jueves, 28 de julio de 2016

LA RESIDENCIA DE SEÑORITAS, LA VERSIÓN FEMENINA DE LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES


Todo el mundo ha oído hablar de la Residencia de Estudiantes y de sus huéspedes ilustres: Lorca, Dalí, Buñuel… Pero su parte femenina (con el nombre de Residencia de Señoritas, 1915-1936) es menos conocida, a pesar de que muchas de sus residentes  formaron parte de la alta cultura y  la vanguardia española de antes de la Guerra Civil.
En la Memoria de la JAE (Junta de Ampliación de Estudios) correspondiente al Curso 1914-1915, se dice respecto al “Grupo de Señoritas”: “Al tiempo de cerrar esta Memoria no cuenta sino tres meses de vida”. A continuación, se detalla quiénes pueden formar parte de dicho Grupo: “Está destinado a las muchachas que sigan sus estudios o preparen su ingreso en las Facultades universitarias, Escuela Superior del Magisterio, Conservatorio Nacional de Música, Escuela Normal, Escuela del hogar u otros centros de enseñanza, y a las que privadamente se dediquen al estudio en bibliotecas, laboratorios, archivos, clínicas, etc. Quiere ofrecerles un hogar semejante al que tienen los estudiantes en el grupo universitario”.



Nombres de alumnas que aparecen en las Memorias de la JAE

Cada curso, desde 1914-1915 (en 1915 se crea la Residencia de Señoritas), hasta el curso 1932-1933, dentro del apartado “Residencia de Estudiantes”, hay un subapartado dedicado al entonces llamado “Grupo de Señoritas”.

Aunque aparece el número de alumnas y su división por carreras, no hay un listado de alumnas como tal. Solo se citan con sus nombres las becarias.

Por ejemplo, en el curso 1914-1915 (30 alumnas), se constata: “Disfrutan una pequeña fracción de beca… las señoritas Eloísa Castellví y Juana Moreno”.

El curso 1916-1917 (65 alumnas), aparecen como becarias: Francisca López Fierro, Concepción Barrero, Juana Moreno, María Sánchez Arbós, Juliana Izquierdo, Matilde Huici, Concepción Tarazaga y Victoria Ken (Kent). Francisca Bohigas, Dolores Guzmán, Isabel Álvarez, Enriqueta Martín y María Suárez Coronas.

En 1918-1919 (87 alumnas), disfrutan de beca: Francisca Bohigas, Matilde Huici, María Sánchez Arbós, Dolores Guzmán, Enriqueta Martín, Isabel Álvarez, María Suárez Coronas, Victoria Kent, Josefa Herrera, María del Carmen Huder, Juana Moreno, Elisa López Velasco, Marta Cejudo. Antonia Martín y Guillermina López.  María Carrascosa, Marta Cejudo, Cándida Cadenas, Aurea Elorza, Rosario Vila, Paula Martín, Josefa Castán, Pilar de Elorza, Carmen Ruiz y Margarita Mayo. A partir de este curso se detallan, con números concretos, las elecciones de las alumnas: “Universidad, 18; Escuela Superior de Magisterio, 18; preparación para esta Escuela, 16; Escuela Normal, 2; estudios de Bachillerato, 4; Música, 2; preparación para oposiciones, 4; estudios de cultura general, 9; alumnas extranjeras estudiando español, 14”.

En el curso 1920-1921 (89 alumnas), obtienen beca: Josefa Ballesta (“solamente un mes”), Carmen Huder y Cordelia Merrian (“esta última como beca concedida en correspondencia de las que otorgan a españolas algunos colegios norteamericanos”).

En el curso 1921-1922 (130 alumnas, gracias a que añaden 2 casas más a las 4 de la calle Fortuny), disfrutan beca: Dolores Claver, Amparo Donderis, Pilar Fernández Vega, Mª Teresa García Andoin (“solo un mes”), Teresa Rodríguez (“solo un mes”), Carmen Huder, Pura Merino, Matutina Rodríguez, Pura García Arias, Antonia González (“dos meses”), Francisca Ortiz, María Barrio, Dolores Sandiel y miss Peirce.

