Este
era un trabajo (Ventas y posadas que aún
continúan en Cantabria) que tenía en mente (uno de tantos que se han
quedado en el tintero) hace años, y me alegro de que ahora dos investigadores
lo hayan hecho por mí, y disfrutarlo.
Divulgar
un patrimonio insuficientemente desconocido y documentarlo y dejar esbozadas
futuras líneas de investigación y retos (las olvidadas ventas de montaña, por
ejemplo) junto a “abrir al lector un mundo de posibilidades de excursión”, han
sido los objetivos de sus autores, Ana Rubio Celemín y Jesús Ruiz Cobo.
Muchas
ventas se han conservado en la toponimia: en el nombre de una calle (el Paseo
de La Ventilla), de una finca (El Ventorrillo), de un collado (collado de La
Venta). Pleitos, protocolos notariales, ordenanzas o el catastro (de Ensenada,
1758), han servido de base para confeccionar el catálogo de ventas
conservadas y desaparecidas.
“Las
primeras ventas de que tenemos
referencia en Cantabria datan de las últimas décadas del siglo XV”. Son la
venta de Tordías, en Los Tojos, hacia
1483 y la venta de La Amenaza, en Camarreal (Santander), desde 1493. Están ligadas a los principales caminos
medievales: de Laredo a Burgos, de Suances a Aguilar de Campoo y de San Vicente
de la Barquera a Cervera de Pisuerga.
Ordenanzas
de la Hermandad de Campoo de Suso, de 1589
En 1491, los Reyes
Católicos, publican dos pragmáticas para favorecer el establecimiento de ventas
en zonas despobladas. “…no paguen alcabala [impuesto] de cualquier vianda y
paja y vino que vendieren ellos y sus mujeres y criados en las dichas ventas”…
“La principal función de la
venta no era dar cama o comida al viajero, sino cobijo y seguridad…la mayor parte de los huéspedes…pasaban la noche
bien en la cocina [perimetrada por un banco de piedra y con chimenea], bien en
las cuadras, utilizando las alforjas como cama”.
En las ordenanzas municipales “del lugar de Ampuero”, en 1722, se dice
que el mesón debe tener “buenas camas limpias…, pesebres, cribas y arneros…,
cebada y paja suficiente y de buena calidad, y no han de tener cerdos ni gallinas
que hagan daño en la caballeriza comiendo el pienso” de las caballerías.
Además, no pueden tener “vino, carne, aceite, pescado, ni ballena para vender”
a los pasajeros, sino que han de llevarlo de los abastos públicos.
En general, estaban formadas
por un único edificio (una casa “llana” con o sin desván) con una o dos plantas,
tejado a dos aguas y varios cuartos. Cocina, caballeriza y pajar son otros
espacios comúnmente citados. La planta es rectangular generalmente.
Sus lindes suelen señalarse con el nombre de los vientos: por ejemplo, de la Venta de
Barcenillas, en Ruente, se dice: “Linda al ábrego [sur] con su corral y campo
común; al solano [este] con camino real; al cierzo [norte] y regañón [oeste]
con prado perteneciente a ella”. También indica sus medidas, en varas: “36
varas [1 vara= algo menos de 1 m] de frente y 15 de fondo”, y sus espacios: “tiene cuarto bajo y
principal, cocina, pajar y caballeriza”.
Pueden identificarse a menudo por los sillares de protección para los
carros (bloques guardarruedas protegiendo las jambas de la puerta) en la entrada a las caballerizas y están dotadas de cortavientos de sillería en
la fachada. Ermitas,
fuentes, humilladeros o cruces de ánimas son elementos complementarios y
cercanos a estas edificaciones de los caminos. Muchas ventas nacen sobre (o junto a) los límites
entre municipios o entre provincias (se ven los mojones o hitos divisorios).
VENTEROS
Y VENTERAS
Sobre el término venta, dice
Fernández de Mesa, en 1755: “la que está puesta en el campo, regularmente
en los caminos, cuyo nombre tomó de
haberse introducido para vender los
cosecheros sus frutos”…
Una
venta es un establecimiento dedicado a la restauración que suele situarse al
borde de carreteras y caminos. El ventero es la persona encargada de una venta. Eso explican los diccionarios.
El diccionario etimológico Corominas data la
palabra "venta" en 1206, y "ventero", en 1495.
Está en el barrio Tramalón,
en Sierra, cerca de Ruiloba y de Comillas (junto a su ermita, dedicada a
Santiago).
Ya se cita en un juicio de
1624, según el libro Ventas y arrieros de
los viejos caminos de Cantabria, de los investigadores Ana Rubio Celemín y
Jesús Ruiz Cobo. Aparece también en los
papeles con los nombres Tremalón y Tremanon.
