viernes, 23 de agosto de 2019

RETRATO DE UN PADRE INVISIBLE, EL DE PAUL AUSTER



“Un día hay vida… Y entonces, de repente, aparece la muerte”… Así comienza Paul Auster el relato sobre su padre, Samuel Auster.

Un domingo de invierno [de 1979], a las 8 de la mañana, mientras está dando el desayuno a su hijo Daniel [entonces, de 18 meses], recibe una llamada de teléfono… “Incluso antes de hacer las maletas para emprender las tres horas de viaje hacia Nueva Jersey, supe que tendría que escribir sobre mi padre”

“Si no hago algo deprisa, su vida entera se desvanecerá con él…”. Y así es como tres semanas después de su muerte,  empieza  a escribir sobre un padre que en vida fue/estuvo ausente. “No había podido o no había querido mostrarse a sí mismo…Era un hombre invisible…Invisible para los demás, y muy probablemente, para sí mismo”…


“Había vivido solo durante quince años…en una casa enorme, la misma casa donde murió”. La que había comprado en 1959 [entonces, Paul tenía 12 años]. “En los últimos quince años no hizo prácticamente ninguna reforma en la casa…no cuidaba nada, ni siquiera limpiaba…”. En su última conversación telefónica, le dijo que la había vendido y si quería algo de la casa antes de cerrar el trato.

“No hay nada tan terrible como tener que enfrentarse a las pertenencias de un hombre muerto”.

“De repente se revelan cosas que uno no quiere ver, no quiere saber…Fotografías de la luna de miel de mis padres en las cataratas del Niágara, en 1946….Las tarjetas de felicitación que recibí para mi sexto cumpleaños [en 1953]…cientos de fotografías…muchas totalmente desconocidas para mí, sobre todo las de su juventud…me ayudaron a llenar lagunas, a confirmar impresiones…mi padre como bromista…Era el estilo de vida que de verdad le seducía…”.

“Pronto me di cuenta de que mi padre no había hecho casi ningún preparativo para marcharse…Había decidido morir, antes que vaciar la casa…”.

Cuando Paul consigue vaciar el lugar, le quedan cien corbatas de su padre, que dona a una organización. “Eran todo lo que quedaba de él…Esa fue la única vez que lloré”- le cuenta a la profesora danesa Inge-Brigitte Siegumfeldt en Una vida en palabras. “Por fin comprendí que mi padre estaba muerto”.


“Un asqueroso cabrón”

Eso es lo que le dice uno de los múltiples empleados que pasan por la casa, a leer uno de los contadores: “…su padre era un asqueroso cabrón”. No le dice el porqué…

Tratando de darse una explicación de por qué su padre era como era, inicia una investigación a partir de una foto familiar, donde descubre que la madre de su padre (Anna) mata a su marido (Harry Auster, exagente de la Propiedad Inmobiliaria) cuando este/Samuel tenía unos 7 años, en 1919…




En la conversación con Brigitte Siegumfeldt, Auster finaliza: “Muchas veces he tenido la impresión de que gran parte de mi obra arranca de La invención de la soledad…ahí expreso las cosas que más me importan”.

(La invención de la soledad agrupa dos obras cortas de Paul Auster: Retrato de un hombre invisible y  El libro de la memoria. “El plan era sacarlo [Retrato de un hombre invisible] como un libro pequeño de unas 75 u 80 páginas… [pero] desde el punto de vista económico era más sensato sacar los dos en un solo volumen. Entonces se me ocurrió el título general, La invención de la soledad”- cuenta en Una vida en palabras).

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Otras revisiones de la paternidad


 El balcón en invierno, de Luis Landero. https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/…/el-balcon-en….


Cartas a mi hija, de F. Scott Fitzgerald. La biografía de un padre en sus cartas.



lunes, 12 de agosto de 2019

MADRES ARREPENTIDAS. Una mirada radical a la maternidad y sus falacias sociales



El estudio de la socióloga israelí Orna Donath (1976) abarca cinco años, de 2008 a 2013, y 23 participantes, todas ellas madres, con edades entre los 26 y los 73 años. No aspira a ser concluyente ni cerrado, pero sí a poner sobre la mesa cuestiones de las que no se habla en la sociedad/en nuestras sociedades.