El curso 1922-1923 son 129 alumnas. Reciben beca: María Barrio, Jacinta García, Francisca Ortiz, Dolores Saudiel, Pilar Fernández Núñez, Asunción Medina, Matutina Rodríguez, Luisa Mellado, Luz Navarro, Petronila González, Purificación Merino y Pilar Lamarque.

En 1923-1924 hubo un total de 126 alumnas. Obtienen beca: Eloísa Carrasco, Pilar Fernández Núñez, Florencia Luis, Pilar Lamarque, Asunción Medina, Carmen Nieto, Luisa Mellado, Luz Navarro, Elena Royo y Petronila González.

En 1924-1925 fueron 170 alumnas. Consiguieron beca: África Ramírez, Pepita Pascual, Felisa Martín, Jimena Quirós, María Gudín, Carmen Nieto, María Suárez, Antonia Tomás, Amparo Malonda y Elisa Rodríguez.

El curso 1925-1926 hubo 175 alumnas. Las becas fueron a parar a: África Ramírez, Irene Roji, María Suárez, Amparo Pérez, Matilde Pérez, Ángeles Malonda, Elisa Rodríguez, Carmen Huder y Felisa Martín.

En el curso 1926-1927 son 177 alumnas. Becarias: Soledad Petit, María Salvador, Mercedes Loperena, Inés García escalera, Olimpia Valencia, Irene Roji, María Sanz, Felisa Martínez, Carmen Alvarado y Ramona Torremocha.

En el siguiente curso (1927-1928) se suprimirían todas las becas “por no tener la Junta consignación para este servicio… causando con esto un evidente perjuicio a aquellas alumnas inteligentes que, careciendo de recursos, recibían por este medio un auxilio económico”.

En la memoria de los cursos 1922-1923, 1923-1924 se había explicitado que las becas las concedía la Junta, a propuesta de la Directora [María de Maeztu], “a aquellas señoritas que, no pudiendo costear sus estudios, se distinguen por su aptitud y aprovechamiento”. Cubren, más o menos, la mitad de la mensualidad en la Residencia y las “beneficiadas” tienen que colaborar en alguna tarea (biblioteca, dando clase…). En teoría, solo puede disfrutarse de ellas dos cursos completos, pero algunas alumnas las disfrutan más tiempo: por ejemplo, Carmen Huder (1918, 1919, 1920, 1921, 1925), María Sánchez Arbós (1916, 1917, 1918, 1919), o María Suárez Coronas (1917, 1918, 1919, 1924, 1925).

Algunas  otras residentes encontradas en artículos aquí y allá…

RESIDENTES DE CANTABRIA

Mª Elvira Brera Oria (inspectora de enseñanza primaria en 1960) Francisca González Rivero (maestra nacional, natural de Los Corrales, afiliada a la UGT en 1936 y residente en Albacete, + 42 años), Luciana Jorge Ochoa (de Ribamontán al Mar) y Antonia González y González, maestra, residente durante el curso 1921-1922.

En una relación de estudiantes del último curso (1935-1936), en el libro de Isabel Pérez Villanueva (La Residencia de Estudiantes 1910-1936. Grupo Universitario y Residencia de Señoritas), aparecen los nombres de:

Adela Alonso Obeso, de Reinosa; Carmen García Amo, de Santander [licenciada en Químicas en Santiago en 1927, estudia Bachillerato en el Instituto de Santander. Nace en Torrecilla de la Orden, Valladolid, en 1905]; Carmen García Díaz, de Reinosa; Mª Luisa Herreros García, de Torrelavega [médica colegiada en 1948 con el nº 797]; Celia Marín, de Santander, y Mª Luisa Ruiz de Villa, de Torrelavega: 2 de Santander, 2 de Torrelavega y 2 de Reinosa.




RESIDENTES GALLEGAS

Isabel Barreiro Fernández, Concepción Fernández López, Piedad Fernández López, Carmen Pardo Losada, Ángeles Alvariño González, Marina Peña-Rey Bouzas, Celsa Pérez Moreiras, Paz Parada Pumar, Ángeles Pardo Celada, Olimpia Valencia López, Blanca Dopico, Raquel Lesteiro López, Rosa Solórzano Gutiérrez, Carmen Bugallo Orozco, Sofía Novoa Ortiz, Maruja Mallo (seudónimo de Ana Mª Gómez González), Rita Fernández Queimadelos, Mª Luz Morales Godoy y Mª Antonina Sanjurjo Aranaz.
http://www.culturagalega.org/album/detalle.php?id=1023. Mujeres gallegas en la Residencia de Señoritas (33). (En gallego).


SABER MÁS

http://edaddeplata.org/tierrafirme_jae/memoriasJAE/index.html. Memorias de la JAE. Buscar apartado “Grupo de Señoritas”.







miércoles, 20 de julio de 2016

ROBERTO BOLAÑO, TRECE AÑOS DESPUÉS


Como no he leído nunca antes algo de Bolaño, me acojo a la máxima de Miguel Delibes de “empezar [un nuevo autor] por lo más corto que encuentre” y cojo de la biblioteca Entre paréntesis, ensayos, artículos y discursos escritos entre 1998, año de la publicación de Los detectives salvajes (Premio Herralde de Novela), el inicio de su reconocimiento público, y 2003, año de su muerte, a los 50 años. Presentados por su amigo Ignacio Echevarría.

En el “Autorretrato” que abre el libro, escrito en 1999 con motivo de la concesión del premio Rómulo Gallegos, termina: “Soy mucho más feliz leyendo que escribiendo”. En su última entrevista, en 2003, confiesa: “Me hubiera gustado ser detective de homicidios mucho más que ser escritor”.

Algunos datos sacados de su última entrevista con Mónica Maristain

Fue vigilante nocturno en un camping cerca de Barcelona, trabajó en una tienda “allá por el año 84”.

Le hubiera gustado parecerse (como personaje literario) a Sherlock Holmes, al capitán Nemo, a Julien Sorel, al príncipe Mishkin, a Alicia…

Se imagina el paraíso como Venecia y el infierno como Ciudad Juárez.

Le divierte ver jugar a su hija Alexandra [entonces de dos años], “desayunar en un bar al lado del mar… La literatura de Borges. La literatura de Bioy. La literatura de Bustos Domecq. Hacer el amor”.

Si creyera en la existencia del más allá, se matricularía “de inmediato en algún curso que estuviera dando Pascal”.

“Todo lo que he escrito es una carta de amor o de despedida a mi propia generación”, la nacida en 1953.

Acerca de “Los detectives salvajes”


En el Autorretrato, donde explica con una frase algunas de sus novelas, dice de ésta: “Hablo de la aventura, que siempre es inesperada”. Y en un columna posterior, explica algo más: “una lectura (…) en la estela del Huckleberry Finn de Mark Twain.(…) intenta reflejar una cierta derrota generacional y también la felicidad de una generación”.

Sus juicios

Bolaño no tiene pelos en la lengua. No sabe de ser “diplomático” o “políticamente correcto”. Y tiene opiniones propias, no “canónicas”.

“Una escritora es Silvina Ocampo. Una escribidora es Marcela Serrano…”.

Consejos (12) sobre el arte de escribir cuentos

Forman parte del prólogo a una recopilación. “Un cuentista debe ser valiente”- dice el número 6. “Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo y a Monterroso… a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y Umbral”. Y lo repite: “A Cela y a Umbral, ni en pintura”.
Otros que deben ser leídos: Jules Renard y Marcel Schwob, Alfonso Reyes. “La verdad de la verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra”.
“Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, de Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney… La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila Matas, y Mientras ellas duermen, de Javier Marías”. Y concluye: “Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver; uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo”.

Su novela inconclusa 2066, de nuevo al teatro


La última vez ha sido en el festival de Avignon, el pasado julio: una adaptación de 12 horas, propuesta de Julien Gosselin. Antes, en 2007, Alex Rigola en el teatro Lliure, de Barcelona. O el estadounidense Robert Falls, en Chicago, a principios de 2016.

SABER MÁS



jueves, 14 de julio de 2016

LAS SINSOMBRERO TAMBIÉN PERTENECIERON A LA GENERACIÓN DEL 27


Eran de la generación de Lorca y Dalí: aparecen con ellos en las fotos…, pero muchas veces no se las nombra en los pies. Fueron sus compañeras, sus iguales…, pero al reivindicarlas no se las reivindicó de la misma forma. Son las mujeres olvidadas.

“Un día [década de 1920] se nos ocurrió a Federico, a Dalí, a Margarita Manso, que era estudianta de Bellas Artes, y a mí [Maruja Mallo] quitarnos el sombrero, porque decíamos: parece que estamos congestionando las ideas; y, atravesando la Puerta del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo…”. Con esta cita de Maruja Mallo, abre la introducción Tània Balló (Barcelona, 1977) a Las sinsombrero, un proyecto de libro tras 7 años investigando para el documental del mismo nombre.

Estas mujeres también pertenecieron a la Generación del 27: fueron artistas, escritoras, intelectuales… Nacieron entre 1898 (Rosa Chacel, Concha Méndez) y 1911 (Ángeles Santos). Empezaron a mostrar públicamente su obra en los últimos años de la década de 1920. Sus lugares de encuentro fueron la Residencia de Estudiantes,  el Lyceum Club Femenino… Querían “intervenir activamente en los problemas culturales y sociales” del país.

Sus “amigos de entonces” -como escribe Josefina de la Torre en un poema- tampoco las reivindicaron (“…cubierta de ceniza,/borrada con olvido./¿Dónde estabais…?/ Enrique, Pedro, Juan,/ Emilio, Federico…,/ Manuel, Gustavo…/Luis, Jorge, Rafael…/ignoro…/si llegará el día/ en que vuelva a sentirme descubierta”).

Una experiencia personal

Rebusco en mis libros de BUP y COU (año 1978), confeccionados tras la muerte de Franco. No recordaba “chicas” en la Generación del 27, pero igual se me habían pasado… ¡Nada! Solo hombres.

Tampoco leo nombres de mujeres en el manual que usé en Educación de Adultos, en 1987: Lorca, Alberti, Aleixandre, Miguel Hernández, Guillén, Salinas, Gerardo Diego…

Le pregunto a mi sobrino, que termina la ESO este 2016, casi 30 años después: ¿Qué nombres estudiáis ahora en la Generación del 27…? Son: Lorca, Alberti, Salinas, Aleixandre, G. Diego, Guillén, Dámaso Alonso y Cernuda.

A pesar del documental (emitido en La 2 en octubre de 2015) y las noticias de “Las sinsombrero”, aún no se han reformado los libros de texto y, al menos, desde 1978,  se siguen recitando los mismos nombres… masculinos. Ni Concha Méndez, que nació en 1898, el mismo año que Federico García Lorca, Vicente Aleixandre o Dámaso Alonso… Que publica Inquietudes, en 1926, Surtidor, en 1928 y Canciones de mar y tierra, en 1930… Ni Ernestina de Champourcín. Ni Josefina de la Torre. Las mujeres poetas de la Generación del 27.

