La editorial Confluencias acaba de sacar dos pequeños
textos acerca de Karen Blixen, o Isak Dinesen, como es conocida en el mundo
literario. Se trata de Conversaciones con
Karen Blixen (en España, titulado Karen
Blixen. Ser fiel a la historia) y Mi
hermana Tanne, por Thomas Dinesen.
El primero recoge 7
entrevistas entre 1937, año de publicación de Out of Africa/Memorias de África, y 1962, año de su muerte,
reunidas por Else Brundbjerg en el año 2000.
El segundo son los recuerdos
de uno de los hermanos menores de Karen (Tanne, como era llamada
familiarmente), Thomas, apoyándose en su diario (que escribe desde los 15 años) y en las
cartas que conserva.
Además, incluyo algunas
opiniones sacadas de sus Cartas de
Dinamarca, que no incluí en el post
anterior.
La
importancia del sentido de humor. “Adoro las bromas, me encanta el humor”.
Parece que viene de lejos y
era considerado un valor por la familia.
Thomas, siete años menor que
Karen, al reconstruir la historia familiar, dice de la abuela materna: “Mama
siempre hablaba de su propia muerte de un modo divertido…Cada vez que [tía]
Lidda venía a Folehave sacaban su testamento y lo leían en voz alta para ver si
había algo que cambiar…Siempre era una fuente de constante humor y risas”.
“Los daneses no hacen más
que hablar del buen humor que tienen…Pero
muchas veces he podido experimentar que se empeñan en tomarme “en serio”, incluso cuando no es esa mi
intención; que no quieren jugar conmigo a los juegos con los que me gusta
divertirme”-le confiesa Karen a Birthe Andrup.
Karen califica Siete cuentos góticos, un libro favorito
entre escritores y pintores, como “un libro de disparates”. Y en una de sus
últimas entrevistas, al preguntarle sobre qué le ha enseñado la vida, cómo se
debe vivir, ella contesta a los jóvenes: “ser valientes…poseer el don de amar y
un buen sentido de humor”.
Entre los humoristas en
lengua inglesa que más le agradan, cita a Mark Twain.
“Pero, en realidad, todos
los escritores que admiro suelen poseer una vena cómica…una constante en todos
los escritores de cuentos”. De su enumeración, forman parte: E.T.A. Hoffman,
H.C. Andersen, Barbey D´Aurevilly, F. de
la Motte Fouqué, A. von Chamisso, Turguénev Hemingway, Maupassant, Stendhal,
Chéjov, Conrad, Voltaire…
“Sartre y su generación no
saben reír…Voltaire, por el contrario…¡él sí que sabía!- le dice al periodista
de Le Figaro Littéraire el 8 de julio
de 1961.
Rungstedlund,
lugar de nacimiento y muerte
Es una hacienda situada en
la carretera costera de Strandvejen, a medio camino entre Copenhague y Elsinor.
“Vivo a orillas del Mar del Norte [Oresund]”. Su padre la compró en 1879.
“El antiguo hogar de mi
infancia, donde antaño escribió Johannes Ewald y también mi padre, encarnando
al cazador Boganis…Es una especie de granja”.
Ewald, dramaturgo y poeta
danés (1743-1781), el primero en usar la temática de las sagas y la mitología escandinavas en sus
poemas, pasó allí una convalecencia de 1773 a 1775.
La mitología nórdica, que Karen
considera superior, “en grandeza moral”, a la de Grecia y Roma, constituirá una
parte muy importante de su formación. Su hermano Thomas escribe: “Durante años,
Tanne, Elle y yo estudiamos las viejas sagas de Islandia y Noruega”. Recuerda a
su madre leyéndoles La Saga de Nial y
considera la primera obra de Tanne, escrita sobre 1905, la obra no traducida al
inglés Grjotgard Aalveson y Aud,
inspirada por las sagas islandesas.
Su casa natal de
Rungstenlund abrió sus puertas al público en 1991 convertida en la Casa Museo
de Karen Blixen (Karen Blixen Museet, http://blixen.dk/ ).
Su
padre, Wilhelm Dinesen (1845-1895)
Siempre sentirá su orfandad;
es la primera de sus “pérdidas”. Fue teniente del ejército danés; luchó en la
guerra franco-prusiana de 1870. Presenció en París la derrota de la Comuna y,
en 1873-1874 se ganó la vida como cazador en Wisconsin, USA, donde recibió el
apodo de Boganis (Avellanas) por los indios Chippewa.
“Construyó su propia cabaña [Thoreau había publicado Walden en 1854], a la que bautizó con el nombre de Frydenlund, La arboleda feliz. Se dedicaba a la caza para obtener pieles con
las que después comerciaría. Los indios eran sus principales compradores”.
Usando Boganis como seudónimo,
publica Cartas de caza en 1889 y
1892. Antes, aprovechando sus diarios de cuando era teniente, escribe De la 8ª Brigada, y París bajo la Comuna, basado también en su experiencia personal.
