domingo, 25 de abril de 2021

1921. AÑO BAZÁN. EMILIA PARDO BAZÁN, DE LA A a LA Z

Emilia Pardo Bazán murió el 12 de mayo de 1921. Por eso, este año se celebra su primer centenario. Buen momento para revisar su obra...

AUTORRETRATO

En sus cartas a Galdós, aparecen varios términos explícitos, y un@ saca también sus conclusiones al leerlas. Por ejemplo, el 16 de junio de 1887, en carta a Galdós, se describe como “romántica y viva como nadie”. “…Con mi temperamento batallador”…, le escribe el 13 de marzo de 1889. “Una mujer de tan desatadas pasiones como yo…”- le dice el 28 de marzo de 1889. “Me he propuesto vivir exclusivamente de mi trabajo literario [escribe 15 cuartillas diarias], sin recibir nada de mis padres…”- le anuncia el 13 de abril de 1889. “Soy exigente y, donde entro, aspiro a llenarlo todo…”- se sincera  el 20 de abril de 1889. “Tengo ya tanto pelo blanco que la juventud se acaba…”- le cuenta en la misma misiva. Sin embargo, se describe como “robusta” en carta de 27 de abril. También es “arrulladora y mimosa” como buena gallega (7 de mayo). “…No olvido, no perdono…”- le dice el 3 de diciembre de 1889. Y en 1893, “…por llana, buenaza, franca, expansiva y sincera, me he granjeado todos mis disgustos…”.

A José María de Pereda, en carta de 9 de octubre de 1890, le dice que  tiene “el espíritu muy elástico y muy erradiador…”.

“Soy una persona muy independiente”.

(SU) BIBLIOTECA

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2020/11/21/secretos-biblioteca-pardo-bazan-ela-seus-libros/00031605984120975715614.htm?fbclid=IwAR0FR-G8Kzbk9HEHq3USo6Xg4IaH8dWN1y4rCTUg7rqDWDCaigVfIZ_YY4E.

Los casi once mil volúmenes localizados ayudan a perfilar mejor que nunca el retrato de la escritora. Aunque de esa colección hayan desaparecido, muy probablemente, numerosos volúmenes. «En 1910 xa ela dicía que tiña 12.000 ou 14.000 libros. Ata que morreu en 1921 tivo que acumular moitos máis» [ “En 1910, ella misma decía que tenía 12.000 o 14.000 libros. Hasta que murió, en 1921, tuvo que acumular muchos más”], reflexiona Xulia Santiso. ¿Qué es lo que se ha perdido? La conservadora aventura que seguramente sean las primeras ediciones, galeradas y libros suntuosos que el representante de la Biblioteca Nacional echaba en falta. “Cuando te pones a revisar la biblioteca de una persona, puedes conocerla”- sostiene Xulia.

(LA) CUESTIÓN PALPITANTE

En el prólogo a la cuarta edición (en 1891), la escritora explica que es “una exposición de teorías que aquí se habían entendido al revés…y ensayo de crítica  de esas mismas teorías sin pasión ni dogmatismo. No es una “Biblia del Naturalismo” sino “una tentativa de sincretismo”.

Publicados en forma de artículos en La Época, en 188, haciendo autocrítica, casi diez años después, la autora  dice que “la omisión más evidente es la de la novela rusa” (solo se habla de la novela francesa). En 1887, se resarcirá dando tres lecturas en el Ateneo sobre “La Revolución y la novela en Rusia”.

“Es un libro muy bien hecho, de fogosa polémica: no parece libro de señora”- dice Zola en una entrevista. “En general es excelente guía para cuantos viajen por las regiones del Naturalismo…”.

El prólogo de Clarín a la segunda edición, en 1883, recoge una serie de definiciones de lo que NO es el Naturalismo, respondiendo a las diferentes críticas de sus colegas: “…no es la imitación de lo que repugna a los sentidos, señor Campoamor”…; no es el pesimismo, diga lo que quiera el notable filósofo y crítico González Serrano…;

Y sigue, tras salvar solo a dos escritoras  españolas de entre todas las que publican (y escriben mal): Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, “Emilia Pardo Bazán…es un sabio en muchas materias y habla cinco o seis lenguas vivas. Prueba de que estudia mucho y piensa bien, son sus libros histórico-filosóficos, como, por ejemplo, la Memoria acerca de Feijoo [Estudio crítico de las obras del Padre Feijoo, en 1878], el Examen de los poemas épicos cristianos [Los poetas épicos cristianos, en 1895], el libro San Francisco [San Francisco de Asís, en 1882] y otros muchos.

De la fuerza de su ingenio hablan principalmente sus novelas Pascual López [1879] y Un viaje de novios [1881]…”. Para concluir que en La cuestión palpitante, la escritora aborda un camino  por el que “no han andado jamás nuestras literatas: el de la crítica contemporánea”.

ESCRIBIR: Recordar, observar, documentarse

“Para escribir La Tribuna, dos meses concurrí a la Fábrica mañana y tarde, oyendo conversaciones, delineando tipos, cazando al vuelo frases y modos de sentir. Me procuré periódicos locales de la época federal (que ya escaseaban); evoqué recuerdos, describí La Coruña según era en mi niñez, desde la cual ha mejorado en tercio y quinto”.

“Escribo por la mañana, a máquina, para evitar el calambre de escritor. Para trabajar necesito un poco de orden en la mesa-escritorio, un cacharrito con flores que mirar y la ilusión de que me leerán con interés”.

“…15 cuartillas diarias…”.

Su objetivo al escribir novela: “estudiar y retratar en forma artística gentes y tierras que conozco, procurando huir del estrecho provincialismo para que el libro sea algo más que pinturas de usanzas regionales y aspire al honroso dictado de novela”.

Escribir cuentos. “El cuentista ha de ceñirse al asunto; encerrar en breve espacio una acción,  drama o comedia…El primor de la factura está en la rapidez con que se narra, en lo exacto y sucinto de la descripción, en lo bien graduado del interés que, desde las primeras líneas, ha de despertarse…Lo importante es su concisión enérgica, su propiedad y valentía, el dar a cada palabra valor propio y, en un rasgo, evocar los aspectos de la realidad, o herir la sensibilidad en lo vivo…Refundir asuntos ya tratados o buscarlos en la tradición y la sabiduría popular o folklore…Su propia fantasía o los filones que le ofrecen las literaturas antiguas y modernas, escritas y orales”.

Admira a Guy de Maupassant (como autor contemporáneo de relatos) y Voltaire es uno de sus grandes favoritos (una de sus bestias negras – a decir de Eva Acosta, una experta en EPB- es Rousseau). 

FEMINISTA

“Cuando matan, a mansalva, a la mujer, ¿no debería exigírseles más estrecha cuenta…?”. De un artículo de Emilia Pardo Bazán para La Ilustración Artística en 1901, hace más de un siglo.

https://www.eldiario.es/aragon/cultura/Emilia_Pardo_Bazan-cuentista-violencia_machista-encaje_roto-feminista_0_988301682.html. Cuentos feministas.

En 1904, escribió: “El movimiento feminista es la única conquista totalmente pacífica que lleva trazas de obtener la humanidad. El mejoramiento de la condición de la mujer ofrece estas dos notas que conviene no perder nunca de vista: a) que no cuesta ni puede costar una gota de sangre; b) que coincide estrictamente su incremento con la prosperidad y grandeza de las naciones donde se desenvuelve. Ejemplo: el Japón, Rusia, Inglaterra, Suecia, Noruega, Dinamarca, Estados Unidos”.

En carta a Galdós, en 1912,  le dice: “…las puertas de una Academia…, no se abrirían, aunque llevase una mujer más carga de méritos que Santa Teresa…”.

“Instrucción, instrucción, instrucción, equidad, equidad, acceso a todo; que la mujer pueda hacer cuanto le permitan sus facultades”.

“…Iguálense las condiciones, y la libre evolución hará lo demás”.

“…Los varones, desde que pueden andar y hablar, concurren a las escuelas de instrucción primaria; luego al Instituto, a la Academia, a la Universidad, sin darse punto de reposo…Todo ventajas, y para la mujer, obstáculos todos”.

“…Debercitos; gustar, lucir en un salón. Instruccioncita: música, algo de baile, migajas de historia, nociones superficiales y truncadas. Devocioncilla: prácticas rutinarias, genuflexiones, rezos maquinales. Todo enano, raquítico… Falta el soplo de lo ideal, la línea grandiosa, la majestad, la dignidad, el brío”.

