Manzanas, su primer cuento (1957).
Según su hijo Jeff, autor de la edición, de las notas
y del apéndice biográfico, lo escribió para un curso de escritura creativa
cuando tenía 20 años. “Su vecino, un anciano con quien ella tenía amistad,
muere tras desplomarse en el jardín mientras rastrillaba manzanas…”- explica
Jeff. Construye el relato a partir de una experiencia traumática.
Diario
de París, 1987
Lo inicia un 15 de octubre y
lo da por terminado un 13 de noviembre, casi un mes después. Jeff escribe que
su amiga Ingeborg le propone ir con ella a París, que siempre había sido un
sueño para ella. Tiene 50 años.
“Ahora estoy aquí sentada
como en todas mis fantasías a los dieciséis años… El café está abarrotado [son
las seis y media de la mañana…]…, pero me siento como en casa… Todo el mundo
habla acaloradamente, a voces, con entusiasmo, cn asombro, con indignación,
opinando, encantados. Totalmente desinhibidos. Dios qué país de habladores y de
opiniones…”.
La tarde del 19 de octubre,
lunes, va al cementerio del Père-Lachaise y visita la tumba de Proust “en un
mármol negro feo feo… Muchas flores y castañas en su tumba”.
El 22 de octubre va a
Illiers-Combray en tren. “La campiña ahora son llanuras y pequeñas granjas con
arboledas… Illiers-Combray sigue tal y como era en 1895… Almorzamos en el hotel
Guermantes, una anticuada fonda campestre… En la casa de tía Léonie… la
habitación más maravillosa era el saloncito”.
Al día siguiente van al
museo Rodin [“tiene el tamaño justo”]. “Me encanta el desnudo de Balzac”. Y
luego a la librería Shakespeare and Co. “Esta sí era como me la imaginaba, con
escritores jóvenes escribiendo de verdad”. Tras una semana juntas, Ingeborg se
va a Estrasburgo y ella se queda sola en París.
En el museo de Orsay,
“abrumador”, Monet y Degas le aburren “hasta decir basta”. Le encanta La cuna, de Berthe Morisot. “El vigor y
la pasión de Van Gogh me siguen maravillando”. En L´Orangerie, los nenúfares de
Monet que cubren cuatro paredes es “como caer en un tanque de color” (nada que
ver con los cuadros más pequeños). En el museo de Cluny (museo nacional de la
Edad Media) le sorprende la famosa dama del unicornio: “la riqueza del color,
la expresión triste y melancólica de su rostro”.
El 26 de octubre escribe “Me
siento vieja y sola”. Pero el 27 se arregla el pelo en Jacques Dessange, “la
cura perfecta para l ´ennui y la tristeza”. “Me he animado bastante hoy; quizá
haya sido por ver el sol sobre los castaños amarillos…”.
El 28 va a Giverny a ver los
jardines de Monet. “Estuve prácticamente sola horas y horas junto a los nenúfares y los sauces.
Aroma reparador y sereno a pino, flores y tierra. Sensacional”.
El 29, en el museo Picasso.
“Maravillosos cuadros de la época clásica: Famille
au bord de la mer y Retrato de Olga.
Aterradora Masacre en Corea”.
El 30 vuelve al Louvre.
“Esta mañana he visto un Sassetta maravilloso, casi surrealista, con un santo
(¿) [es un beato] volando”.
Proust está en su cabeza
todo el rato: “Sin duda en Saint Germain está la gente más chic, pero Albertine
o la duquesa de Guermantes, o Cheri o Saint Loup no aparecen por ninguna
parte”…
El dinero se le va acabando
y el 31 de octubre escribe: “llevo varios días sin blanca, pidiendo crepes con tranches de jamón para poner en el pan
que me sobra del desayuno. Su plan (y
gratis…) es leer un libro en los jardines de Luxemburgo. “La viajera sentimental [de Vernon Lee] es un libro perfecto para
leer aquí”. También pasea por Saint Michel y Saint Germain.
