viernes, 21 de septiembre de 2012

DE VIAJE, CON DICKENS

Este año se celebra el Año Dickens, al cumplirse el bicentenario de su nacimiento en 1812. Con este motivo, vuelven a resucitarse estudios sobre su obra, así como a editarse nuevos trabajos, traducciones y adaptaciones de sus obras más exitosas.
Quizá lo que menos se conozca sean sus trabajos nacidos de sus viajes y excursiones por aquí y allá.

Estampas de Italia
, por ejemplo, se publica en mayo de 1846. Surge como resultado de los doce meses que reside en Génova. “Es una serie de vagos reflejos…mis primeras impresiones, descritas con sinceridad” -escribe en el prólogo. Antes, en 1843, habían aparecido sus Notas americanas sobre su primera visita a Estados Unidos. Los primeros artículos, reunidos en 1836 con el nombre Esbozos por Boz, continuaban con el título “ilustrativos de la vida y de la gente de todos los días”.



Otra imagen de Dickens


Siempre me he resistido a leer a Dickens, pese a todas las personas que hablan bondades sobre él. Me parecía sentimental, melodramático y no lograba conectar, a pesar de haber visto adaptadas al cine muchas de sus novelas.

Todavía al preparar este artículo pensaba en qué leer diferente, menos conocido, con otro lenguaje, menos literario. Y encontré las Estampas de Italia. Lo escribe a los 32 años, cuando ya ha publicado Oliver Twist o Nicholas Nickelby. Narra su partida de la plaza Belgrave de Londres y del hotel Meurice en la rue Rivoli de París. Va en un carruaje inglés “de considerable tamaño”, con cuatro caballos y un postillón. En Francia, atraviesa Marsella, Chalons y Lyon. Navega por el Ródano, duerme en Aix en Provence y, finalmente, llega a Génova en un vapor, el Marie Antoinette. Ha alquilado una casa en Albaro, un barrio a unas dos millas de la ciudad. “Un patio feo y lleno de hierbajos, anexo a una especie de cárcel rosada. Me dijeron que yo vivía allí”. [Años más tarde pondrán en las paredes rosas una placa a “Carlo Dickens, genial y profundo revelador del sentimiento moderno”]. Lo que destaca de la mansión es que está “en uno de los mejores emplazamientos imaginables”, frente al Mediterráneo. La vista es preciosa, pero hay muchas moscas y las pulgas “son legión”. A los tres meses, cuando vence el alquiler, se traslada al Palazzo Peschiere, “rodeado de hermosos jardines propios, adornado con estatuas, jarros, fuentes, pilones de mármol, terrazas, paseos de naranjos y limoneros, rosaledas y camelios”.

Pero no se queda quieto, sometido a la vida contemplativa, sino que desde ahí se desplaza a distintos lugares, de los que deja testimonio: Parma, Módena, Bolonia, Ferrara, Verona, Mantua, Milán…

En sus páginas aparecen las pastoras reales, mujeres trabajadoras y esqueléticas que nada tienen que ver con los poemas pastoriles; ancianas consumidas,  mendigos, manicomios, prisiones, los exvotos, el Bambino milagroso, una decapitación, el carro de los muertos, el juego nacional de la morra, las loterías…

Nombres y adjetivos hablan de: habitaciones lúgubres, suciedad, desolación y deterioro, olor a putrefacción…Dickens es un concienzudo observador y un agudo descriptor de ambientes y de personas, aunque es deudor del estilo folletinesco de las novelas por entregas de la época (se compromete a escribir doce mil palabras al mes y eso son muchas páginas que hay que llenar). El conductor de uno de los coches que lo traslada de Verona a Mantua lee Los misterios de París, publicada un año antes por Eugène Sue, modelo de ese tipo de literatura truculenta. Por otro lado, Dickens era un ávido lector del romance gótico y la novela picaresca del siglo XVIII inglés.

