Se
dice que la historia del jardín medieval en la Europa cristiana empieza con Carlomagno en el 800. Aunque los
romanos introdujeron muchas hierbas y plantas (el arte topiario del boj o el
castaño; su hortus era su jardín) en
lo que fue su imperio, fue Carlomagno quien fomentó su extensión.
Impresionado
por la belleza y la utilidad del herbario del monasterio benedictino de St.
Gall, en Suiza (en este monasterio se conservaba el plan ideal de
convento según la Regla de San Benito del siglo VI que decía que cada
monasterio debía estar organizado de forma que todo lo necesario estuviera allí
para que los monjes no se vieran precisados a salir frecuentemente y pudieran
ejercer diversos oficios), decretó que todas las ciudades del imperio tuvieran un jardín de hierbas. Por orden
suya, debía encontrarse siempre en sus jardines: achicoria, amapolas (conocida
como “mala hierba de los sembrados desde la Edad de Bronce pero con propiedades
narcóticas), laurel (árbol consagrado a
Apolo y a la victoria), malvas, menta, romero, ruda, salvia, hinojo y hierba
lombriguera (las dos últimas utilizadas como desinfectantes de los suelos). Sin
faltar las rosas y los lirios que, junto a las azucenas aparecerán muchas veces
en los libros y pinturas como símbolos de la Virgen (de la pureza y de la
blancura).
EL JARDÍN “DE HIERBAS” DE
CARLOMAGNO
En la Capitular De Villis (o
referente a las villas) del año 800, Carlomagno enumera las 74 especies de flores, de
hortalizas y legumbres, desde el lirio hasta la alcachofa, que es preciso cultivar en los
jardines de las villas. "Queremos que tengan en los jardines plantas de
todas las especies...". También hace sus recomendaciones en cuanto a los árboles: manzanos,
perales, melocotoneros, cerezos y ciruelos de distintas clases, serbales,
nísperos, castaños, membrillos, avellanos, morales, laureles, pinos, higueras y
nogales (teñir con la nogalina extraída de la cáscara verde de la nuez).
"Que el jardinero tenga en su casa siemprevivas"- apunta. Llamada
también “barba de Júpiter”, se creía que, plantada en los tejados, alejaba los
rayos.
Muchas de
estas plantas se cultivan desde hace más de 4.000 años en el Viejo Mundo como
el guisante, que se tiene por el vegetal más antiguo conocido; o el manzano, el
peral, el albaricoquero, el melocotonero, el almendro, la higuera o la cebolla, el sexto vegetal más
cultivado en nuestros días...
EL HERBARIO DE SAN GALO, EN
SUIZA
El herbario de San
Galo, con unas medidas de 12 x 15 m, contenía 16 plantas: alubias pintas,
satureja, rosa, menta, comino (semillas diminutas), apio de monte, hinojo, azucena, salvia, ruda, lirio, hierba
lombriguera, trifolium ornithopodioides (un tipo de trébol), y romero (flores y
hierbas medicinales y aromáticas).
Asimismo,
el huerto contenía una serie de árboles frutales (13): desde
manzanos y perales, a melocotoneros, moreras, ciruelos, nísperos, laureles,
castaños, higueras, membrillos, avellanos, almendros y nogales. Hay quien ve en
estos trece árboles a Cristo y sus 12 discípulos.
En cuanto
al jardín de hortalizas, éste contenía: cebollas, ajos, puerros, chalotas,
apio, perejil, cilantro, perifollo, eneldo, lechugas, amapolas, tomillo
salsero, rábanos, chirivías, zanahorias, coles, remolachas y comino negro.
La idea que
subyacía era la de "verduras para la cocina, hierbas para la enfermería y
flores para la iglesia... o el cementerio". Los árboles, para fruta y
sombra.
TIPOS DE JARDINES MEDIEVALES
El más
pequeño jardín o herbario conocido es el de la reina Eleonora de Winchester, en
Inglaterra, de sólo 2 por 2´5 metros, con hierba y bordes
herbáceos.
