viernes, 10 de noviembre de 2017

LA CASA IDEAL. LIBROS QUE NUNCA ENVEJECEN, por Robert Louis Stevenson


Al parecer, escribió este ensayo (¿), La casa ideal, en 1884, tras publicar La isla del tesoro, cuando vivía en Bournemouth (ciudad costera al sur de Inglaterra).


El relato comienza: “Dos cosas son necesarias en cualquier paraje donde nos propongamos pasar la vida: soledad y agua…”.

“…La casa debe encontrarse a menos de un tiro de piedra de un arroyo o del mar…”. Stevenson habla del jardín y sus plantas (margaritas, lilas, rosal silvestre); de la orientación (hacia el este); y de su estructura (“un solo piso con desván”). De los cuadros (uno o dos aguafuertes de Canaletto…, un Corot, un Tiziano y uno o dos Claude (Monet¿),  y de las 5 mesas (una para el trabajo en curso; otra, para los libros de consulta; la tercera, para manuscritos o pruebas; la cuarta, vacía, “para una eventualidad”; y, la última, para los mapas y cartas marinas). También debería tener un gimnasio soleado y un desván donde poder jugar juegos de estrategia con soldaditos de plomo.


Libros eternos que nunca envejecen: la biblioteca personal de Stevenson

“He dejado para el final la pequeña habitación en que han de transcurrir las veladas invernales…”. Detalla los elementos que debería contener (chimenea, pieles, asientos acogedores…). Y, lo más importante, “tres estantes llenos de esos libros eternos que nunca envejecen”. Cita a sus autores o títulos concretos:

Shakespeare
Molière
Montaigne
[Charles] Lamb
Sterne
Las comedias de Alfred de Musset (Carmosine y Fantasio)
Las mil y una noches
La Biblia en España, de  [George] Borrow
El viaje (progreso) del peregrino, [de John Bunyan]
Guy Mannering y Rob Roy, [de Walter Scott]
[El conde de] Montecristo y El vizconde de Bragelonne, [de Alejandro Dumas]
El inmortal Boswell, “el mejor de los biógrafos”
Chaucer
[Robert] Herrick, [poeta]
Juicios de Estado [recopilados por Thomas Salmon y William Cobbet].

Sus libros para la mesilla de noche

Luego, se refiere a los “libros de cabecera”, para tener al pie de la cama:

[Samuel] Pepys
Cartas de Paston
Cartas desde las Tierras Altas de Escocia, de [Edward] Burt
Calendario de Newgate

MÁS COSAS. SOBRE SU VIDA Y SU FORMA DE SER Y ESCRIBIR

“…al arroyo de Kinnaird, A esta vaguada acudía yo en aquella época todos los días…” – escribe en el ensayo Mendigos (1888).

“Soy más feliz donde la tierra está domesticada y es fértil; no es fácil que disfrute donde no haya árboles”- manifiesta en Sobre cómo disfrutar de los lugares desagradables, publicado en 1874.

“Un hombre tiene que haber pensado mucho en el paisaje antes de empezar a gozar plenamente de él” -mantiene en Caminos (1873).

La pintura como inspiración


En muchos grabados de Jacques Callot podemos reconocer a mendigos descritos por él (“En ocasiones viene en nuestra ayuda un grabado antiguo…”), o en escenas de Paul Brill.


“Dick Turpin ha sido mi maniquí [modelo¿¿¿] en muchos caminos ingleses…”.


El escritor también cita al pintor Hogarth o el valle escocés de Trossachs (hoy, parque nacional), inmortalizado por Walter Scott en sus novelas.


Stevenson, que solo vivió 44 años, muchos de ellos enfermo, es un ejemplo de lo que se puede hacer con la imaginación y la lectura, y de a dónde se puede llegar, incluso físicamente (él, a Vailima, en Samoa, al otro lado del mundo), si uno se lo propone.




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