“Es importante que las mujeres puedan expresar sus pensamientos y emociones negativos sin que se vean deslegitimizadas y demonizadas”- le expresa una de las entrevistadas”.

“Se identifica a las mujeres con la naturaleza dado su cuerpo fértil (“Eres una mujer. ¡Tienes que tener hijos!”)…el potencial reproductor de la anatomía femenina las obliga a ser madres…”-como cualquier otro animal. Y, a veces, se llega al extremo de…

Tener hijos, un deber patriótico

Así lo explicitaba, en 2004, el ministro de Economía australiano: “Uno para la madre, uno para el padre y uno para el país”…Con el Estado como sujeto y actor.

“La maternidad dista mucho de ser valorada como una situación o acontecimiento que pueda tener efectos traumáticos perdurables”- dice la autora.

Algunas opiniones de madres:

“Existe esa verdad común, esa creencia de que todos queremos tener hijos y de que no seremos felices si no los tenemos. Yo me crié con dichas ideas. Y no es sencillo. Nada sencillo. Y tengo tres hijos. No es sencillo. Existe una dicotomía muy fuerte entre los mensajes que recibes de la sociedad y lo que sientes” (Doreen, madre de 3 hijos entre 5 y 10 años).

“…La felicidad, satisfacción y renacimiento de la que todo el mundo hablaba y que no era capaz de hallar ni rastro de esos sentimientos”  (Brenda, 3 hijos).

“Es temporal…Dentro de unos meses todo cambiará… [Hasta que] hablé con una amiga y me dijo: “Mira, a los tres meses son los gases; al año, los dientes. Luego es la adolescencia y, después, la mili…” (Jasmine, 1  hijo).

“Es como decir que “todo vale la pena por la sonrisa de un hijo”. Menuda estupidez…Cualquier niño que va por la calle puede regalarte una sonrisa, no hace falta pasar por el embarazo, el parto, las pesadillas y todo lo demás” (Sunny, 4 hijos).

“Decir que no quieres tener hijos es un tabú”.

Los motivos (para tener hijos): amplios y variados

Las expectativas sociales se unen, en ocasiones, a los propios deseos:

“Había llegado la hora de pasar a la siguiente etapa…Quería ser como todos los demás…Creía que era lo que había que hacer…” (Sunny, madre de 4 hijos).

“Las cosas pasaban. Sucedían sin más…”. (Nina, madre de dos hijos).

“Era lo que tenía a mi alrededor…Era la norma”… (Tirtza, madre de dos hijos).

“Porque todo el mundo lo hace”. (Charlotte, madre de 2 hijos).

“[Sería] Algo que me daría sentido, algo que me serviría de terapia…, que me permitiría darles todo lo que yo no había tenido, que me permitiría vivir la infancia que nunca había vivido…”. (Sophia, 2 hijos).

“Me haría perfecta, me calmaría, me completaría… (Jasmine, madre de 1 hijo).

“Mi marido no paraba… “Si no vamos a intentar quedarnos embarazados, nos divorciamos…”. (Doreen, tres hijos).

La escritora francesa Corinne Maier (No Kid. 40 buenas razones para no tener hijos, 2008) lo explicita así: “Tuve a mis hijos por un único y triste motivo: tenía miedo de estar sola”.

La ambivalencia maternal

La socióloga estadounidense Barbara Katz-Rothman, escribió en Recrear la maternidad: …” me encanta la maternidad. Escribo para hacer una apasionada defensa de la maternidad. He gritado a mis hijos, he deseado verme lejos, muy lejos de ellos; he sentido ira, frustración, momentos de puro odio; todo lo que cualquier persona que sea honesta tendrá que reconocer que desempeña un papel importante en la maternidad. Pero me encanta…”.