Aunar lo imaginado con las realidades de la vida

Dickens nació en Portsmouth, Inglaterra, en 1812; era el segundo de los ocho hijos de un funcionario de la Marina. De 1817 a 1821 reside en Chatham. “Todas mis lecturas y mis primeras imaginaciones proceden de este lugar y Rochester” -dirá. En David Copperfield -su “hijo predilecto” de entre todas sus obras -cita los personajes literarios que le hacen soñar de niño: “He sido Tom Jones durante toda una semana. Estuve convencido de ser Roderick Random durante por lo menos un mes…He visto a Tom Pipes escalar el campanario de la iglesia; he observado a Strap con la mochila a su espalda…”. A los 12 años, ya en Londres, tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica de betún, al encarcelar a su padre por deudas. Sus estudiosos explican que de ahí saldrá su visión del mundo, de la pobreza, de la infancia y de la ciudad. Londres y su propia vida serán dos de los fundamentos de sus obras. De sus callejeos por Londres procede el conocimiento de sus calles y gentes. “Conocía todo desde Bow hasta Brentford”-explica uno de sus allegados.

En Estampas de Italia, las comparaciones con Londres surgen de cuando en cuando: “Roma parecía ¡¡¡Londres!!! Se alzaba bajo una gruesa nube…”. “Los pasajes más sórdidos y más estrechos que ninguno del barrio londinense de Saint Giles” -escribe de las callejas de Génova. O de los palazzos, “cada milímetro del vestíbulo estaba elaboradamente pintado pero tan sucio como una comisaría londinense”.
Con el tiempo, Carl Marx dirá de él que “había proclamado más verdades de calado social y político que todos los discursos de profesionales de la política, agitadores y moralistas juntos”.

Lord Jeffrey le escribe en 1842, tras publicar Cuento de Navidad, una de sus obras más leídas por personas de todas las edades: “Con esta publicación habéis hecho nacer más actos positivos de caridad que los que pueden atribuirse a todos los púlpitos y confesionarios de la Cristiandad desde la Navidad de 1842”.


“La mayor parte de nosotros vemos verdaderas novelas en la vida real”- comienza la novela Cazado, de 1859, basada en un hecho real acaecido unos años antes. De hecho, podría haberse subtitulado “una novela de la vida real”.


“Lograr la fusión de los atractivos de lo imaginado con las realidades de la vida” es uno de sus objetivos a la hora de novelar.

Un andarín empedernido

Por temporadas insomne, Dickens dará maratonianos paseos nocturnos, a veces de hasta 30 kilómetros.

En La tienda de antigüedades (1840) hace decir a uno de sus personajes: “La noche suele ser mi hora de paseo…Me brinda mejor ocasión para reflexionar sobre el carácter y profesión de los que pueblan las calles”.

En Estampas de Italia narra la excursión al Vesubio, primero en caballo y luego a pie, hasta el cono del volcán. “Subimos laboriosamente durante mucho rato”. La bajada, a la luz de la luna, sobre una superficie helada, será peligrosa. “A veces caminando, a veces arrastrándonos sobre el hielo…preocupados continuamente por la posibilidad de que se caiga alguno de los de atrás, poniendo en peligro el descenso de todo el grupo”.

De Génova, comenta: “Es un lugar que vas haciendo tuyo cada día. Parece que siempre hay algo nuevo que descubrir en él. Tiene las callejas y caminos más extraordinarios para pasear”. “La carretera de la costa entre Génova y Spezia me parece lo más bello de Italia”.

En Roma, visita el Coliseo una y otra vez, “casi todos los días, -no podía pasar un día sin volver- en un momento u otro para salir a la campiña, pasada la tumba de Cecilia Metella”. “Las excursiones por los alrededores de Roma son preciosas”: Albano, Tívoli, la Villa d´Este, Frascati…”Un día fuimos caminando a Albano (a catorce millas de distancia) por la antigua vía Apia. Salimos a las siete y media de la mañana…”.

A finales de agosto de 1857 escribe a su amigo Forster (que será su  primer biógrafo): “He convenido con Collins [el escritor Wilkie Collins con quien colaborará en alguna obra escrita a dos manos] que el lunes que viene saldremos en una expedición que dure diez o doce días para hacer una gira por posadas y rincones de la costa en busca de un artículo y sin utilizar el ferrocarril”. A primeros de septiembre partieron en dirección a Carlisle, y este es el comienzo de su obra titulada La descansada jira de dos desocupados aprendices: “En el mes otoñal de septiembre del año mil ochocientos cincuenta y siete, fecha en que ocurren estos hechos, dos aprendices holgazanes, a los que el verano largo y caluroso, había dejado rendidos a fuerza de trabajo continuo y atosigador, se fugaron del patrono a quien servían [la Literatura]”. Su fin era “realizar una excursión en cualquier dirección, y sin ninguna finalidad”.