SABER MÁS. PONERSE AL DÍA

http://blog.rtve.es/lassinsombrero/webtecnolog%C3%ADa/page/3/. Blog de RTVE: “…En Las sinsombrero: … os hemos presentado a:
CARMEN CONDE, que quiso ser, y fue, poetisa y no poeta, escritora y no escritor; MARÍA DE MAEZTU, pedagoga, escritora y feminista; FEDERICA MONTSENY, política, sindicalista anarquista y escritora; SOFÍA CASANOVA, escritora, periodista y corresponsal; MARÍA TELO, abogada y feminista; MARÍA DE LA O LEJÁRRAGA, escritora, pedagoga y política; MARÍA TERESA TORAL, científica, artista y activista; HILDEGART RODRÍGUEZ, escritora, sexóloga y política; MAGDA DONATO, pseudónimo de Carmen Eva Nelken, periodista, escritora, actriz y dramaturga; MARINA VEGA, espía y activista política; VICTORIA KENT, abogada y política; MARI PEPA COLOMER, piloto; AMPARO POCH, médico, pedagoga, divulgadora y política; TRINIDAD GALLEGO, matrona, enfermera y militante; ZENOBIA CAMPRUBÍ, escritora, traductora y feminista; ELISA SÁNCHEZ LORIGA y MARCELA GRACIA, maestras; MARÍA LAFFITTE, condesa de Campo Alange, escritora y crítica de arte; MATILDE LANDA, militante y dirigente comunista; MARGARITA NELKEN, Escritora, crítica de arte y política; LILÍ ALVAREZ, deportista, escritora y periodista; MARGARITA XIRGU, actriz y directora teatral; NEUS CATALÀ, enfermera y militante; MARÍA BLANCHARD, pintora; MARÍA LUZ MORALES, periodista y escritora; ENRIQUETA OTERO, maestra y militante; MATILDE HUICI, maestra, abogada, pedagoga y política; ELENA FORTÚN, pseudónimo de Encarnación Aragoneses de Urquijo, escritora; MATILDE UCELAY, arquitecta; CECILIA GARCÍA GUILARTE, escritora, periodista y militante; MARISA ROËSSET, pintora; ISABEL OYARZÁBAL, escritora, periodista, traductora, política y diplomática; MARÍA MOLINER, bibliotecaria, filóloga y lexicógrafa; ÁFRICA DE LAS HERAS, espía del KGB; CONCHA ALBORNOZ, intelectual; CARMEN LAFORET, escritora; CLARA CAMPOAMOR, abogada y política; JOSEFINA CARABIAS, periodista y escritora; MARÍA SORIANO, psicóloga y pedagoga; LUCÍA SÁNCHEZ SAORNIL, poeta y anarcosindicalista; MARGARITA MANSO,…
Todas ellas españolas, todas ellas con unas vidas y logros increíbles”.




lunes, 4 de julio de 2016

CARTAS A CELA DESDE EL EXILIO

En el día en que se inaugura en la Biblioteca Nacional de Madrid una exposición (“CJC 2016. El centenario de un Nobel. Un libro y toda la soledad”)  sobre el autor de La familia de Pascual Duarte -a través de más de 600 objetos- es un buen momento para añadir algunas notas -quizá menos conocidas…


La colección de cartas, publicadas en 2009, con prólogo de Eduardo Chamorro (389 seleccionadas de las más de 90.000 custodiadas en su Fundación), se inicia con una de María Zambrano, escrita desde Robledo de Chavela el 29 de agosto de 1935. Entonces, Cela (n. 1916) tenía 19 años. María (n. 1904), 31. “¿Qué ha sido de su vida? ¿Qué lee? ¿Qué escribe? ¿Qué piensa? Me imagino seguirá adentrándose por el camino de sus últimos poemas…”.  “Versos nerudianos”, como le comenta Cela en carta a Max Aub años después.


[Son los que luego agrupa bajo el título Pisando la dudosa luz del día (1945), dedicado “a los muchachos que escriben versos a los veinte años”, “mi único y último libro de versos…”. Un “puñado de versos anacrónicos, crueles, estremecidos y sombríos” –los describe en el prólogo Leopoldo Panero. En la dedicatoria de la edición de 1960, CJC, 44 años, se confiesa: “Al hombre…le prostituyen los años, la convivencia y la amarga lucha por la vida”].