El huerto
frutal más pequeño, para ser rentable y obtener las máximas compensaciones en
caso de robo- algo muy frecuente en la Edad Media- debía contener al menos 12
árboles distantes entre sí entre 5 y 6 metros lo cual daba una superficie de 18
x 24 metros aproximadamente.
Guillaume de Lorris en su
“Poema de la Rosa” describe el jardín ideal de esta manera: “El
jardín estará rodeado por una muralla que lo cerque y lo proteja de miradas
ajenas. Tendrá un pequeño prado, árboles, pérgolas y túneles realizados con
ramas enlazadas de trepadoras y contará con flores y una fuente. Su espacio se
dividirá en cuadrados [tiene que ver con lo estático, con el orden, con la
organización racional] con caminos bordeados de hierbas aromáticas que con su
olor hagan aún más agradable el lugar”.
DESCRIPCION DE UN JARDÍN DE
ESPARCIMIENTO EN EL SIGLO XIII
Alberto Magno hace la
siguiente descripción hacia el año 1260: "El prado debe ser de tamaño tal
que en un cuadrado puedan
plantarse hierbas de dulce aroma como la ruda, la salvia o la albahaca y todo
tipo de flores como violetas [los griegos las creían nacidas de la sangre de
Atis], aguileñas, lirios, rosas, azucenas o similares.
Al borde
del césped -contra la pared-, dejar un banco de césped
más alto, florido y hermoso, [la vincapervinca es bastante resistente a que se
sienten sobre ella; también, puede plantarse orégano o tomillo].
Sobre el césped y contra el calor
del sol -siempre en un lateral- deberían plantarse árboles o viñas con guías (parras).
La sombra es lo que más se busca tras la fruta, así que no hay que tomarse
muchas molestias en cavar alrededor y estercolar porque esto puede dañar al
césped. Los árboles no deben ser amargos sino de flores perfumadas y sombra
agradable como vides, perales, manzanos, granados, laureles, cipreses... No
debe haber árboles en el medio del prado y sí en cambio una fuente [circular/la
perfección, u octogonal-símbolo de la regeneración entre el cuadrado-terrenal y
el círculo-eternidad, con una o dos tazas, tiene un sentido de centro; en la
imagen del paraíso terrenal, 4 ríos
parten del centro, es decir, de la misma fuente] de piedra de agua
cristalina".
Jardín, claustro o patio, la fuente
siempre ocupa el lugar central.
DESCRIPCIÓN DE UN JARDÍN
MEDIEVAL ESPAÑOL EN EL ROMANCERO
Está en el Romance de la Cava, que
pertenece al ciclo de Romances de don Rodrigo. Dice así:
De una
torre de palacio
se salió
por un postigo
la Cava con
sus doncellas
con gran
fiesta y regocijo.
Metiéronse
en un jardín
cerca de un
espeso ombrío
de jazmines
y arrayanes*,
de pámpanos
y racimos.
Junto a una
fuente que vierte
por seis
caños de oro fino
cristal y
perlas sonoras
entre
espadañas y lirios,
reposaron
las doncellas
buscando
solaz y alivio
al fuego de
mocedad
y a los
ardores de estío.
Daban al
agua sus brazos,
y tentada
de su frío
fue la Cava
la primera
que desnudó
sus vestidos.
En la
sombreada alberca
su cuerpo
brilla tan lindo
que al de
todas las demás
como sol ha
escurecido.
Pensó la
Cava estar sola,
pero la
ventura quiso
que entre
unas espesas yedras
la miraba
el rey Rodrigo (...)
*
arrayanes: mirto
La corte en
tiempos del rey Rodrigo era Toledo, donde aún se conserva un lugar llamado El
baño de la Cava, cerca del río.
