Su autora es Fang Fang,
seudónimo literario de la escritora
china Wang Fang, nacida en Nankín en 1955.
Estudió chino en la Universidad de Wuhan en 1978 (“Soy
licenciada por el Departamento de Chino
de la Universidad de Wuhan”). En 1975, empieza a escribir poesía y, en
1982, lanza su primera novela Da Peng Che Shan. En 1987, publica la que dicen su obra
maestra Feng Jing (The view?). La incluyen en la llamada literatura
del nuevo realismo.
Antes
de asistir a la universidad, pasó cuatro años trabajando como operaria de carga
en el puerto de Wuhan, lo que le proporcionó material para sus primeras obras (Las
villas de Lushan y Concesiones extranjeras de Hankou).
Tras
jubilarse, fue contratada como profesora de la universidad de Wuhan y como
directora del Centro de Investigación de Creación Literaria de la Universidad
de Huazhong. Ha sido directora de la Asociación de Escritores de Hubei.
Diario de Wuhan. Notas desde una ciudad en
cuarentena
“Me
centraré en lo que ahora mismo estoy
viviendo emocionalmente…”. Las emociones van
desde la incertidumbre y la perplejidad a la ansiedad y el miedo. De la
indignación a la tristeza y a la impotencia. “Te horrorizas, te entristeces, te
enfadas, y al final terminas acostumbrándote a ello”… “Hoy estoy de un humor de
perros…”, “No puedo recordar cuántos días han pasado desde que comenzó la
cuarentena”- escribe el día 23. “Estos días me siento cansada y me duele la
cabeza”, “Me siento impotente para dar
consuelo a los demás…”,
Mi crónica personal. Dejar constancia de lo que
ocurre
“Una
de las cosas que más preocupan a los ciudadanos ahora mismo es la escasez de
mascarillas”.
“Es
difícil encontrar aquí a alguien que no esté sufriendo algún tipo de trastorno
psicológico…”.
“Uno
de mis hermanos me ha dicho que acaban de llegar a Wuhan ciento ochenta mil
mascarillas que ha donado la ciudad de Pittsburg…”.
“Con
el confinamiento obligatorio, las redes sociales están impulsando con fuerza
los grupos de compra en línea, y las empresas de comercio electrónico también
están reajustando su modelo de venta”.
“Los
gritos de socorro de gente desesperada por tener acceso a un tratamiento
médico…han sido reemplazados por los mensajes que te informan de cómo conseguir
las verduras y alimentos”.
“Hace
treinta días que se impuso la cuarentena en Wuhan…Todo el mundo está al límite
de su resistencia…, todos queremos salir…”.
“Ahora
se está dedicando más tiempo a hablar de la recuperación económica que de la
epidemia. Una gran cantidad de empresas
están al borde de la quiebra…”.
“La
cárcel o las residencias de mayores… son lugares que en un principio no se
habían tenido en cuenta, y en ellos trabaja mucha gente y unos y otros vuelven
a casa todos los días”.
Cosas que echa de menos
“…aquellos
tiempos en que salía a montar en bicicleta junto con mis colegas por el Paseo
Verde del Lago del Este…Solíamos dar una vuelta por la parte tranquila de la
isla Luoyan, subiendo rampas y cruzando puentes; en total, tres horas. En algún
punto del recorrido, comprábamos algunas verduras frescas a los campesinos… o
nos parábamos a charlar en algún lugar hermoso a la orilla del lago…”.
Una hija de Wuhan. Dejar un recuerdo de este
proceso de supervivencia
En
2011, publica la novela Wuchang, una ciudad bajo sitio. En otra de sus
novelas, Mil flechas perforan el corazón, la protagonista le recuerda,
por su agudeza, a una de las habitantes de Wuhan.
“Llevo
viviendo aquí más de sesenta años…He trabajado como porteadora, también como
periodista (“Cuando era joven, trabajé en la televisión”, “Desde joven he
escrito muchos artículos para el Diario del Yangtsé”), editora y
escritora. He vivido en Hankou, al norte del río, durante más de treinta años,
y al sur del río, en Wuchang, durante otros treinta…Todos mis recuerdos tienen
su más firme arraigo en esta ciudad…”.
Escribió
el guion para el documental de televisión Una persona, una ciudad sobre la ciudad de Wuhan. “Escribí…: ¿por qué
Wuhan es un lugar en el que resulta tan difícil vivir?...Entonces, ¿qué es lo
que me gusta de esta ciudad?… La razón por la que me gusta Wuhan parte del
hecho de que este es el lugar con el que más familiarizada estoy…, el único
lugar del que realmente podría decir: lo conozco”.