Recuerdos de infancia. La importancia de una buena educación

En el prólogo a la edición económica de Vida y aventuras de Nicholas Nickleby cuenta sobre las escuelas de Yorkshire, -que serán protagonistas de la historia: “No puedo recordar en este momento cómo llegué a oír hablar de los colegios de Yorkshire cuando aún era un chiquillo, no muy robusto, y me sentaba en los apartados lugares de las cercanías del castillo de Rochester, con la cabeza llena de Partridge, Strap, Tom Pipes y Sancho Panza; pero sí sé que fue entonces cuando recogí mis primeras impresiones sobre ellos, y que estaban en cierto modo relacionadas con un niño que había regresado a su casa con un absceso supurado a consecuencia de que su mentor en Yorkshire, filósofo y amigo, se lo había abierto con un cortaplumas manchado de tinta”. Dickens se tiene a sí mismo por “un niño de aguda observación” que conserva un vivo recuerdo de su infancia.

En 1846 publica en el Daily News -fundado por él- una carta a los lectores titulada “El delito y la educación” en la que habla de la prevención del delito mediante la educación: “Llamo la atención a los lectores del Daily News hacia el esfuerzo que desde hace tres años y medio se viene realizando para llevar a los parias más miserables y abandonados de Londres los principios más elementales de religión y de moral; para que empiecen a saber que son seres humanos inmortales, sin esperar a que tengan por único maestro al capellán de prisiones; para dar a entender a la sociedad que sus obligaciones para con esta hueste desdichada, predestinada al delito y a su castigo, empiezan antes de llegar a la Comisaría de Policía , y que el consentir despreocupadamente, año tras año, la existencia en esta ciudad, la más importante del mundo, de un inmenso y fatal vivero de ignorancia, vicio y miseria, de un criadero de habitantes para los pontones y las cárceles, es un espectáculo que produce horror…Con la esperanza de que algunos de los que se interesan por mí como novelista fijen su atención en este asunto”.

PARA SABER MÁS

Algunas curiosidades

- Su primer artículo, Una cena en Poplar Walk, se publica en 1833  en  Monthly Magazine.

- La familia veranea en Bleak House, -título de una de sus obras -en Broadstairs, Kent, entre 1837 y 1851.

- Entre 1858 y 1870 hace lecturas públicas, más de 400, de fragmentos de sus novelas, con asistencia de hasta 2.000 ó 3.000 personas. Las primeras lecturas incluyen Cuento de Navidad, la escena del juicio de Los papeles de Pickwick, así como la muerte de Paul Dombey, de Dombey e hijo, y de la señora Gamp (de Martin Chuzzlewit). Luego se añadieron episodios de David Copperfield (los de James Steerforth y Emily) y de Nicholas Nickleby (el de la escuela Dotheboys Hall). Gran aficionado al teatro, cada lectura era una puesta en escena que le dejaba agotado y exhausto.

- Su tataranieta, Monica Dickens (1915-1992), también escribe. En 1970, publica en inglés La casa del Fin del Mundo (The House at World´s End), traducida por SM El barco de vapor en 1987.

Una página web (en inglés)


http://www.dickens2012.org/dickens-teesdale-celebrations-barnard-castle-teesdale-uk. En ella aparecen varios acontecimientos que tendrán lugar en 2012, no sólo en el Reino Unido. Por ejemplo, en Australia y Nueva Zelanda, la actriz nominada a los premios BAFTA Miriam Margolyes pondrá voz a varios de los personajes femeninos de las novelas de Dickens, como la señora Micawber, de David Copperfiel; la señora Gamp, de Martin Chuzzlewit, o la señorita Havisham, de Grandes Esperanzas.

En Inglaterra, en el hotel Lion de Shrewsbury, donde Dickens hizo al menos dos lecturas públicas, los salones volverán a acoger algunos de los fragmentos más recordados.

En castellano, especial en el diario El Mundo. http://www.elmundo.es/especiales/2012/cultura/dickens/londres.html.

Algunos otros libros

-       David Copperfield. Alba Editorial, 2011.
-       Canción de Navidad. Castalia, 2011.
-       Oliver Twist.
Anaya, 2011.


viernes, 7 de septiembre de 2012

VIAJE POR ESPAÑA, DE ANDERSEN, CUMPLE 150 AÑOS

En 1862, concretamente del 4 de septiembre al 23 de diciembre, Hans Christian Andersen visitó España. Tenía 57 años. “La meta del viaje se extendía ante mí: la hermosa, la aún poco visitada España…el país del verano”. La primera edición danesa del Viaje por España saldría un año después, en 1863.
 