Si nos abstraemos de todo lo
añadido y construido alrededor (el edificio bajo de bloques en la parte
delantera…), podemos hacernos idea de la construcción original, que aún se conserva.
https://www.alfozdelloredo.net/elmunicipio/rutas-x-alfoz/395-desde-cobreces-hasta-trasierra-por-el-tramalon. 5
kilómetros de un bonito camino.
VENTAS Y VENTEROS EN LA
LITERATURA. La mala fama
Para controlar abusos, la legislación de la Corona obliga a informar sobre los precios de los productos; se fijan, por ejemplo, los precios de venta de la cebada y de la paja y se limita a un quinto el beneficio del mesonero.
Mala reputación del oficio de ventero, mala calidad de las comidas, incomodidad de los aposentos, son lugares comunes en la literatura de “mesón y viaje”.
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-ventero--0/html/fef59998-82b1-11df-acc7-002185ce6064_1.htm. El
ventero (1839), relato del duque de Rivas.
“La
venta y el ventero son, tal vez, la cosa y la persona que no han sufrido la más
mínima alteración, la modificación más imperceptible desde el tiempo de
Cervantes hasta nuestros días. Pues las ventas de ahora son tales cuales las
describió su pluma inmortal …”.
En despoblado o en encrucijada. “¿Hay posada…?”
“La
venta…verdadera, genuina…, es la que está aislada, lejos de toda población y,
principalmente, en caminos de travesía”… “Las más comunes, se componen de
zaguán-cocina, despensa, un cuartucho para el ventero y su familia, si es que
la tiene; un corralillo, una mala cuadra y un pajar”.
“El
ventero…, por lo regular, fue en su juventud soldado o contrabandista, esto es,
hombre de armas…y si no…fue, sin duda, en sus años mozos, calesero, arriero o
corredor de bestias, lo que el vulgo suele llamar «chalán»…
…
“Más de cuarenta años de edad. Traje según el del país en que está la venta,
pero un poco exagerado, y siempre con algún fililí o ribete del de otra
provincia. Aspecto grave, pocas palabras, ojos observadores, aire desconfiado o
de superioridad…”.
Y
continúa con su descripción, nada halagadora/halagüeña: “…en los ratos de ocio
se ocupa en aguar el vino, en poner algunos granos de pimienta en los frascos
del fementido aguardiente, en picar carne de alguna muerta caballería o en
adobar una albarda. Cuando tiene huéspedes, no sosiega del fogón a la cuadra,
de ésta al pajar, de allí al mostrador, luego al corralillo por leña, luego a
la despensa por aceite... Si tiene huéspedes, parece que de noche no duerme:
los vigila; si está solo, tiene el oído alerta al menor ruido…Conoce a todos
los arrieros que transitan aquella tierra, y sabe sus gustos y sus
condiciones…pero a quien conoce por instinto particular, propio del oficio de
ventero, es a los contrabandistas y a los individuos del resguardo… ”
La hija del ventero, poema de Manuel Machado
«La hija callaba, y de cuando
en cuando se sonreía»
Cervantes: Quijote.
«La hija callaba
y se sonreía...»
Divino silencio,
preciosa sonrisa,
¿por qué estáis presentes
en la mente mía?
La venta está sola.
Maritornes guiña
los ojos, durmiéndose;
la ventera hila.
Su mercé el ventero,
en la puerta, atisba
si alguien llega... El viento
barre la campiña.
...Al rincón del fuego
sentada, la hija
-soñando en los libros
de Caballerías...-
con sus ojos garzos
ve morir el día
tras el horizonte...
Parda y desabrida,
La Mancha se hunde
en la noche fría.
SABER MÁS
Sobre
los autores
Ana
Rubio Celemín, del Grupo Alceda. https://grupoalceda.com/los-autores/. “Unidos para trabajar y defender con rigor el patrimonio en
todas sus facetas”.
Sus dos grandes pasiones en el mundo de la investigación
patrimonial son la transcripción de
documentación de Época Moderna y la fotografía. En la actualidad es miembro
del Instituto Sautuola.
Jesús Ruiz Cobo
Arqueólogo, ha dirigido su investigación a las ermitas y torres
medievales y al estado de conservación de las cavidades regionales. Miembro del
Instituto Sautuola.
Otras noticias
http://regusto.es/2011/03/14/el-placer-de-comer-en-una-venta/. El placer de comer en una venta.
https://noticias.nat.gov.tw/news.php?unit=98,106,115&post=90179. La mesonera del puente de madera
https://webs.ucm.es/info/especulo/numero47/cosacome.html. Las cosas del comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario