jueves, 15 de abril de 2021

PUNTOS DE VISTA DE UNA MUJER. Artículos de Carmen Laforet para la revista Destino, 1948-1953

 

Inés Martín Rodrigo lo dice muy claro en el Prólogo: “…reducir la importancia de su obra a una sola novela es no haber entendido “Nada”…

Los artículos, un mapa íntimo hacia Carmen Laforet

En la introducción, de Ana Cabello y Blanca Ripoll, estas apuntan: “La obra periodística de Carmen Laforet merece ser objeto de un trabajo de localización y estudio para su posterior publicación como un corpus definido y fijado”. Esto es solo una parte, los artículos publicados en la revista Destino entre 1948 y 1953…

No son lo que parecen…

El primero es de noviembre de 1948 (13 de noviembre) y lleva el título La fiesta de la moda. Pero que nadie se lleve a engaño…La moda, como tal, ocupa poco espacio: un desfile de modelos en los salones del modisto Marbel con la presencia de la señora Schiaparelli, venida de París. El tema le sirve de pretexto…: “En realidad, esta fiesta de exaltación femenina era un fiesta en honor de los señores…Las mujeres, y no solo las modelos…, estábamos todas en el escenario para ellos. Ellos, los hombres, los únicos espectadores. Por algo es creación suya este aspecto nuestro, el de la frivolidad…”.

El artículo comienza: “Yo quisiera escribir para mujeres sobre temas nuestros, de mujeres…”. Pero aclara…: “no voy a hacer un apartado de recetas culinarias, de charlas de puericultura o sobre la mejor manera de fruncir una cortina…”. Y pone una disculpa justificada…: … “es tarea para la que yo no me siento capacitada, quizá porque cuando escribo me gusta descansar de ella”…Las rutinas caseras y domésticas, “cosas todas que deben interesarnos a las mujeres forzosamente”…-concede, como de cara a la galería…

Y continúa: “…hablar para mujeres que, al tomar la revista entre sus manos, quisieran descansar también, charlando un poco con una amiga…, para aliviar la tensión del vivir diario…”. Los hombres tienen la tertulia del café y el casino… “En cambio, se mira con desconfianza cualquier club femenino, cualquier lugar en que con cierta regularidad las mujeres puedan reunirse para hablar libremente…”. Se puede decir más alto,  pero no más claro…

El mundo del Gineceo está en sus artículos (Escribir desde y sobre el Gineceo)

En 1966, le escribe a Ramón J. Sender: “Quisiera  escribir una novela sobre un mundo que no se conoce más que por fuera, porque no ha encontrado su lenguaje…El mundo del Gineceo…Es el mundo que domina secretamente la vida”…

“…Instintivamente la mujer se adapta y organiza unas leyes inflexibles, hipócritas en muchas situaciones, para un dominio terrible…Las pobres escritoras no hemos contado nunca le verdad, aunque queramos…Lo verdaderamente femenino en la situación humana las mujeres no lo hemos dicho, y cuando lo hemos intentado ha sido con lenguaje prestado, que resultaba falso por muy sinceras que quisiéramos ser”.

Hablar como mujer y contar lo que les sucede con los problemas de su libertad. La primera novelista española que escribe como mujer

Sender le responde que ella lo está haciendo muy bien. “Es usted, en nuestra ya larga historia literaria, la primera que habla como mujer…”- le ratifica.

A pesar de que reconociera a Elena Fortún que los escribe con desgana, porque necesita el dinero… (“Yo escribo artículos -que no me gusta hacer [“que escribo sin ganas y a la fuerza, y en el último minuto”] -para ganar dinero [“porque me hace falta el dinero”]…”.

Este es su día a día, contado a EF, por esa época:…“En aquella temporada [1950] escribía yo de cinco a ocho [de la mañana], y a esa hora preparaba el desayuno de todos; y luego arreglaba la casa, iba al mercado, volvía cargada…”, y subía la escalera con la bolsa de la compra a la espalda, embarazada de 7 meses, cinco pisos… Y, en tercera persona, le relata -como hablando de otra: “…hace una vida casi monástica; trabaja, lee, se ocupa de sus hijos, no frecuenta la sociedad en absoluto y quiere con mucha ternura a su marido”…).