“Cuando fundé la “Biblioteca de la Mujer”, era mi objeto difundir en España las obras del alto feminismo extranjero…Aquí no hay sufragistas, ni mansas ni bravas. En vista de lo cual…he resuelto prestar amplitud a la Sección de Economía doméstica de dicha Biblioteca”. En ella se publican La esclavitud femenina, de Stuart Mill y las novelas de María de Zayas, entre otras.

INSOLACIÓN (1889), esa pequeña joya.

La novela está dedicada a José Lázaro Galdiano, “en prenda de amistad”. Algo más que amistad parece que hubo en la visita a la Exposición Universal a Barcelona de 1888…En carta a Galdós, con quien mantenía una relación- secreta- en aquel momento, le escribe: “Mi infidelidad material no data de Oporto, sino de Barcelona en los últimos días de mes de marzo, tres después de tu marcha…”. “Un error momentáneo de los sentidos…”.

El humor es una pieza clave. Un crítico acusa a doña Emilia de ser demasiado alegre, “mejor dicho, optimista”… “La simpática y frívola trama de Insolación”…- dice  Pilar Faus Sevilla. “Insolación respira alegría de vivir…”- escribe Marina Mayoral en el prólogo.

Para mí, la escritura es chispeante, traviesa, llena de alegría de vivir y disfrute de la vida. Es una obra divertida, una pequeña joya.

Pero los hombres, y escritores, de su época,  no piensan lo mismo… Clarín, por ejemplo, calificará su novela como “boutade pseudoerótica”.

“Sobran personas maldicientes y deslenguadas que interpretan y traducen siniestramente las cosas más sencillas, y de poco le sirve a una mujer pasarse la vida muy sobre aviso si se descuida una hora…”-se dice en la novela.

Otras reflexiones: “¿Por qué  no han de tener las mujeres derecho para encontrar guapos a los hombres que lo sean, y por qué ha de mirarse mal que lo manifiesten…?”.

“Es una hipocresía detestable eso de acusarlas e infamarlas a ustedes [las mujeres] con tal rigor por lo que en nosotros [los hombres] nada significa…A nosotros nos enseñan lo contrario: que es vergonzoso para el hombre no tener aventuras, y que hasta queda humillado si las rehúye…Lo mismo que a nosotros nos pone muy huecos, a ustedes las envilece”. 

La romería de San Isidro

Es el marco en que se sitúa la acción. Para el comandante Pardo, “aquello es un aquelarre, una zahúrda de Plutón…Borracheras, pendencias, navajazos, gula, libertinaje grosero, blasfemias, robos…”. Para la protagonista, “el campo de San Isidro es una serie de cerros pelados, un desierto de polvo, invadido por un tropel de gente entre la cual no se ve un solo campesino, sino soldados, mujerzuelas, chisperos, ralea apicarada y soez; y en lugar de vegetación, miles de tinglados y puestos donde se venden cachivaches…: pitos adornados con hojas de papel de plata y rosas estupendas; vírgenes pintorreadas de esmeralda, cobalto y bermellón; medallas y escapularios igualmente rabiosos; loza y cacharros; figuritas groseras de toreros y picadores; botijos de hechuras raras; monigotes y fantoches  con la cabeza de Sagasta o Castelar; ministros a dos reales; esculturas de los ratas de La Gran Vía, y al lado de la efigie del bienaventurado san Isidro, unas figuras que…”.

Para su amiga, la duquesa de Sahagún, “es de lo más entretenido y pintoresco…muy original y muy famoso…Tipos… ¿Y los columpios? ¿Y los tíos vivos? ¿Y aquella animación, aquel hormiguero de la gente…?”.

Por el contrario, las romerías gallegas “suelen celebrarse en sitios frescos, sombreados por castaños o nogales, con una fuente o riachuelo cerquita y el santuario en el monte próximo”.

LECTURAS

“Era yo de esos niños que leen cuanto cae por banda, hasta los cucuruchos de especias y los papeles de rosquillas…”.

“A la edad de catorce años se me había permitido leer de todo: historia, poesía, ciencias, novelas [ejemplares] de Cervantes y letrillas de Quevedo”.

OPINIONES (de otros)

Fernández Flórez habla de su “oceánico saber”: “Su enorme cultura me intimidaba”.

