El
pasado 22 de abril cumplió 103 años. Y, recientemente, se han publicado en
castellano sus memorias tituladas Elogio
de la imperfección. En el prefacio,
escribe Luigi Cavalli- Sforza: “Con casi ciento un años (…), escribe por lo
menos un libro al año; es senadora vitalicia (…), conferenciante y divulgadora
científica…; dirige un instituto científico (…); creó y sigue dirigiendo una
fundación benéfica…”.
La
neurocientífica y premio Nobel de
Medicina en 1986, Rita Levi-Montalcini, es partidaria de desarrollar en la
vejez las “vocaciones ocultas”: “Yo creo que no debemos vivir la vejez recordando
el tiempo pasado, sino haciendo planes para el tiempo que nos queda, ya sea un
día, un mes o varios años, con la esperanza de poder realizar unos proyectos
que no habíamos podido acometer en la años juveniles”- escribe en El as en la manga. En su caso, la
participación en movimientos sociales.
“Trabajo para becar a niñas africanas para que estudien y prosperen
ellas y sus países”- le contaba al periodista Víctor Amela, del diario La
Vanguardia , en 2005.
En
sus memorias, recuerda que, cuando era joven, a la pregunta de sus primos sobre
si “había acaso habido un Newton, un Einstein, un Bach, un Beethoven, un Miguel
Ángel, un Leonardo da Vinci, un Rafael (la lista de nombres era inacabable) de
sexo femenino” a ella, en ese momento, sólo se le ocurrieron los nombres de las
poetisas Safo, Vittoria Colonna y Gaspara Stampa.
Más
tarde, ella misma se ha dedicado a remediar los olvidos de la historia oficial.
En su ensayo Tiempo de cambios,
escrito en 2002, se hace eco de un libro publicado por un francés, Alononse
Rebière, en 1897, Las mujeres en la
ciencia, en el que recoge alrededor de mil mujeres científicas: “Recuerda a
la milanesa Maria Agnesi (…) que adquirió notable fama con un tratado sobre
cálculo diferencial; a la francesa Sophie Germain (…), que figura entre los
fundadores de la física matemática; a la astrónoma inglesa Carolina Herschel; a
la matemática escocesa Mary Somerville; a la famosa matemática rusa Sofía
Kovalevskaia; a Marie Curie y su hija Irène Joliot- Curie; a la astrónoma
estadounidense Henriette Swan Leavitt…”.
Rita
Levi-Montalcini añade otras mujeres importantes en nuestros días: las
galardonadas con el premio Nobel: “Gerty Cori, por el descubrimiento del
metabolismo intermedio de los hidratos de carbono; la física nuclear Maria Goeppert-Mayer,
por el descubrimiento del “modelo de capas” de los núcleos; la cristalógrafa
inglesa Dorothy Hodgkin, por el descubrimiento de la estructura de la vitamina
B12, y la física estadounidense Rosalyn Yalow, por la elaboración de un método
de dosificación hormonal”. Y “no menos
dignas”, la física Lise Meitner, que explicó la naturaleza de los productos de
fisión nuclear y los procesos en cadena que de ella puedan derivarse, y la
física nuclear china Wu Chien-Shiung”.
No
se cita a ella misma, descubridora del factor de crecimiento nervioso, con tantas
aplicaciones hoy en día (2012 es el Año de la Neurociencia en
España).
En
su línea de seguir aportando nombres de mujeres a la historia de la ciencia, en
2011, en colaboración con Giuseppina Tripodi, publica el ensayo Las antepasadas (en castellano, Las pioneras. Las mujeres que cambiaron la
sociedad y la ciencia desde la
Antigüedad hasta nuestros días), donde se recogen las
aportaciones científicas de 69 mujeres a lo largo de la historia de la Humanidad.
“A
lo largo de toda la historia y hasta la época actual la mujer ha contribuido al
desarrollo científico en la misma medida que el hombre, aunque ha desempeñado,
además, el papel de mujer y de madre…La capacidad de producir ciencia es un
atributo propio de la especie humana, sin distinción de sexos o de clases…Las
capacidades intelectuales no son monopolio del sexo masculino”, se dice en la
presentación.
“Para
la investigación científica, ni la inteligencia ni la capacidad de llevar a
cabo empresas con rigor y exactitud son factores decisivos del éxito y la
satisfacción personal. Más que esto cuenta la dedicación y el empeño en superar
dificultades”- afirma en el prólogo a sus memorias.
Eso
es lo que ella sigue haciendo a sus 103 años: envejecer activamente siendo
solidaria con las generaciones más jóvenes. “Mantén
tu cerebro ilusionado, activo; hazlo funcionar, y nunca se degenerará. La clave
es mantener curiosidades, empeños, tener pasiones…”.
*
[Premios Nobel a Mujeres científicas
desde 1901 hasta la actualidad: en Física,
Marie Curie (1903) y Maria Goeppert-Mayer (1963); en Química, Marie Curie (1911), Irène Joliot-Curie (1935), Dorothy
Crowfoot Hodgkin (1964), Ada E. Yonath (2009); en Fisiología o Medicina, Gerty Cori (1947), Rosalyn Yalow (1977),
Barbara McClintock (1983), Rita Levi-Montalcini (1986), Gertrude B. Elion
(1988), Christiane Nüsslein-Volhard (1995), Linda B. Back (2004), Francoise
Barré-Sinousssi (2008), Elizabeth H. Blackburn y Carol W. Greider (2009); en Economía, Elinor Ostrom (2009)].
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