 
En Francia, en Perpiñán, terminaba entonces la vía férrea. Ha de viajar, pues, en diligencia.
 
“Acerca del viaje por este país había oído las descripciones más tremebundas: las diligencias eran cajas de tortura, enormes y pesados omnibuses con sólo una portezuela a un lado; en caso de volcar de ese lado, sería imposible salir, y volcaban siempre. Allí, a los protestantes se nos perseguía como herejes; de continuo andaba uno expuesto al asalto de bandoleros; y en lo tocante a la comida, no había quien la tragase…”.
 
España, “ese país mágico tras los altos Pirineos”
 
“Estoy en el país del sol, mi sangre se ha caldeado y podré prescindir de la estufa todo un invierno en mi casa, allá en el norte…El frío encoge el corazón; el calor lo dilata y libera el pensamiento…”.
 
El 6 de septiembre entran  [iba acompañado por Jonas Collin, de 22 años, hijo de su protector y consejero económico Edward Collin] por La Junquera y almuerzan en Figueras. En Báscara cruzan el caudaloso río Fluviá. Atraviesan Medina y llegan a Gerona. A las diez de la noche, por fin, alcanzan Barcelona. “Nos detuvimos delante de la Fonda del Oriente [hoy, un hotel de tres estrellas, Hotel Oriente, en la Rambla de los Capuchinos, número 61], donde dos habitaciones con sendas camas y balcones a la calle, e incluso la mesa dispuesta para la cena, nos esperaban…La comida fue excelente”. Así termina el primer día de su estancia en España.
 
Barcelona, “el París de España”
 
“Muy de mañana me desperté con música; todo un regimiento de soldados se esparcía Rambla arriba al son de una marcha…A mí me gusta primero ver bien los lugares y luego, desde las alturas, ir reuniendo los puntos conocidos…”.
 
Los temas de conversación con anfitriones y conocidos suelen ser “sobre los lugares dignos de verse en la ciudad, sobre literatura, los toros y la ópera”. Se obvia la política, “así se libra uno de resquemores”. Su tesoro de palabras castellanas lo constituían, al llegar a España, unos 100 vocablos.
En ese momento, la ópera italiana y, en concreto, Verdi, están de moda en los teatros: Rigoletto, la Traviata y Un  ballo in maschera [Un baile de máscaras] se tocan o representan sin cesar. “Aún no hay ópera de Mozart -ni siguiera su inmortal obra maestra, compuesta en honor a un sujeto muy español: Don Juan (Don Giovanni) -que haya venido a este lado de los Pirineos. Martha, de Flotow [Friedrich von Flotow], es la primera revelación alemana en España”.
 
En Málaga
 
El lugar que más le gusta es su cementerio protestante: “Aquí quiero que me entierren en el caso de que muera en España” -escribe en su Diario. “Es un lugar delicioso…Me parece andar por un trozo de paraíso, por el más maravilloso de los jardines”.
Allí ve una corrida de toros: “Me causó una impresión convulsiva e inolvidable”. Se lidiaban 12 toros pero, tras el quinto, no puede aguantar y se va. “Es una diversión popular sangrienta y cruel”.
 
En Granada
 
Paran tres semanas, en la Fonda de la Alameda. El 9 de octubre hace su entrada en la ciudad la reina Isabel II “con su consorte, sus hijos y su séquito. Era la primera vez, desde tiempos de Isabel la Católica que Granada iba a ver a su reina”.
Andersen ve la Alhambra, con su Patio de los Leones, su Sala de Embajadores y el mirador de Lindaraja…Pasea por la Alameda Nueva y por el Generalife. Sin embargo, sus recuerdos de Granada “encierran más amargura que dulzor”. En esta ciudad le desaparece una condecoración (una imitación) a la que tenía gran aprecio, que le había sido impuesta en su país. Además, relata en su diario que “un par de soldados jóvenes y unas damas” se ríen de él: “Me sentí humillado y avergonzado”.
 
Gibraltar
 
Duermen en el Hotel Kings Arms. Y el día dos de noviembre toman un vapor a Tánger. De vuelta a la península, a Cádiz, recoge en su libro: “Hasta entonces, la visita a la costa marroquí había constituido la parte más interesante de nuestro viaje”.
 