La conocida como “casa de
troncos de Dinesen” en Wisconsin consta
en el Registro Nacional de Propiedades Históricas desde 2005 y, tras sufrir una
completa restauración, se abrió al público en 2010.
Su
relación con Thomas, su hermano pequeño
“Desde que tenía doce años,
la influencia de mi hermana adquirió una creciente importancia…Muy pronto,
Tanne comenzó a introducirme en la literatura mundial; le gustaba leerme
fragmentos de Shakespeare, Ibsen y Turgenev. Skipper Worse [de Alexander Kielland] fue un regalo de Tanne y,
probablemente, fue el primer clásico que leí, junto con algunos relatos cortos
de Hamsun. El mejor regalo de Navidad que haya recibido jamás fue Huckleberry Finn…Mis primerísimas
impresiones de las ideas de Tanne y sus puntos de vista sobre la vida las
recibí mientras nos sentábamos en la terraza en verano o cerca de la estufa en
invierno, ya entrada la noche, cuando el resto de la casa se había ido a
dormir”.
A su vez, Karen en una carta
a su tía Bess se refiere a un episodio de su juventud en relación al crítico
literario Georg Brandes: “Fue él quien me reveló la literatura. Mi primer
entusiasmo por los libros: Shakespeare, Shelley, Heine, lo recibí de él”. Más
bien, de sus libros, pues nunca llegó a
conocerle directamente.
Su
relación con Bror, su marido. “Entonces, lo que me apetecía era viajar”.
En septiembre de 1951, Karen
le cuenta al profesor Elling cómo fue la historia de su matrimonio: “Bror y yo
habíamos sido buenos camaradas a lo largo de los años y pertenecíamos al mismo set de la juventud danesa; llevábamos un
año hablando de casarnos, pero yo no quería vivir en Escania, que, para mí, es
el lugar más provinciano del mundo. Cuando nuestro tío común, Mogens Frijs,
regresó de su primera expedición de caza en África y habló entusiasmado de
aquellas tierras, le dije a Bror que me casaría con él si vendía su hacienda y
nos íbamos al África Oriental Británica…”.
Sus respectivas familias y
amistades no estaban precisamente encantadas con la idea. “Mi suegro estaba
desesperado ante la perspectiva de perder a su hijo favorito, y todo nuestro
círculo de amistades nos llamaba salvajes”.
Cuando Bror muere en accidente de tráfico en su Escania
natal, en 1946, (estaban divorciados desde 1925), le escribe a Sophie
Bernstoff-Gyldensteen: “No fueron sus grandes defectos los responsables de que
no pudiera seguir con él, sino las mentirijillas cotidianas con las que me
fastidiaba: pedía dinero a mis negros prometiéndoles que yo se lo devolvería;
les hacía montar guardia cuando yo iba a volver a casa para que no le pillara
en alguno de sus devaneos; hipotecaba mis bienes o me metía en empresas que
tenían alguna cláusula que me mantenía oculta y que acababa convirtiéndolo todo
en un puro timo. Con esas cosas, mi vida se convirtió en un desbarajuste y un
absurdo tales que muchas veces tenía la sensación de estar a punto de
asfixiarme”.
En una carta a su hermano
Thomas en abril de 1924, le dice: “Estoy escribiendo una monografía sobre el
matrimonio…Mi punto de vista es que “el matrimonio ha desaparecido”, solamente
permanece el nombre…”. Para ella, características esenciales son: la lealtad,
el altruismo y la belleza; estas deben formar parte de una buena educación
sexual junto a la puramente fisiológica.
En una carta a su madre, en
1926, lo resume con una frase de Huxley, “el amor de los paralelos”, que ella
explica así: “Uno no se convierte en “parte” del otro, en “devoto “ del otro…”.
Denys
Finch-Hatton, “la persona ideal para mí”.
Presentados en el club de
campo Muthaiga de Nairobi el 5 de abril de 1918, en una carta a Tommy el 7 de
noviembre de 1918, Karen le escribe: “Si vas a Francia como piloto, entonces,
es posible que encuentres a una persona llamada Denys Finch-Hatton, que también
es piloto en el frente francés, y eso me encantaría. A mi edad [tenía 33 años]
he tenido la suerte de encontrar la persona ideal para mí, y sería magnífico
que os pudierais conocer”.
Se conocen cuando Thomas va
a Kenia a ayudar a su hermana con la granja en 1920.
“Dennys Finch-Hatton fue el único
amigo que significó algo importante en su vida, y a quien tuve la oportunidad
de apreciar en su valía, aunque solo venía de cuando en cuando para unos pocos
días de visita”- cuenta Thomas.
“Estoy esperando a Denys,
quizás hoy; en cualquier caso, esta semana y, como sabes, la muerte no importa
nada, el invierno no existe…”- le escribe Karen a su hermano el 19 de agosto de 1923.
“Que una persona como Denys
exista…y que haya sido tan feliz al encontrarle durante mi vida…compensa
cualquier otra cosa sobre la tierra…”.
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