Reeditado
con una portada muy moderna por Ediciones Evohé, en 2010, forma parte de su
colección El periscopio, dedicado a
los libros de viajes. “…Un viajero es un testigo del mundo que no pretende
contar más que su propia vivencia, directa e individual, lo que ven sus ojos.
Aunque en la trastienda de esos mismos ojos aún se agiten siempre los ideales,
los prejuicios, las convicciones del viajero, su biografía, sus temores y
esperanzas, sus sueños y anhelos…”.
Con
prólogo de Cristina Narbona: “Aunque hoy…puedan aparecer a veces tibios los
posicionamientos progresistas de Concha Espina, lo cierto es que algunas de sus
actitudes personales y los pensamientos de sus obras resultaron en su momento,
allá por los años 20 y 30, enormemente atrevidos…”.
“Voy a contar algunas
impresiones de mi último viaje por América”- abre el libro. “Haré un relato
personal y objetivo…”. Concha Espina tiene 63 años y viaja en compañía de su
hija Josefina, de 29, que le hace de secretaria.
“El capitán Fano [Eduardo Fano Oyarbide]…es nuestro
piloto…abundan los montañeses, desde el mismo capitán, el médico y la mayoría
de los oficiales; mozos de Santander, de Comillas y Ruiloba, de Trasvía y
Cabuérniga, de Solares y Maliaño…”. Van en el [trasatlántico] Cristóbal Colón.
Cuba
En Cuba, primera escala, ve
“las sonrisas más luminosas del mundo”. “Pronto inicié buenas amistades con
Juan de la Cruz, el director de la banda que ellos denominaban pomposamente “Septeto Nacional”…ellos me interesaron
como ninguna otra de las novedades que me esperaban en las Antillas…”. Allí
pasa once días antes de partir hacia Nueva York.
“Viaja con nosotros Juan de
la Cruz al frente del famoso Septeto Nacional cubano, que viene a Nueva York
con rumbo a España y desembarcará en Santander…Me hablaron de sus planes, de
sus contratos en España, donde se querían dar a conocer, y les ofrecí una buena
presentación para ese gran poeta
marinero que se llama José del Río…José del Río tuvo para mis enviados
atenciones muy amables: página literaria…que les sirvió de estímulo para
lucirse en una fiesta del Ateneo Montañés, y en seguida a triunfar a Madrid,
donde debutaron en el teatro Avenida con mucho éxito”.
Allí visita el Lyceum Club Femenino, homónimo del que
existe en España desde 1926.
Llegada
a Nueva York
“¡Cuántas cosas nos
preguntan a bordo antes de desembarcar, Dios mío!... Tiene usted que declarar
si trae vacas – insiste el sobrecargo español…Y tiene usted que decir si trae
intenciones de matar al presidente de la república norteamericana”…
Personajes
y lugares de NY
Anna
Hyatt
Escultora, autora de la estatua del Cid en Sevilla
[1929], esposa de Archer M. Hungtinton, hispanista, fundador de la Hispanic Society.
La
Universidad de Columbia
“Broadway, entre las calles
116 y 120”. “Todos los españoles de algún prestigio literario, viajeros en
Nueva York, somos recibidos con homenaje caluroso en la Universidad de
Columbia…Federico de Onís…un
salmantino ilustre…presidente del Instituto de las Españas en Nueva York…surte
de catedráticos españoles a los colegios, altas escuelas y ciudades
universitarias; y, desde el Centro de Estudios Históricos, de Madrid, van para
todos los cursos de invierno y de verano, lo que allí se denomina Visiting Professor o Visiting Lecturer, con destino a unos y
otros departamentos hispanos. Así han ido muchos de los numerosos ayudantes y
discípulos de don Ramón Menéndez Pidal a Norteamérica; algunos para quedarse
allí, como Solalinde, Salas Viu, Gili Gaya (1892-1976) [director de la Spanish
School en Middlebury], Ángel del Río…”.
Por la noche, se reúnen a
cenar en casa de Onís. “La cena fue alegre, dentro de la melancolía propia de
los emigrantes…”. En la velada y la tertulia, Fernando de los Ríos y García Lorca, León Felipe, Elena de la Torre,
Miguel de Zárraga… “Hablando de arte y poesía, escuchando las composiciones
inéditas y admirables de Lorca y los versos nuevos y acendrados de León
Felipe…”.
