lunes, 29 de septiembre de 2014

TALLERES DE ESCRITURA (2). POR QUÉ Y PARA QUÉ ESCRIBIR (BIEN). LA EXPERIENCIA DE 9 AÑOS DE TALLERES

Parece que escribir bien (correctamente y usando la palabra justa) no tuviera importancia en los tiempos actuales de escritura rápida en los nuevos medios. Pero sí.


Es nuestra tarjeta de visita

Escribir bien, correctamente, usando la palabra justa, es nuestra tarjeta de visita. “Refleja lo que somos y nos define culturalmente” –explica Marga Cabrera, doctora en Comunicación Audiovisual.

Escribir estructura la mente. Al tener que poner en palabras pensamientos e ideas para transmitirlos, hay que dotarlo de un cierto orden (que muchas veces no tenemos en el lenguaje oral). “Escribir ayuda a pensar”- dice Luis Landero.

“Escribir ayuda a ordenar el mundo. A mí me ha servido para conocerme mejor” –escribió el periodista Manu Leguineche.

Para que no se pierdan las historias familiares


Todo el mundo tiene una historia que contar. Y si no, se pierde.

“Cada vida es una enciclopedia, una biblioteca…” – dijo Italo Calvino.

Cuántas palabras y frases que, si no repetimos, desaparecen.

Palabras como “talo”, “hocete”, “mies” o “rumoroso”. “Cortejo” o “turbón”. “Azafate” (bandeja) o “doblado” (desván). “Mancar” (lisiarse) o “modorro/a” (tonto/a).

Dichos como: “En pueblos pequeños, infiernos grandes”. Ritos como “La misa de alma” o “la buena gloria” (el velatorio).

Escribir sirve para rescatar objetos, costumbres, cartas, fotos, libros,… que nos han sido legados. “Mi madre metía un botón de nácar en limón para dar forma al pelo”.

Salvar del olvido historias de amor de nuestros abuelos/padres, muchas veces desconocidas.

El recuerdo de un@ es la memoria de much@s. Y, al narrar la historia de la familia, narras también la historia del mundo. Porque la “Historia”, con mayúsculas, no se compone solo de las guerras y batallas que estudiamos en los libros de texto sino que está formada por el conjunto de las historias cotidianas,  en todos los lugares, a lo largo de la historia del mundo.

Para lo que un@ quiera

Las personas que asisten a un taller de escritura expresan lo que este les ha aportado:
-          
     Pasar un buen rato.
     Compartir textos y experiencias.
-    Perder el miedo a la hoja en blanco.
-    Atreverse a hablar en público.
-    Conocer gente.
-    Aprender técnicas.
-    Disciplinarse.

En definitiva, para lo que cada cual quiera.
(Gracias a todas las personas que, con sus aportaciones, son parte de la autoría de esta entrada).

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