“Las plantas viajan, sobre
todo las hierbas. Se desplazan en silencio, a semejanza de los vientos; nada
puede hacerse en su contra…” -se inicia Elogio
de las vagabundas. “Este libro se opone a una actitud ciegamente
conservadora”…
Especies
vagabundas. ¿Una amenaza?
“Los discursos que se
centran en la protección ecológica integral … parecen ignorar el poder de
invención de la naturaleza”.
Elogio
de las (plantas) vagabundas
“Las plantas pioneras
colonizan las lavas extinguidas [p.e. musgos pirofíticos], los desprendimientos
de rocas, las rocas madre…Se instalan de forma temporal por un tiempo, a veces
muy breve, y fabrican un lecho que servirá de base para otras plantas más
exigentes”. Es decir: son tremendamente generosas…
Manifiesto
del tercer paisaje (2007)
El
jardín en movimiento
“Debo los comienzos de El jardín en movimiento a estas plantas
gigantes [el perejil gigante del Cáucaso, Heracleum mantegazzianum]. Él lo
conoció “un día de junio, junto al muro
de una casa modesta situada al final de un pueblo sin encanto en algún
lugar de la Francia central”. A la señora que se lo enseñó “nadie sabía
decirle” cómo se llamaba la planta gigante que tenía en su jardín. Fue ella
quien le dio las semillas “que dieron lugar a los perejiles gigantes de mi
jardín” en La Vallée.
Considerada una invasora,
Clément cree que, en un jardín, “resulta fácil limitar la expansión del perejil
gigante, eliminando las inflorescencias marchitas antes de que maduren por
completo y caigan las semillas…”.
El “jardín en movimiento” se
interesa sobre todo por los suelos baldíos (tierras agrícolas abandonadas,
suelo no cultivado). Aquí se encuentran las especies vegetales de mayor
amplitud biológica, como zarzas, ortigas y espino albar. Brezos, aulagas,
retamas…
“En teoría, el “jardín en
movimiento” acepta cualquier vegetación compatible con el medio. Es el
jardinero quien selecciona, si es necesario hacerlo…Hacer lo máximo posible a favor, lo mínimo posible en contra es el
principio que plantea el jardín en movimiento… Acompañar la evolución es el papel del jardinero”.
En el caso de las onagras, lo que él hace es seleccionar las rosetas en primavera “formando un círculo y dejando espacio suficiente para colocar una mesa y cuatro sillas; si no tomo esta precaución, podrían ocupar todo el lugar”…
El
“racismo” vegetal
Con ello hace
referencia al ecologismo mal entendido
con apología de las especies indígenas y hostilidad sistemática hacia las
exóticas. Como decía el señor Cayo, de Delibes: “Si están, por algo será…”.
Tener césped a toda costa está, para él, en el origen “de una lucha encarnizada
contra la diversidad”.
De adolescente, cuenta que
le gustaba “el aspecto aterciopelado del gordolobo”, pero arrancaba de cuajo
las raíces con una gubia porque “queríamos césped, césped y césped”.
Sobre
el autor, Gilles Clément (Argenton-sur-Creuse, 1943)
Jardinero, paisajista,
botánico y ensayista francés, ha sido profesor de la Escuela Superior de
Paisaje de Versalles desde 1980.
Es el artífice de diversos
parques y espacios públicos como los jardines Le Domaine du Rayol (Señorío de
Rayol), en Var; el parque Matisse, en Lille, y los jardines del Musée du Quay
Branly (museo del arte primitivo) y el parque André Citroen, en París (se abre
al público en septiembre de 1993).
SABER
MÁS
Plantas
pioneras: Las plantas pioneras tienen adaptaciones para poder
aprovechar los suelos pobres, carentes de nutrientes de tierras no colonizadas.
Estas incluyen raíces largas, nódulos con bacterias fijadoras de nitrógeno y
hojas que aprovechan la transpiración. Los hongos
y los líquenes son las especies
pioneras más comunes en la sucesión primaria porque tienen la capacidad de
descomponer los minerales para formar suelo y, posteriormente, desarrollar la
materia orgánica.
En las zonas alteradas por
la construcción, carreteras nuevas o tierras cultivadas son frecuentes las
budleias, los ailantos, las robinias. En zonas arcillosas, las orquídeas, y
líquenes en las montañas.
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