Al parecer, escribió este
ensayo (¿), La casa ideal, en 1884,
tras publicar La isla del tesoro,
cuando vivía en Bournemouth (ciudad costera al sur de Inglaterra).
El relato comienza: “Dos
cosas son necesarias en cualquier paraje donde nos propongamos pasar la vida: soledad y agua…”.
“… La casa debe encontrarse a
menos de un tiro de piedra de un arroyo o del mar…”. Stevenson habla del jardín
y sus plantas (margaritas, lilas, rosal silvestre); de la orientación (hacia el
este); y de su estructura (“un solo piso con desván”). De los cuadros (uno o
dos aguafuertes de Canaletto…, un Corot, un Tiziano y uno o dos Claude (Monet¿), y de las 5 mesas (una para el trabajo en
curso; otra, para los libros de consulta; la tercera, para manuscritos o
pruebas; la cuarta, vacía, “para una eventualidad”; y, la última, para los
mapas y cartas marinas). También debería tener un gimnasio soleado y un desván
donde poder jugar juegos de estrategia con soldaditos de plomo.
Libros
eternos que nunca envejecen: la biblioteca personal de Stevenson
“He dejado para el final la
pequeña habitación en que han de transcurrir las veladas invernales…”. Detalla
los elementos que debería contener (chimenea, pieles, asientos acogedores…). Y,
lo más importante, “tres estantes llenos de esos libros eternos que nunca envejecen”. Cita a sus autores o
títulos concretos:
Shakespeare
Molière
Montaigne
[Charles] Lamb
Sterne
Las comedias de Alfred de
Musset (Carmosine y Fantasio)
Las
mil y una noches
La
Biblia en España, de
[George] Borrow
El viaje (progreso) del peregrino, [de John Bunyan]
Guy Mannering y Rob Roy,
[de Walter Scott]
[El
conde de] Montecristo y El
vizconde de Bragelonne, [de Alejandro Dumas]
El inmortal Boswell, “el
mejor de los biógrafos”
Chaucer
[Robert] Herrick, [poeta]
Juicios
de Estado [recopilados por Thomas Salmon y William Cobbet].
Sus
libros para la mesilla de noche
Luego, se refiere a los “libros de cabecera”, para tener al pie
de la cama:
[Samuel] Pepys
Cartas
de Paston
Cartas
desde las Tierras Altas de Escocia, de [Edward] Burt
Calendario
de Newgate
MÁS
COSAS. SOBRE SU VIDA Y SU FORMA DE SER Y ESCRIBIR
“…al arroyo de Kinnaird, A
esta vaguada acudía yo en aquella época todos los días…” – escribe en el ensayo
Mendigos (1888).
“Soy más feliz donde la
tierra está domesticada y es fértil; no es fácil que disfrute donde no haya
árboles”- manifiesta en Sobre cómo
disfrutar de los lugares desagradables, publicado en 1874.
“Un hombre tiene que haber
pensado mucho en el paisaje antes de empezar a gozar plenamente de él”
-mantiene en Caminos (1873).
La
pintura como inspiración
En muchos grabados de
Jacques Callot podemos reconocer a mendigos descritos por él (“En ocasiones
viene en nuestra ayuda un grabado antiguo…”), o en escenas de Paul Brill.
“Dick
Turpin ha sido mi maniquí [modelo¿¿¿] en muchos caminos ingleses…”.
El escritor también cita al
pintor Hogarth o el valle escocés de Trossachs (hoy, parque nacional),
inmortalizado por Walter Scott en sus novelas.
Stevenson, que solo vivió 44
años, muchos de ellos enfermo, es un ejemplo de lo que se puede hacer con la
imaginación y la lectura, y de a dónde se puede llegar, incluso físicamente
(él, a Vailima, en Samoa, al otro lado del mundo), si uno se lo propone.
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