En La mujer sola, publicado el 18 de diciembre de 1948, explica: “Goethe, como la gran mayoría de los pensadores masculinos, no concibe que este ser [la mujer], que sacrifica una parte tan grande de su tiempo y su desvelo por amor al hombre, tenga aún tiempo y deseos de compartir sus ideas, preocupaciones y cariño con seres de su mismo sexo…”. Carmen, por el contrario, ve la soledad de la mujer como “un gran deseo de expansión en potencia”.

…”¿Por qué las mujeres estaremos siempre condenadas a llevar la realidad a cuestas, a no poder soñar nunca a nuestro gusto…? – se pregunta en “El viaje”.

La mirada impresionista de Laforet (término de Rosa Navarro)

“Yo…, como casi todas las mujeres, voy ligando mis pensamientos sobre las cosas a mis experiencias personales…”.

En Los libros y los niños (publicado el 8 de enero de 1949), al hilo de su vagabundeo por las calles la víspera de Reyes y el encuentro con un grupo de niños,  habla de los libros de su niñez: … “los eternos amigos: La Cenicienta, Blancanieves…Veo gestos de mi madre y sus manos maravillosas volviendo las hojas de un libro de Fabre [Jean-Henri, el entomólogo]…, encantada ante la lectura de las memorias científicas del gran naturalista…libros que  casualmente caían en mis manos…Cosas heterogéneas…de las que recibí una primera emoción literaria que jamás se me ha borrado”.

Al encontrarse la ciudad llena de mimosas un febrero de 1949, “he tenido una sensación de felicidad plena”. Le lleva a recordar otro invierno, templado y suave, en su correría por el pueblo, vacío y hermoso, con las mimosas floridas sobre el oscuro azul del mar. Y de esas sensaciones, pasa a comentar el libro recién publicado de la condesa de Campo Alange, La secreta guerra de los sexos, para terminar con Proust, “el más genial autor de una obra femenina”…- conforme a la catalogación de femenino para “el tejer y destejer de las propias sensaciones”.

Artículos urbanos. La realidad cotidiana y compartida

Jalones de su personalidad

Sabemos muchas cosas de ella, a través de sus artículos: unas, dichas expresamente, y otras, intuidas.

El verano de los catorce años, “el verano más densamente empapado de literatura…, el verano más verano de nuestra existencia…de nubes lentas, de sabor a fruta…”, leyendo la poesía de Rubén [Darío], “tumbados bajo la sombra de una higuera…”.

En “Con Galdós en las Canarias”, se refiere  al día en que fugadas de las clases del  instituto, ella y otras dos o tres compañeras de estudios suben al campanario de la catedral de Las Palmas (algo que ella, de chiquilla, ya ha hecho varias veces).

Habla de su manía de escribir…, y de romper los papeles a medida que los escribía.

De su primer carnaval en Las Palmas, en el paseo de coches, en la calle de Triana, sentada en el pliegue de la capota del automóvil, vestida de china, con cinco o seis años.

Quitarse importancia

Ante un lector que le reprocha que no hable “de un solo defecto femenino”, Carmen le responde que no ha seguido ninguna táctica al publicar sus artículos semanales: los escribe tal como se le van ocurriendo. “En ellos hablo, como habla todo el mundo, de las nubes o de las horas, de los libros que voy leyendo y de personas que conozco o que me invento, con el único y poco ambicioso fin de entretener un rato a quien me lea”.

Los paseos

Canarias

“Yo he vivido con Galdós en Canarias…”- comienza uno de sus artículos, el 15 de enero de 1949. Más adelante, lo aclara: “He pasado mi infancia respirando el mismo aire salino y soleado que él en su infancia respiraba…Y aunque en la casa en que nació don Benito no he entrado nunca, casi puedo decir sin miedo a equivocarme que es como tantas casas canarias que conozco: alegre y tibia, con su gran patio central con macetones de palmeras, o con una vieja palmera auténtica…

Yo he pasado atardeceres inolvidables, hermosos, en la finca de la familia Pérez Galdós, al pie del cráter apagado de la Caldera de Bandama. En esta casa de campo, acogedora y antigua, he visto multitud de recuerdos del novelista guardados como reliquias: líneas escritas de su mano, dibujos a pluma hechos en su juventud…”.

SABER MÁS

https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2021/01/carmen-laforet-otra-chica-rara.html. Carmen Laforet: otra chica “rara”.


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