En Cádiz
 
Van a parar a la Fonda de París [existe todavía hoy un hotel que se llama Francia y París, de tres estrellas, en la Plaza de San Francisco], “un hotel excelente en todos los sentidos”.
De Cádiz, dirá: “Me sorprendió por su extraordinaria limpieza, sus pintorescos edificios blancos y sus muchas astas de bandera”. En cuanto a los alrededores, comenta: “Los contornos son increíblemente llanos; todo es arenas volantes,  páramos y kilómetros de salinas. La zona no invita a excursiones; el único lugar cercano que nos propusieron como digno de ser visitado fue Jerez de la Frontera para ver sus bodegas y probar la ricura de sus vinos”.
Han pasado ya dos meses desde que comenzara su viaje y aún España no le ha inspirado un solo cuento: “Algún día les contaré a mis pequeños lectores algo sobre las señoritas españolas, sobre las moscas españolas, sobre los pimientos españoles, sobre las varas de castigo españolas y sobre la vegetación española; y aún podría añadir algo sobre la capa española, sobre los aventureros españoles y sobre el vino español”.
 
Sevilla
 
Aquí se hospedan en la Fonda de Londres. Su balcón da a la plaza Nueva. [En la actualidad  en dicha plaza hay un Hotel Inglaterra de cuatro estrellas]. La catedral es la más imponente de todas las de España; es rica en leyendas y romances y en memorias de hombres célebres y, además, “las inigualables pinturas de Murillo hacen de Sevilla una de las más interesantes ciudades de Europa”. Su opinión sobre Murillo se reafirma al ver más cuadros suyos en el Museo del Prado de Madrid, donde también descubre a Velázquez: “En mi opinión, Murillo brilla por encima de Rafael, de Tiziano y de todos ellos”.
 
A Madrid por Santa Cruz de Mudela
 
“El trecho más largo de la línea de ferrocarril de Córdoba a Madrid, aún no está completo; hay que tomar la diligencia y aguantar unas veintitrés horas dentro de ese carromato para llegar a Santa Cruz de Mudela, desde donde hay vía de tren hasta Madrid”.
De las montañas de Sierra Morena, comenta: “Por un paisaje natural tan maravilloso no se debería viajar en diligencia, sino a caballo, como antiguamente, para contemplar bien esas montañas no solo a la luz del día, sino también en la noche de luna”.
 
Madrid
 
En Madrid, se aloja en la Fonda del Oriente, cerca de la Puerta del Sol. En dicha ciudad, tiene la oportunidad de conocer personalmente a algunos eruditos y literatos de la villa como el duque de Rivas, Hartzenbusch, don Sinibaldo de Mas y Rafael García Santesteban, autor de varias zarzuelas.
Andersen quería haberse quedado hasta entrado el Año Nuevo, pero “el clima de Madrid es inaguantable: nieve, lluvia y ventisca…no teníamos chimenea en nuestro hotel y el viento se infiltraba hasta el último nervio de la cabeza, garganta y pecho” y, tras una visita rápida a Toledo, decide, “si en Burgos las condiciones no eran mejores” ( por supuesto, no lo serán ya que Burgos junto a Soria y Vitoria suelen tener las temperaturas más frías), trasladarse al sur de Francia en busca de un clima más suave y agradable.
Al menos en dos ocasiones llega a preguntarse: “¿Estoy realmente en España, en un país cálido?”.
 
Burgos
 
En la Fonda de la Rafaela casi mueren “atufados” debido al brasero que les llevan y, además, las criadas son unas “desvergonzadas”: “Si de repente se hubiesen lanzado a bailar el cancán, no nos hubiese extrañado nada”-concluye.
Vitoria
 
Así que, sin haber podido ver el Monasterio de Cardeña, salen para Vitoria en tren, “nieve y más nieve”.  San Sebastián le sorprende agradablemente: “Nadie nos había mencionado esta ciudad de modo especial, ni se nos había dicho que mereciese la pena de una visita larga, la cual sin duda merece”. Al llegar a Irún,  “el último pueblo español de la ruta”, encuentran los jardines en plena flor. En Bayona les sirven jamón, “manjar de dioses nórdicos”. Y concluye su Viaje por España con la frase: “La vida es el más maravilloso de los cuentos”.
 