Ve la película Ojos negros, una versión de La dama del perrito, de Chéjov, su
cuento favorito. “Una patraña de Hollywood… Una película horrible”…
Cree que su belleza, “el
único poder que he tenido alguna vez”, ya se ha ido, “ha desaparecido” A pesar
de que hombres y mujeres la miran y admiran en París (“Un hombre guapo no
paraba de echarme miraditas y sonreírme en Le Relais Odéon [un restaurante]…
Las mujeres se me insinúan todo el tiempo …”).
Sobre
ella misma, su escritura y los lugares donde vivió
“Uno de mis defectos de
siempre, o de mis vanidades,…, el estilo, la importancia que tiene para mí”.
“Corrales es una aldea de
campesinos en el valle del río Grande, situada en la otra orilla de
Albuquerque… Muchas de las familias de Corrales llevan ahí desde que llegaron
los españoles…”. (La doncella). Lucía
vivió ahí tres años, de 1966 a 1969.
Publicó 76 cuentos (en 6
libros) a lo largo de su vida. Me recuerda, en su mirada, a Elizabeth Taylor.
También a medida que madura y envejece.
Tess,
la de los d´Urberville [de Thomas Hardy] era uno de sus libros
favoritos, según Jeff.
Sobre su madre: “¿Hablé con
ella, borracha, el día que se suicidó y que acabé en el centro de
desintoxicación? ¿Qué nos dijimos?...” -se pregunta en París el 3 de noviembre
de 1987, a cuenta del primer aniversario de su muerte el 28 de octubre. “La
forma en que ella vivía a través de mí… para que hiciera lo que hiciera nunca
bastara… Debo reunir el valor para escribir sobre mi madre, sin tapujos”.
“El único lugar donde viajo de verdad son los libros, dentro de un libro…”. En 1987, solo considera que ha conseguido “crear una emoción genuina” en sus cuentos Dolor fantasma, Temps perdu [el relato de su amigo Kentshereve en Mullan, Idaho] y Manual para mujeres de la limpieza.
“A menudo mis relatos son como poemas o diapositivas que ilustran un
sentimiento, el ritmo de una época o una ciudad. Un aroma o una risa pueden
desencadenar recuerdos que cristalizan en una historia, aunque la fuente de
inspiración para mí suele ser visual. El temblor de una mimosa amarilla, el
perfil de un rostro… La imagen debe conectar irremediablemente con una
experiencia concreta e intensa. Muchas veces se evoca una emoción dolorosa, se
recuerda un suceso muy feo. Para que la historia funcione, la escritura debe
diluir o congelar el impulso inicial. De algún modo debe producirse una mínima
alteración de la realidad. Una transformación, no una distorsión de la verdad…”
(Diseñar la literatura: el autor como
tipógrafo. 1988).
Sobre Legacy, publicado en
1983: “La historia es particularmente truculenta, un relato autobiográfico del
único suceso memorable que compartí con mi abuelo, un hombre por costumbre
violento y maltratador”.
Sobre Manual para mujeres de la
limpieza, cuento publicado en 1977:
“En un plano era una historia divertida sobre una mujer de la limpieza. También
expresaba el dolor por la muerte de un amante. Apenas se alude al amante, el
dolor en sí se menciona tan solo en la última frase”…
Sobre Sombra, el cuento sobre
la corrida de toros, escrito en 1992: “La historia no habla de las corridas de
toros sino de cuánto nos importaba Molly [su hermana] y cuánto la queríamos
Mónica [sobrina de Lucia e hija de Molly] y yo. Habla de la valiente y hermosa
muerte de mi hermana”. Molly muere de cáncer en junio de 1992.
“El escritor siente un apremio y una urgencia por dar a conocer su obra
al mundo, no solo para que sea leída, sino para cerrar ese periodo de
creatividad y liberar la imaginación a nuevos estímulos y direcciones”.
“Lo mucho que me apasionan los toros…” (Bloqueada, 2004).
SABER MÁS
https://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2016/12/lucia-berlin-manual-para-mujeres-de-la.html. LUCIA BERLIN. Manual para mujeres de la
limpieza.
https://quefluyalainformacion.blogspot.com/2020/05/bienvenida-casa-en-busca-del-hogar.html. Bienvenida a casa.
https://www.writing.upenn.edu/epc/mirrors/tomraworth.com/luciaberlin.html. En
inglés.
https://www.nytimes.com/1993/04/25/obituaries/paul-suttman-59-sculptor-dies-known-for-impressionistic-works.html. Obituario de su primer marido, escultor, Paul Suttman, 1933-1993.
https://www.youtube.com/watch?v=aTdZFsCgwzg. Lucia Berlin en un vídeo.
