Yo
lo hubiera titulado más bien “El anhelo de lo salvaje”, que quizá se ajuste más al
contenido y al propio pensamiento de Thoreau.
“En
literatura solo nos atrae lo que es salvaje… lo no familiar, lo no civilizado,
el pensamiento libre y vagabundo…”- escribió. “Aspiro hacia todo lo que es
salvaje, hacia todos los lugares impenetrables, hacia los bosques donde el
ruiseñor canta eternamente…”.
“Nada era tan importante para él como caminar [el arte de caminar]” -dice su amigo Emerson en su semblanza. De hecho, en los alrededores de Concord
– “este rincón de tierra, mi bien natal”- a su grupo [Emerson, Channing…] los conocen como “Los Caminantes” o “La Sociedad del Lago de Walden”.
“… Al menos cuatro horas diarias [16 km]… Es el afán y la aventura del día”.
“Lo que importa no es viajar
ni ir lejos…, sino ser realmente
viviente”.
“¡Un viajero! Amo ese
nombre…Ir de…Ir hacia…”.
“Pasead con lentitud, tan
despacio que podáis percibir los más sutiles sonidos”.
“Vivid en cada estación que
pasa, respirad el aire,… saboread el fruto…”.
“Siento
que vivo en y para la Naturaleza”
Thoreau era muy reservado.
Debía resultarles raro a la mayoría de la gente. “No logro interesarme por lo
que habitualmente interesa a los hombres. Sus afanes, sus objetivos, me parecen
pura frivolidad…”.
“La sociedad me disipa y,
por lo general, necesito otra semana para recuperar lo perdido”.
“…mis vecinos… me miran
compasivamente; afirman que es mezquindad y desgracia recorrer con frecuencia los
campos y los bosques y navegar solo en el río…”.
“Mi intimidad con la
naturaleza me aleja del hombre. Mi predilección por el sol y la luna, por la
mañana y el atardecer, me obligan a la soledad”.
“Estar en íntima comunión
con las alturas lejanas, inaccesibles y puras, es para mí un poderoso
estímulo”.
“Soy un místico, un
trascendentalista y un filósofo de la naturaleza fuera de uso”.
“El verdadero poeta se
mantiene alejado siempre del mundo y sigue extraño a los hombres”.
“Estar mucho con los demás es
como disipar el tiempo… No renunciaría a mis claros de luna y a mis montañas por
la mejor de las amistades que me dieran a cambio”.
“El hombre a quien me
encuentro no es siempre tan instructivo como el silencio que interrumpe”.
“Mi cuerpo es todo sentido”.
“Lo que a toda hora perciben
mis sentidos, mi paseo cotidiano, la conversación de mis vecinos, son mis
inspiraciones”.
El
invierno, la estación “pensativa”
“El invierno ha sido creado
para concentrar, endurecer y madurar la sustancia de su cerebro; para
tonificar, dar firmeza y consistencia a su pensamiento”.
“Un fuego encantador,
algunas páginas de viejos poetas, o de serena filosofía, o incluso un saludable
libro de viajes cuya lectura se prolongue hasta la noche, ayudada quizá por las
nueces que recogimos en noviembre: eso es lo que llamo una velada de invierno”.
Su
biografía se encuentra en sus versos
… "vive en soledad/cerca de
la verdad…”. Se refiere a un trampero de la zona, pero podría aplicárselo a él
mismo.
“Podría, según pienso,
escribir un poema que titularía Concord.
Y serían sus capítulos: el Río, los Bosques, los Lagos, las Colinas, los
Campos, las Lagunas y las Praderas; las Calles, los Edificios y las Aldeas. Y
después la Mañana, el Mediodía y el Atardecer; la Primavera, el Verano, el Otoño
y el Invierno; la Noche, el Estío Indiano y las Montañas en el Horizonte…”.
“Tengo una libreta de
apuntes para los hechos, otra para la poesía…”.
Crítico
con la sociedad de su tiempo y de su país
“Poco se puede esperar de
una nación cuando agota el suelo vegetal y se ve obligada a hacer abono con los
huesos de sus padres”.
“…si pienso que las más
nobles bestias han sido exterminadas: el puma, la pantera, el lince, el lobo,
el caribú, el gamo, el castor, me parece que habito un país disminuido”.
“Doy al Estado este consejo:
romper de inmediato con los propietarios de esclavos…Y aconsejo a todos los
habitantes de Masachusets romper con el Estado mientras vacile en cumplir con
su deber”.
“Rumores de guerra entre
Inglaterra y América. De ambos lados no se prevé el medio de evitar una lucha
larga y fratricida… ¿En qué asilos de alienados podríamos encerrar a las
naciones…?”.
“¿Por qué meter tanto ruido en
torno a los griegos y romanos, y desdeñar a nuestros indios…?”.
“¡Libertad de palabra!... Lo que
yo reclamo es la libertad de decir bien alto lo que pienso en voz baja”.
Sus
trabajos pagados: agrimensor, retratista, conferenciante…
“Estas granjas de Concord
que yo medí y amojoné…”.
“Heme aquí desde hace seis
días ocupado en la agrimensura…”.
“En mis tareas de
agrimensor…”.
“Agrimensura en estos tres
últimos días… Algunos viejos mojones hallados…”.
“He estado trazando un plano tan extenso y minucioso de los bosques de Walden…”.
“Pinto retratos…”.
“No me han solicitado
ninguna conferencia en el invierno último…”.
“Mi obra es escribir”.
Su
pobreza… y su libertad. “Las ventajas del vivir oscuro y de la pobreza”
“Apenas si tengo cómo
cambiarme…Todo lo que puedo decir es que vivo, respiro y que mis pensamientos
son míos”.
“Sin poseer tierra alguna,
sí he adquirido, según pienso, un derecho civil sobre el río. Creo que soy aguateniente, ya que no terrateniente…”.
“Lo que vosotros llamáis
esterilidad y pobreza, tiene para mí un nombre: simplicidad”.
“¡Cuánto provecho extraje de
la soledad y de la pobreza!”.
“No he hallado en toda mi
experiencia nada tan empobrecedor como la riqueza”.
Autoedición
“Desde hace un año o dos, el
editor… que publica mis obras, me escribe de tiempo en tiempo para preguntarme
qué debe hacer con los ejemplares no vendidos de mis libros…”. Hizo imprimir “con
su peculio” una edición de mil ejemplares, que aún no ha terminado de pagar
cuatro años después, de su libro “Una semana en los ríos Concord y Merrimac”. Son
706 ejemplares en total. (De los otros 294, ha regalado 75 y vendido 219). Con
ellos, su biblioteca personal se incrementa hasta casi 900 volúmenes… escritos
por él la mayoría…
Un
tanto misógino
“En Oriente las mujeres ocultan sus rostros
religiosamente; en Occidente ocultan sus piernas. En ambos casos lo que no
ocultan es que tienen poco seso”.
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