Los miriñaques, vistos con humor
 
(En la diligencia) “a mí me tocó un compartimiento con una madre y una hija, ambas españolas, dentro de unos increíblemente abultados miriñaques. Si fuesen a Skagen, solamente la madre ocultaría toda la parte norte del cabo. Me daba la sensación de estar sentado sobre el borde de un globo que estuvieran inflando…”. Y se explaya un poco más adelante: …”es como si llevasen un paraguas abierto en torno a la cintura de avispa, algo que nada tiene que ver con la naturaleza ni con Nuestro Señor…Dentro de mil años, ese nombre sólo aparecerá escrito en los libros antiguos, y si alguien los lee y ve las ilustraciones, exclamará horrorizado: ¡Dios santo, vaya traje más ridículo!…”.
 
Sorpresas
 
En su libro, detalla varias costumbres y prácticas que le llaman la atención: “Registrar el equipaje en cada estación donde paraba el tren se sigue aún en España”.También en los puertos hay que acostumbrarse a que se haga la inspección sanitaria a bordo antes de desembarcar.
La no existencia de guías ni horarios de trenes. “El ferrocarril es aún algo tan nuevo en España que, incluso en las ciudades grandes, si se encuentran muy apartadas de la línea del tren, no hay manera de conseguir información. La guía impresa El indicador de los caminos de hierro, donde todos los trenes y estaciones están detalladamente registrados, es imposible obtenerla fuera de Madrid”. 
 
Catástrofes naturales y  fenómenos antropogénicos
 
Conoce la sequía en Málaga, “no había caído gota de lluvia en cinco meses”, inundaciones en Barcelona (“rápidamente quedaron inundados los raíles, la carretera quedó totalmente socavada, las cercas reventadas, árboles y áloes arrancados de cuajo por el ímpetu del aluvión, que irrumpió por la puerta de la ciudad, rugiendo como presa de molino”) , y la sobreexplotación del río en Levante (“en el cauce del río no había ni gota de agua, porque resulta que ahora sangran al río, como dicen los paisanos. Igual que en Valencia se procede a la irrigación artificial de los campos, conduciendo a ellos el agua de los ríos por medio de acequias”).
 
Un repaso a la moda de la época
 
Deja constancia de: la mantilla española, el abanico negro guarnecido de lentejuelas, pañoletas de colorines…
En Granada, el traje de fiesta de los hombres es de pana: “¡Caray con la cantidad de pana que gastaban aquellos campesinos! Llevaban pantalones y chaquetas de ese material, unos color violeta, otros azul; polainas de cuero ceñían decorativamente sus pantorrillas; los pantalones, a la altura de las rodillas, tenían una abertura…”.
 
SABER MÁS
 
ESPAÑA Y LOS ESPAÑOLES EN LA OBRA DE ANDERSEN
 
En su autobiografía cuenta cómo a pesar de tener tan sólo tres años, recuerda perfectamente la estancia de los españoles en Fionia en 1808, como aliados de Napoleón, “aquellos hombres morenos que paseaban armando bulla por las calles”. Uno de ellos le cogió en brazos y le puso en los labios lo que quizá fuera una medalla de la virgen. “Bailó conmigo, me besó y lloró”. También vio cómo llevaban a uno de sus camaradas a la ejecución por haber asesinado a un francés. Impulsado por este recuerdo, escribirá mucho más tarde su poema El soldado, luego musicado por Schumann. (“¡Qué lejos el lugar! ¡Qué largo el camino!...”).
 
En 1852, en el relato “Dentro de mil años”, describe España como “la tierra de donde partió Colón, donde nació Cortés y donde Calderón escribió dramas de resonantes versos; encantadoras hembras de ojos negros habitan aún los valles floridos, y los viejos romances mencionan al Cid y a la Alhambra”.
 
En “Una historia de las dunas”, escrito en 1860, antes de viajar a España, así se la imagina, conforme a la imagen romántica que tenían los pueblos del norte: “El ambiente es cálido y agradable; entre los sombríos laureles crecen las flores del granado, de color del fuego. De las montañas sopla un viento refrescante sobre los patios de naranjos y los suntuosos salones moros de cúpulas doradas y muros de color. Por las calles transitan procesiones de niños con velas y estandartes desplegados, y sobre ellos, altísimo y lleno de luz, se alza el cielo con destellantes estrellas. Suenan cantos y castañuelas. Mozos y muchachas giran bailando bajo las acacias en flor, mientras el mendigo se sienta en el mármol esculpido, se refresca con la jugosa sandía y deja que pase la vida como un sueño…”
Una imagen hecha a medias de Washington Irving (1783-1859) y del pintor Murillo.
 
