El viernes 5 de febrero de
1915 Blanco y Negro anunciaba el
comienzo de una sección nueva en la revista: “Blanco y Negro inaugura en este
número una sección nueva,
especialmente consagrada a sus lectoras: “La
mujer moderna”. Esta nueva sección se publicará quincenalmente, y estará a cargo del notable escritor D. Gregorio Martínez Sierra, cuya labor
literaria íntegra, novela, poesía , teatro, se ha caracterizado siempre por el
sentido francamente feminista”…
Se recalcaba que no era una
“sección de modas, de salones o de frivolidades… En ella se hablará a las
mujeres de España de sus derechos, de sus esperanzas…, de sus tremendas
responsabilidades…”.
Las
cartas de María Lejárraga a las mujeres de España
“Mándame cuanto antes original…”-
le escribía Gregorio a su mujer, María Lejárraga, en una carta a finales de
junio de 1915.
“¿Cómo te las compones para
poner emoción en todo…? Y qué admirables de doctrina todas las cartas…”- le
escribe a mediados de julio.
En un artículo publicado en
1965 en el diario La Prensa, de Buenos Aires, María manifestaba sobre esa
época: … “logré que Gregorio Martínez Sierra, mi marido, mi colaborador y mi
cómplice, firmase con su nombre toda mi propaganda feminista”. Y continúa: “yo
estaba bien segura de que las mujeres españolas habían de escuchar con más
benévola atención la voz de un hombre que la de una mujer…”.
La
primera carta, titulada Dolorosa victoria, se publica el 3 de enero de 1915, en plena I
Guerra Mundial. En ella se alude a la situación, antes de la guerra, referente
a la mujer, a las mujeres del mundo. “¿Saben…que eran ustedes, las mujeres, uno
de los problemas más apasionantes del mundo moderno…? Los derechos de ustedes
eran problema mundial…”. Se refiere, sin citarlo, al X Congreso Internacional
Feminista, que había tenido lugar en París en junio de 1913 (entonces solo los
países nórdicos tenían sufragio femenino).
La pregunta ahora es si las
mujeres sirven para cosas tan importantes como los hombres. Mujeres que, con la
guerra, y los hombres en el frente, han tenido que hacerse cargo de sus
trabajos y de toda la intendencia en la retaguardia.
Y, cuando la guerra termine,
deberán seguirse reinventando ante la falta de hombres, muertos en la batalla,
o heridos y dependientes (de ahí el título: Dolorosa
victoria). “¿Para qué quieren las mujeres el voto…?”. Habrá en Europa once o doce millones de
mujeres sin posibilidad de encontrar marido [hay 9 millones de mujeres más que
de hombres y “la guerra quitará la vida
a tres o cuatro millones más”, más los que queden inválidos o enfermos…]”.
Tendrán que mantener, con su trabajo, a
maridos, hermanos, huérfanos…
Pero para eso, “hay que
prepararse” -concluye la primera carta. “Hay que aprender un poco más; hay que
pensar un poco más; hay que salir del círculo encantado en que los encierran a
ustedes unas cuantas mentiras bonitas de los hombres; hay que preocuparse un
poquito menos de la moda y un poquito más de la vida; hay que entusiasmarse
menos por el flirteo y más por el derecho…”.
La segunda carta, el 5 de febrero de 1915, está dedicada a los Clubes [Clubs] de Mujeres de Norteamérica; a
explicar en qué consisten, quiénes lo integran y con qué fines. Los primeros
clubes, de estudio y de cultura, los crearon amas de casa, ya en su cuarentena,
con los hijos criados y “después de cumplidos sus deberes”. Las razones:
“Porque siempre he tenido afición a saber…; porque mis hijos han crecido y no
me necesitan…; porque quiero saber lo que saben mis hijos…; porque no quiero
que mis hijos se avergüencen de mí…”. Y
porque no quieren pasarse los “veinte años de espléndida salud que aún les
quedan” solo haciendo labores, cuidando al gato o acicalándose para convencerse
de que aún tienen 35.
Al estudio teórico se añadió
el recreo y luego el estudio con vistas a la acción práctica. Así, se crean en
estos clubes distintos departamentos donde aprender sobre economía doméstica,
salud pública o condiciones sociales e industriales.
En la carta aparece su
definición de feminista (“Las
mujeres deben ser feministas como los militares son militaristas o los reyes
son monárquicos”): feminista es ser “partidaria de que la mujer debe pasar su
vida lo más feliz posible, haciendo la mayor suma de bien posible, siendo lo
más útil posible a la Humanidad, gozando con tan perfecta naturalidad como el
hombre la plenitud de sus derechos de ser humano…”.