Su día a día: observar, reflexionar, experimentar y
escribir
Lo
primero es mirar el teléfono antes de levantarse (“mirar el móvil ha pasado a
ser mi pan de cada día”); leer los
mensajes por WeChat. También ve muchos vídeos en la red y reportajes, de todo
tipo (videoselfis), para hacerse una idea de la situación. Estadísticas,
entrevistas, informes, debates, a veces
textos alarmistas o bulos. “Entre historias deprimentes y artículos
estimulantes”… En ocasiones, le llegan amenazas e insultos y, frecuentemente, le suspenden (o censuran)
su cuenta de Weibo por no ser “políticamente correcta” cuando escribe. “…manteniéndome al tanto de lo que ocurre a
través de internet. Y mediante conversaciones con mis amigos y colegas [médicos
y universitarios], documentando lo que veo y escucho cada día…”.
“Si
algo abunda son vídeos llenos de gente que grita pidiendo ayuda…, pero ya no
puedo soportar verlos”…
Los
4 hermanos (entre los 60 y los 70 años) mantienen un chat familiar. Ella vive
con un perro de dieciséis años. “Nunca he tenido buena mano
para las plantas”.“Para
cenar he tomado un pequeño cuenco de arroz con gachas (cada día come solo un
cuenco de arroz y un plato muy sencillo. “Preparo a menudo tallarines o tiras
de tofu cocidas”). En un ratito me subiré a la cinta de correr para hacer algo
de ejercicio…”. Es diabética, como dos de sus hermanos, y necesita dar largos
paseos a diario (ahora, imposible). Camina a grandes zancadas.
“Por
regla general, me acuesto tarde…”.
Cuidarse uno mismo
“Es
una manera de contribuir a los esfuerzos”… Ella toma un suplemento matinal de
vitamina C y pastillas de flor de loto contra la gripe.
“Desde
hace ya más de veinte días recurro a los somníferos para poder dormir por las
noches…”.
“Cuando
estoy enferma, por lo general busco ayuda en la medicina occidental; pero para
el mantenimiento de la salud diaria, suelo apoyarme en la medicina china”.
Críticas. Es preciso reflexionar
“El
error más grave fue nuestra confianza ciega en el Gobierno”…Quienes les
dijeron, en un principio, “No Se Transmite Entre Personas, Se Puede Controlar y
Prevenir”.
“Hasta
ahora no he sabido de una sola persona que haya dado un paso al frente para
aceptar la responsabilidad o disculparse”.
“Los
funcionarios chinos siempre han dejado que las directivas escritas dirijan su
trabajo: en cuanto los apartas del guion, no saben qué hacer”.
Hay
para todos: “La dejadez de China en la fase inicial y la arrogancia de
Occidente…”.
Las mismas preguntas
“¿Cuánta
gente ha muerto realmente…?”, ¿Cuántos doctores han sacrificado su vida…?,
“No
ofrezco respuestas. Me limito a recoger lo que veo”.
LEER
MÁS
https://www.infolibre.es/noticias/cultura/2020/07/08/fang_fang_diario_wuhan_108598_1026.html.
'Diario de Wuhan', una luz en el apagón informativo del Gobierno chino.
https://www.lavanguardia.com/libros/20200712/482249132376/wuhan-fang-pandemia-libros-solano.html. Libros sobre la pandemia.
https://elpais.com/cultura/2020/03/23/babelia/1584986441_659231.html. Paolo Giordano, En tiempos de contagio
(el primer ensayo sobre el coronavirus).
Otras
escritoras testimoniales
Svetlana
Alexievich. https://elpais.com/internacional/2020-08-24/svetlana-alexievich-sobre-las-protestas-en-bielorrusia-el-mundo-civilizado-no-puede-dejarnos-solos.html. SA: “En cualquier momento pueden tocar la puerta y venir a detenerme”.
https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2016/02/la-guerra-no-tiene-rostro-de-mujer-la.html. SVETLANA ALEXIÉVICH, La guerra no tiene rostro de mujer.
https://www.eldiariomontanes.es/internacional/nobel-literatura-alexievich-20200826163212-ntrc.html. La Nobel de Literatura Svetlana Alexiévich desafía
a Lukashenko, presidente de Bielorrusia..