lunes, 30 de marzo de 2020

A CORAZÓN ABIERTO. NOVELAR A LOS PADRES



“Siempre quise convertir a mis padres en personajes de novela…”- comienza el capítulo de Agradecimientos. Empieza por su padre, Manuel, a los 9 años. “Llegó a Madrid…en 1939, pocos meses después de que terminara la guerra. Tenía nueve años”…Para quitarse una boca de en medio, lo mandaron con una tía, una enfermera soltera que trabajaba en el hospital de Maudes, a quien siempre llamó La Bestia “por el mal trato que le dio”. Por las tardes, iba a buscarla, andando, desde su casa al final de Ribera de Curtidores hasta Cuatro Caminos, una tirada.

Solo durante todo el día, su única misión era acudir a las colas del auxilio social a recoger con la tartera la comida para la tía de la cartilla de racionamiento. Hasta que un día se harta y decide ir a buscar a unos parientes en Aranjuez, que “sabía que tenían huertas”…

Un padre ultrapresente. Un ejercicio de entendimiento

Su padre le enseña, les acostumbra a “aceptar a los desconocidos con los que él entablaba relación, nos gustaran o no”…,”nos repetía con insistencia que debíamos jugar con todos los niños”…

Era un hombre hecho a sí mismo, “un incorregible charlatán…, proclive a meterse en broncas…,  siempre supo elegir bien a sus amigos”…

“Mi padre recorrió España para hacer balances y auditorías de Dragados.”…La imagen más poderosa que de él tiene archivada en la memoria: “mi padre acodado en una barra, envuelto en humo, con la copa y el cigarro en una mano y la otra libre y gesticulante, su risa brotando brusca y rota, o su ira,  cuando de pronto el desconocido le ha llevado la contraria y se convierte en su enemigo…”.

En un poema que pertenece al cuento El niño y la bestia, Elvira escribe: “Como Dios, eras salvador e implacable, /fiero hasta provocar el dolor/de tus hijos, que fuimos tan hijos como siervos…Fuiste injusto y duro…pero ¿cómo no ibas a serlo…?”.

Una madre desvaída

“Llevo años tratando de oír el timbre de la voz de mi madre, su manera susurrante de cantar [“los boleros que cantaba mamá…Le gusta cómo canta Jorge Sepúlveda”], visualizar el balanceo peculiar de sus andares y la sonrisa”…

Con 9 años, la niña Elvira, la menor de cuatro hermanos, se convierte en cuidadora precoz, “en niña que cree contar con poderes que salvarán a su madre del dolor y la depresión”. “Yo no sé si mamá era débil, pero a mí siempre me lo pareció”. “Prudente y temerosa…, llevaba el pelo corto y cardado. Vestía muy austeramente, pero si había alguna celebración se ponía su vestido negro sin mangas, el collar de perlas y el abrigo blanco…Mi madre es guapa, delicada…”. Muere en 1978. Elvira tiene 16 años.

El humor de Elvira Lindo, pese a todo

Aparece en varias ocasiones…

Cuando describe a su abuela Sagrario, su abuela “mala”: “En resumen: el rostro era de Inocencio X; el peinado, de Cristóbal Colón, y el gesto, de Scrooge…”. (Así me ha quedado a mí, que está visto que no soy una pintora de primera...).


Cuando habla de la manera de escuchar a su padre (sus anécdotas humorísticas y sus hazañas): “Mi hermana y yo escuchamos, como hemos hecho siempre, escuchar y desconectar. Así fue nuestra vida familiar: mientras él monologaba, los cuatro hijos íbamos enriqueciendo nuestro mundo interior…”.

A veces, recuerda la manera de contar en Manolito Gafotas: "A mí me gusta más esto [Mallorca] que la Península. No lo digo por peloteo a mi padre, sino porque es la verdad máxima…”.

Al contar a sus padres, se cuenta a ella misma:

“He ido poco a clase porque mi madre, en cuanto tengo decimillas, me deja quedarme en casa…”.

“…mi carácter neurótico se había desatado con la posibilidad de perder a mi madre y padecía muchas manías…” (mis números de la suerte, tocar el suelo tres veces antes de entrar en una habitación, apagar y encender la luz tres veces, andar mirando al sol, volver la cabeza mientras caminaba, rascar las paredes, guiñar los ojos tres veces tres, que son nueve…). “Mis padres me hicieron adulta a los diez años”.