En 1865, tras visitar España, escribe la obra de teatro “Cuando los españoles estuvieron aquí”, referido a la Guerra de la Independencia de 1808.
 
UNA EXPOSICIÓN
 
En 2005, coincidiendo con el bicentenario del nacimiento del escritor, la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil (www.amigosdelibro.com)  organiza y diseña la exposición Andersen, un viaje por España, que ilustra y documenta el viaje de éste por España en 1862. También edita un catálogo.
 
UN PREMIO INTERNACIONAL
 
El premio Hans Christian Andersen, conocido como el Nobel de la Literatura Infantil y Juvenil, se concede desde 1956 en la categoría “autores” y desde 1966 en la categoría “ilustradores”. Solo un español, el escritor José María Sánchez Silva, autor de Marcelino Pan y Vino, ha obtenido el galardón (en 1968, junto a James Krüss, de Alemania). Los ganadores reciben una medalla de oro y un diploma que entrega la reina de Dinamarca.
 
LA FUNDACIÓN HANS CHRISTIAN ANDERSEN
 
Nació en 2005 con el objetivo de organizar actividades y conseguir fondos para la celebración nacional e internacional del bicentenario del nacimiento del escritor.
En 2010 otorgó el  Premio Internacional Hans Christian Andersen a la escritora británica J.K. Rowling; en 2011, a la chilena Isabel Allende y, en 2012, a la argentina Mª Teresa Andruetto.
 
ALGUNOS LIBROS
 
 
-       Viaje por España. H.C. Andersen. Alianza, 2005.
-       El cuento de mi vida. Autobiografía.  Ed. De la Torre, 2005
-       La caja de Andersen. Anne Serrano. SM, El barco de vapor, 2001.
 

jueves, 6 de septiembre de 2012

EL CAMINO REAL MISIONERO DE LAS CALIFORNIAS Y LOS CAMINOS DEL RÍO

El proyecto conocido como Desarrollo del Legado, se ha puesto en práctica en diferentes lugares de América donde existen antiguos caminos o corredores históricos. Además del Camino Real Misionero de las Californias (CAREM) y de Los Caminos del Río, proyecto binacional de Estados Unidos y México, están el Oregon-Pennsylvania Trail,  el Delaware and Leigh Canal, o El Camino Real Tierra Adentro. Los objetivos, además de la conservación del patrimonio cultural y natural, son utilizar este pretexto para el desarrollo de la región.

EL CAREM, CAmino REal Misionero de las Californias y Misión Olvido

La escritora María Dueñas, de alguna manera, lo ha vuelto a poner de moda al situar una intriga de su segunda novela, Misión Olvido, alrededor de uno de los jalones del Camino.
 
 
“Recorríamos, en 2005, el valle de Sonoma, en California, sin más objetivo que probar el pinot noir y el syrah de sus bodegas. Hasta que, casi por pura casualidad, nos salió al encuentro la misión. Simple, blanca, austera. El último exponente del legendario Camino Real fundado por los franciscanos; el resquicio más remoto e imprevisto de la presencia española en California. Qué historia más hermosa, pensé. Qué lástima que nadie nos la haya contado nunca…Si hasta ahora nadie ha escrito sobre ella…¿por qué no lo hago yo?”. (El País, 2 septiembre 2012).

Se refiere a la última misión franciscana, San Francisco Solano, en Sonoma (California, Estados Unidos), fundada en 1823 por el fraile español José Altamira.
 
 
Hoy, la asociación sin ánimo de lucro CAREM (www.carem.org) tiene su sede en Tecate, Baja California, México. Y el primitivo objetivo de preservar el patrimonio histórico a lo largo de los caminos misionales de Baja California se ha ampliado a todos los sitios históricos del estado. El primer logro ha sido la inauguración, en junio de 2011, del Museo Comunitario de Tecate. Este incluye tres salas de exposiciones permanentes, sobre la prehistoria del lugar, la época de los ranchos y la historia contemporánea; jardines etnobotánicos y una casa tradicional kumiai, el pueblo nativo de la región. Además de una tienda de regalos con artesanías tradicionales indígenas.

En noviembre de 2012 tendrá lugar en Tecate la presentación del libro Las Viejas Misiones de la Alta y la Baja California 1697-1834. Fechas de la primera misión permanente, la jesuita Nuestra Señora de Loreto Conchó, en 1697, por el padre Juan María Salvatierra, y la última, la misión dominica de Nuestra Señora de Guadalupe del Norte, ya el año de la Ley de secularización.
 
