En casa contaban que, de
pequeño, se cayó jugando en La Llana [Sierrapando, Torrelavega] y se rompió la
muñeca; por eso, los padres le dieron estudios (en tiempos en que lo más que
algunas familias podían dar era un oficio: carpintero, cantero, dependiente de
comercio…). Dicen que le pagaron la carrera de maestro en Madrid.
Mi padre piensa que muchas
de las fotografías que tienen en la huerta de Sierra se las hizo este pariente,
que él recuerda con barba blanca, como un santón. Mi padre nació en 1927, así
que cuando él puede recordarle (en 1933/1934, Aurelio podía tener unos 60 años.
En 2016 (24 de agosto),
gracias a la ayuda de María, en Ciriego, hemos encontrado que, cuando murió, el
28 de febrero de 1955, con 84 años, vivía en la Avenida Pedro San Martín,
número 15, en Santander.
Aurelio nació en 1872 en
Sierrapando (hijo de Fausto Herreros López, “cantero labrante, casi un
escultor”, y de Gavina Fernández Díaz de Celis). En el mismo lugar, en 1874,
nacía mi abuelo paterno, Alfredo Herreros Hijosa, su primo, hijo de Hermenegildo Herreros López, cantero,
y de Teodora Fernández Díaz de Celis, “dedicada a sus labores propias de su
sexo”.
Según la crónica de La Región del 21 de abril de 1936
(“Emocionante homenaje al querido profesor laico don Aurelio Herreros”), desde
1902 era profesor del Centro de Enseñanza Integral y Laica en la calle de
Magallanes nº 21 [hoy, 31] de Santander. En el momento del homenaje tenía 64
años.
Según la “Evocación” que hace Eulalio Ferrer para el periódico Claridades de México el 4 de junio de 1955, tras la muerte de "don Aurelio", “había salido, casi huyendo, del remoto pueblo en que nació, cerca de Torrelavega. Sus ideas alarmaban en una de las provincias más conservadoras de España…”. Fidel Campo me contó que su padre, Fausto, le había construido la escuela en la huerta de Sierra.
Retrato
de don Aurelio Herreros, “un maestro ejemplar”
“Soy hijo de una escuela y
de un maestro, a quienes debo la insaciable ambición de aprender, que es la
esencia del autodidactismo”- dirá Eulalio Ferrer en 1981, en México, en los
salones del Casino Español. Nunca dejará de reconocer la influencia de su
maestro [y de su padre] en la persona que ha llegado a ser. En una entrevista
que le hacen en 1972, a la pregunta de “¿Quiénes son los hombres que más han
influido en su vida?” – contestará, sin dudar: “Mi padre y mi maestro”. “Que es
de montañeses ser leales…”.
Así lo describe en su
semblanza: “Alto y bien plantado, tan recto en el andar como en el pensar, de
cabeza elevada y rotundamente calva…, tenía unos grandes ojos azules…Era manco
de la mano izquierda…Vestía con sencilla elegancia…Parco en el comer, ni fumaba
ni bebía…Gustaba de la naturaleza en toda su plenitud…Su pasión era la
fotografía…”.
Un bastón ligero de mango
redondo y un sombrero de paja, en
verano, completaban su estampa delgada. Su voz era clara, y suave el tono. “Sus
frases, sentenciosas. A menudo ocurrentes, con ingenio socarrón”. Pero, al
parecer, eran demoledoras cuando desmontaba
cualquier tipo de fanatismo.
En cuanto a su carácter, “su
defecto podría ser el de la impaciencia. Su exceso, el de la lógica. Todo lo
convertía a leyes naturales, tratando de lograr siempre la comprensión de lo
más difícil. Situaba a cada alumno en la medida adecuada de lo posible, dentro
de una exigencia que maximizaba con justicia…Era un maestro
renovador…postulaba, junto con la libertad de enseñanza, la libertad de
pensamiento…lo que más le preocupaba es que de aquella Escuela el individuo
saliera transformado en hombre”.
La Escuela de Magallanes
En sus cartas, Eulalio Ferrer la describe como "el aula húmeda de la calle Magallanes" o "aquellos salones humildemente decorados con citas de Lamennais"; quizá como la conocida “El derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos si no crecen uno al lado del otro”...
La Escuela de Magallanes
En sus cartas, Eulalio Ferrer la describe como "el aula húmeda de la calle Magallanes" o "aquellos salones humildemente decorados con citas de Lamennais"; quizá como la conocida “El derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos si no crecen uno al lado del otro”...
Fotógrafo “amateur”
Así consta en La Región (8 de mayo de 1933) en una
noticia sobre “La primera excursión de la Juventud Socialista” [a Sarón y
Liérganes]. El párrafo dice así: “El culto profesor y excelente fotógrafo
“amateur”, don Aurelio Herrero(s), tiró unas cuantas placas al pie del puente romano
existente en Liérganes”.
El 30 de mayo de 1933, su
nombre vuelve a aparecer, asociado a la fotografía: “Don Aurelio Herreros, el
artista de la cámara oscura y culto profesor, tiró una placa en honor de las
lindas muchachas socialistas”…
5
de julio, fin de curso
Según recuerda Ferrer en
carta (de 23 de mayo de 1975) a Eusebio del Prado, condiscípulo de la Escuela,
el 5 de julio era cuando se terminaba el curso escolar y se repartían
calificaciones y premios.
Firma y sello
El 2 de enero de 1937,
Aurelio Herreros Fernández, director del Centro de Enseñanza Integral y Laica
de Santander, certifica que “el ciudadano Manuel Gándara tiene un hijo
matriculado en este Centro, a cuyas clases asiste asiduamente hace seis años”.
Antes, el 13 de julio de
1933, aparece en un listado de “Maestros laicos
históricos de toda España”, aquellos que “han servido en Escuelas laicas
privadas durante el dominio de la Monarquía”.
Junto a él (61 años y 30 de
servicios, en Santander) aparecen: Elisa Pérez, maestra de 72 años, con 40 años
de servicio y residencia en Torrelavega e Ignacio Linazosoro Pérez, de 42, con
20 de servicio y residencia igualmente en Torrelavega. Con residencia en
Santander, Amelia Lavín Laspiazu, de 41 años, maestra, con 26 años de servicio;
María Mozo, 30 años y 6 de servicio, y Miguel Comos López de Haro, 30 años y 5
de servicio.
Correspondencia
“Guardo la correspondencia de
tu padre como un tesoro testamental. Debería publicarse algún día…”- le escribe
a su hija, Mercedes Herreros de Andraca, Ceditas,
el 29 de mayo de 1955, tras la muerte del padre, en febrero. “Mi deuda con don
Aurelio era inmensa. Incancelable…”.
Un alumno de la Escuela Laica, Eulalio Ferrer
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/07/el-santander-de-eulalio-ferrer-con-sus.html. El Santander de Eulalio Ferrer: El “barrio latino”, hoy “Barrio del Buen Vivir”.
Un alumno de la Escuela Laica, Eulalio Ferrer
https://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/07/el-santander-de-eulalio-ferrer-con-sus.html. El Santander de Eulalio Ferrer: El “barrio latino”, hoy “Barrio del Buen Vivir”.
Un retrato en 1948
Está pintado por Ángel Medina (Ampuero, 1924- Santander 2009) y fechado el 20 de julio de 1948, el año que el pintor ingresó en la escuela Central de Bellas Artes de San Fernando tras estudiar en la Escuela de Artes y Oficios con Daniel Alegre.
Está pintado por Ángel Medina (Ampuero, 1924- Santander 2009) y fechado el 20 de julio de 1948, el año que el pintor ingresó en la escuela Central de Bellas Artes de San Fernando tras estudiar en la Escuela de Artes y Oficios con Daniel Alegre.
[Gracias a Ramón Viadero, a
Antonio Santoveña y a Fernando Vierna por sus fotos e informaciones].
Leer más sobre Historias familiares
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https://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2013/03/mi-padre-tambien-fue-un-nino-de-la.html,
RELATOS FAMILIARES. Mi padre también fue un niño de la guerra.
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