“Los niños [sus hermanos mayores, Manuel y César] no daban pena, solo envidia; envidia de que mi padre los sumara a sus aventuras, a irse de pesca al amanecer o a llevárselos a la obra y ponerles el casco, y de que a mí me dejara fuera…”.

“…Yo no sé cómo no querer a mi padre. Ella [Mi madre] me enseño a quererlo por encima de todo. Y yo lo quiero aunque llegue tarde, aunque no la atienda, aunque nos deje a nosotras todo el trabajo que él tendría que hacer. Y le escucho. O hago que le escucho. Represento el personaje raro de la niña sustituyendo a la madre. No me gusta, y a veces los odio a los dos por eso”.

Su acerbo sentimental

A lo largo de  la narración, aparecen varios hitos infantiles que permanecen en la memoria...

Su único cuento en los años del pantano de El Atazar, El muñeco de papel [de Mercè Llimona].


La canción Amapola. [Mamá] “me enseñó esa canción que me acompaña siempre…”.

https://www.youtube.com/watch?v=RVj0KqDcQJk. Amapola, por Miguel Fleta, en 1925.

Las canciones de Marisol, que se canta en momentos puntuales:




SABER Y LEER MÁS

https://elpais.com/cultura/2020/03/03/babelia/1583244546_215392.html. El reencuentro íntimo de Elvira Lindo. Elvira Lindo revive en ‘A corazón abierto’ un pasado familiar repleto de tensiones en cuyo seno se alza con un protagonismo casi absoluto la figura del padre.

https://librotea.elpais.com/estanterias/los-libros-que-han-ayudado-a-elvira-lindo-a-escribir-la-novela-de-su-vida/. Los libros que han ayudado a Elvira Lindo a escribir la novela de su vida.


http://www.elviralindo.com/blog/. Blog de Elvira Lindo.


https://www.elespanol.com/cultura/20200306/elvira-lindo-dicho-groserias-sexuales-defendido-fuerte/472702731_0.html. La escritora presenta 'A corazón abierto' tras diez años de silencio novelístico.

En el capítulo Agradecimientos, también están: la psiquiatra Áurea Lamela, la psicoanalista Mariela Michelena y el economista Emilio Ontiveros, que le ayudan a entender muchas cosas.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lugo/lugo/2019/06/07/aurea-l-lamela-presenta-thriller-ambientado-lugo/0003_201906V7C9991.htm. La psiquiatra Áurea L. Lamela presenta un «thriller» ambientado en Lugo, Red de sombras, su cuarta novela.

http://www.marielamichelena.com/. Web de Mariela Michelena, psicoanalista.

https://www.eldiario.es/economia/Emilio-Ontiveros_0_964853874.html. Emilio Ontiveros, economista. "Cuando el sistema genera excesivas desigualdades, hay que actuar con el sistema fiscal: para eso están los impuestos y el gasto público, para que haya redistribución. La misión de Hacienda es también redistribuir".






lunes, 23 de marzo de 2020

CANTO RODADO, UN DESCUBRIMIENTO FELIZ



Es la primera novela de María Barbal (Pedra de tartera, 1985, traducida como Canto rodado, en 1994, por Ana Mª Moix). Abre el denominado “Ciclo de Pallars”, novelas situadas en el Pirineo catalán. Premio Joaquim Ruyra de literatura juvenil en 1984, Premio Joan Crexelles de Narrativa en 1985, y Premio de Literatura Catalana de la Generalitat, en 1986. Una novela corta de apenas 120 páginas, poética y triste, que tiene mucho de la manera de contar de Colometa (ese fluir de conciencia).

¿Y cómo nunca había oído hablar de la autora y de esta excelente primera novela…?

Canto rodado es otra cosa



En el prólogo, Pere Gimferrer señala como precedentes a Víctor Català, y a Mercè Rodoreda, y la conecta con  Gemma Ruiz en la actualidad (con Argelagues (Aliagas?, Tojos, Escajos), aún no traducida al castellano). Pero deja claro  que “no es ni una novela sobre el agro, rural o ruralizante…, ni una novela sobre la condición de mujeres (y hombres)…, ni una novela sobre el tránsito de una vida rural…a una vida urbana…, ni siquiera una novela sobre los actos del habla”. “Todo eso está ahí, pero Canto rodado es otra cosa”- concluye.

Comentarios de lectores en Lecturalia


“No se puede escribir mejor; este es un libro corto, pero intenso en emociones. De manera sencilla nos cuenta una historia dolorosa pero bonita”.

“Un gran libro sobre la condición de la mujer en los pueblos de montaña, una figura que va evolucionando desde la casi transparencia que nada opina y nada decide, hasta esa mujer fuerte que es el bastión del hogar. Todo ello partiendo de los primeros años del siglo XX y recorriendo la guerra, la dictadura y los ya tardíos cambios de la Transición para la protagonista”.

El inicio de la novela

“Estaba claro que en casa éramos muchos. Y me digo que alguien sobraba. Yo era la quinta de seis hermanos y, según decía nuestra madre, llegué al mundo porque Dios lo quiso y hay que aceptar lo que Él nos manda.

María, que era la mayor, hacía más de ama de casa que nuestra propia madre; Josep era el primogénito y Joan estaba en el seminario. Los tres menores, había  oído decir un montón de veces, dábamos más trabajo que beneficio. No eran tiempos de abundancia, y tantas bocas y poca hacienda seguro que se comían lo poco que había. Por eso decidieron que yo, de carácter suave y muy juiciosa, fuera a ayudar a tía, la hermana de mi madre, que ya había perdido la esperanza de tener hijos y a quien no le faltaba trabajo…Así pues, a los trece años, con el hatillo al brazo, mi padre a un lado y María al otro, dejé familia, casa, pueblo y montaña…”. Ahí empieza el rodar…como los guijarros por las corrientes de agua.


El último capítulo, muy breve, está dedicado a su punto final: la ciudad de Barcelona, adonde la lleva a vivir su hijo, en una portería. “Barcelona es una casa cuyas ventanas no dan a la calle…Barcelona es no conocer a nadie…Barcelona es aprender a callar, a callar y a callar. Hasta que me preguntan algo…Barcelona, para mí, es también algo agradable. Es el último peldaño antes del cementerio”.

Entre medias, toda una vida, que hay que leer. Una joya de la literatura. Un imprescindible.

Sobre la autora, María Barbal

Nacida en Tremp, Lleida (capital de la comarca de Pallars), el 17 de septiembre de 1949, se trasladó a Barcelona en 1964, para hacer el bachillerato. Allí estudió Filología Hispánica en la Universidad Central para  ejercer  posteriormente la docencia en la enseñanza secundaria, compaginándolo con la escritura de libros a partir de 1985.

Traducidos al castellano (aunque algunos agotados o descatalogados): AlcanforLa bella edad, Calle Bolivia, País íntimo, Emma, y En la piel del otro.



SABER MÁS


https://elpais.com/ccaa/2019/04/03/catalunya/1554308052_949397.html. El Ayuntamiento de Barcelona pone en el mapa 300 puntos de interés literario.






viernes, 13 de marzo de 2020

LA REVOLUCIÓN DE LAS FLÂNEUSES, mujeres solas que caminan, observan y escriben



La enciclopedia Larousse, ya en el siglo XIX, incluía la entrada Flâneur/Flâneuse como “persona que holgazanea en la ciudad, va de compras y observa la multitud”; pero mientras el flaneur masculino aparece siempre como sujeto activo, la flaneuse es objeto de observación, nunca sujeto que observa. Y eso cuando no es puta, o considerada como tal por “callejear”…

En el cuadro de Gustave Caillebotte, un hombre mira a la calle desde un balcón. Una mujer camina de espaldas a él por el centro de la calle, pero la crítica siempre se ha fijado en el hombre que mira, no en la mujer que camina.


Por el contrario, En el palco, de Mary Cassatt, es ella, la mujer, quien mira.


Las miradas se dirigen siempre hacia aquellas mujeres que transgreden. Que reclaman para sí mismas su papel como sujeto.

La prostituta, modelo único de la mujer urbana que recorre las calles

Toda mujer que caminara sola por la ciudad era sospechosa del delito de prostitución no hace mucho. En 1870, Caroline Wyburgh, una muchacha de 19 años, fue detenida por caminar sola por las calles de Chatham (Inglaterra, condado de Kent).

