboledas y los adecuados servicios de higiene. Con su poco también de servidumbre”.

El comedor

…“Cada profesor preside una mesa, y los alumnos se suceden por orden riguroso en los puestos, a fin de que estén algún día junto a los distintos presidentes”.
A ella le toca explicar y deshacer los tópicos sobre los españoles: “…los clásicos prejuicios, vigentes aún, sobre las corridas de toros, el baile flamenco, los amores trágicos, el fanatismo y la crueldad de España…”.

“Nuestros servidores son alumnos, ellas y ellos…Pronto sabemos que es una costumbre aquí la de prestar estos servicios los estudiantes que así lo desean, para obtener gratuita la pensión correspondiente a los alimentos”.

La comida

“Para nosotros era allí muy escasa la alimentación y no muy apetecible el condimento…El menú oscilaba entre lechuga, habichuelas verdes, pan y manteca, pudín de arroz, té helado y algunos días pescado o carne en guisotes desabridos para un paladar hecho a más sustanciosas y auténticas viandas. Pronto vimos que era general el descontento con la comida” [a pesar de estar preparada por una dietista]…”por la tarde, luego de la comida de las siete, bajábamos buen número de habitantes de Hepburn Hall en busca de algún aumentativo a las colaciones higiénicas, renegando de las vitaminas, que no producen satisfacción sensible”.

Un día en el college. Hablando de la mujer española

“La vida intelectual de nuestro college empieza muy temprano. A las ocho, apenas se termina el desayuno, se dan ya las primeras clases…mi hija…iba diciendo…algunos trozos de mis libros que después se convertían en un pretexto para hablar yo de España, especialmente de la mujer en nuestra literatura moderna, como protagonista y como autora; de sus logros en la competencia actual de todas las profesiones libres; de sus aptitudes para las luchas sociales; de su preparación, en fin, para la actividad política…”.

En la Spanish School de Middlebury es director Gili Gaya, “filólogo castellano del mejor prestigio”. Allí enseñan: Alicia Acosta, una santanderina, gramática castellana; Julián Moreno-Lacalle, Juan Centeno y Salas Viu, junto a otros profesores latinoamericanos.

http://www.middlebury.edu/newsroom/node/493116. Middlebury, 100 años de las Escuelas de Lengua en 2015.

Viaje de vuelta

Tras el curso de verano, el regreso, con algunas paradas: “Detención en Webster Groves, Missouri, para una visita a la International Mark Twain Society, a la cual pertenezco…En Tucson, Arizona, me aguarda el cariño de una amiga excepcional, Frances Douglas, mi traductora…; en la Universidad de California…el profesor Millard Rosenberg…hispanista formidable…; en la Universidad de Stanford, el catedrático Espinosa…”. Un ejemplo de la proyección y el reconocimiento internacional de la escritora, desde 1925 miembro honorario de la Hispanic Society y, posteriormente, en 1938, nombrada miembro de honor de la Academia de Artes y Letras de Nueva York.

Es interesante asomarse a un viaje, en 1932, de una mujer española por esos mundos de Dios. Lo único, para mí, el lenguaje, “…ese lenguaje, a veces tenido por demasiado barroco desde la perspectiva actual…muy distante de la estética de nuestros días”- como dice Cristina Fernández Gallo en su obra Concha Espina. Narrativa extensa de una novelista que quiso ser poeta (Santander, 2011). “…una prosa perfecta, elegante,… nunca carente de una total corrección idiomática”,  pero “carente de la sencillez (ya más de moda en la época)…”.


3 comentarios:

  1. El enlace al diario Público a propósito del asesinato de la profesora Aurelia Rodríguez-Cueto Blanchard no funciona.

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  2. El enlace al diario Público a propósito del asesinato de la profesora Aurelia Rodríguez-Cueto Blanchard no funciona.

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  3. Buenas noches Aida. Me gustaria realizarte algunas consultas por interno. Mi correo es: gcurioso1974@hotmail.com

    Agradeceria respuesta.

    Muchas gracias
    Lic. Gino Curioso Solis

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