La siguiente misiva, llega desde París -ya desde el exilio-, en octubre de 1946: “… ¡cuántos años! Y cuántas cosas! Entre otras, sus novelas, de las que solo he podido conocer una; la editada en Buenos Aires, magníficamente escrita…”.

Cela le recuerda en carta de 1960: “¿Se acuerda de cuando iba, adolescente y delgadito, a las dominicales reuniones en su casa de la plaza del conde de Barajas [cerca de la plaza Mayor]… Yo era cliente de Carlos Díez [médico, marido de Araceli Zambrano], que fue el que me llevó a su tertulia…?”. Luego, le pide su colaboración para la revista Papeles de Son Armadans, fundada y dirigida por él desde 1956. El nombre hace alusión al barrio de Mallorca en el que Cela pasa dos años. http://www.papelesdesonarmadans.com/. “…Falta su nombre; envíeme algo, lo que quiera. No pago las colaboraciones…pero regalo, a cambio, un juego de separatas encuadernadas y cuidadas”.

María, desde Roma, le contesta largamente: “No venía a mi casa solamente aquellos domingos; otras tardes venía usted solo, con sus cuadernos, con sus cuartillas de prosas líricas…era usted de pocas palabras…Me vino a ver la primera vez al Ministerio de Estado…Junta de Relaciones Culturales…”. Luego le habla de los libros suyos que ha leído, y de los que le quedan por leer: “Leí La familia de Pascual Duarte en La Habana, a poco de ser publicada [1942];…me sorprendió…ese descendimiento a los infiernos de la vida española” (En 1969, le comenta sobre dicho libro: “Rezuma, llanto y sangre”. Cela le explica que su propósito era “avergonzar a los españoles;…hacerles ver que cuando la historia se escribe en los prostíbulos y cazándose a tiros por las calles, sale con los renglones torcidos”). “Acabo de leer Judíos, moros y cristianos…He leído gran parte de La rosa…El libro de la Alcarria no lo conozco, ni Pabellón de reposo…”. En cuanto a la revista, le comenta que la conoce. “Desde luego que le enviaré a usted algo…”.


Cela le hará llegar Viaje a la Alcarria, Mrs. Caldwell, Historia de España, Primer viaje andaluz y Cuaderno del Guadarrama.

En cartas posteriores, la filósofa le dirá: “Me ha conmovido [el Viaje a la Alcarria]. También la habla de su ilusión por publicar en la revista, “por lo bella y bien cuidada, por lo desinteresada e interesante”. Solo le pide  que sean respetados los espacios dobles entre algunos párrafos “según va” en el texto enviado.

Cela fue “muchos celas”

“Aquel mozo flaquito de entonces, hoy académico [desde 1957] barrigón…”- se describe en carta de 4 de noviembre de 1961. “Ya no soy el adolescente pálido y delgadito que iba a la plaza del Conde de Barajas con sus tímidos poemas bajo el brazo…”- le reitera en 1962.

“En marzo me voy a Norteamérica, donde permaneceré alrededor de tres meses. En la Universidad de Syracuse, Nueva York, me han conferido un doctorado honoris causa…”- le comunica Cela en 1964.

“¿Qué te sucede?...No me cabe en la cabeza que no me contestes…”- le escribe María desde Francia el 28 de abril de 1965. Un año después, responde Cela: “Nada me sucede…como no sea que tengo mucho más trabajo – y muchas más molestias- de lo necesario”.

En 1966, Cela le pide para Alfaguara [fundada en 1964], “la editorial de mis hermanos”, la novela suya de la que le ha hablado, “si está inédita”. También los libros que Pablo Neruda le había dedicado y que quedaron en su casa de Conde de Barajas cuando marchó al exilio (Cela era un coleccionista de “autógrafos” desde los tiempos más tempranos).

En 1973, María le felicita por haber rehusado [en protesta por el golpe de Estado del general Pinochet] “el honor”, el doctorado honoris causa, que le traen de Chile “en el momento ese en que te lo trajeron”.