El
Chrysler Building, “esta orgullosa torre de plata…”
“El más alto del orbe”, en
la calle 42 con Lexington Avenue. “Dieciocho meses se ha tardado en construir
este gigante…Sesenta y dos pies más que la torre Eiffel…; tres mil ochocientas
sesenta y dos ventanas; treinta y dos mil setecientas ochenta y ocho puertas;
diez mil lámparas…El paramento exterior es de ladrillo blanco y negro,
combinados el mármol blanco de Georgia y
planchas de granito negro de Suecia…Y para decorar la fachada se han labrado en
aluminio y bronce atrevidas figuras aguileñas, cornucopias y gárgolas de vastas
proporciones…”. En el piso 69 está el Club
de las Nubes, “la última palabra en lo estrambótico y selecto de Nueva
York”.
…y
la casa de Egdar A. Poe
“… en Fordham, al nivel de la calle 192, barrio de Bronx, todavía remanso de la
estruendosa urbe…La casita es un elemental edificio de tablas y cinc; tan
ligera que en 1913 fue corrida cuatrocientos cincuenta metros al norte para
levantar un rascacielos que hoy le da sombra”.
Les acompaña el periodista
español José Manuel Bada, con veinte años de experiencia neoyorquina a sus
espaldas.
La
catedral de Amsterdam Avenue, “¿comunismo religioso…?”
“Dedicada a San Juan
Evangelista, el Divino [Saint John the
Divine, en Manhattan], como le llaman aquí sus devotos”…se está acabando de
construir. “Dicen que es la tercera del mundo en grandiosidad…”. Dentro,
coexisten capillas y altares a santos e imágenes santificadas de Washington o
Lincoln; están la efigie de Bossuet, y Dante, “con aureola beatífica”; la
escultura de Cristóbal Colón junto a otra de Santa Teresa…
La
librería de Brentano´s
“…la más famosa de la
ciudad”, en la calle 47, tenía allí el compromiso de hacer la “semana del
autor”. Emilia Aragón, emigrante, natural de Granada, casada con un ruso, es la
encargada del local. Concha le pregunta por los autores españoles más vendidos.
“De los más solicitados es Unamuno…Se piden también bastantes obras de Valle
Inclán, Ricardo León, Pereda, Miró, Baroja, Palacio Valdés, Galdós, Pardo
Bazán, Blasco Ibáñez…”. En cuanto a los
“poetas jóvenes”, hay mucha curiosidad por los libros de “Gerardo Diego, Lorca,
Salinas, [Dámaso] Alonso, Guillén…”.
Observaciones,
costumbres, modos de vida
Acomodo,
self-service y maquinismo
“Estábamos en un club de
señoras, equivalente a una modesta casa de pensionistas, y la llave de un
gabinete numerado era el único testigo hogareño de nuestra instalación; unos
libros en desorden, una maleta, una máquina de escribir, y yo indecisa ante la
precisión de salir en busca de un restaurante…o hacer un almuerzo en la cocina
próxima y común, donde una señora lava su ropa y otra plancha la suya,
tarareando a media voz cierta musiquilla de jazz…Letreros con autoritarias
indicaciones: “No se permiten visitas más que hasta las diez”. “Se muda la cama
-era un sofá- cada quince días”. “Tiene usted que lavar sus toallas”, etc. Y en
la cocina general un plumero y una escoba para que hiciésemos, por turno, la
limpieza de nuestro cuarto”.
Israel
en Nueva York
“Tres millones cien mil
israelitas viven en los estados Unidos…tuvieron su primera sinagoga en Mill
Street [1730, Lower Manhattan], hoy William [South William St., en la calle 70]…Tienen
su más espléndida sinagoga en el Central Park West y Calle 70, con el título de
Shearith Israel…”.
Los
negros
“No es el caso del judío el
del negro, subciudadano en la
metrópoli neoyorquina lo mismo que en toda la Unión…Más de doscientos mil
negros asisten a la población clara neoyorkina en calidad de los cargadores de
los muelles, mozos de equipajes, camareros, pinches, lacayos y guardianes de
niños…Sí, sí; lo que más me interesa en la América sajona es el negro…mi
semejante espiritual…”. “Ciudad de ébano”- llamará a Harlem.
Nueva Inglaterra, Vermont, Middlebury
College
… “nos aguarda el cumplimiento del deber.
Hemos prometido acudir en fecha puntual a un gran college…El convite…me imponía la única obligación de explicar mis propios libros; sus
génesis y características, sus fundamentos reales, su tradición literaria, sus
anhelos y propósitos artísticos”.
Narra su viaje: “Línea del
ferrocarril Boston and Maine; vagón Pullman de incómoda vecindad, con doble
fila de literas…Habíamos tomado por la noche el tren…y a las siete de la mañana
descendíamos en la estación de Middlebury, pueblo crecido en torno al college…”.