Sin
embargo, la descripción del jardín y sus elementos, parecen tener más que ver con
un diseño de jardín árabe (el más antiguo de la Península es el Patio de los
Naranjos de la Mezquita de Córdoba) que con el que podría existir en sus
tiempos, a principios del siglo VIII. “El jardín será un espacio cerrado a ojos
extraños. Su interés se colocará en su centro y el conjunto deberá contemplarse
desde una perspectiva oblicua que favorezca la serenidad”- puede leerse en un libro sobre jardinería escrito en la Córdoba del siglo XI.
De hecho, según los estudiosos, Cava no
es un nombre sino el arabismo "caba", que significa "mujer
deshonrada". Como los romances se escribieron mucho después, quizá se
incorporara el tipo de jardín más conocido en ese momento a base de fuentes,
albercas, parrales, jazmines y arrayanes. La palmera y el almendro fueron los
árboles preferidos por el Islam español; junto al laurel y al olivo, adornaron
sus huertas y jardines.
Gonzalo de
Berceo en los “Milagros de Nuestra Señora” ya habla de “milgranos [granada; los
griegos creían que había brotado de la sangre de Dionisos] e figueras], peros e
manzanedas...”
RECREACIONES MEDIEVALES EN EL
SIGLO XX
The Shrewsbury Quest, en la
ciudad de Shrewsbury, en el centro-oeste de Inglaterra, está inspirado en el
único plan superviviente de un jardín monástico existente en Canterbury, que
data del año 1165.
El jardín
está dividido en 4 partes: el patio, con el espino de Glastonbury, un árbol
emblemático por tener dos floraciones, una de ellas en invierno, y ser
descendiente del que trajo José de Arimatea. En otra esquina, el herbario,
donde crecen las hierbas medicinales -con una pequeña área cercada guardando
las plantas más peligrosas como el acónito o la mandrágora, ambas venenosas. La
tercera parte es el herbario del abad, una zona de césped bordeada por hierbas
aromáticas y flores con un pequeño estanque en el centro. La última, está
ocupada por la huerta de hortalizas donde se cultivan puerros, ajos, cebollas,
repollos, coles o las menos familiares hoy en la cocina acedera (se comía
en ensalada o hervida) y ortiga (como verdura cocinada) de “cuando las gentes
sabían vivir más sobriamente”.
EN ESPAÑA: QUÉ QUEDA HOY DE
LOS JARDINES MEDIEVALES
Herbarios
medievales, originarios o recreados, no quedan en España como tales.
Lo más
parecido es la botica de Santo Domingo de Silos (desde 1701) y Valldemosa, en
Mallorca. Últimamente, en la Granja de San Ildefonso
se ha recreado el Jardín de la Botica. El proyecto
se ha inspirado en un jardín de botica con cierto aire medieval del que no se
conoce el diseño original exacto. Un espacio cuadrado dividido en cuatro
cuadros de plantas aromáticas (malva, menta, etc) con una fuente en el centro, un estanque para
cultivar las plantas medicinales acuáticas y una casita triangular que servirá
de centro de consulta de libros conforman el espacio del jardín que, hasta hace
poco, era un almacén de aperos de labranza.
En cuanto a
la historia de la Cartuja de Valldemosa, contada por su última propietaria,
Margarita Ferrá, de 79 años, es ésta [en 1998]: "El Padre Fray Gabriel
Oliver fue el último cartujo en la desamortización de 1835, antes de la
exclaustración. Se la quedó en arriendo y enseñó todo lo que sabía a su sobrino
Juan Esteve Oliver. A él, mi padre en los años 20 le compró la
farmacia"... Margarita recuerda que en el jardín se cultivaban ajenjo,
mirto, menta, un rosal con el cual destilaban el agua de rosas y otras plantas
aromáticas, que, al convertirse en Museo, se dejaron de cultivar.
En el
Monasterio de Guadalupe también se ha recreado un jardín.
EL ORIGEN: LA BIBLIA, EL
JARDÍN DEL EDÉN
"Hizo
Yahvé Dios brotar en él de la tierra toda clase de árboles hermosos a la vista y
sabrosos al paladar, y en medio
del jardín, el árbol de la vida (de la inmortalidad) y el árbol de la ciencia
del bien y del mal. Salía de Edén un río que regaba el jardín y de allí se
partía en cuatro brazos..." El Paraíso es el centro y la fuente en la que
se originan 4 manantiales. El número 4 a su vez tiene que ver con lo estático,
lo terrenal.