En Cela, mi padre (1989), su hijo termina el epílogo, diciendo: …“Camilo José Cela, mi padre, es, sin lugar a dudas, uno de los personajes mejor logrados de toda su larga y fecunda carrera literaria”. “Los escritores hacen literatura incluso cuando están escribiendo una autobiografía”- dice en otra ocasión Cela Conde.

En Cela, piel adentro (Destino, 2016), escrito diecisiete años después, aparecen porciones – filtradas por su hijo- de las casi mil cartas que Camilo escribiera a Charo, su mujer, a lo largo de su vida – mostrando al escritor y a la persona (y no tanto al personaje).

“A veces soy un sentimental bastante ridículo” -le escribe a su mujer en febrero de 1947 a propósito de su visita a la casa de su infancia en Iria Flavia y al cementerio de Adina (que rodea la iglesia), donde estaba enterrada su hermana Teresa.


“Cada día estoy más triste de ser pobre”- le comunica el 28 de septiembre de 1949 desde el rodaje de la película Facultad de Letras, mientras le gira 200 pesetas a Cebreros (pueblo de Ávila), donde ella está de veraneo [equivalen hoy a un euro con veinte céntimos; por una colaboración en prensa le pagaban entonces 125 pesetas].

(En Cebreros, famosa por sus “fiestas de toros”, pasa los veranos de 1947 a 1950 (en dos ocasiones, 1948 y 1950, escribe el pregón de fiestas, y uno de los médicos, don Mariano, le cose el cuello “cuando el toro de la función me derribó”. Allí nacen “los apuntes carpetovetónicos, la croniquilla atónita de los minúsculos acaeceres de la España árida”. Veintiuno, en su primera edición de 1949, titulada El gallego y su cuadrilla y otros apuntes carpetovetónicos. En uno de ellos, Autobús a la estación, narra cómo eran entonces – a finales de los años 40- los viajes en autobús).

En 1953, desde Caracas, le hace llegar una carta donde le dice cómo debe ser educado el hijo de ambos (Camilo José Cela Conde, entonces de 7 años): “Debes tener en cuenta, en su educación, estas dos directrices: 1. Crearle necesidades. 2. Fomentarle su complejo de superioridad…confianza en sí mismo”. De hecho, el lema que CJC hará grabar en su escudo de armas, en 1996, al ser nombrado marqués de Iria Flavia, será: “El que resiste, gana”…

Un hombre ordenado hasta la obsesión enfermiza…, amor por la erudición (“erudipausia”- lo llamaba su mujer, Charo)… [Para escribir] necesitaba quietud y silencio -escribe su hijo. Quien pretenda conocerle de verdad tendrá que leer sus libros…”.

Costumbres

“Casi todos los días, mañana y tarde, mi padre se llegaba dando un paseo hasta el café Gijón. En el Gijón se reunían los amigos…”.

“En aquellos años [1948] CJC escribía siempre a mano, mojando la pluma estilográfica en el tintero para no tener que cargarla y pringándose, de paso, los dedos…corrige muchísimo…tacha…emborronándolo a conciencia para que no pueda leerse nunca más…la página…acaba convertida en una tela de araña casi imposible de descifrar. Tan solo Charo, con una paciencia infinita…era capaz de traducir el manuscrito…; muchas veces tuvo que ayudarse de una lupa”.

El Cela de Pabellón de reposo


Apareció por entregas en el semanario El español entre el 13 de marzo y el 21 de agosto de 1943.Terminado en Las Navas del Marqués (Ávila), en julio de 1943. El escritor tenía 27 años. “En Las Navas vivía en la fonda La Florida…”.

En la edición de 1952, dice: “En él [libro] he pretendido recoger una experiencia casi personal que marcó en mis días una señal indeleble y venenosa”…Novela escrita con una preocupación “estética, más que estilística”- subraya.