“Me arrepiento de ser madre, pero no me arrepiento de mis hijos” (Charlotte, 2 hijos).

 “Ser madre no forma parte de mi identidad. Si me pregunta, ¿quién es Debra?, no digo: Una madre…No me define como persona…Debra es una ejecutiva, Debra es culta, Debra es estadounidense israelí, Debra es una esposa, Debra es una pensadora, Debra es laica…y, después de todas esas cosas, viene que Debra también es madre…” (Debra, 2 hijos).

“El tiempo que estuve en casa de baja por maternidad disfruté de él muchísimo…fue como tener un semestre de vacaciones…Luego empezaron los problemas. Cuando me puse a trabajar y sentí que necesitaba mi tiempo, el mío” (Jasmine, 1 hijo).

Hay madres arrepentidas…pero no se puede decir

“Me resultaba duro decir que tener hijos había sido un error…, que la conclusión es que supone una gran carga para mí. Tardé mucho tiempo en poder decir esas palabras. Pensaba, uy, si digo algo así, la gente pensará que estoy loca. Aun hoy…”. (Sky, 3 hijos).

“Podría haber hecho otras cosas que son valiosas para mí” (Odelya, 1 hijo).

“Todo el día: Mami mami mami mami” (Liz, 1 hijo).

“¿Cuántos momentos agradables hay…en comparación con lo que exige…?” (Edith, 4 hijos).

“Es una cuestión de tener que renunciar a mi vida…es una renuncia demasiado grande” (Odelya, 1 hijo).

“Es una esclavización y una pesadez” (Carmel, 1 hijo).

“Llego a casa de trabajar a las 5 de la tarde y no tengo energías. Me apetece…, no sé, sentarme a leer un libro. Me apetece quedarme pensando mientras miro al techo, y no puedo. Eso es lo que me frustra”. (Jasmine, 1 hijo).

“Antes escribía, esculpía, dibujaba. Me encantaba crear. Ahora no queda nada de eso; no tengo nada porque me falta inspiración o energía” (Maya, 2 hijos).

Ventajas y desventajas de ser madre

“A mí me dio la capacidad de ver las cosas de una manera más profunda” (Doreen, 3 hijos).

“Me hace mejor persona” (Maya, 2 hijos).

“Te lo quitan todo. Todo”. (Edith, 4 hijos).

“Para mí no es más que una carga insoportable. No puedo relajarme” (Sky, 3 hijos).

“Por un día de felicidad, por un instante de placer, ¿tienes que sufrir tantos años?” (Erika, 4 hijos).

“Una mujer, una vez que tiene un hijo, renuncia a muchas cosas a las que no renuncia un hombre…Cuando pasas a ser madre…, no puedes hacer todo lo que quieras”. (Rotem, 2 hijos).

“Yo he perdido años…, años de mi vida, años de martirio” (Sunny, 4 hijos).

“Tener tiempo para una misma…ponerme al día” (Brenda, 3 hijos).

Cuando una es madre lo es para siempre: la maternidad como historia interminable

“Con un hijo, siempre lo tienes en mente…”. (Jasmine).

“La responsabilidad y el sufrimiento recaen sobre ti” (Sophia, 2 hijos). Da igual tener un millón de dólares y una au-pair. Da igual que sean ya mayores.

¿Dónde están los padres? Tener la logística de la casa en la cabeza

"…Les pregunto [a padres orgullosos de ser una pareja en el hogar] cuándo fue la última vez que miraron si faltaba papel higiénico o si la pasta de dientes estaba a punto de terminarse…" (Susie, 2 hijas).

“Él creía que su trabajo era traer dinero a casa” (Erika, 4 hijos).

“Los padres nunca pueden ser malos padres…nunca son padres negligentes…Hay estudios que demuestran que tras el nacimiento de un hijo los padres hacen más horas extras de forma explícita y buscan nuevas aficiones para estar disponibles lo menos posible por la noche y durante el fin de semana…Es algo socialmente aceptado…Una madre que a las siete de la tarde aún no ha acostado a sus hijos es una madre negligente…”.