 
Una Asociación -la Liga del Club de Mujeres de California- se dedica a conservar las más de 450 campanas de bronce que, desde 1906, jalonan las 700 millas de la ruta a lo largo del Camino Real.
 
 

Antes, el 13 de septiembre, en el Museo del Prado de Madrid, María Dueñas presentará Misión Olvido. Tras el más de millón de ejemplares editados de El tiempo entre costuras y su traducción a más de 27 idiomas, su segunda novela parte con 350.000 ejemplares. “Misión Olvido tiene los ingredientes justos para cocinar un best seller: un toque de investigación en la historia, un puntito de misterio y un pellizco de drama sentimental”-escribe Rocío Huerta en El País.

 
LOS CAMINOS DEL RÍO BRAVO/GRANDE

El llamado proyecto histórico Los Caminos del Río se ubica en la provincia colonial de Nuevo Santander (hoy Tamaulipas, en Méjico) que fue fundada por el colonizador cántabro José de Escandón y Helguera (n. Soto la Marina, Cantabria,1700- + Ciudad de México, 1770) a mediados del siglo XVIII.

Los americanos lo llaman Río Grande, pero los españoles, al  toparse con las tumultuosas aguas  a mediados del siglo XVI, lo bautizaron como Río Bravo.

Es a lo largo de este curso, a un lado y a otro, en las dos orillas, donde desde hace unos años se está realizando un gran esfuerzo de recuperación de la historia y el patrimonio común.

EL CORREDOR HISTÓRICO DEL BAJO RÍO GRANDE: UN CORREDOR RIBEREÑO A LO LARGO DE LA FRONTERA TEJANA-MEJICANA

Abarca 200 millas de longitud a un lado y a otro del Río Grande/ Río Bravo, desde Laredo a Brownsville, en Texas (USA) y desde Colombia a Matamoros, en Tamaulipas (México).  El proyecto patrimonial Los Caminos del Río comenzó en 1990 como un esfuerzo de conservación cultural y natural. La primera actividad fue la publicación de un inventario con los recursos culturales de la región del Bajo Río Bravo (231 entre propiedades históricas, lugares y puntos de interés como ranchos, iglesias o  aduanas). Dos años después, en 1992, se firmó un convenio de colaboración entre los dos países fronterizos  que declaró oficialmente a Los Caminos del Río como un esfuerzo binacional. Los objetivos de dicho acuerdo  son, además de promover la conservación del patrimonio fronterizo compartido por Estados Unidos y México, atraer turismo y fomentar actividades educativas en las escuelas.
 

El primer paso  fue la publicación de un Libro del  profesor como guía de recursos y actividades. En ella se proponen  desde aprender sobre la danza renacentista llamada “matachín” a relacionarse  con estudiantes de México  a través de cartas, concursos de póster o baúles que contengan diversos objetos propios. La lección 5 sobre Las exploraciones españolas hablan de Diego de Camargo que construyó un fuerte en la boca del Río de las Palmas en 1520. Y La lección 6 está enteramente dedicada a  Escandón.

1992-1999: UNA EXPERIENCIA COMPARTIDA

A lo largo de siete años, se han hecho realidad diversos proyectos: En el aspecto natural,  aunque los osos y los jaguares desaparecieron con la colonización, hoy se intentan preservar al ocelote  (una especie de leopardo) y al jaguarundi (una especie de gato salvaje) a través de un corredor verde. La palma sabal, por su parte, tiene su santuario cerca de Brownsville. En cuanto al aspecto cultural, en Texas se ha rehabilitado el Museo de la República del Río Grande, en Laredo, y se ha realizado la segunda edición del documento “Una experiencia compartida”. En México, se ha publicado el folleto bilingüe “Los Caminos del Río: Legados de la Frontera”, ya en su tercera edición; se ha comenzado un programa de reforestación urbana y se han declarado zonas monumentales  en Camargo  o Mier. En Dolores, hoy Guerrero Viejo, parcialmente inundado por una presa, se trata de hacer un parque temático con lo que queda de las ruinas. Además, ambos países colaboran  en la restauración del puente de colgante entre Roma y Miguel Alemán.

Para saber más: http://www.thc.state.tx.us/heritagetourism/htcaminos.shtml. Web de la Texas Historical Commission.