Menéndez Pelayo le reconocía su “vasta cultura”, aunque no puede “transigir con su literatura”.

Pérez de Ayala: “Doña Emilia fue un prodigio…Fue un Lope con faldas”.

Francisco Vales Villamarín, su secretario: “Todos los días, excepto los festivos, comenzaba su tarea casi con la salida del sol…”. Trabajadora incansable.

Unamuno: “una laboriosidad admirable y una curiosidad inextinguible”.

Jesús de Muruais la describe como hiperactiva, en una letrilla: “Viaja meses enteros,/ da veladas; en una hora/la vi coser tres baberos…/ ¡Cuándo hace Vd. los sombreros!/¡Cuándo escribe Vd., señora!”.

Clarín calificó su novela Insolación como “boutade pseudoerótica”.

La cuestión palpitante “no parece libro de señora” - dijo Zola.

PADRE (Su)

Cuando muere, en 1890, le escribe a Galdós; “…he perdido… el mejor de los amigos, el más leal de los consejeros y el apoyo de todos los momentos”. José Pardo Bazán, en una ocasión, le había dicho a su hija: “Mira, hija mía, los hombres somos muy egoístas, y si te dicen alguna vez que hay cosas que pueden hacer los hombres y las mujeres no, di que es mentira, porque no puede haber dos morales para dos sexos”…

“Mi padre era muy feminista y me educó en una amplia libertad de conciencia…La mayoría de los hombres…en esta cuestión de los derechos de la mujer rara vez les he encontrado a la altura de mi padre”.

RETRATO por Vicente Aleixandre, en 1920, en el balneario de Mondariz

“Un rostro grueso y caduco…, un adventicio bucle de pelo blanco; un rostro ancho y corto, con facciones muy juntas. Solo allí fina, fruncida con el último desdén, la nariz. La papada, en oleada postrera, descansaba directamente sobre el pecho. Porque no había cuello. Como si un peso enorme sobre la cabeza la hubiera hundido el tronco (…). La cabeza descansaba allí casi postizamente, como sobre una mesa. El cuerpo, en los escarpes de la decrepitud, era sostenido y rehecho por una cerrada armadura erecta, tras la que se adivinaba la masa blanda e inerme, con vagas reminiscencias de muy lejanas variedades o especies de la escala vital”.

Murió un año después,  el 12 de mayo de 1921, a los 69 años.

VIAJERA

Emilia Pardo Bazán viaja por Francia e Inglaterra entre 1871 y 1872 tras casarse con su marido. Pero su vocación europeísta nace antes, en 1869, cuando viaja con su padre por Europa.

En 1876 se publica su primera obra, Oda a Feijoo, para los Juegos Florales de Orense.

Hay que conocer nuestro país antes que visitar el extranjero”. Ella empieza por Galicia, su tierra: la playa de Riazor, la romería de Betanzos, …De mi tierra, La Coruña, ve la luz en 1888.

Emilia siempre viaja acompañada: hijos, amistades…En Orense visita la casa donde nació su admirado Padre Feijoo. En Pontevedra elige la iglesia La Divina Peregrina “por graciosa”, y visita Mondariz, el balneario de moda, lleno de agüistas (como se llamaba en el siglo XIX  a las personas que iban a los balnearios).

En Madrid, le encantan las horchaterías, un remanso de paz frente a los ruidosos cafés. De Toledo, los rincones y callejas. En una visita al Norte, se para en Guadalajara para ver sus tres joyas: el Palacio del Infantado, el asilo de huérfanos creado por el marqués de Novaliche, y el castillo de los Mendoza.

De Segovia destaca el acueducto, una gran obra de ingeniería. En Valladolid, lo primero que visita es el Museo Provincial y su escultura en madera.

“La tierra vasca debería llamarse la esmeralda de Iberia”. En Azpeitia, fin de su ruta San Sebastián-Zarauz-Cestona-Azpeitia, visita el santuario de San Ignacio de Loyola.

En Santander, el visitante debe ver la catedral, la biblioteca de Menéndez Pelayo, la estación de biología marítima, el Sardinero y la casa de Galdós, San Quintín.

En Santillana se hospeda en la casa de los Marqueses de Mena. Visita las cuevas de Altamira acompañada del Marqués de Robledo, Rodrigo Amador de los Ríos, sus hijos y varios aldeanos.

Comillas, Torrelavega, San Felices y la Torre de Pero Niño, el I Conde de Buelna, Puente Viesgo con su balneario y árboles centenarios, Ontaneda con el suyo, y el lema: “Esta agua todo lo cura menos pobreza y locura”. El palacio de Soñanes en Villacarriedo

En 1896 publica Por la España pintoresca. “Lo que este país necesita para aumentar el número de viajeros es lo siguiente: una reforma radical en el aspecto turístico, hay que hacer buenas hospederías con habitaciones amplias, limpias y confortables, hay que suprimir la decoración anticuada y darles un aire nuevo. Esta modernización crearía afición a los viajes, yo calculo que aumentaría un cincuenta por ciento, a más visitantes más ingresos, y por supuesto que amortizarían todas las inversiones hechas, pero tal como están las cosas sólo viajamos unos cuantos entusiastas, que la gente nos toma por “extravagantes”; extravagantes no creo que seamos, pero tengo que reconocer que le echamos mucho valor a la vida para salir por esos caminos de Dios como yo hago”. 


SABER MÁS

EMILIA PARDO BAZÁN Y LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

En 1907, en el artículo “La mujer española” para la revista Blanco y Negro, escribió: “La enfermedad que arrebata a tantas españolas es la navaja…”.

Antes, en 1901, en La Ilustración Artística, había expresado: “El mujericidio [hoy hablamos de feminicidios] siempre debiera reprobarse más que el homicidio. ¿No son los hombres nuestros amos, nuestros protectores, los fuertes, los poderosos? El abuso de poder, ¿no es circunstancia agravante? Cuando matan, a mansalva, a la mujer, ¿no debería exigírseles más estrecha cuenta? Y, sin embargo, los anales de la criminalidad abundan en mujericidios, impunes muchas veces, por razones especiosas, mejor dicho, por sofismas que sirven para alentar el crimen. Así como el cura de Castillo de Locubín [Jaén] creía que por ser sacerdote no iría al patíbulo, el hombre, en general, cree vagamente que, por ser hombre, tiene derecho de vida y muerte sobre la mujer. Los resultados de esta recurrencia los vemos diariamente. ¿Hasta cuándo durará esta racha de pasión tan útil para los cuchilleros y los armeros que venden revólveres baratos…?”.

Por las mismas fechas (1907), el escritor, abogado y periodista Pascual Santacruz, escribía en La España moderna, el artículo titulado “El siglo de los marimachos”, donde decía: “…me revientan las heroínas, las vengadoras, las eruditas de acarreo, las doctoras en amor y pensamiento libres; en una palabra, todas las que se salen del tiesto…”. Antes, había sentenciado: “La creación del marimacho es el ideal que persigue el feminismo radical”…

Bazán en La mujer española (1907), habla de esta (la mujer española), dedicada al “hogar o la disipación”, como únicos campos, frente a la cantidad de modelos diferentes de mujer en el extranjero: “la sportwoman, la neurótica intelectual, la pensadora, la mujer de ciencia que comparte las faenas de su marido [Marie Curie, premio Nobel en 1903 con su marido], la artista, la luchadora,…la mística exaltada…y la filántropa bienhechora”.

Pardo Bazán, en 1890, había escrito una carta a la británica Grabriela Cunninghame Graham, del Consejo de la Liga  a favor de los Derechos de la Mujer (para disculparse por no poder ir debido al luto por su padre), en la que le exhorta: “seamos fuertes contra la fuerza brutal, contra la ciega rutina, contra la injusticia doméstica, contra el ofensivo galanteo y contra la insípida burla”.

Más tarde, en 1915, en plena IGM, escribe: “Todo español cree tener sobre la mujer derecho de vida o muerte. Lo mismo da que se trate de su novia, de su amante, de su esposa. Los celos disculpan los más atroces atentados, las venganzas más cruentas…”. 


LEER MÁS

https://ficcionesdeloreal.blogspot.com/2020/10/dos-dias-en-coruna-visita-la-casa-museo.html. Visita  a la Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán en A Coruña.

José Ángel Mañas (autor de Historias del Kronen) publica en la editorial Bala Perdida, Una conversación con Emilia Pardo Bazán, ilustrada por Coro Escribano.







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