La primera fue El balcón en invierno. La segunda, Entre líneas: el cuento o la vida. Ahora
viene con una tercera entrega, con capítulos como: Un hombre sin oficio, El
Madrid de entonces o Mar desde el
huerto.
“Tengo un cuaderno nuevo y
no sé en qué gastarlo”…- comienza. … “siempre queda la posibilidad de
abandonarse a los recuerdos…”.
El recuerdo, fuente de la fantasía y de la
creación
“En nuestro pasado está todo
cuanto necesitamos para encender el fuego de la inspiración…Todo, todo está en
el fardo de la vida…La memoria de lo vivido no se acaba nunca…Siempre he
encontrado en mi pasado la chispa de la imaginación para idear personajes e
historias que son ya ajenos a mi vida, que son pura invención…”.
“Yo soy de los que viven, archivan en la memoria, y luego, al recordar,
me lo reinvento casi todo…”.
De
la planificación a “lo que surja”
“Esta vez quiero que el
libro se vaya haciendo solo…No pensar demasiado, sino dejarse llevar por el
fluir de la escritura”.
Un hombre sin oficio, pero con aficiones mil
“Yo soy un hombre sin
oficio…”- dice en el capítulo 3. “Aficiones, eso sí, he cultivado muchas…”.
Cita la botánica, el ajedrez, leer en latín, hacer juegos de manos, componer
canciones…
“El equiseto…es una planta cuyo tallo se puede desmontar y montar como
las secciones de una caña de pesca, y es una de las plantas más antiguas que
existen…”.
Los
libros que he leído
“Pasé de la infancia a la literatura, sin transición”.
Cita varios autores y
libros: “He leído a Adorno durante
muchos años. Tengo sus libros muy subrayados
y anotados … Sé que sin Adorno yo no sería el que soy ahora”… Otros libros
que leyó “con cuidado y provecho” fueron: Sobre la libertad y Capítulos sobre el socialismo y otros
escritos, de Stuart Mill; Contingencia, ironía y solidaridad,
de Richard Rorty; Reconoce leer sin orden ni método, según le va surgiendo.
También nos comparte sus “autores más queridos”: Cervantes,
Kafka, Shakespeare, Dickens, Faulkner, Conrad, Chéjov, Borges, Quevedo…Se
reconoce lector, antes que escritor o profesor.
Y varias de sus citas, anotadas: “Para escribir…hay que
mirar mucho…Ver con tus propios ojos…”, de Guy de Maupassant. O “Todo lo que se
mira con intensidad se hace interesante”, de Flaubert. O “Encuentra bello todo
lo que puedas”, de Van Gogh…
Un
profesor de “detalles”
Eso es lo que ha intentado
transmitir a su alumnado. Cómo Buñuel se obligaba todos los días a inventarse
una historia para ejercitar su imaginación;
“Cuando llego por primera
vez a una ciudad, lo que más me gusta es sentarme en la terraza de un café y observar a la gente”.
[Hoy, con la globalización y las redes sociales] “Lo único inexplorado
que queda son los detalles”.
Mis
ilusiones perdidas
“A veces pienso que no he superado el drama de
dejar de ser niño”…
“Yo le tenía mucho miedo al amor. Quizá porque no creía en mí…”.
“Siempre me ha gustado más soñar la vida que vivirla…Ya casi en la
vejez, descubrí que… siempre he sido platónico”.
“No me gusta viajar pero me encantan los viajes”
Sus viajes inolvidables no
son los que hizo de joven, cuando era guitarrista, o cuando ha tenido que
presentar un libro, sino los que ha hecho con los libros de viajes, con los
libros de aventuras: “con Verne, con Defoe, con Homero, con Stevenson, con Humboldt,
con Darwin, con Kapuscinski, con Shackleton”…
Y, a la vez, “tengo
nostalgia de todos los caminos que no he andado”…
En una ocasión pensó en escribir un libro de viajes; pero, comenzó a
andar de Navaleno, en Soria, a Aranda de Duero, en Burgos (70 km), y, en casi
dos horas, había caminado medio kilómetro y escrito 700 palabras. Al final,
haciendo cálculos, no le traía cuenta. “¿Cómo caminar tanto tiempo haciendo
metáforas y dramas?…”.
