En 2018, Kirmen Uribe obtuvo
la beca Cullman de la Biblioteca Pública de Nueva York para escribir esta su
cuarta novela. En la actualidad vive en NYC e imparte clases de escritura
creativa en la Universidad de esa ciudad.
Se la dedica a Nerea, Unai,
Arane y Aitzol.
Combinar
realidad e invención
La crítica lo compara a
Coetzee y Sebald. “… [Kirmen Uribe] Vuelve a mezclar, de forma magistral,
memoria familiar, hechos históricos y la fascinación por la tradición y la
cultura popular vascas”- se lee en la contraportada.
“En febrero de 2018, en
pleno invierno, regresaba en coche desde San Sebastián a Ondárroa…cuando
percibí el temblor del móvil…me hallaba a la espera de una respuesta a la
solicitud de una beca presentada a la Biblioteca Pública de Nueva York con el
fin de estudiar el legado de Rosika Schwimmer y escribir una novela al
respecto…”- explica el narrador en el capítulo 2.
El responsable del archivo
le recomienda que siga su intuición a la hora de seleccionar el material: “No
puedes leerlo todo” [en un año, el plazo de su beca]…También le señala personas
que pueden saber sobre ella.
Decide estudiar la vida de
Rosika de manera cronológica (a partir de la caja 35, dedicada a su infancia),
siguiendo la biografía inacabada de quien fuera su secretaria y amiga, Edith
Wynner.
Nos enteramos de que, de
niña, su fruta preferida era la sandía; de que no prestaba atención cuando una
asignatura no le interesaba, de que se le daban muy bien los números y las
cuentas…
Entre medias, sabemos del
proceso de selección de la escuela de los hijos del narrador, las actividades
de voluntariado para integrarse en la vida americana, su visita a la isla de
Ellis, la puerta de entrada a los millones de migrantes de todo el mundo que
llegaban por mar, los sueños de Unai (poner un restaurante vasco con mesas
grandes de sidrería)…
“Las
mujeres no pueden hacer nada para
detener una guerra”
Rosika Schwimmer vivirá las
2 guerras mundiales (murió en 1948, de nuevo propuesta al Nobel de la Paz, que
ese año quedó desierto).
En 1914 pide reunirse con el
presidente estadounidense Woodrow Wilson para que intermedie para detener la
guerra. En sus declaraciones a The Washington
Post, dice: “La diplomacia masculina ha fallado. Los pacifistas
profesionales han fracasado. Las conversaciones entre hombres no han llegado a
buen puerto y, como consecuencia del fiasco diplomático, las naciones están en
guerra. Quizá haya llegado el momento de
que las mujeres intervengan…”.
Conferencias
en favor de la paz
Rosika no leía sus
discursos: contaba en los ojos de la gente: “Nos dicen que los soldados están
luchando por la patria…Y yo me pregunto cómo es posible que eso sea cierto si
los hombres húngaros están en Bélgica, los franceses en Polonia, los alemanes
en Bélgica, Francia y Rusia… ¿Acaso se defienden las casas propias destruyendo
las casas ajenas? ¿Es que se protege a las mujeres y a los hijos de uno matando
a las mujeres y a los hijos de los demás…?”.
Entre septiembre y diciembre
de 1914 recorrió 60 ciudades de Estados Unidos dando conferencias. The Ohio Shield destaca su “enorme capacidad de transmitir su
mensaje y de emocionar a la audiencia a pesar de que su inglés no fuera perfecto”.
La
caja 43
En ella se encuentra toda la
información relacionada con el Congreso
Internacional de Mujeres que se celebró en La Haya (Países Bajos) del 28 de
abril al 1 de mayo de 1915.
Mil trescientas mujeres,
representando a 12 países, 6 de ellos en guerra, se reunieron para reclamar la
paz (“por una paz permanente”), entre titulares despectivos de los periódicos: “pacifistas”
(Daily Express), “fanáticas que
llegan a ser una molestia y un aburrimiento” (The Evening Standard)…
Rosika dice en su
intervención: “El militarismo no está en los jóvenes que luchan…está en las
leyes y en las instituciones, en los barcos de guerra, en los aviones y en los
zepelines…”.
“A
los migrantes también nos cambia la vida cuando cruzamos la frontera”
“Cada vez que rescataba un
documento importante [de los archivos de Rosika Schwimmer], no solo descubría
un episodio significativo de su vida, sino también de mi propia vida”…
“Para los migrantes no hay
nada más angustioso que la añoranza de las personas queridas…, sobre todo
cuando esos seres amados sufren enfermedades o son ancianos”…
La
escritura como intento de preservar “la memoria de la vida”
Como un modo de conjurar el
miedo a la muerte…
SABER MÁS
Su novela La hora de despertarnos juntos (2016) será llevada al cine por el director Asier Altuna. La película llevará como título «Karmele».
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