Disfrazarse con ropajes masculinos se convirtió para algunas escritoras en la única manera de poder adentrarse en espacios que les estaban vetados. Flora Tristán, escritora francesa de ascendencia peruana, recurrió al disfraz para pasear por Londres o George Sand (seudónimo de Aurore Dupin) para hacerlo por las calles de París. Delphine de Girardin elige un seudónimo masculino (Le Vicomte de Launay) para escribir sus Cartas parisinas o se esconde tras el personaje que protagoniza Le Lorgnon (El monóculo).

“La flâneuse [como mujer que, no solo transita la ciudad, sino que la ocupa] no ha sido narrada… Es el objeto narrado y observado… que necesita el flâneur… para escribir su gran libro”.

Las mujeres que caminan por las calles deben tener siempre una meta precisa: ir de compras [ir a la compra], por ejemplo.

Seguimos asociando al caminar la idea de libertad


La pintora y escritora Marie Bashkirtseff (1858-1884), que murió de tuberculosis con 25 años, escribió en uno de los 84 cuadernos que configuran su Diario: “Lo que anhelo es la libertad de ir por ahí sola, de entrar y salir…, caminar por las calles de noche”… Esto lo escribió en el siglo XIX, pero sigue siendo el mismo anhelo de las mujeres del siglo XXI: “De camino a casa, quiero ser libre, no valiente”…



lunes, 2 de marzo de 2020

Vivian Gornick. MIRARSE DE FRENTE. SIN PELOS EN LA LENGUA



[Se trata de] “una recopilación de piezas literarias, autobiográficas, escritas a lo largo de los años pero reunidas ahora como una serie de ensayos personales”- le cuenta Vivian Gornick  a Nuria Azancot, en entrevista para El Cultural.

El principio: “Esas de la liberación de la mujer”…


“El Village Voice  [La voz del Village, el primer periódico semanal alternativo de Estados Unidos, 1955-2018, fundado -entre otros- por Norman Mailer] me encargó que fuera a investigar a “esas de la liberación de la mujer”. Era noviembre de 1970 [Vivian Gornick tiene entonces 35 años]. “¿De qué hablas?”, le pregunté al redactor jefe. Al cabo de una semana ya era feminista conversa… Ser feminista a principios de los setenta: ¡qué bendición que te toque vivir ese despertar!...”.

Este es el comienzo del primero de los escritos que componen Mirarse de frente (publicado en 1996, en inglés).

“Charlatana compulsiva” -dicho por ella misma-, disfruta pensando (cuando piensa, se siente menos sola) y manteniendo conversaciones “expresivas”, otros dirían “discusiones”: le gusta argumentar sus posiciones, los “placeres del conflicto”: “me gusta ser crítica” (“lo que más me afecta es el silencio”).

SUS FRASES

Lo que aprendió del feminismo: “El poder sobre la vida propia solo llega a través del control estable del pensamiento propio…solo la mente trabajadora de uno mismo quiebra la soledad del ser”.

“Fueron los Catskills [sus trabajos de verano como camarera en los complejos turísticos de los montes Catskills, mientras estudiaba en la universidad]…, lo que me convirtió en marxista”.

“Han sido los años dando clase en la universidad lo que me ha llevado a reflexionar sobre el talante (mood en inglés)”.

Por qué soy una caminante de ciudad…el paseo me había purgado…se me había disipado el malestar…”. “Las calles son compañía, familiaridad, amistad”…-ha dicho en otros momentos. “Me siento envuelta en el abrazo de la calle ajetreada”. Por la noche, ya en casa, recuerda a la gente con la que se ha “rozado” en su paseo, revive sus palabras, ve sus caras y sus gestos. “Se han convertido en compañía…Me devuelven el impulso narrativo…Me recuerdan que cuente la historia que no consigo que mi vida cuente”.

LEER MÁS


https://elcultural.com/vivian-gornick-el-metoo-significa-que-no-se-acaba-hasta-que-se-acaba. Vivian Gornick: “El feminismo verdadero solo ha cambiado en apariencia”.

Creo que construir una vida alrededor del trabajo en lugar de en torno al amor es la decisión más sabia y la más necesaria para una mujer”.

“Los verdaderos problemas de fondo nunca cambian en realidad, siempre siguen siendo los mismos…la igualdad real y plena en el ámbito social, legal, político y cultural… El problema del acoso, de la violencia contra las mujeres, del abuso, no se acaba hasta que se acaba de verdad, y los culpables son castigados”.