“Siempre quise convertir a
mis padres en personajes de novela…”- comienza el capítulo de Agradecimientos.
Empieza por su padre, Manuel, a los 9 años. “Llegó a Madrid…en 1939, pocos
meses después de que terminara la guerra. Tenía nueve años”…Para quitarse una
boca de en medio, lo mandaron con una tía, una enfermera soltera que trabajaba
en el hospital de Maudes, a quien siempre llamó La Bestia “por el mal trato que
le dio”. Por las tardes, iba a buscarla, andando, desde su casa al final de
Ribera de Curtidores hasta Cuatro Caminos, una tirada.
Solo durante todo el día, su
única misión era acudir a las colas del auxilio social a recoger con la tartera
la comida para la tía de la cartilla de racionamiento. Hasta que un día se
harta y decide ir a buscar a unos parientes en Aranjuez, que “sabía que tenían
huertas”…
Un
padre ultrapresente. Un ejercicio de entendimiento
Su padre le enseña, les
acostumbra a “aceptar a los desconocidos con los que él entablaba relación, nos
gustaran o no”…,”nos repetía con insistencia que debíamos jugar con todos
los niños”…
Era un hombre hecho a sí
mismo, “un incorregible charlatán…, proclive a meterse en broncas…, siempre supo elegir bien a sus amigos”…
“Mi padre recorrió España
para hacer balances y auditorías de Dragados.”…La imagen más poderosa que de él
tiene archivada en la memoria: “mi padre acodado en una barra, envuelto en
humo, con la copa y el cigarro en una mano y la otra libre y gesticulante, su
risa brotando brusca y rota, o su ira,
cuando de pronto el desconocido le ha llevado la contraria y se
convierte en su enemigo…”.
En un poema que pertenece al
cuento El niño y la bestia, Elvira escribe:
“Como Dios, eras salvador e implacable, /fiero hasta provocar el dolor/de tus
hijos, que fuimos tan hijos como siervos…Fuiste injusto y duro…pero ¿cómo no
ibas a serlo…?”.
Una
madre desvaída
“Llevo años tratando de oír
el timbre de la voz de mi madre, su manera susurrante de cantar [“los boleros
que cantaba mamá…Le gusta cómo canta Jorge Sepúlveda”], visualizar el balanceo
peculiar de sus andares y la sonrisa”…
Con 9 años, la niña Elvira, la menor de cuatro hermanos, se convierte en
cuidadora precoz, “en niña que cree contar con poderes que salvarán a su madre
del dolor y la depresión”. “Yo no sé si mamá era débil, pero a mí siempre me lo
pareció”. “Prudente y temerosa…, llevaba el pelo corto y cardado. Vestía muy
austeramente, pero si había alguna celebración se ponía su vestido negro sin
mangas, el collar de perlas y el abrigo blanco…Mi madre es guapa, delicada…”. Muere
en 1978. Elvira tiene 16 años.
El
humor de Elvira Lindo, pese a todo
Aparece en varias ocasiones…
Cuando describe a su abuela
Sagrario, su abuela “mala”: “En resumen: el rostro era de Inocencio X; el
peinado, de Cristóbal Colón, y el gesto, de Scrooge…”. (Así me ha quedado a mí, que está visto que no soy una pintora de primera...).
Cuando habla de la manera de
escuchar a su padre (sus anécdotas humorísticas y sus hazañas): “Mi hermana y
yo escuchamos, como hemos hecho siempre, escuchar
y desconectar. Así fue nuestra vida familiar: mientras él monologaba, los
cuatro hijos íbamos enriqueciendo nuestro mundo interior…”.
A veces, recuerda la manera
de contar en Manolito Gafotas: "A mí
me gusta más esto [Mallorca] que la Península. No lo digo por peloteo a mi
padre, sino porque es la verdad máxima…”.
Al contar a sus padres, se
cuenta a ella misma:
“He ido poco a clase porque
mi madre, en cuanto tengo decimillas, me deja quedarme en casa…”.