En la edición de 1960, amplía este hecho: “Yo estuve dos veces en un sanatorio antituberculoso: la primera en el Real Sanatorio del Guadarrama, que dirigía el Dr. Partearroyo, en el 1931, teniendo quince años, y la segunda en el Nuevo Sanatorio de Hoyo de Manzanares, que dirigía el Dr. Valdés Lambea, el 1942, teniendo veintiséis años…El pabellón de reposo donde centro la acción de mi novela no es ninguno de los dos sanatorios en los que estuve, y también, en cierto sentido, tiene no poco de ambos. Los tipos están literaturizados – esto es: aguados…Esta novela mía tiene mucho…de experiencia propia y no poco de anécdota…imaginada”. En 1960, califica la experiencia personal  como “amarga y aleccionadora”.

El Cela de Cebreros

“El verano de 1947 lo pasé en Cebreros, provincia de Ávila, en una casa de la calle de los Mesones, la principal del pueblo; la casa no tenía retrete…pero sí, en cambio, cerca de trescientos metros cuadrados de espacioso y casi olímpico desván…Volví los veranos de 1948, 1949 y 1950. El primero a una casa del Azoguejo, un barrio extremo y popular…, y los dos últimos a casa de la Teodorita, más amplia y céntrica.

La casa del Azoguejo era minúscula, estrecha y de dos plantas, cada una con su correspondiente cocina; en la cocina del piso de arriba, de dos metros de lado y tan baja de techo que en ella no cabía de pie, escribí una de las últimas versiones de La colmena (tuvo cinco), pasándome las noches acodado a la hendida mesa de mármol que me prestó Eugenio Cartujo, el del café Madrid, y extendiendo las cuartillas sobre el inutilizado fogón; a veces, la luz eléctrica era tan ruin que tenía que ayudarme con un par de velas-
La casa de Teodorita, en cambio, era mejor; estaba en la calle Luenga…frente a la iglesia y al lado del bar La Hiedra o taberna de las Ratonas, establecimiento famoso por sus peces en escabeche y sus pajaritos fritos. Esta casa era algo más espaciosa y sí tenía retrete…; de ella hablo en mis apuntes Los dos árboles y Grabados, amorosos grabados…”.

SABER MÁS

Curiosidades

El primer título de La colmena fue “Café Europeo” (que no es el café Gijón, sino uno que estaba en la Glorieta de Bilbao).

Sus primeros cuentos salen agrupados en Esas nubes que pasan (1945).

Hizo sus amagos toreros en tres plazas de pueblo (“de carro y talanquera”): Hoyo de Pinares, Las Navas del Marqués y Cebreros, en los años 40. La aventura no prosperó…


En el número 6 de la revista Clavileño, correspondiente a los meses de noviembre y diciembre de 1950, publica la rareza Sesenta y siete seudogentilicios santanderinos (una continuación de El coleccionista de apodos). “Producto de nuestra directa investigación y del amable concurso que hemos encontrado en los alcaldes y maestros a quienes nos hemos dirigido en pos de la contestación de un dato, de la confirmación de una copla o de la rectificación o aclaración de un apodo”. Es una tabla en la que aparecen: la población, el Ayuntamiento a que pertenece y el “seudogentilicio”. Un producto directo de la “erudipausia” de Cela…

Cela, actor esporádico en 5 películas

http://www.filmaffinity.com/es/film297548.html. El sótano, 1949. “Hacía de físico escéptico aficionado al ajedrez”- cuenta su hijo.


http://www.filmaffinity.com/es/film488417.html. Facultad de Letras, 1950/1952. “[Hacía] de joven profesor universitario”.

http://www.filmaffinity.com/es/film701012.html. Manicomio, 1954. “[Hacía] de loco peligroso en una sola escena”. “Necesitábamos un actor que comiera yerba y diera coces…”.


http://www.filmaffinity.com/es/film271576.html. La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona, 1979. “[Hacía] de sí mismo”.


http://www.filmaffinity.com/es/film812038.html. La colmena, 1982. “[Hacía] de inventor de palabras”.

Otros enlaces

http://www.dailymotion.com/video/x2zz3wl. Cebreros, lugar de veraneo, en el NODO.