Y describe el lugar en que
se aloja: “Nuestra espléndida Casa Española consiste en un gran edificio de
piedra con anchos corredores y departamentos independientes, lindos y cómodos,
para dos personas; estudiantes o profesores, sin distinción de categoría, en
una democracia intelectual seductora. Alegre saloncito para recibir y trabajar,
y los respectivos dormitorios: siempre ventanales a jardines y arboledas y los
adecuados servicios de higiene. Con su poco también de servidumbre”.
El
comedor
…“Cada profesor preside una
mesa, y los alumnos se suceden por orden riguroso en los puestos, a fin de que
estén algún día junto a los distintos presidentes”.
A ella le toca explicar y
deshacer los tópicos sobre los españoles: “…los clásicos prejuicios, vigentes
aún, sobre las corridas de toros, el baile flamenco, los amores trágicos, el
fanatismo y la crueldad de España…”.
“Nuestros servidores son
alumnos, ellas y ellos…Pronto sabemos que es una costumbre aquí la de prestar
estos servicios los estudiantes que así lo desean, para obtener gratuita la
pensión correspondiente a los alimentos”.
La
comida
“Para nosotros era allí muy
escasa la alimentación y no muy apetecible el condimento…El menú oscilaba entre
lechuga, habichuelas verdes, pan y manteca, pudín de arroz, té helado y algunos
días pescado o carne en guisotes desabridos para un paladar hecho a más sustanciosas
y auténticas viandas. Pronto vimos que era general el descontento con la
comida” [a pesar de estar preparada por una dietista]…”por la tarde, luego de
la comida de las siete, bajábamos buen número de habitantes de Hepburn Hall en
busca de algún aumentativo a las colaciones higiénicas, renegando de las
vitaminas, que no producen satisfacción sensible”.
Un
día en el college. Hablando de la mujer española
“La vida intelectual de
nuestro college empieza muy temprano. A las ocho, apenas se termina el
desayuno, se dan ya las primeras clases…mi hija…iba diciendo…algunos trozos de
mis libros que después se convertían en un pretexto para hablar yo de España,
especialmente de la mujer en nuestra literatura moderna, como protagonista y
como autora; de sus logros en la competencia actual de todas las profesiones
libres; de sus aptitudes para las luchas sociales; de su preparación, en fin,
para la actividad política…”.
En la Spanish School de
Middlebury es director Gili Gaya, “filólogo castellano del mejor prestigio”.
Allí enseñan: Alicia Acosta, una santanderina, gramática castellana; Julián
Moreno-Lacalle, Juan Centeno y Salas Viu, junto a otros profesores latinoamericanos.
http://www.middlebury.edu/newsroom/node/493116. Middlebury, 100 años de las Escuelas de Lengua en 2015.
Viaje
de vuelta
Tras el curso de verano, el
regreso, con algunas paradas: “Detención en Webster Groves, Missouri, para una
visita a la International Mark Twain Society, a la cual pertenezco…En Tucson,
Arizona, me aguarda el cariño de una amiga excepcional, Frances Douglas, mi
traductora…; en la Universidad de California…el profesor Millard
Rosenberg…hispanista formidable…; en la Universidad de Stanford, el catedrático
Espinosa…”. Un ejemplo de la proyección y el reconocimiento internacional de la
escritora, desde 1925 miembro honorario de la Hispanic Society y,
posteriormente, en 1938, nombrada miembro de honor de la Academia de Artes y
Letras de Nueva York.
Es interesante asomarse a un
viaje, en 1932, de una mujer española por esos mundos de Dios. Lo único, para
mí, el lenguaje, “…ese lenguaje, a veces tenido por demasiado barroco desde la
perspectiva actual…muy distante de la estética de nuestros días”- como dice
Cristina Fernández Gallo en su obra Concha
Espina. Narrativa extensa de una novelista que quiso ser poeta (Santander,
2011). “…una prosa perfecta, elegante,… nunca carente de una total corrección
idiomática”, pero “carente de la
sencillez (ya más de moda en la época)…”.
El enlace al diario Público a propósito del asesinato de la profesora Aurelia Rodríguez-Cueto Blanchard no funciona.
ResponderEliminarEl enlace al diario Público a propósito del asesinato de la profesora Aurelia Rodríguez-Cueto Blanchard no funciona.
ResponderEliminarBuenas noches Aida. Me gustaria realizarte algunas consultas por interno. Mi correo es: gcurioso1974@hotmail.com
ResponderEliminarAgradeceria respuesta.
Muchas gracias
Lic. Gino Curioso Solis