Yo también he calculado las palabras que escribo por kilómetro
(cogiendo la referencia del diario de mi Camino de Santiago): 150 palabras
(como un microrrelato) cada media hora (que es lo que tardo en recorrer 1
kilómetro). A mí sí me trae cuenta. Debe ser que no me preocupo tanto por el
estilo…Como soy una arbularia…
SABER MÁS
https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2014/10/el-balcon-en-invierno-escribir-para-que.html. El balcón en invierno. Escribir para que
no se pierda lo vivido.
LUIS
LANDERO: EL CUENTO O LA VIDA
Se alternan recuerdos en
cursiva con un alter ego, de nombre Manuel Pérez Aguado, que aporta nuevas
perspectivas.
Profesor,
lector y escritor
“Fue hacia 1970 cuando
Manuel y otros…empezaron… a vislumbrar zonas enormes de la cultura europea y
americana que el franquismo…les había arrebatado. Fue entonces cuando decidió
hacerse escritor”.
“En sus relaciones con
Londres, el Amadís de Gaula de Manuel
fue una novela de Conrad que se titula El
agente secreto”…Hay en esa novela un
personaje fascinante. Es un italiano que vende helados en Hyde Park…”.
“Antes que ser un escritor
grande o chico…uno tiene que ser ante todo un escritor de verdad…la gloria del
empeño”.
“A Manuel le gusta construir
sus historias al modo flaubertiano…planea mucho, se rodea de cuadernos, analiza
los espacios y los personajes, calcula el tiempo…, acumula materiales, amuebla
la trama con anécdotas y situaciones…”.
Su
amado Madrid…Los amaneceres urbanos de los años sesenta
Su
primera clase de literatura (primer día de trabajo…).
“A veces Manuel piensa que
entre su abuela y él, años antes de Tiempo
de silencio y de Benet y de Juan
Goytisolo, renovaron a su modo la narrativa española”.
Construir
sobre el saber espontáneo y difuso
La
literatura se aprende, pero no se enseña
“Los libros se aluden unos a otros”. Unos libros te llevan a otros…
“Hay dos cuentos de
Borges…que debían ir juntos para ilustrar preceptivamente ese ciego afán propio
de todo gran arte. Uno se titula El aleph…El
otro cuento se titula El espejo y la
máscara".
“El escritor ha de intentar
encontrar el tema o los temas que conecten con su temperamento”. (Flaubert)…"Debe escribir sobre aquello que
conecta con sus inquietudes y experiencias más íntimas".
“Mi
signo es la intermitencia”
En el capítulo titulado Perfil, escribe: “Tuve una vida oscura,
algún destello singular: fui músico, ejercí oficios varios, escribía encorvado
y secreto, estudié letras superiores, viví algún tiempo fuera de España;
matrimonio, dos hijos, trabajo estable. Publiqué algunos libros, poco más…mi
dolor es la insatisfacción crónica y la repentina falta de entusiasmo”.
“Tenía dieciséis años y trabajaba
en CLESA, central lechera, sección de
contabilidad”.
“Tener que hablar de lo que
escribe…es la cosa que menos le gusta en el mundo”.
“La gente entonces, salvo por el
servicio militar, no viajaba”.
Ser
Federico García Lorca durante 24 horas
Recetario inspirado en errores
“Son unas doscientas
anotaciones breves…De todas esas normas…, quizá la más cándida y enigmática sea
la número 2: “Acuérdate de que vives en un país lejano…”.
Recrear.
“La memoria selecciona y poetiza el pasado”
“El relato es como un cofre
donde guardamos trozos de vida, capaces así de ser transmitidos a las
generaciones venideras”.
“Las cosas no son como las vemos,
sino como las recordamos” (Valle-Inclán).
“Un olor es suficiente para
reconstruir el reino perdido de la infancia”.
“Lo
bueno de escribir es andar el camino”