EL MÁS ALLÁ COMO VERGEL
Aparece en
las más tempranas obras célticas. En ellas,
Avallon, el más allá de los bretones y galeses, se llama tierra de manzanas, y el
paraíso de los irlandeses es la tierra de las manzanas de Emhain. Quizá por eso
aún se siga diciendo que “una manzana al día (cocida, rallada, asada o a
mordiscos) es cosa sana” o “sano como una manzana”.
Por su
parte, según el Corán, los musulmanes imaginaban el paraíso como un
jardín florido en el que los elegidos se reclinaban en bellas alfombras,
deleitándose con el perfume de las flores, el arrullo del agua y el rumor de
las hojas.
De hecho,
la palabra paraíso deriva del griego “paradeisos” y ésta a su vez del persa
“pairidaeza”, que significa “jardín cerrado”. La forma más elemental de
jardín es la del patio, con los caminos en cruz [una conjunción de
contrarios: lo positivo/vertical y lo negativo/horizontal, lo superior y lo
inferior, la vida y la muerte], dibujando 4 macizos de flores, bordeados por
setos tallados y con una fuente en el centro.
Definición
de Jardín (en el diccionario de María Moliner): “Cualquier lugar ameno
(deleitoso) poblado de plantas y flores. Viene del francés jart = huerto y gard= cercado,
seto; que en inglés da yard=patio.
CREAR UN JARDÍN MEDIEVAL
Elementos
fundamentales son: una fuente de piedra, un lugar para sentarse, un árbol- al
menos- para sombra, y una viña trepadora (una parra), césped y macizos de
flores y de hierbas medicinales y aromáticas.
Dimensiones:
el herbario más pequeño que se conoce es el de la reina Eleonora, en
Winchester, de tan sólo 1'8 X 2'4 metros.
Habrá, en
cualquier caso, que adaptarse al espacio que se tenga.
Estas son
algunas sugerencias de los expertos: para el seto o enrejado, majuelo, rosal
silvestre y madreselva. Para los bordes herbáceos, violetas, lirios, rosas o
primaveras; para los asientos, en forma de L, pegados a la pared, o en forma de
U y exentos, césped por arriba o plantas como la vincapervinca, orégano y
tomillo resistentes al aplastamiento; en el centro, sólo césped, para serenar
la vista, un pino o enebro para elevar el espíritu y una fuente para
refrescarse y escuchar su murmullo.
LA
CERCA, EL SETO O EL MURO
En la idea de “jardín cerrado” tienen
mucha importancia. Y es una pervivencia
de cuando el hombre se transforma en sedentario y se pone a cultivar o
encierra a sus animales domésticos cerca de la casa; porque protegen de los
vientos e impiden escapar- sobre todo los espinosos- a las ovejas. Además,
concentran a pájaros insectívoros que evitan las plagas. Incuban exclusivamente
en setos chochines, currucas (en endrinos la zarcera), verderones (prefieren
los majuelos) ruiseñores y zorzales. El alcaudón utiliza las espinas del
endrino como despensa en la que ensartar saltamontes.
Vallas (cerca hecha de estacas o
tablas), tapias (obra de albañilería), enrejados (con cañas o varillas) de
avellano, setos vivos (vides, rosal silvestre, zarzamora, arrayán,
aligustre/llamada alheña por los árabes, laurel real (introducido en Italia en
el siglo XVI), pitosporo, teocrium, escalonia de flor rosada) son utilizados para
cerrar el jardín...
En
un seto de 100 metros de longitud se pueden diferenciar entre 20 y 25 especies
de plantas, entre leñosas y herbáceas: Avellanos,
ciruelos, endrinos, majuelos, salgueras, saúcos. Entre las trepadoras:
correhuelas, madreselvas, zarzaparrillas...