Cuando el libro se publicó,
en mayo de 1916, con la recopilación de varias de estas cartas, una reseña en
un periódico de provincias, La Publicidad,
de Granada, lo catalogaba así: “ He aquí un libro que, siendo honda y
radicalmente feminista, no ha de levantar sin embargo airadas protestas…,
escrito con más miras educadoras que revolucionarias”…
Hacer
pedagogía
En la carta del 21 de marzo
de 1915 se resumen las conclusiones del Congreso Internacional de Mujeres,
celebrado en París, en junio de 1913, cuyo objeto era los Derechos de las Mujeres. “Se esperaban 400 congresistas y acudieron
más de 2.000… Acaso el único país que no envío a él representante alguna fue
España… Entre las cuestiones que fueron discutidas con más interés, están la de
la protección del trabajo de los niños, la de la lucha contra el alcoholismo y
la de la prevención de la tuberculosis”. Los proyectos tienen como objetivo: elevar
la condición moral de la mujer; el mejoramiento de las condiciones de la familia o el de las
ciudades. Y el derecho de la mujer al voto, para intervenir directamente, como aspiración suprema.
La carta anterior llevaba el
título “¿En qué pueden y deben trabajar
las mujeres?”.
SABER
MÁS
https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2015/03/gregorio-y-yo-memorias-de-una.html. GREGORIO Y YO. MEMORIAS DE UNA DRAMATURGA VIAJERA.
En 1953, María Lejárraga da
a la imprenta Gregorio y yo: medio siglo
de colaboración, reeditado en el año 2000 (Pre-Textos). Pensó llamarlo Horas serenas. Al final, deja el título
como preámbulo (“Horas serenas porque son las únicas que quiero recordar…”). Lo
comienza en Niza en 1949 y lo termina en Buenos Aires, en 1952.
De
Canción de cuna (1911): “Complacíame
sobre todo haber hecho llorar a los hombres”. En 1911, estrenan -en el teatro
Lara- Canción de cuna.
De
Galdós, dijo: “Es el primer escritor español que ha tenido
piedad de las mujeres”. “De una de sus
visitas a la casa de Santander guardo un suave recuerdo. Ya estaba casi ciego,
pero quiso, con graciosa cortesía, salir a despedirnos y, en el jardín,
buscando a tientas una mata de hierbaluisa, cortó para mí un inmenso ramo de
fragantes hojas. Largos años las he conservado hasta que se convirtieron en
polvo”.
Autodescripción: “Como
española, soy ventanera –o
balconera”.
Maternidad: “Faltábame el instinto maternal. Jamás,
jamás, ni aun en el más sincero de mis trances de amor, he soñado con tener en
los brazos a un hijo de mi carne y de mi sangre”.
Religiosidad: “Fui beatita y practicante estricta de los
doce a los veinte [1886-1894], y no me decidí a abandonar el redil
espiritual…hasta bien cumplidos los veintisiete [1901]”.
https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2015/03/andariegas-menos-conocidas-maria.html . MARÍA MARTÍNEZ SIERRA, UNA ANDARIEGA DEL SIGLO XX. Una Mujer por los caminos de España o España triste.
https://www.youtube.com/watch?v=T4gCakqygLE. Documental A las mujeres de España, María
Lejárraga. Días de Cine TVE.
https://nuevecuatrouno.com/2022/04/21/homenaje-maria-o-lejarraga-pelicula-ponencia/. 21
abril 2022. El Gobierno de La Rioja homenajeará a la escritora riojana María de
la O Lejárraga con la proyección de la película ‘A las mujeres de España. María
Lejárraga’ en la Filmoteca Rafael Azcona, y con la ponencia ‘Redescubriendo a
María Lejárraga: Epistolario del exilio. Cartas familiares (1939-1969)’, a
cargo los autores riojanos Juan Aguilera e Isabel Lizarraga en la Escuela de
Feminismo. Un total de 307 cartas componen este epistolario familiar del exilio
de María Lejárraga, que constituyen un magnífico fresco de lo que fue su vida
lejos de España, de donde se exilió en un viaje sin retorno el 19 de octubre de
1936.