Mark (Miko) Berlin (1956-2005): “Mi
recuerdo favorito es un atardecer en Yelapa [Puerto Vallarta, México] con
el sol destellando en el saxofón de Buddy Berlin, remolinos de bebop y el olor
de la madera, pues Má cocinaba en un comal, su cara radiante a la luz coralina,
los flamencos pescando en la laguna, el croar de las ranas, nuestros pies
crujiendo sobre el basto suelo de arena. Haciendo la tarea a la luz de la lámpara y la chirriante Billie
Holliday”.
I´m fool to want you, canción por Billie Holiday. https://www.youtube.com/watch?v=QtFhUAtQS1s&t=5s.
https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/fbfdf900-e287-420b-9665-a28d67698db6/lucia-berlin-con-paisaje-mexicano. Lucia Berlin con paisaje mexicano.
Alastair Johnston, gran
amigo de Berlin y su editor en Poltroon Press: “Sus escritores contemporáneos
favoritos incluían a la poeta Joanne Kyger (amiga nuestra), Michael Ondaatje y
Paul Auster. Admiraba a los escritores franceses: Proust, Flaubert y Montaigne
[…]; las escritoras en lengua inglesa que releía eran Austen y las Brönte […],
y sus más grandes influencias eran los rusos: Dostoievski, Chéjov y Turguénev.
Comentábamos a Cervantes: ella me recomendó especialmente las Novelas ejemplares, y me dio Tres tristes tigres de Cabrera Infante
diciéndome que tenía que leerlo”.
Su sobrina Andrea Chirinos,
quien antes de los noventa vivió una temporada con su tía en San Francisco,
dice que a Berlin “le gustaba Carlos Fuentes: él, físicamente. A mi tía y a mí
nos encantaba hablar de hombres. En su little
room mexicano tenía a Beckett pegado en la pared, a varios hombres”.
Daniel Berlin cuenta sobre
su madre: “Varios años antes de que muriera, en medio de un susto por un
problema de salud por el que pensó que moriría, ella me dio una carta y me
decía qué había que hacer con [su obra] […]. Pensé: “Who the hell cares? Tú vas
a estar muerta, y ahora apenas si piensan en ti… Nadie compra tus libros”. Unos
años después de su muerte, recibí una carta de su último editor diciendo que
estaban cambiándose de bodega y que no querían trasladar sus libros […]: “Son
demasiados, así que, si quieres pagar su envío, puedes tenerlos por un dólar
cada uno”. […] Recibir aquella carta fue como: “Mamá, ¿de qué hablas?”.
Entonces me dijo: “No creas
que me hago la Jane Austen, pero diez años después de que yo me muera alguien
vendrá contigo con la propuesta de publicar alguna compilación”.
En una de las últimas
entrevistas que le hicieron a Lucia, Kellie Paluck y Adrian Zupp le preguntan:
“¿Te importa saber cómo se leerá tu obra en las próximas décadas?”, y Berlin
responde: “Sí. Por alguna razón parezco muy modesta, porque no me importan el dinero ni la fama
ni las reseñas del New York Times ni nada de eso. Pero me encanta imaginar que
seré leída dentro de muchos años. Pienso más en eso que en la parte de la fama.
Es como: “¿Este cuento forma parte del mundo entero?”. […] Me encanta pensar
que algún día una niña irá a una biblioteca y descubrirá alguno de mis libros.
Así que de alguna manera soy muy ambiciosa”.
https://www.pagina12.com.ar/252840-los-textos-autobiograficos-de-lucia-berlin. Los textos autobiográficos de Lucia Berlin.
Dos de los mejores relatos
de Berlin son “Andado: Un romance gótico”, y “Buenos y malos”, ambos escritos a
partir de esa vida aristocrática a la que tuvo acceso en Santiago de Chile. Las
personas que se han movido tanto necesitan hacer un recuento…
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