Un
seto de 1 kilómetro de longitud maduro (de más de 25 años) da cobijo a un
promedio de hasta 50 parejas de aves. Son, pues,
lugares de gran diversidad animal y vegetal. El saúco [su cultivo- por sus
frutos- se remonta a los tiempos neolíticos y el hombre lo ha extendido por
gran parte del globo; por ello se dice que acompaña a las civilizaciones.
Ahuyentaba a sapos, culebras y salamandras según el saber popular] da de comer
a más de 40 tipos de aves. Malvas, campánulas, lavándulas o centáureas atraen a
abejas y mariposas.
LAS PLANTAS DE EXTRACTOS, UNA ALTERNATIVA A LOS CULTIVOS TRADICIONALES EN EL SIGLO XXI
Lo dijo en
la UIMP el catedrático de la Politécnica de Madrid José Mª Mateo Box. “No
podemos seguir cultivando trigo” o girasoles y
España importa cada año montones de plantas con principios activos
útiles para la industria farmacéutica, la cosmética o la alimentaria, y que nos cuestan más de 10.000 millones de
pesetas anuales, cuando por clima y condiciones podríamos estar plantando
plantas medicinales, aromáticas y condimentarias en los terrenos de cultivo que
se van abandonando y contribuir con ello a evitar la desertización del suelo
además de crear riqueza y obtener unos beneficios económicos. El tomillo, el
romero, la santolina o la lavanda cuanto más sol reciben más aceite producen y
más huelen. El clima mediterráneo de gran parte de la península es óptimo.
ALGUNAS CURIOSIDADES
* Las 7
plantas sagradas de los Druidas: además del muérdago, la verbena, el beleño, la
primavera, la pulsatila, el trébol y el acónito.
* Las 9
hierbas sagradas del dios nórdico Odín: artemisa, llantén, berro, manzanilla,
ortiga, perifollo, hinojo, manzana silvestre y la no identificada "atterlothe".
* La
acedera y el llantén son dos de las más antiguas hierbas medicinales.
* Los 13
árboles de San Galo, que bien pudieran representar a Cristo y a sus doce
apóstoles: manzano, peral, melocotonero, morera, ciruelo, níspero, laurel,
castaño, higuera, membrillo, avellano, almendro y nogal.
* Los 7
árboles nobles de Irlanda: roble, manzano, aliso, abedul, avellano, sauce,
acebo.
* La
leyenda del majuelo: Dice que José de Arimatea, propietario de la tumba en la
que Cristo fue enterrado tras la crucifixión, llevó el primer espino a
Inglaterra sobre el año 63 después de Cristo. Lo plantó en Glastonbury y
produjo un espino sagrado, que a partir de entonces siempre florece en Navidad
(tiene dos floraciones al año).
UN VIVERO DE PLANTAS
MEDICINALES Y AROMÁTICAS HOY
ADENA lo ha
creado en Burguillos, un pueblo de la provincia de Sevilla, con el objetivo de
crear empleo y evitar la recolección masiva de plantas silvestres en el campo.
Contiene: albahaca, anís verde, diente de león, eneldo, espliego, hinojo, malva,
orégano, poleo, romero, salvia y tomillo.
HORTALIZAS Y VEGETALES PARA UN
JARDÍN MINIMALISTA
Estos son
algunos de los citados por la revista británica Permaculture, soluciones ecológicas para la vida diaria: col,
brocoli, remolacha, achicoria, ajo de oso, berros o capuchinas. Pueden comerse
hervidas o en ensalada. La berza, la col rizada, habas, ajos y puerros son
plantas fáciles de cultivar- incluso
para un inexperto.
BIBLIOGRAFÍA
* Jardines medievales. John Harvey.
Batsford, London, 1981.
* El jardín simbólico. Margaret H.
Thomson. Olañeta, 1984.
* The Medieval Garden. Sylvia Landsberg.
British Museum Press, 1995.
[Publicado en el semanario La Realidad en agosto de 2001]