https://www.eldiario.es/andalucia/lacajanegra/cine/laura-hojman-si-hubieran-hablado-maria-lejarraga-escuela-habria-sido-feliz-sabia_1_8812878.html. Laura
Hojman: “Si me hubieran hablado de María Lejárraga en la escuela, habría sido
más feliz y más sabia”. La directora sevillana dedica un documental a la
prolífica escritora y a las pioneras del feminismo en la Segunda República.
https://nuevecuatrouno.com/2020/02/20/calle-laurel-grafiti-mural-maria-lejarraga/. 20 febrero 20220. Mural de María
Lejárraga en el medianil de la calle Bretón de los Herreros, 46, esquina con la
Travesía del Laurel, en Logroño. Su autora: Andrea Michaelsson (Barcelona,
1977), cuyo nombre artístico es Andrea Btoy, es una artista internacional
reconocida por su especialidad en hacer murales con el contenido de mujeres
icónicas en la historia universal.
Reivindicación del nombre y
la obra. El gran borrado
En 1987, la crítica
literaria norteamericana Patricia O´Connor publica Gregorio y María
Martínez Sierra, crónica de una colaboración, donde se recoge la siguiente
opinión de Pedro González Blanco,
crítico y escritor: “Gregorio Martínez Sierra jamás escribió nada que circulase
con su nombre. Ya fuese novela, ensayo, poesía o teatro. Eso es algo que Juan
Ramón Jiménez. Ramón Pérez de Ayala y yo sabemos muy bien. Eso es algo que
Usandizaga sabía muy bien; sabía que el libreto de Las golondrinas era
de María. Turina sabía que el libreto de Margot era de María.
Falla sabía que las directrices para los ballets de El sombrero de tres
picos y El amor brujo eran de María. Eso es algo que
Marquina sabía muy bien; El pavo real fue escrito por María y
puesto en verso por Eduardo. Arniches lo sabía: los dos actos de La chica
del gato eran de María, etc. Pero quienes mejor lo sabían eran los
actores, que siempre estaban nerviosos cuando salían de Madrid y en especial
cuando viajaban por América: “El tercer acto que tiene que enviar doña María no
ha llegado todavía y tendremos que suspender los ensayos”…
En una carta a su hermano
Alejandro, en 1948, María le confirma: “De que soy colaboradora en
todas las obras no cabe la menor duda, primero porque es así, y
después porque lo acredita el documento voluntariamente redactado y firmado por
Gregorio en presencia de testigos que aún viven y que dice expresamente:
“Declaro para todos los efectos legales que todas mis obras están escritas en
colaboración con mi mujer, Doña María de la O Lejárraga y García. Y
para que conste firmo esta en Madrid a catorce
de abril de mil novecientos treinta”. Además, aunque, después de esto, todo
es superfluo, tengo numerosas cartas y telegramas que prueban no solo mi
colaboración sino que varias obras están escritas solo por mí, y
que mi marido no tuvo otra participación en ellas que el deseo de que se
escribiesen y el irme acusando recibo de ellas, acto por acto, según se los iba
enviando a América o a España cuando yo viajaba por el extranjero. Las obras
son de Gregorio y mías, todas, hasta las que he escrito yo sola, porque así es mi voluntad”.
“El amor común al arte
dramático” es lo que le hace conectar con Gregorio Martínez Sierra, 7 años más
joven que ella.
De 1916 a 1926 Gregorio fue
el director y empresario del teatro Eslava. Su proyecto artístico fue el
llamado “Teatro de Arte”. “Su vocación esencial fue la de director de escena”.
Entre los argumentos que da
para firmar sus obras con el nombre de su marido, cita: “Siendo maestra de
escuela, es decir, desempeñando un cargo público, no quería empañar la limpieza
de mi nombre con la dudosa fama que en
aquella época caía como sambenito casi deshonroso sobre toda mujer literata”.
De hecho, Clarín había escrito por esos años: “…La [mujer] que recurre a las
letras de molde para llenar el alma de vana gloria es ni más ni menos (y eso
cuando lo es) la mulier formosa superne
[mujer hermosa desde lo alto] de Horacio; y digo cuando lo es, porque las
literatas, salvadas honrosas excepciones, ni siquiera superne son hermosas, y desde el moño a los talones parecen caballos o peces”.
Ella, al final de sus
memorias, escribe: “Una hembra no renuncia, no se anula voluntariamente más que
en el amor”.
https://ovejasmuertas.wordpress.com/2017/09/24/maria-martinez-sierra-y-sus-paraisos-perdidos-por-patricia-w-oconnor/. PATRICIA W. O’CONNOR. University of
Cincinnati: María Martínez Sierra y sus paraísos perdidos.