Al final, la conclusión que sacamos es que hay tantas maternidades como madres.

SABER MÁS

https://elpais.com/sociedad/2019/08/01/actualidad/1564641935_507656.html. Las españolas son las europeas que más retrasan el nacimiento de su primer hijo.




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viernes, 2 de agosto de 2019

TIEMPO DE ESPERA. Diario (íntimo) de un embarazo. Por Carme Riera


Está dedicado a sus hijos Ferrán (F.) y María. Iniciado un 23 de septiembre de 1986 (con la confirmación del embarazo por el Predictor), no lo publica hasta 1998, ya contando con la aprobación de su hija  adolescente María, motivo  de sus páginas.

“[Diarios de embarazo] Que yo sepa, no existen o, al menos, no han sido publicados… ¿Por qué las mujeres no hemos escrito diarios de gestación…?”.

De su primer embarazo (el de su hijo Ferrán. Entonces, no anotó nada) recuerda la estación, primavera. “Botones de mimosa llenando mi retina, el estómago revuelto y  un sueño infinito”. Pensó, al principio, que se trataba de un empacho mezclado con astenia primaveral…De este segundo, cree saber hasta el minuto de la concepción, un 14 de agosto…

A su marido no le apetece mucho ser padre de nuevo (“Le parece un latazo”), pero ella se siente mucho más fuerte y segura que 13 años antes (en lo físico y en lo laboral, entonces con la tesina a medias y siendo profesora no numeraria. Ahora, da clases en la universidad  mientras termina la tesis, una situación más estable).

Busca libros sobre embarazos y embarazadas, pero solo consigue “guías dirigidas a futuras madres”…con un tono “paternalista, rancio y cursi a la vez”. Más tarde, los cambiará por “los viejos libros feministas”. “Te recomiendo a Adrienne Rich [Nacida de mujer]” -le dice a su futura hija-; defiende la maternidad y sobre todo el derecho a planteárnosla de una manera nueva”.


Recomendaciones

“En una de las guías que he comprado recomiendan Vivaldi…concretamente el largo del Concierto en Re para guitarra…la música barroca…es la más aconsejable” (sus movimientos son los más parecidos al latido cardiaco de la madre). “Cuando esperaba a F. [su primer hijo, Ferrán, en 1973], escuchaba a los Beatles, Soledad Bravo, Raimon, Joan Baez, Paco Ibáñez…”.

https://www.youtube.com/watch?v=u58ovvzC7EY. Concierto en re para guitarra de Vivaldi.

Autocuidados

No tomar alcohol (“responsable de un montón de malformaciones, además de retraso mental”), ni abusar del café, o fumar (“inducen al raquitismo”). Llevar una buena dieta. “El ginecólogo me prohíbe comer jamón. Ha detectado que no tengo anticuerpos de toxoplasmosis…Podría provocarte retraso mental o lesiones oculares”. Prevenir posible caries (“Los embarazos repercuten directa y negativamente en la boca”). Hacer gimnasia…”Llevo ya pantys descanso para gestantes”.

Genealogías. Dónde mirarnos. Modelos

“Me gustaría saber qué sentía mi madre cuando me esperaba a mí…Nunca me ha hablado de eso… si aparecí a causa de un descuido o fruto del deseo de perpetuarse…No sé nada del primer embarazo de mi madre [un varón], ni si quería tener niños enseguida o prefería esperar”….

“Escribo pensando en que tú leerás algún día estas páginas”…

“Apenas hay en la literatura textos que hagan referencia a la relación madre-hija. Tampoco tenemos demasiados que hablen de amistad entre mujeres…A veces me pregunto qué sentirás tú por mis amigas…”.

“Mi bisabuela… tuvo 19 hijos…Se casó a los 18 y murió antes de cumplir los 60. Durante veinte años, cada nueve meses dio a luz…”.

Miedos, sueños y pesadillas

Carme es una madre “añosa”, “casi cuarentona”, con más riesgos, por tanto…“Creo que no soportaría tener un niño o una niña deficientes. No me siento con fuerzas…”.

“He soñado que nacías con seis dedos…”.

“A medida que el día [del parto] se acerca no puedo dejar de sentir un cierto temor, pero mucho menos que cuando esperaba a F.[Ferrán]”.

Momentos

“27 de noviembre de 1986. Hoy, volviendo de Girona, justo al pasar por el puente de la riera Guillana, a las tres y cinco de la tarde, me ha parecido notar cómo te movías dentro de mí por primera vez”.

“A menudo me pierdo entre recuerdos infantiles. Recuerdos de sensaciones, más que de imágenes. Olor a limones y a cáñamo de Ca´n Rasca; la tienda-café de Deiá, donde la madona hacía una sopa de ajo deliciosa…Frescor estremecido del agua sobre la piel, metida en el barreño que había en el jardín de Sa Vinya Vella…”.

“Percibo el tiempo de otro modo…Sigo pasando muchas horas pensándote”.

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Curiosidades

“El camino que debe recorrer un espermatozoide para llegar hasta el óvulo…equivale a 27 kilómetros”…

“Hacia el siglo XVI, [los barberos] eran los encargados de practicar las cesáreas”.
“En 1847, [el doctor] James Simpson…generalizó el uso de éter como anestesia [en el parto]”.

“Los doctores Albert y Margaret Lay,…del National Women´s Hospital de Nueva Zelanda, demostraron en la década de los sesenta que el feto es un ser que percibe y siente”.

“Leo en un informe médico que por lo menos hay tres olores, además del materno, que producen una fuerte impresión en los recién nacidos: el de regaliz, el de ajo y el de vinagre, en ese orden”.

"En la pintura religiosa se representa poco la figura de la Virgen en estado de buena esperanza"[La visitación de la Virgen María a Santa Isabel. The Visitation].


“Nunca había caído en la cuenta de que las grandes heroínas decimonónicas, [Emma] Bovary, [Anna] Karenina, [Ana] Ozores, o han sido malas madres o no han tenido hijos…Me pregunto a menudo qué hubiera sucedido si los tres escritores [Flaubert, Tolstoy, Clarín] hubieran sido escritoras, cómo hubieran abordado la cuestión…”.

“La tesis de [Élisabeth] Badinter [en L´amour en plus] está muy clara: “No existe un instinto maternal como tal instinto, sino una construcción elaborada a posterori”.


“La paternidad no tiene casi modelos en nuestra cultura, fuera de los que la relacionan con el principio de autoridad…, autoridad vinculada al poder”.

Gustos literarios, artísticos… y de otro tipo

Explico en clase a Salinas. Siempre me ha gustado. Tal vez porque es el más proustiano de los poetas del 27. Salina entiende el deseo como víspera, Víspera del gozo” [Prosas entre narrativas y líricas, 1926]…


“Comento en clase un cuento de Elena Poniatowska…, Un cuentito de hadas, una experiencia de regresión intrauterina”.

“Releo a Madame de Sévigné. Las cartas a su hija…son un prodigio”.


“Uno de los poemas [de J.A.G., José Agustín Goytisolo] que prefiero: Palabras para Julia”…: Tú no puedes volver atrás/porque la vida ya te empuja/como un aullido/interminable…”. 
https://www.youtube.com/watch?v=453YRNSu4ww. Palabras para Julia, cantada por Paco Ibáñez.


“9 de diciembre de 1986. Hace un par de años…comencé a recopilar nanas…”.

“Contemplo la reproducción de La Primavera de Botticelli que tanto me gusta… ¿Venus embarazada? Para mí no cabe duda…”.


“Escucho el concierto número 21 de Mozart…Pura delicia”.

 “Soy adicta al chocolate…”.

“Desde que te llevo dentro, me conmueve especialmente el olor de las cunas infantiles…”.

“La palmera es uno de mis árboles predilectos”.

“Siento debilidad por el carácter madrileño…La intensidad del cielo de Madrid, su desafiante azul, es, quizá, lo que más me atrae de la ciudad”.

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