“…mi carácter neurótico se había desatado con la posibilidad de perder
a mi madre y padecía muchas manías…” (mis números de la suerte, tocar el suelo
tres veces antes de entrar en una habitación, apagar y encender la luz tres
veces, andar mirando al sol, volver la cabeza mientras caminaba, rascar las
paredes, guiñar los ojos tres veces tres, que son nueve…). “Mis padres me
hicieron adulta a los diez años”.
“Los niños [sus hermanos mayores, Manuel y César] no daban pena, solo
envidia; envidia de que mi padre los sumara a sus aventuras, a irse de pesca al
amanecer o a llevárselos a la obra y ponerles el casco, y de que a mí me dejara
fuera…”.
“…Yo no sé cómo no querer a mi padre. Ella [Mi madre] me enseño a
quererlo por encima de todo. Y yo lo quiero aunque llegue tarde, aunque no la
atienda, aunque nos deje a nosotras todo el trabajo que él tendría que hacer. Y
le escucho. O hago que le escucho. Represento el personaje raro de la niña
sustituyendo a la madre. No me gusta, y a veces los odio a los dos por eso”.
Su
acerbo sentimental
A lo largo de la narración, aparecen varios hitos infantiles que permanecen en la memoria...
Su único cuento en los años del pantano de El Atazar, El muñeco de papel [de Mercè Llimona].
La canción Amapola. [Mamá] “me enseñó esa canción
que me acompaña siempre…”.
https://www.youtube.com/watch?v=RVj0KqDcQJk. Amapola, por Miguel Fleta, en 1925.
Las canciones de Marisol,
que se canta en momentos puntuales:
https://www.youtube.com/watch?v=aDCaTzj4ecI. Chiquitina, por Marisol.
https://www.youtube.com/watch?v=nPcnrK8U3jw. Cabriola, por Marisol.
SABER
Y LEER MÁS
https://elpais.com/cultura/2020/03/03/babelia/1583244546_215392.html. El reencuentro íntimo de Elvira Lindo. Elvira
Lindo revive en ‘A corazón abierto’ un pasado familiar repleto de tensiones en
cuyo seno se alza con un protagonismo casi absoluto la figura del padre.
https://librotea.elpais.com/estanterias/los-libros-que-han-ayudado-a-elvira-lindo-a-escribir-la-novela-de-su-vida/. Los libros que han ayudado a Elvira Lindo a
escribir la novela de su vida.
http://www.telemadrid.es/programas/ruta-179/Atazar-antiguo-poblado-anos-sesenta-2-1807339303--20160630101431.html. El poblado de El Atazar en los años 1960s. https://www.youtube.com/watch?v=VWwNntRLJH8.
http://www.elviralindo.com/blog/. Blog de Elvira Lindo.
http://www.elviralindo.com/blog/textos-literarios-2/corazon-abierto/. Entrada Corazón abierto.
https://www.elespanol.com/cultura/20200306/elvira-lindo-dicho-groserias-sexuales-defendido-fuerte/472702731_0.html. La escritora presenta 'A corazón
abierto' tras diez años de silencio novelístico.
En
el capítulo Agradecimientos, también están: la psiquiatra Áurea Lamela,
la psicoanalista Mariela Michelena y el economista Emilio Ontiveros, que le
ayudan a entender muchas cosas.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lugo/lugo/2019/06/07/aurea-l-lamela-presenta-thriller-ambientado-lugo/0003_201906V7C9991.htm. La
psiquiatra Áurea L. Lamela presenta un
«thriller» ambientado en Lugo, Red de
sombras, su cuarta novela.
http://www.marielamichelena.com/.
Web de Mariela Michelena, psicoanalista.
https://www.eldiario.es/economia/Emilio-Ontiveros_0_964853874.html. Emilio
Ontiveros, economista. "Cuando el sistema genera excesivas desigualdades,
hay que actuar con el sistema fiscal: para eso están los impuestos y el gasto
público, para que haya redistribución. La misión de Hacienda es también
redistribuir".